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La cara oculta de la Luna - por John Doe

La nave comenzó el descenso lentamente con las luces apagadas, un objeto diminuto amparado en la oscuridad, el descenso siempre era complicado y más a oscuras confiando tan sólo en la pericia del piloto. Rick observaba con detenimiento las luces parpadeantes de una gran ciudad a lo lejos. Observaba absorto y ensimismado la superficie árida de la Luna, abajo todo era silencio y calma. Estaban descendiendo sobre el lado más septentrional de la cara oculta del satélite, justo arriba del Mare Moscoviense, según los indicios un lugar lo bastante apartado de los enclaves lunares más importantes. El sitio ideal para aterrizar sin el peligro de ser avistados.

El Gobierno Lunar había restringido la entrada de terrícolas sin su consentimiento, luego de la llegada de miles y miles de refugiados que huían de la Quinta Guerra. Todos con la esperanza de empezar de cero en un nuevo lugar. Al principio fueron recibidos con beneplácito, más con el paso del tiempo el número de refugiados seguía en aumento y entonces comenzó a volverse un problema. El Gobierno hacía lo que podía, y los instalaba en albergues provisionales, que terminaron por convertirse en asentamientos y en pequeñas ciudades donde reinaba el hampa y el pillaje. La verdad nadie en la Luna estaba preparado para esto. En ese entonces apenas si existían unas 15 colonias lunares, regidas por un Estado Central, pero los enclaves de refugiados continuaban creciendo y con el tiempo se unieron con las pequeñas colonias que no eran otra cosa que un puñado de instalaciones mineras convirtiéndose rápidamente en ciudades enormes. Ahora sus luces se observaban desde la Tierra, y eran como un faro que atraía cada vez a más y más personas. Los terrícolas la observaban y soñaban con poblar sus mares vacíos. Con los años y ante el recrudecimiento de la guerra el Gobierno Lunar cerró sus fronteras y cualquier nave que entrara en su espacio era interceptada y enviada de regreso a la Tierra,y en muchos casos ante la negativa a detenerse era destruida. Sin embargo esto no detenía a los terrícolas que se enfrascaban en viajes inseguros, riesgosos y apurados con el firme propósito de llegar a la Luna.

Rick se aferraba con fuerza a la silla, nunca le había gustado viajar en nada que volara, flotará o no tuviese nada a qué asirse. Estar en el vacío lo aterraba. El sudor comenzó a perlar su frente. Para darse fuerzas sacó la vieja fotografía que llevaba en su camisa gastada, el testimonio de un tiempo feliz, su hija y su esposa. De alguna manera este recuerdo lo reconfortó, estaba a algunas horas de reencontrarse con ellas. Lo había arriesgado todo por que ellas salieran del planeta, su posición, su trabajo, su dinero, su vida misma, todo lo había dado y lo volvería a hacer sin dudarlo por la seguridad de ellas. Unos años antes ellas habían logrado llegar a la Luna. Ahora por fin estaba tan cerca. Le llevaba a su hija el pequeño conejo blanco con sombrero de copa que le había regalado para su cuarto cumpleaños, hacía ya diez lejanos años. Sabía que alguien los esperaba para llevarlos en secreto a Arcadia -1 la ciudad que él había visto a lo lejos mientras descendían, y que de allí podría tomar el tren lunar hasta Sputnik – 1 la gran ciudad en la cara visible de la Luna donde vivían ellas.

La nave tocó el suelo lunar con un leve estremecimiento, todos los tripulantes se miraron agradecidos y alegres. Rick tomó su equipaje y el conejo blanco y se levantó de la silla. De repente unas enormes luces se encendieron iluminando por completo la nave. El rostro de Rick reflejaba una desilusión tremenda, se quedó allí de pie observando la luz blanca que lo llenaba todo, preso de una ira que iba subiendo con cada respiración, podía sentirla, podía olerla, la voz del capitán resonó un segundo por los parlantes de la nave, Rick no alcanzo a escuchar lo que decía, una voz metálica e impersonal invadió la nave. Por décima vez Rick supo lo que iban a decir por el parlante. Pero ahora estaba tan cansado de soñar, el deseo lo había deteriorado tanto que su mente ya no pensaba con claridad. No deseaba seguir haciendo esto año tras año, una vez más de regreso a la Tierra, una vez más de regreso a ese Planeta terrible y solitario para él. La puerta de la nave se abrió y Rick observó las luces de la ciudad a lo lejos.

