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La cápsula - por Jordi Lafuente

La piel de mis zapatos negros brilla al sol ardiente de la tierra nueva y veo una mota de polvo gris sobre uno de ellos. Al agacharme a limpiarla me doy cuenta de que mi mejor traje me aprieta un poco. Creo que debería de comer menos queso de la cara oculta. Se acerca el tubo transparente. El reflejo de la luz sobre él, crea una línea que desgarra el cielo negro de estrellas hasta que se pierde cerca de la tierra. Una línea de esperanza que llega puntualmente cada veintisiete días como la saeta de un inmenso reloj. Las piernas me tiemblan de la emoción. Delante de mí, la equis roja marcada sobre el polvo lunar señala el punto exacto de recepción de las cápsulas de comunicación. Me peino el pelo con la mano, echo hacia atrás los hombros y junto las piernas, levantando ligeramente la barbilla, dando solemnidad al evento.

Un recuerdo me apuñala. En la última rotación no llegó nada. Pero la vez anterior… si, la vez anterior… no, la vez anterior tampoco llegó nada. Sombras de recuerdos que cruzan mi entendimiento. Creo recordar vagamente que hace muchos ciclos que no me llega ninguna cápsula a través del tubo. Ahora lo recuerdo bien. Nunca me ha llegado ninguna. La imparable rotación de la tierra sigue acercando el tubo a la equis. Lo entiendo. Debe ser muy difícil enviar una capsula hasta aquí. La verdad es que no lo sé ¿Por qué yo nunca le he enviado una a ella? Claro, ¿Qué le iba a enviar de esta tierra yerma que es mi ser? Aquí no hay más que rocas y polvo. No tengo nada que ofrecer. Por eso no mando nada.

No sé cómo puedo llegar a pensar que alguien como yo, un soso y absurdo cero a la izquierda, puede despertar en ella algún tipo de interés. Como puedo ni soñar, que esa poesía viva ponga ninguna atención en mi mortecino gris. Su color llena las palabras, los gestos. Ella ve más y mejor, es grande, hermosa y yo, imbécil de mi, una roca insípida pidiendo atención, la locura de un beso, tan siquiera una mirada. Cada veintisiete días me exalta el ánimo y alimenta mi esperanza, pero falta tras falta la voy perdiendo y me voy acostumbrando a los anodinos días de espera. Tengo miedo que de calma se me pare el corazón, que ya no quiere latir.

El tubo se acerca. La decepción es inminente. A pesar de estar tan lejos me siento conectado a ella de alguna forma. Hay algo, estoy seguro de que hay algo. Incluso creo que influyo en ella de alguna manera. Terrible, el tubo está a punto de pasar por encima de la equis ¡Que alguien lo pare! No podré soportar otra ausencia. Ese maldito tubo es lo único que nos conecta y sin embargo, su silencio amargo me abate en cada ciclo. Pierdo la compostura intentando pararlo con las manos, clavando los pies en el polvo gris, pero me arrastra y solo consigo borrar la equis roja del suelo. El tubo pasa y no llega nada.

Veo como se aleja envuelto en el profundo silencio lunar. Un silencio que me acompaña cada uno de mis días pero que en este momento se amplifica hasta hacerse insoportable. Me tapo con las manos las orejas y me agacho en el suelo cerrando los ojos para intentar dejar de oírlo pero no se va.

Eso es, ¿Por qué tiene que dar ella el primer paso?, hazlo tú maldito holgazán. Corro hacia la caravana plateada. Tengo que encontrar algo que mandarle, una señal. Vacío el armario y los cajones. No encuentro nada. Por último abro la nevera y está llena de lo único que tengo: Queso con agujeros que traigo de mis expediciones a la cara oculta. Es tan solo vulgar comida pero es auténticamente Lunar. Cojo un trozo grande y lo meto en una cápsula. Al salir veo que el final del tubo ya se ha separado unos metros del suelo. Corro hasta él, lanzo la capsula con todas mis fuerzas y acierto de lleno. Veo como la cápsula se dirige a través del tubo transparente hacia la tierra, hacia ella. De nuevo me sumerjo en el silencio, mirando como el tubo se aleja siguiendo la rotación de la tierra pero esta vez me parece escuchar una canción de fondo.

Espero que te llegue mi queso de Luna.

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9 comentarios

  1. 1. Dianet dice:

    Hola Jordi Lafuente

    SENSACIONAL así de grande la palabra como su contenido. ¡Me ha encantado, que nivel! Es muy romántico tu historia. Lo leí dos veces porque cuando algo me gusta quiero volverlo a leer, por si me he dejado algo sin entender o importante. Mi imaginación me ha creado un personaje único. Elegante y enamorado. Enhorabuena por tu historia y por como escribes.

