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La sonrisa enigmática - por Henar Tejero

LA SONRISA ENIGMÁTICA
El museo del Louvre acababa de abrir sus puertas al público. Eran las 9 de la mañana y tras haber caído una fuerte tormenta tiñendo las calles de un gris plomizo y pegajoso, el sol volvió a brillar cambiando la policromía de la ciudad y realzándola con tonos más vistosos y alegres.
Agustín, uno de los vigilantes de dicho museo, acababa de incorporarse a su puesto de trabajo, convencido de que sería un día más, en el que las salas se convierten en un ir y venir de gente que pasea admirando las obras, unos, expertos en el tema, que las observan con curiosidad e interés y otros, menos entendidos, que sin tener un gran conocimiento de las obras las admiran y se sienten reconfortadas por haber decidido pasar allí el día.
Agustín era un cuarentón delgado, con el rostro ya surcado por algunas arrugas, pelo algo canoso, de ojos color avellana y sonrisa cautivadora, que a pesar de su cierto atractivo, no había conseguido rehacer su vida después de que lo dejara su novia de juventud. Vivía en un modesto apartamento en las afueras de París, con ‘Rosso’ un viejo loro que le regaló un pariente que quería deshacerse de él y el vigilante pensó que podría hacerle compañía en su solitaria casa. Vivía solo, pero muy a su pesar, pues había intentado rehacer su vida por todos los medios sin tener mucho éxito. En sus ratos libres había explorado en Internet buscado páginas ‘unecorazones’ como el solía decir, citándose con mujeres de distinta índole, y ninguna llegó a anidar en su corazón. Sus amigos también lo habían presentado a varias chicas en fiestas y en algunos pubs que frecuentaban, y tras dos o tres citas, enseguida comenzaba a evitarlas y no contestaba a sus llamadas, con lo que ellas acababan por darlo por imposible y lo olvidaban como si no hubiera existido.
La que más huella le dejó fue Sophie, una de las chicas que conoció en casa de un amigo y a la que abandonó a la fuerza, pues al poco de conocerla se la encontró paseando por un parque agarrada de la mano de otro hombre. Su mundo se derrumbó como un castillo de arena. Tardó tiempo en olvidarla… su voz suave, su pelo largo rubio y ondulado, su figura esbelta acompasaban con su risa contagiosa y su optimismo… rasgo que le cautivó de inmediato. Ella le demostró que la vida era una mezcla de pasiones en todos sus campos. Tras ese día no volvió a saber nada de ella, y por supuesto ella… no lo llamó.
Agustín estaba en una de las salas de su autor favorito: Da Vinci. Admiraba profundamente a este polifacético autor renacentista. Se había leído su biografía y el estudio de sus obras varias veces y sentía fascinación por varios de sus cuadros :'La Virgen de las Rocas’, ‘La Última Cena’, ‘La Belle Ferroniere’… y por supuesto (como la mayoría reconocen en él) por su famosa ‘Gioconda’, con su enigmática sonrisa.
Era sábado y había más gente de lo habitual en el museo. El vigilante buscaba su obra favorita, para admirarla una vez más y cuando encontró a su ‘donna’, le vio a ella frente al cuadro, entre otras tantas personas… era Sophie.
Él se abrió pasa entre la gente con disimulo y se colocó junto a ella, percibiendo el aroma de jazmín que le trajo gratos y lejanos recuerdos.
—Hola Sophie
—Agustín, qué sorpresa verte de nuevo. Han pasado dos años y te veo igual que siempre.
Se besaron en la mejilla y fue como un volver al pasado, recordó su antiguo trabajo de cartero, lo que hacía cuándo la conoció.
—¿Por qué me engañaste?—preguntó él —he vivido este tiempo con esa interrogante sin saber la respuesta. Nunca me llamaste ni me diste una explicación.
—Espero que me perdones, estaba en una etapa de mi vida un poco dudosa y conflictiva. Nunca he sabido si hice bien o mal, a veces se cometen errores o se toman decisiones sin pensar.
Se hizo un silencio y ambos cruzaron sus miradas, como si se hubieran congelado, ajenas a las del resto de los visitantes de la sala. Ahora solo existían ellos dos. El mundo se había paralizado.
—Dime—insinuó ella — ¿has rehecho ya tu vida?
—Mi mejor amante es ‘Rosso’—declaró él. Ella sonrió.
—¿Quieres quedar esta noche al salir del trabajo?—preguntó ella.
Entonces él sintió cómo su dulce 'Gioconda' le había sonreído de nuevo.

