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La fuerza del miedo - por Luna Pintacielos
Fue cuestión de un instante. Sus manos y sus piernas se colapsaron. Su boca estaba seca y sus oídos sordos. Su fuerza se desvanecía.
Este era el momento de combatir sus temores, era el momento de sobrevivir- se decía Eduardo- Por su mente corría una película constante dando vueltas a cada segundo: Grecia, su mujer, Frida, su hija, su madre , su niñez, sus amigos, la adolescencia, sus compañeros de trabajo, el museo, su funeral. Momentos de dolor y remembranza, otros visionarios y desordenados como cuando lo despidieron, cuando desayunaba, cuando se desvestía, cuando conoció a Grecia, cuando murió su padre, cuando lo enterraban, cuando no respiraba, cuando se desvelaba, se desesperaba, se despeinaba, desaparecía, desintegraba, despedía, desilusionaba, desmotivaba, se des des des …. Era un desorden mental incomprensible como si se estuviera loco. En ocasiones miraba hacia el cielo y se olvidaba de las profundas héridas y rezaba porque no fuera abandonado.
Necesitaba distraerse. Hacía una semana que lo habían despedido del Museo de Antropología y no quería dejarle ver su tristeza a Grecia ni mostrar su debilidad frente a Frida. Tenía que regresar a la montaña.
-El miedo es estúpido, nos detiene en la insistencia, en la constancia y nos mantiene ahí quitecitos sin movernos.- recordaba de súbito Eduardo. Esto lo había aprendido de un ser que ante los ojos de muchos se comportaba como el superhombre, el perfecto, el que todo lo puede, „el muy, muy“ Sin embargo, esa seguridad y perfeccionismo hacían de Otto, el alemán, un escalador ejemplar , seguro de sus movimientos, calculador , relajado y con una fuerza física y mental sorprendentes. Otto, Eduardo y Leonel, el instructor, se hicieron muy buenos amigos con el tiempo.
Como cada noche antes de ascender a la montaña Eduardo inició ante la obscuridad su entrenamiento autógeno. Esa noche la cerró meditando sobre la muerte. -Aún no sé, si cuando muera, quiero que me cremen, me entierren o me corten en pedacitos. Sea como sea llegaré a la cima de la montaña, dejaré que el viento me acaricie las mejillas y me llene de energía. Y siguió -Mi respiración se vuelve lenta y relajada. Nada pesa, mi cuerpo ya no lleva cargas, Ya podré volar sin rumbo definido. Ya podré dejar ser lo que tuve que ser. Mi respiración se vuelve lenta, mi cuerpo está completamente aligerado, solo lo acompaña el alma, nada pesa, mi cuerpo está ligero, no llevo cargas…-
Esa sensación de libertad no la encontraba con nadie ni con nada más, solo cuando palpaba las paredes de las montañas o cuando caminaba y respiraba en la Naturaleza.
-Este día sería innolvidable, dijo a sus amigos. Era una mañana perfecta. El sol brillaba, pero no quemaba.
Legando a la cima, destaparon sus sentidos y sus sentimientos. Al otro día tenían que descender. La ruta de descenso era de alto riesgo y para evitar el desprendimiento de rocas bajarían separados un tramo, primero Leonel y Eduardo y al último Otto.
Los primeros metros fueron complicados, pero exitosos. Había que caminar por camnios rocosos de alto grado y en algunas partes hasta escalar.
Algunos metros más adelante, Leonel escuchó un ruido de rocas rodando y de inmediato volteó hacia arriba. Se trata-ba no de una ni dos rocas, sino de una capa entera de rocas que se deslizaba hacia ellos. Otto había quedado arriba petrificado, temiendo lo peor.
Leonel quedó helado al ver que las rocas se les abalanzaban y logró hacerse a un lado para ponerse a salvo. Eduardo que se había quedado congelado, agachó la cabeza y en ese momento una roca inmensa lo alcanzó. La masa de rocas llegó para rematar y los arrastró.
Habían caído 40 metros. Eduardo fue empujado y quedó colgando pero consciente.
Leonel, más arriba, no quería ni respirar para no provocar que un segundo alud le cayera encima a Eduardo. Otto ya había ido por ayuda.
Eduardo había esperado 7 minutos hasta que la ola de rocas se detuvo. Trataba de no moverse mucho.