    Yo no he participado este mes, un saludo.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 16:31
  2. 2. Jordi Lafuente dice:

    Muchas gracias Dianet por tus palabras cariñosas. Qué pena que no hayas participado este mes (yo el mes pasado escribí un relato pero se me pasó el día de entrega) Esperaré ansioso tu relato del mes que viene.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 18:26
  3. 3. KMarce dice:

    Saludo Jordi:

    Muchas gracias por pasar a leer y comentar mi relato.
    Tu historia es muy enternecedora, un poco díficil de imaginar al principio (perdona pero yo veo lo que leo) y me costó salirme del encajonamiento mental de que él no llevaba un traje espacial; pero vamos que el Principito tampoco y vivía en un planeta un poco más grande que él. 😛
    No comprendí muy bien si es una persona que vive en la Luna, o es la personificación de la Luna y su enamoramiento por la Tierra (yo brindo más por esta), porque al menos la Luna, a sabiendas que es un monton de roca fría, nos enamora todas las noches que se deja ver. (A menos a mí me pasa).
    Me ha gustado, no he visto algo que salte a mi vista y lo tome como mejora. Quizá si busco una pega, sería cambiar la palabra “tierra nueva”, porque puede interpretarse que se sigue en la Tierra, en otro lugar que no es el hogar; si usas de entrada que está en la Luna, o lo declaras de alguna forma, ubicarás de inmediato al lector que no sabe que el reto era ese lugar específico. (polvo lunar en mi zapato… o algo así).
    Te agradezco que me invitaras a leerte, he disfrutado la lectura. ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 23:16
  4. 4. Nuria GR dice:

    Hola Jordi, bonito relato,tiene un profundo contenido de sentimientos que consigues plasmar a la perfección. Me ha resultado fácil imaginar cómo se siente el protagonista.
    He visto pequeñas cosillas que mejorar como alguna tilde “cápsula” o que la tierra cuando se refiere al planeta debe ir con mayúscula. También veo que después de una coma cuando pones un signo de exclamación o interrogación empiezas con mayúscula cuando no hay motivo para hacerlo ya que va después de coma.
    Me ha gustado tu historia, buen trabajo.
    Soy el número 65 por si te apetece pasarte a dejarme tus comentarios.
    Saludos

    Escrito el 19 abril 2016 a las 18:35
  5. 5. Jordi Lafuente dice:

    Gracias por vuestros comentarios.
    Kmarce: Sabía que tu sentido crítico me ayudaría a engrandecer el relato. Esto que comentas de la dicotomía entre las personas y la personificación de la tierra-luna es buscado. El hombre-luna que no tiene nada que ofrecer (pero aún así puede enamorar, como a ti te enamora la luna o quizás con un simple trozo de queso) y la tierra-mujer que es poesía como la mujer-poeta o como los colores de la tierra vista desde el espacio. Lo de “tierra nueva” fue en comparación con “luna nueva” es decir, la tierra en sombra desde la luna y, por tanto, la luna llena desde la tierra, pero entiendo tu confusión. Miraré como cambiarlo.
    Nuria GR: Gracias por tus comentarios ortográficos y por tus halagos, me pasaré a leerte.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 21:16
  6. 6. beba dice:

    Hola, Jordi:
    Muchas gracias por tu visita y comentario.
    Has logrado un hermoso poema en prosa; muy original la idea de este ser, que debe de ser “la esencia de la Luna”, anhelante de comunicación con la Tierra; un ser que tienta a pensar en un astronauta perdido y loco, que tiene zapatos y hábitos militares para las efemérides.
    No sé si el “tubo” es una sonda de exploración, o un delirio del enamorado.La X roja es como una banderita de racionalidad.
    No importa. La belleza de las imágenes complace al corazón, aunque rabie el cerebro; es la esencia de la poesía.
    Una imagen que me gusta mucho es:”Como puedo ni soñar, que esa poesía viva ponga ninguna atención en mi mortecino gris. Su color llena las palabras, los gestos”.
    Muy bello tu trabajo. Saludos.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 02:22
  7. 7. beba dice:

    Para Jordi, María y Manoli:
    Dejé en mi cuento (164), una versión de la primera parte para precisar mejor lo personajes.
    Gracias.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 03:36
  8. 8. Mariaje dice:

    Hola Jordi Lafuente,
    Muy poético, lleno de palabras bonitas que da gusto leer. Preciosa y muy conseguida la similitud que haces de la Luna con un enamorado que ha subido a su amada en un pedestal tan alto, que se le hace imposible alcanzar, y no obstante no tiene más remedio que seguir amándola. Pobre Luna, condenada a ser satélite, deslumbrada por las gradezas de la Tierra.
    Unos detallitos de forma que he visto: en “La verdad es que no lo sé ¿Por qué yo nunca le he enviado una a ella?” falta un punto antes de la pregunta. En “Eso es, ¿Por qué tiene que dar ella el primer paso?, hazlo tú maldito holgazán” te sobra una mayúscula y te falta una coma: “Eso es, ¿por qué tiene que dar ella el primer paso?, hazlo tú, maldito holgazán”. Y en “Por último abro la nevera y está llena de lo único que tengo: Queso con agujeros que traigo de mis expediciones a la cara oculta” yo diría que “queso” debe ir en minúscula. Y se te ha colado una jota en “De nuevo me sumerjo”.
    De nuevo, felicidades por tu relato.
    Un saludo.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 10:50
  9. 9. Leosinprisa dice:

    Hola Jordi, aún estoy digiriendo el contenido de tu lectura. La verdad es que está cargada de imagenes poéticas, de objetos cotidianos a los que dotas de alma, haciéndolos humanos y por tanto, cercanos a nosotros.

    No es una tarea fácil y por ello, tú trabajo tiene su mérito y hay que reconocerlo por tanto !Enhorabuena!

    Nunca he sido muy aficionado a la poesía, pero he de considerar que es donde las palabras muestran su mayor poderío, sobre todo en textos como el tuyo.

    Ha sido un placer leerte y gracias por comentar mi texto. Un saludo.

    Escrito el 25 abril 2016 a las 09:53

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