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Seis veces màs - por Escorpiòn

Seis veces más
Las instalaciones construidas en la cara oculta de la luna, servían de base a los alienígenas Moonvor. Instalados ahí, miles de años atrás, procedían del cinturón de asteroides y poco a poco dominaron el arte de fabricar naves espaciales con forma de asteroides. En sus incursiones exploratorias, decidieron establecerse cerca del planeta al que llamaron Gea, que tenía un líquido compuesto de varios minerales indispensable para sus vidas.
En el interior de una sala de control donde se podían observar varias pantallas de diferentes tipos, dos alienígenas conversaban.
El comandante Lunatik-32, –de cuatro metros de altura, cuerpo robusto, cabeza esférica con tres ojos amarillos, dos largas piernas y piel pálida– se levantó de su asiento y se dirigió a la ventana. Observó en la distancia las montañas y sobre ellas, pequeñas luces que titilaban como luciérnagas.
–Nuestro Presidente Kartic está preocupado por la tardanza, quiere que inicie la invasión cuanto antes –dijo a su asistente, Lunatik-1692.
–No sé qué decir, Señor. La instrucción que nos dieron fue esperar la muerte del Gran Consejero Artisom.
Artisom, era un ser de carácter recio. Desde que fue nombrado para este cargo, solía usar un sombrero de mago, de copa para disimular una herida que nunca sanaba.
Los habitantes de Gea no sabían de la presencia de estos seres, pero siempre se mostraron preocupados ante la amenaza de los asteroides.
De súbito, alguien interrumpió la conversación y dijo:
–¡El Gran Consejero ha muerto!
Los dos seres se miraron con asombro, como si no quisieran enfrentarse a la realidad …
–¡Llegó la hora! –señaló, Lunatik-32.
–Sí, demos inicio al plan.
El cuerpo del Consejero fue utilizado como medio receptor; se le inoculó un virus mortal, desarrollado con nanotecnología –guardado con celo proveniente del cinturón de asteroides–, el sombrero fue colocado a un lado del cuerpo que fue depositado en una nave y, finalmente presionada a mil psig. Despegó …
Fue en una noche del once de agosto, cuando algunos habitantes de Gea, esperaban con ansias contar el número de meteoros por hora que ingresaban a la atmósfera, provenientes de las Werkaidas. La nave infiltrada se unió a la procesión de estos cuerpos. Fue contada como una más del grupo, –aunque todas seducían por su brillo, la mensajera de la muerte se destacó por su luminosidad y duración–, al chocar con la superficie de Gea, se produjo una gran explosión.
Millones de gérmenes comenzaron a esparcirse por diversos lugares en forma exponencial, picaban a todo ser que se moviera. En los humanos, la primera reacción fue sentir dolor, luego fiebre y, por último, necrosis.
El comandante Lunatic-32, desde su sitio de operación, encendió un holograma tridimensional y se dispuso a escuchar las noticias de América.
«…la situación es grave, las clínicas y, hospitales, son insuficientes para atender a tantos enfermos. Es el caos, la epidemia ya ha cobrado la vida de diez millones de personas en todo el país…»
Luego, dejando escapar una sonrisa malévola, sintonizó otro canal que emitía desde Europa.
«…esto es una hecatombe, el presidente ha solicitado ayuda en estos momentos, se necesitan médicos… Los científicos en todo el mundo están tratando de identificar el virus, pero ha sido imposible. Están desconcertados y, según ellos, parece que fuera una mutación…»
El asistente dejó escapar una carcajada y dijo:
–Comandante, la espera está dando los resultados esperados.
–De acuerdo. Me voy a comunicar con el Presidente Kartic, para informarle de la situación.
Después de un mes, se decidió iniciar la invasión. Al parecer, la vida en Gea había desaparecido.
–Asistente, mañana será el día de la victoria de los Moonvor –expresó, Lunatic-32.
–¿Cuál será el orden a seguir?
–Yo iré en la nave principal con los guerreros. Tan pronto hayamos descendido y, después de inspeccionar el lugar, daré la orden para que ustedes bajen en diferentes sitios de invasión.
En el espacio aparecieron cientos de naves de extrañas figuras. Una se lanzó sin temor a la conquista. Al tocar la superficie de Gea y al descender los tripulantes, sintieron que una fuerza extraña les impedía moverse. Lunatic-32, con voz deformada pronunció:
–¡Aborten!
El asistente no entendió el mensaje y dio la orden de descender.
Todos los alienígenas de la primera nave fueron aplastados y…

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4 comentarios

  1. 1. CARMELILLA dice:

    Hola Escorpión:
    Bueno no se si al final de tu relato quedará alguien o algo con con vida…
    Creo que tienes que cuidar las comas, a veces usas demasiadas y repasar la utilización de los guiones en los diálogos, yo sigo con “problemillas” en este sentido.
    Me cuesta hacerme con el vocabulario “alienígena” y reconozco que me gusta el cine de ciencia ficción: planetas, naves, extra terrestres, etc, sin embargo, no le cogo el gusto a leer sobre ello.
    Espero que la continuación sea esperanzadora para alguíen, aunque los malvados alienígenas, al parecer, ya nos han hecho desaparecer.
    ¡Buen trabajo!
    Seguimos leyéndonos.
    Saluditos.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 20:52
  2. 2. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Escorpión. Voy a tener que estar de acuerdo con Carmelilla. Mira que me has dejado en ascuas, un día me gustaría saber si alguien salio vivo de toda esta tragedia. El trabajo es fácil de entender y con una trama interesante que me mantuvo pegado a la lectura. Te felicito.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 23:13
  3. 3. Frida dice:

    Hola Escorpión. Una lectura dinámica y fácil de digerir. Es fácil seguir lo que nos cuentas y ponerse en situación, el final abierto da mucho juego a la imaginación. Te voy a poner argumentalmente una pega. Y es que la muerte del Gran Consejero se produce muy fortuita y afortunadamente para los alienígenas. Creo que hubiese sido mejor, si al comenzar ya este hubiese fallecido, podrías contarnos que por fin iban a poder conquistar Gaia, después de tanto tiempo esperando a que el Gran Consejero, el mayor impedimento a la hora de conquista, hubiese perecido.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 19:31
  4. 4. Laura dice:

    Hola Escorpión.
    Una gran lectura. Al igual que Frida, la muerte del Gran Consejero es totalmente fortuita.¿Y si hubieses dejado entrever alguna maniobra para que se produjese en ese momento?
    Muy buena la invasión bactericida.
    Me pareció algo descontextualizado el sombrero de copa. ¿Cómo apareció allí? ¿Es algo que utilizan los Moonvor?
    ¿Nadie controló la manipulación del cuerpo del Gran Consejero?
    Seguimos escribiendo. Por si te interesa, estoy en el número 9

    Escrito el 24 abril 2016 a las 13:54

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