Era un momento decisivo. Fue entonces que giró su reloj de arena imaginario. Al caer el último grano se columpió con todas sus fuerzas. El recuerdo de su padre muerto empujando el columpio cuando era niño hasta casi dar la vuelta le dio por segundos tal fuerza que no solo logró alcanzar la pared de la montaña y agarrarse con tal vigor , sino que logró derribar el miedo, mudar de piel, desprenderse de la ira y la frustración, encontrarse y saberse otro
Saludos LunaPintacielos,
He decidido escoger a personas a quien no he leído antes, no sé desde cuando participas en el taller. Te invito a seguir la iniciativa de leer y comentar a los tres que siguen a tu relato. Si visitas, ten por seguro que te visitaran.
No sé cuánto has seguido el taller, te recomiendo que pases por la sección Herramientas de Escritura, porque penosamente he visto que tienes áreas que debes esforzarte en mejorar.
Lo que más he notado es la puntuación. Creo que escribes rápido y no le das una correcta revisión a tus escritos, has obviado corregir comas mal ubicadas, dejando espacios entre palabra y palabra, dos comas seguidas, puntos faltantes, guiones o rayas sobrantes, etc. Te cuidado con esto, es algo que se nota porque la puntuación no sólo le da un respiro al lector, sino que marca lo que pretendes mostrar.
Hay errores de tipeo, palabras que tienen las letras alternadas o faltantes, ten cuidado con esto también, te recomiendo que no sólo leas, palabra por palabra en voz alta, sino que utilices un corrector ortográfico, puedes usar también uno en línea llamado Stilus, solo que debes cargar por partes el texto, porque solo deja corregir doscientas palabras.
El uso de números en lugar de letras. Sé que es más fácil o nos ahorramos espacio o palabras, pero la norma es que hay reglas para escribir los números. Según la RAE se permite escribir 0-10 en letras, siempre y cuando no se violenten otras reglas, y estas excepciones, que te detallo:
*Se escriben en números, las direcciones, latitudes: 221 Baker Street / 14°Norte, 25° Oeste
*Los que son difíciles de escribir en letras: Se ganó un premio de loteria con valor de $1,278,475.00
*Aquellos que no se pueden sustituir por letras: Página 18, los equipos empataron 2-2, 101 Dálmatas.
No puedes usar números aun del 1-10, a no ser que sea un listado: 1 taza de harina, 3 huevos, 1/2 taza de leche… pero no escribir, 2 manzanas y una docena de huevos.
No has usado las «» para los pensamientos, que es algo que se recomienda, o en su caso las comillas inglesas “”.
Entiendo que al inicio era una especie de memoria, pero no he comprendido sí era todo eso por perder el trabajo o esos “segundos” después del alúd de rocas. Si hay flashback estan muy ligeros, y las ideas son muy rápidas para comprender en que momento en el espacio-tiempo suceden.
La historia, me parece un poco complicada, por su estructura narrativa, pero no digo que sea mala. Tienes una buena idea entre manos, un hombre con conflictos existenciales, dudas sobre su vida en general y un peligro inminente. Únicamente que si logras ordenar “la idea central y cómo presentarla” te quedará más claro.
Espero que lo que te he apuntado te sirva para pulir tu estilo. ¡Nos leemos!
Buenas tardes, Luna:
Pese a que la idea es muy sugerente, me ha pasado como al anterior comentarista: me ha resultado confusa la lectura, sobre todo por la manera de usar los signos de puntuación. Me gustaría también hacerte un par de observaciones. En primer lugar creo que no has usado correctamente la palabra “autógeno”, y la has confundido con “autónomo”. La otra cosa es que cuando la gente se muere no puede querer cosas: está sencillamente muerta, por lo que yo escribiría en tu lugar “aún no sé si quiero, cuando muera, que me cremen, me entierren o…”
Vigilando estos pequeños detalles creo que puedes llegar a construir historias deliciosas. Saludos.
Hola, Lunapintacielos.
Has tenido la suerte de que tu primera comentarista sea KMarce.
También me ha resultado confusa la historia. Yo creo que te ha faltado tiempo para revisarla y te has apresurado. También es complicado ceñirse a las 750 palabras y tu historia, pienso, que requiere más.
