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Nico - por Beatriz
Web: http://saladeautopsia1.blogspot.com
Nicomedes era un dios.
Desde niño comenzó a utilizar sus poderes escudriñadores para darle vida a los objetos inanimados desperdigados por toda la casa. Lo recuerdo delgado y nervudo, con mirada torva y de poco hablar.
Distante e indescifrable, agarofóbico y maniacodepresivo. En sus momentos de tristeza y melancolía, cuando se sumía en el pozo de la desesperanza, Nico deseaba pasar desapercibido convertido en partícula cósmica o en un grano de arena.
Cuando eso ocurría el joven se desvanecía por uno o dos días desapareciendo del borroso radar familiar, mientras migajas de pan y galletas aparecían entre las arrugas de su cubrecama.
Por el contrario, cuando la extravagancia y la euforia tomaban el control de su cerebro, el chico transmutaba hasta convertirse en una tormenta incontenible que convertía las sillas en caballos y las lámparas en arañas.
Para cualquier familia “normal” el sería una aberración, un dolor de cabeza o un espécimen que debía exhibirse en un museo.
El último día que lo que vi andaba caminando por la acera con un loro montado en la cabeza. Un ave grande, de pico filoso y amenazante, entrenado por el para decir palabrotas y agitar las alas cuando las personas se le acercaran.
Supe al tiempo, cuando dejé de escuchar al loro y no vi más zapatos transformados en gatos, que su madre, cansada de tanta locura y extravagancia lo había enviado a un hospital para enfermos mentales.
La sentencia se cumplió luego de que Jeremías, su emplumado amigo, picotera la cabeza del cartero mientras este colocaba en el buzón unas postales.
Yo veneraba a Nico y creo que también le amaba. Su madre estaba equivocada. El no estaba loco.
Nicomedes era un dios.
Hola, me ha gustado tu historia.
Podrías mejorar poniendo comas son muy largos los párrafor y haciendo algunas frases más cortas con puntos.
Te felicito, sigue mejorando.
Soy la mar salada 151.
Hola Beatriz, me ha cautivado la originalidad de tu historia, su fantasía plausible y natural (casi “realismo mágico”) y el uso de los nombres. El loco Nicomedes, el loro Jeremías, son tan naturales que me parece haberlos escuchado antes. Fue muy refrescante leerte!
Como sugerencia, se te fué un gazapo en “agorafóbico” y quedó “agarofóbico”, cosas del teclado creo yo.
Un gran abrazo
Original relato Beatriz. Te seguiré leyendo.
Felicidades-
Poderes escudriñadores?
Supe al tiempo?
Qué sentencia?
🙂
Hola Beatriz: Original relato, suena musical cuando se lee en voz alta. Se nota que te gusta jugar con las palabras independientemente de su significado. Es casi una poesía.
No lo termine de entender.. . Porque era un dios? Era un niño raro y con poderes sobrenaturales pero porque un dios?
De hay en fuera me gusto la manera en la que usaste las palabras de la escena.
Saludos
Hola Beatriz, gran relato! Tienes una imaginación desbordante. No solo has utilizado las palabras del reto sino que has conseguido que sean parte integrante de la historia.
Sólo un apunte, al menos en tres ocasiones utilizas “el” refiriéndote a Nicomedes, por tanto debe llevar tilde.
Me gusta mucho cómo escribes.
Saludos
Hola Beatriz,
Me ha gustado mucho tu relato. Mérito doble conseguir captar al lector con tan pocas palabras. Muy bien desarrollado el personaje entrañable y mágico de Nicomedes.
Felicidades.
Estupendo relato, muy evocador y de una cierta tristeza que atrapa, es fácil imaginar al niño y a su loro y sentir, cómo el narrador, lo especial del personaje! Felicidades, en muy poco espacio logras crear un personaje interesante y del que dan ganas de saber más. 🙂
Hola Beatriz: Gracias por visitarme y comentar mi cuento.El tuyo resulta muy original en la aplicación del tema de las sucesivas metamorfosis. Entretenido y divertido con un dejo de ternura al final.¡Te felicito! Nos seguimos leyendo.
Hola Beatriz: Muchas gracias por leer mi relato. El tuyo me ha gustado mucho porque has caracterizado un personaje totalmente con muy pocas palabras. Investigas y juegas con las palabras lo que está muy bien y bonito.
He leído los comentarios que te han hecho otros compañeros y estoy de acuerdo con ellos:
– No es Agarafobico es agorafóbico.
– Los tres él con acento: Para cualquier familia “normal” el sería una aberración…
Y después: … entrenado por el para decir palabrotas… Casi al final: … El no estaba loco.
– La sentencia, no hablas nada de ella anteriormente.
Además de estas, he encontrado algunas cosas que te voy a señalar. Te sugiero estos cambios:
1º.- Dices: … el chico transmutaba hasta convertirse en una tormenta incontenible.
El verbo transmutar es transitivo por lo que puede llevar un complemento o no. En este caso creo que él transmutaba algo, que era a sí mismo, por lo que debería ser: … el chico se transmutaba…
2º.- Dices: El último día que lo que vi andaba…
Creo que debería llevar una coma detrás de lo vi, que daría así:
El último día que lo que vi, andaba caminando por la acera con un loro montado en la cabeza…
Seguimos en comunicación, gracias por todo,
Menta
Hola Beatriz, me alegro que te gustara mi relato. Gracias por leerme.El tuyo es muy bonito y original me ha gustado mucho cuando describes su estado de recogimiento y soledad.
Saludos
Hola, Beatriz:
Ya te han comentado casi todo lo que he visto, así que no lo repetiré.
Has escrito un texto sencillo y hermoso.
Se te coló “picotera” por “picoteara.
Saludos.
Hola, Beatriz:
¡Que imaginación!
Me encantó el relato, las descripciones cautivan.
Gracias por visitar mi relato, me alegro de que te gustase.
Saludos. Nos leemos en los próximos cuentos.