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OJOS AZULES COMO MAR DE CORAL - por M.M ARIEL

Web: http://delfin.bioidentia.com/wp/usuarios/m-m-ariel/

—Mi nombre es Georgina, pero me dicen Gogo. El autocar va a ser conducido por Dimitri. Por favor cuando lleguemos a la acrópolis, sigan este paraguas rojo, que mantendré siempre levantado.

Al lado del imponente Partenón, estaba el Erecteión cuyas columnas de estilo jónico eran cinco graciosas damas sin brazos.

—Las cariátides, son seis mujeres que hacen las veces de columna —aseguró Gogo—, falta una de ellas, que probablemente está ahora en restauración en el museo de la acrópolis, el cual veremos más adelante. Lamentablemente, como la gran mayoría de esculturas del Partenón, también una de las cariátides originales está en el museo británico.

—Esos son los ingleses. ¡Ladrones de tierras y riquezas de otros pueblos! —dijo Martina dirigiéndose a Lucia, dos turistas argentinas—, así han hecho con los egipcios, con las Malvinas…

Terminada la visita a la acrópolis, descendimos hasta el barrio de Plaka, que era como una especie de oasis en medio de la caótica ciudad. Allí hay restaurantes, cafés, o simplemente se puede ir de compras por las serpenteantes y estrechas, pero acogedoras calles.

—Sí. Tengo dos mil cuatrocientos veintidós años de edad —dijo una voz en la mesa vecina, que me hizo desviar la mirada del salmón a la brasa de ocho euros. Era una mujer rubia, delgada, de cabello ensortijado, pero recogido en una especie de moña que dejaba caer graciosamente algunos rizos sobre sus hombros. Al detenerme en sus enormes ojos azul turquesa, me quedé como hipnotizado. Nunca en mi vida había visto tal belleza: su piel era limpia, sus facciones suaves y su sonrisa perfecta. Era como si a su rostro le hubieran hecho Photoshop. Si tiene esa edad debe ser Afrodita, pensé, mientras Martina, mi amiga argentina que mide uno con cincuenta metros, con facciones y color de piel típicas de una indígena guaraní, me aseguraba con su inflado acento:

—Mirá, te digo que al término de este tour, viajaré a Italia a buscar mis raíces…

En los siguientes días visitamos Micenas y Olimpia. En Delfos, al admirar famosas piezas como la esfinge de Naxos, o el célebre auriga, no dejaba de emocionarme al imaginar lo maravillados que estarían mi compañero de clase Miguel Ángel y mi profesora de historia del arte, al saber que estuve allí observándolas personalmente. Me parecía ver a la maestra, que era una antigüedad de más de setenta años, mostrándonos las diapositivas de diversas esculturas, y citando con pasión su frase favorita: “Los dioses antiguos aún viven”.

Seguimos la jornada visitando Meteora, un conjunto de gigantescos peñascos en cuya cima construyeron una serie de impresionantes monasterios ortodoxos. Un lugar sorprendente, donde los monjes pasaban con sus escobas barriendo arena y polvo, que luego se depositaba en los zapatos de los turistas. Mientras observaba unos vitrales, mis ojos se desviaron sin control al escuchar una voz conocida: era la mujer rubia de tez exquisita que había visto antes. Me deleité observándola de arriba abajo. No solo su rostro era perfecto, su silueta te dejaba sin aliento. Sin poder evitarlo, comencé a experimentar una sensación un tanto lujuriosa, pero al darme cuenta de que me encontraba dentro de una iglesia ortodoxa, decidí regresar al autocar, que ya se preparaba para el largo regreso a Atenas.

Justo al apagar la luz de la habitación llamaron a la puerta. Eran las doce en punto de la noche, me levanté a regañadientes y cuando abrí la puerta, no lo podía creer: me miraban dos ojos azules como mar de coral, iluminados por una gloriosa sonrisa. Me quedé mudo, y digo, en verdad mudo. Quise hablar, decirle que era lo más hermoso que había visto nunca jamás, que era como estar ante una diosa, pero no me salió ni una palabra. Ella me empujó, me sacó la ropa y literalmente se fundió con mi cuerpo encendido y furioso.

El despertador me sacó del éxtasis, ¿había sido un sueño? Embriagado todavía, prendí la luz y observé que había olvidado un anillo sobre la mesita de noche. Lo acerqué y noté que tenía una leyenda grabada.

Al día siguiente, visitábamos el museo de la acrópolis. Mis pasos me llevaron al salón de las cariátides, donde estaba la estatua faltante, la que estaba en restauración. Cuando me ubiqué de frente, quedé aturdido, con el corazón a punto de explotar. Era la viva imagen de ella, las mismas facciones, la misma figura. Emocionado sonreí, y sacando el anillo de mi bolsillo, volví a leer la leyenda: “Los dioses antiguos aún viven”.