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7 comentarios

  1. Hola Henar!!

    Solo he visto un ‘pero’: “Él se abrió pasa entre la gente”, se te ha colado una ‘a’ en ‘paso’.

    Poco tengo que decir a tu historia, muy bien escrita, perfecta descripción del personaje y un título muy bien elegido.

    Felicidades!!

    Te invito a pasarte por mi blog: reflexioneswc.wordpress.com. Allí tengo publicado el mío.

    Un saludo y espero seguir leyéndote!!

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 10:58
  2. 2. José Caudeli dice:

    Hola Henar. Veo bien que pongas el acento en crear el clima dentro del museo y nos cuentes sobre el pasado afectivo del personaje.
    En los primeros párrafos netamente descriptivos haría oraciones mas cortas. El nombre de Agustín una vez que está presentado y forma parte del punto de vista, no tendría que ser tantas veces repetido. Para abordar su pasado yo crearía una ocasión que de pie a su presentación.
    Tengo una seria contradicción en cuanto al perfil del personaje que tiene citas por la web con cualquier loca y después desprecia mujeres que le regalan sus amigos. Tampoco entiendo como se vuelve de la infidelidad y el vigilante tira abajo su orgullo.
    El dialogo tendría que ser mas accidental para llegar al final a esa pregunta, que a mi entender es demasiado obvia.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 22:45
  3. 3. Otilia dice:

    Hola Henar,
    Tu relato me ha gustado, la idea es buena y se lee con fluidez.
    En cuanto a la forma, he visto repetición de palabras muy seguidas: Agustín, rehacer, y por supuesto, favorito.
    Se te ha escapado “otros reconfortadas”. Poca cosa.
    Buen trabajo. Saludos

    Escrito el 25 mayo 2016 a las 09:52
  4. 4. Juana María Fernández Llobera dice:

    ¡Hola Henar!,tu relato me ha gustado. La agilidad del mismo ha hecho que me haya resultado agradable su lectura. Enhorabuena.Yo soy nueva en este espacio y tengo mucho que aprender.

    Escrito el 25 mayo 2016 a las 10:59
  5. 5. María ESther dice:

    Hola Henar, primera vez que te leo.Me ha gustado mucho tu historia, sobre todo porque transcurre en un museo tan valioso y relacionado con Leonardo y su mgnífica y famosísima obra.
    Es una bella historia de amor.
    Los aspectos técnicos,te los han señalado ya, otros compañeros con más conocimento que yo.Saludos y nos leemos.
    Maritel 65

    Escrito el 26 mayo 2016 a las 01:08
  6. Hola Henar, gracias por tu comentario a mi relato. La historia que contás me pareció buena, con un trasfondo de un personaje que parece ser conflictivo en las relaciones personales, y sin embargo, con un buen final. Sobre todo que suceda justo en ese lugar, me gustó mucho.
    En cuanto a formas, lo único que veo es que hay muchos adjetivos para mi gusto, pero es solo una forma de ver.
    Nos leemos. ¡Exitos!

    Escrito el 1 junio 2016 a las 00:23
  7. 7. Henar Tejero dice:

    Hola a todos : Gracias por dedicarme un ratito en leer mi relato y comentar. Pienso que los comentarios es una parte importante en esta página y se puede aprender de ellos, pues sirve para recapacitar y corregir lo ya escrito.
    Carolina, el tuyo ya lo leí y me ha gustado. Dejé un comentario pero no sé si aparece, por si acaso te diré que es sencillo y tierno a la vez.
    Espero que nos sigamos leyendo. Vamos a por el nuevo tema de este mes.

    Escrito el 1 junio 2016 a las 07:18

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