Mi consejo es que escribas de nuevo el relato pero sin límite de palabras ni de tiempo. Ve despacio, verás cómo te queda muchísimo mejor porque la idea es buena.
Un saludo
Gracias a los tres por sus enriquecedores comentarios, creo que me apresuré escribiendo y es la primera vez que me atrevo. Luego esta historia en efecto es mucho más larga originalmente y cortarla no fue lo mejor. Trataré de seguir sus consejos que realmente me ayudan.
Saludos
Hola Luna,
Creo que los comentarios anteriores ya te han señalado algunos puntos a favor y en contra. De mi parte solo voy con un par de consejos sobre la escritura.
Lo primero es que sigas escribiendo. Te has lanzado por primera vez y recibir comentarios es algo estresante, pero acá en Literautas vamos con muy buena onda para que te animes.
Tú has mencionado el factor tiempo y en eso tienes toda la razón. Mi cuento lo escribí faltando una hora para la fecha límite y tiene errores en acentos que pasé por alto. De haber tenido más tiempo seguro me habría dado cuenta, igual que en tu caso.
Lo tercero que te aconsejo es empezar por el final del relato. Saber cómo va a terminar la historia te ayudará a determinar qué elementos deben quedarse y cuáles sobran.
Por último, escribe la historia sin límite de palabras. Si te pasas de las 750 ya tendrás herramientas para saber dónde cortar escenas sin que afecten la trama.
Te felicito nuevamente por escribir y espero leerte en el reto de Junio!
Soy tu vecino de arriba, mi relato es el #38: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-35/5743
Saludos!
Hola Graffo,
Te agradezco la motivación, la retroalimentación, la crítica constructiva y sobretodo el tiempo que tanto tú como los demás se han tomado para leerme y corregirme. Ahora leeré el tuyo. Saludos y claro, no desistiré, de los errores se aprende.
Hola Luna, también soy nueva en el taller, si bien he leído varias escenas anteriores, en ésta me animé a enviar un texto mío. Con respecto a los tecnicismos, ya te han dado ideas los comentaristas anteriores, no tengo más que agregar, la historia me pareció genial, sin dudas es meritoria de un texto mucho más largo de la limitación de 750 palabras, y en la lectura, si no me he equivocado, no encontré una de las palabras del reto opcional al que te anotaste, “Loro”. Para estar segura la busqué con la función del navegador y no me apareció. No es un detalle que haga perder valor al relato, es bueno y la historia es genial, y hasta me parece difícil encajar esa palabra en ella.
Si tenés ganas, mi texto es el #45.
Saludos y lindo leerte, ojalá un día pueda conocer la historia completa.
Buenas Luna,
Ante todo felicitarte por haberte animado a escribir y a mandar el relato, verás que con el paso de los meses con los comentarios que te hagan, los que tu hagas y los textos con sus comentarios que leas te será mucho más fácil mejorar esas pequeñas cosas que todos necesitamos mejorar.
Te reconozco que el texto me pareció un poco lioso y lento, probablemente la estructura influya pero a mi lo que más me provocó esa sensación fue que utilizas demasiadas listas para representar las cosas al principio (primero hay dos listas unidas pero separadas de los recuerdos de Eduardo y luego describiendo a Otto). Kmarce ya te ha comentado a grandes rasgos los problemas de forma así que sigue las recomendaciones de los compañeros e intenta rehacer el texto, verás que organizándolo un poco, revisando los errores ortográficos con un corrector e intentando no repetir palabras e ideas mejorará la historia que nos quieres contar. GRacias por compartirlo y por pasarte por mi relato a comentar. Un saludo!!!
Hola, Amanda:
Qué bueno leer que hay alguien más que se está iniciando en el taller. Muchas gracias por tu comentario, me has motivado. Sí, es que este relato lo corté y es verdad que la historia esta pensada para un texto mucho más largo. En efecto, no agregué palabras del reto opcional. Como mencionas no hubiera sabido en dónde meterlas. Ya he leído tu relato y ahora me voy a comentarlo. Un abrazo
Buenos días, Wiccan:
Gracias por pasarte a leerme. Sí, sus comentarios ayudan mucho a mejorar. Intentaré rehacer la historia como escribes.
¡Hasta el próximo texto!