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4 comentarios

  1. 1. KMarce dice:

    Saludos M.M. Ariel:
    Siguiendo las normativas del taller de leer los tres textos siguientes al propio, le toca al tuyo ser evaluado según los conceptos que siguen:
    Forma: He notado que has mantenido una ortografía cuidada, al menos no he detectado nada durante la lectura. Sin embargo, creo que los tiempos verbales tienen algunas fallas, te confieso que tengo ese mismo problema, y a veces dudo cuando usar uno u otro; pero he sentido esos saltos en la lectura. Por ejemplo: cuando hablas de las calles de Plaka, dices que “era” (pasado)como un oasis en la ciudad y en la siguiente frase, usas “hay” (presente) restaurantes, etc. Y así en algunas otras, con otros tiempos.
    En la frase de esa beldad mistertiosa, es preferible separar la acción narrativa, de la narración. Porque el bloque “narrativo” te quedó muy largo. Creo que conviene separarlo en el texto, algo así:
    …salmón a la brasa de ocho euros.
    Era una mujer rubia…
    Es decir, hacer separación con punto y aparte, entre ambas para su presentación.
    Veo que optaste por no entrar al reto, creo que sí hubieran calado con más trabajo, pero como no era obligatorio, me parece bien que prefirieras no hacerlo.

    Contenido: La historia me parece interesante, algo de mitología y fantasía. Siento que hay huecos para explicar algunas cosas, pero entiendo que el factor espacio a veces reprime esa libertad. Sin embargo, hay datos que son irrelevantes, que obviándolos, se hubiera aclarado cómo, porqué, ella lo busca a él. A mí me cuesta resumir, pero he aprendido a dejar lo más importante e ignorar el decorado.
    Lo que sí me ha gustado es la ambientación de las ruinas, la ciudad.

    Opinión personal: No recuerdo haber leído antes algo tuyo. Me parece que ha sido una escena que tiene un buen nivel, lo que me inquietan son esos huequitos en la historia; quizá porque soy una lectora detallista en donde todo debe de tener una razón. Pero, la lectura me ha agradado y creo que lo hiciste bien.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 06:52
  2. 2. ortzaize dice:

    hola :La mitologia junto con la fantasia siempre me fascina, asi que lo he leido de corrida. Los correcciones KMarce lo ha descrito muy bien, asi que despues de leer con entusiasmo tu relato del viaje a Grecia. con el pasado y el prsente juntos,
    encima los dioses antiguos aun viven..

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 11:22
  3. 3. Eduardo Tapia dice:

    Hola, aquí te dejo mi comentario, espero que te sea útil:
    Sobre cosas buenas que resaltar
    -me gusta mucho el toque de cultura que has introducido en tu relato al darle forma de guía turística, dándonos una miniclase de arqueología, geografía y mitología griega.

    -Igual es por ser español, tener la ocupación inglesa de Gibraltar y además vivir en una ciudad que ha sufrido numerosos ataques ingleses en su historia, pero me gusta mucho el personaje fuerte de Martina, con su acento de “Mirá” y con sus quejas acerca del expolio inglés.

    Sobre cosas que igual podrían afinarse más…

    -Aunque entiendo lo que quieres decir, me raspa que mientras estás hablando de las maravillas helénicas y la belleza de una mujer metas la palabra “photoshop” simplemente para decir que parece de una perfección irreal, suena un tanto fuera de lugar.

    -Es extraño que pese a que el relato sea en primera persona, el protagonista y narrador realmente participa muy poco en la historia, he llegado a sospechar durante la primera mitad del relato que podría ser un narrador testigo en vez de protagonista. Si te fijas la tal Martina tiene más puntos para ser la protagonista, nos informa de su punto de vista, (lo de los ingleses) de sus sueños (ir a Italia), de su nacionalidad y de su raza, pero sobretodo tiene nombre, al contrario que el narrador, de él solo sabemos que quiere dar envidia a sus compañeros de bellas artes.
    Igualmente me choca un poco que siempre sabe lo que ha dicho todo el mundo a su alrededor, se imagina perfectamente sobre lo que dirán sus compañeros de bellas artes y su profesora, está a las conversaciones ajenas sobre los miles de años de antigüedad, etc. Igual hubiera pegado más un narrador omnisciente que nos situara en todo momento y que el “protagonista” sea un personaje más.

    -También me ha dado la sensación que desde que dices por primera vez lo de “Los dioses antiguos aún viven” has intentado acelerar demasiado la narración para ir “al tema”. Es así hasta tal punto que el siguiente párrafo lo termina marchándose al autocar, y al comienzo del nuevo está en la cama (¿Del hotel?) apagando la luz. Me parece un salto y cambio de situación muy brusco y como comenta Kmarce, falta un motivo por el que la cariátide le haga una visita. Lo hubieras podido arreglar (al menos para salir del paso) si lo de que “los ingleses son unos ladrones” lo hubiera dicho el protagonista, en vez de su amiga y a la cariatide le hubiera agradado que alguien alzase la voz por su compañera secuestrada.

    -Otra cosa que me destaca es que la primera mitad del texto parece una abrupta mezcla de fragmentos de conversaciones, que entran a colación sin previo aviso, es un poco raro, ayudaría más a meterse en situación si definieras un poco la escena previa a la intervención, en vez de soltar la frase y luego decirnos quien lo dice.

    Como opinión general: La verdad es que pese a todos los pequeños defectos de forma, me ha gustado, me declaro seguidor de la mitología y de la arquitectura, las obras helenas merecen toda nuestra atención (¡hasta carnal si se presenta la ocasión!) y el tema del taller de este mes nos ha puesto en bandeja hablar sobre mitos salvaguardados en museos o historias enterradas en la arena del tiempo.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 20:49
  4. 4. Mirell dice:

    me gustó, es muy curiosa e interesante, y representa un repaso por la mitología griega,lo cual es todo un arte
    A pesar de los detallitos, resulta atrapante,
    Nos leemos!

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 04:01

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