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5 comentarios

  1. 1. gaia dice:

    Te felicito!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 03:36
  2. 2. L. Mor Arcadia dice:

    Hola, John Doe 😀
    Como entrada te diré que me gustó como mostraste la situación de Rick dentro de esta historia sobre los asentamientos lunares. Pude sentir parte de su inseguridad y ferviente deseo de reunirse de nuevo con su familia. Sin embargo el último párrafo me dejó confundida, ¿logró o no reunirse con su familia? Por un momento en el texto da a entender que la nave fue detenida (¿la voz que se oía era del piloto o de lo que iluminaba la nave?), o tal vez sólo fue una ilusión por el cansancio del protagonista. Pero al final dice que la puerta se abrió… no lo sé, no entendí muy bien el final, tal vez sólo fue mi falta de comprensión pero me gustaría que me lo aclararas. 🙂
    En cuanto a la forma sólo encontré pequeños detalles, el empleo de algunas palabras poco comunes que me desconcertaron un poco al momento de leerlas: enclave, beneplácito y hampa. (Como te dijo son pequeños detalles xD tal vez muy personales)
    Por último, en mi opinión empleaste mal la palabra “peripecia” y tal vez la mejor palabra sería “habilidad”. Quedando así: “confiando tan sólo en la habilidad del piloto”

    Buen trabajo 😀
    Saludos.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 04:06
  3. 3. Kein V. Raad dice:

    Hola John Doe
    Me llama la atención de tu relato lo corto que es temporalmente; pues Rick comienza en la nave y termina estando aún allí.
    Siendo así, logra transmitir lo que siente Rick e introduce todo un mundo lunar en relación con la Tierra que valdría la pena explorar en una continuación de la historia (que sin duda leería).
    Me gustó la idea.
    Saludos.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 03:29
  4. 4. Dante Tenet dice:

    Hola John Doe

    Me pareció interesante, extrapolar el tema de los refugiados que escapan de una guerra, a la luna.

    Quizas por actual y conocida la historia no consiguió atraparme.

    De todos modos la encontré bien relatada y pude sentir la angustia del personaje en el remate final.

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 23 abril 2016 a las 13:04
  5. 5. Frida dice:

    Hola Jonh Doe. Interesante relato. Me gustó la historia que nos propones y cómo vas desarrollándola todo desde el punto de vista de Rick. Es una pena que lo atrapen y acaben devolviéndolo a Tierra, después de tantos intentos y esfuerzo, pero esa tenacidad que le otorgas,me hace pensar que no se rendirá y volverá a intentarlo, hecho que, desde mi punto de vista le confiere a la historia valentía y humanidad. Soy muy fan de todas aquellas lecturas que encrudecen la vida a los protagonistas; la tuya cumple con creces este sentimiento. Ciertamente, lo que nos cuentas, es como un pequeño fragmento de algo mucho más grande, pues sin lugar a dudas tienes ante ti una historia gigante, de la que puedes sacar si te lo propones, una novela.

    En cuanto al aspecto técnico, te señalo unos detallitos que he visto.

    1.”más con el paso”, este mas es sin tilde, pues es un sustituto de pero.

    2.”que volara, flotará”, para que fuese acorde con los otros verbos que empleas, debería ser flotara.

    3. En el tercer párrafo se repite 5 veces la palabra ellas, en referencia a su mujer y su hija, comprendo que no quieras repetir miles de veces que se refiere a la mujer y a la hija, pero queda sobrecargado tantas ellas, si estudias bien el párrafo, podrías prescindir de uno o dos ellas.

    Escrito el 23 abril 2016 a las 17:38

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