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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Viaje de negocios - por Miriam Torres

Web: https://historiasdethaisite.wordpress.com/

Martina salió de mi despacho, con una amplia sonrisa de oreja a oreja. Le pedí que me trajese un café antes de detenerme a leer la carta que ella misma me había entregado. El cartero la había dejado en recepción. Debía ser importante… ¡Y tanto!

“El Embajador de España tiene el gusto de invitarle al cóctel que se celebrará en la casa de Sheikh Saeed al-Maktoum, con motivo de la conmemoración de la construcción de la Embajada en Dubái, el próximo 15 de abril a las 21; y después una Recepción en la Embajada el 16 de abril de 12 a 1.30”

Embajada de España,

1 de abril de 2014

Acto seguido, llamé a uno de mis contactos en la zona para que comprobase la autenticidad del documento –no es la primera vez que recibo invitaciones de este tipo para acudir a cenas benéficas, que luego resultan ser una excusa para sacarme el dinero–. Pero no había duda. Era un evento real. Lo comprobé cuando recibí la lista de invitados –altamente confidencial– en mi correo electrónico: empresarios, políticos, famosos, magnates del petróleo… Mucho pez gordo. Grandes perspectivas de negocio.

En ese momento, Martina entró en el despacho con mi café servido en taza; atravesando la puerta de cristal con su forma de caminar tan sugerente y mostrando sus kilométricas piernas, envueltas en esa falda de tubo por encima de las rodillas. Qué bien hizo mi jefe en contratarla, aunque no supiese ni hacer la o con un canuto. Habla lo justo y está bastante buena. Qué más se puede pedir…

–¿Una o dos? –preguntó, poniéndose de puntillas para alcanzar el bote de sacarina. Cada vez se lo dejo en un sitio más alto, por si lleva vestido…

–Un par. –respondo, y ella me mira y sonríe.

Se acerca a mi mesa con el bote en la mano, mirándome con esa cara que combina la inocencia y la lascivia; y echa las dos pastillas con cuidado de no salpicarse la blusa blanca. Sin pensarlo dos veces, saco la VISA del cajón de mi escritorio y se la entrego. Ya sabe lo que tiene que hacer.

Cogimos el mismo vuelo, en clases diferentes –por aquello de la discreción–; y preparamos el trabajo que teníamos que hacer durante las diez horas aproximadas que duró el viaje: en mi caso, estudiar la lista de invitados en busca de intereses comunes para poder entablar conversación; en el suyo, no hacía falta que preparase nada.

Llegamos al hotel que con tan buen gusto había elegido mi secretaria, y cada fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Un coche oficial vino a buscarnos para llevarnos al lugar de la fiesta. La temperatura durante la noche era agradable, pero la humedad era sofocante. Esperaba que no les importase que no llevase chaqueta ni corbata. Sino, me daba igual. Mi acompañante apareció con un justado vestido largo de color verde, sin escote. Pensé que era una mala elección, pero al ver su espalda totalmente descubierta, cambié de opinión.

Nos montamos en el coche y tardamos muy poco en llegar –el resto de vehículos nos abrían paso al ver la escolta que llevábamos–. El edificio en cuestión fue el lugar de residencia de un antiguo emir –claro ejemplo de la arquitectura arábiga de finales del siglo XIX, con sus techos abovedados, puertas de herradura y ventanas talladas– que en la actualidad, alberga diversos tipos de exposiciones, como en un museo.

El interior estaba acondicionado con pequeñas jaimas instaladas en el gran patio de arena, guareciendo los aperitivos del ligero viento cálido y húmedo que soplaba de vez en cuando; decoración bereber, incluso una enorme jaula con loros de llamativos colores.

Disfrutaba de mi segundo Martini, conversando de forma amena con un empresario bastante influyente de la zona, sin quitar el ojo a mi acompañante; que estaba reunida con un grupo de mujeres en uno de los balcones. De pronto, ocurrió algo que parecía impensable –al menos para mí, hasta ese momento.

Una tormenta copiosa y repentina cayó sobre nuestras cabezas, obligándonos a ponernos a cubierto. Entré en una de las habitaciones, adornada con fotografías en las cuatro paredes. Me entretuve a mirarlas hasta que el sonido de unos zapatos de tacón me distrajo. Martina estaba en la puerta, empapada, y mirándome. La cerró y se acercó a mí, bajándose la cremallera del vestido…

Solo espero que no se entere mi mujer…

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8 comentarios

  1. 1. Cara dice:

    Es un relato entretenido pero una trama muy manida. Nihil sub sole. Pero felicidades, hay queseguir trabajando. Gracias

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 17:02
  2. 2. earendil dice:

    Saludos Miriam Torres.
    El tuyo es el primero de los relatos siguientes al mío, así que será el primero que comentaré.
    En primer lugar voy a valorar el contenido.
    El relato me ha gustado bastante, es una historia sencilla pero bien contada. Las palabras de rigor están bien introducidas en el texto, aunque sin ser demasiado vinculantes en la historia fluyen con naturalidad. Tal vez la palabra “museo” está algo más forzada.
    Me llama la atención el punto de vista masculino del narrador. Si atiendo a tu nombre deduzco que eres mujer, aunque bien podría ser un seudónimo engañoso. Te lo digo por la forma picaresca con que el protagonista juega con Martina (por cierto, el nombre del prota no sale por ninguna parte).
    También me gusta el tono sutil de humor que envuelve todo el relato, sin ser cómico.
    En cuanto a la forma.
    Para empezar, me gustaría aclarar que la mayoría de mis puntualizaciones son preferencias personales, pues no soy ninguna experta y siempre las hago con la mejor intención.
    * Los dos primeros párrafos, que has escrito a modo de presentación, creo que deberías haberlos escrito después de: Embajada de España, 1 de abril de 2014. Si la escena se desarrolla en el mismo despacho, no sé por qué está aparte.
    * La siguiente cuestión es la de las reflexiones que aparecen unas cuantas veces a lo largo del texto. Ejemplo.
    “Acto seguido, llamé a uno de mis contactos en la zona para que comprobase la autenticidad del documento –no es la primera vez que recibo invitaciones de este tipo para acudir a cenas benéficas, que luego resultan ser una excusa para sacarme el dinero–. Pero no había duda. Era un evento real. Lo comprobé cuando recibí la lista de invitados –altamente confidencial– en mi correo electrónico: empresarios, políticos, famosos, magnates del petróleo… Mucho pez gordo. Grandes perspectivas de negocio.”
    No creo que los guiones sean la forma más adecuada de presentarlos. Hubiesen quedado mejor entre paréntesis o simplemente entre comas.
    * A lo largo del escrito he apreciado también cambios importantes en las formas verbales: pasas de estar narrando en presente y luego en pasado. Ejemplo:
    “En ese momento, Martina ENTRÓ en el despacho con mi café servido en taza; atravesando la puerta de cristal con su forma de caminar tan sugerente y mostrando sus kilométricas piernas, envueltas en esa falda de tubo por encima de las rodillas. Qué bien hizo mi jefe en contratarla, aunque no supiese ni hacer la o con un canuto. Habla lo justo y está bastante buena. Qué más se puede pedir…”
    “SE ACERCA a mi mesa con el bote en la mano, mirándome con esa cara que combina la inocencia y la lascivia; y echa las dos pastillas con cuidado de no salpicarse la blusa blanca. Sin pensarlo dos veces, SACO la VISA del cajón de mi escritorio y se la entrego. Ya sabe lo que tiene que hacer.”
    *En esta frase: “Llegamos al hotel que con tan buen gusto había elegido mi secretaria, y cada fuimos a nuestras respectivas habitaciones.”____Falta “uno” después de “cada”.
    *En esta otra. “Mi acompañante apareció con un justado vestido largo de color verde, sin escote.”___Supongo que quisiste decir “ajustado”.
    *Aquí: “…sin quitar el ojo a mi acompañante; que estaba reunida con un grupo de mujeres en uno de los balcones.” _____Creo que hubiese sobrado con una coma después de “acompañante”.
    *La expresión: “Me entretuve a mirarlas hasta …”___quedaría mejor: Me entretuve en mirarlas.
    Espero haberte ayudado con mis anotaciones, que como he dicho antes, algunas de ellas son más de gusto personal que de otra cosa.
    Te felicito por tu trabajo y espero seguir leyéndonos.
    Un abrazo.

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 17:52
  3. Hola, Miriam.
    De nuevo leyendo tus relatos con todo el respeto.
    Voy a tratar comentar por separado la forma y el contenido.
    Forma:
    La primera coma del relato creo que sobra.
    La expresión: ¡Y tanto!, a mi entender no suena muy literaria. Los puntos suspensivos que la preceden, creo que sobran.
    …y después una Recepción en la Embajada. Recepción debe ir en minúscula. El adverbio de tiempo “después”, confunde, pues parece que la recepción se va a desarrollar de inmediato y no al día siguiente.
    Qué bien hizo mi jefe en contratarla. Con el nivel laboral que se le presume al personaje, parece difícil pensar que alguien esté por encima de él a la hora de contratar una secretaria.
    –Un par. –respondo. Sobra el punto.
    …en clases diferentes –por aquello de la discreción– Creo que sobra la
    explicación. Estos incisos entre rayas los repites varias veces. Creo que se pueden evitar, al menos yo no los pondría, usaría comas.
    Esperaba que no les importase que no llevase. Uno estos “que”, debería evitarse.
    Sino, me daba igual. “Sino” va separado.
    justado vestido largo… Error al teclear. Supongo que querías decir, ajustado.
    parecía impensable –al menos para mí. Sobra la raya y falta la coma.
    Contenido:
    Es cierto, como se ha dicho antes, que es un tema recurrente. Pero, ¿qué tema no se ha repetido hoy en día millares de veces? Lo importante, siempre desde mi punto de vista, es la forma en que se trata. Una misma historia según como se narre puede resultar buena o mala.
    Creo que en tu historia te dejas llevar por unos estereotipos muy enraizados. El jefe chingón y la secretaria florero medio tonta, y no tiene por qué ser así. En tu historia lo único que le interesa al jefe es la carne de su secretaria, y desgraciadamente eso sucede muy a menudo y si encima ella se comporta como un jarrón de adorno, tenemos el cuadro completo. Yo creo que al jefe idiota, prepotente y abusón, que los hay en demasía, hay que oponerle una mujer inteligente, preparada y con agallas, que si se quiere irse a la cama con él, que no sea porque su cacumen no da para más y teme en definitiva las represalias del jefe machista, si no porque es lo suficiente inteligente como para gobernar su vida y hacer lo que le apetece en cada momento. Puede que sea eso lo que le apetezca a la secretaria de tu historia y además sea inteligente, pero de la misma forma como se resalta el desprecio que siente él por ella, el narrador se encarga de resaltarlo en cada párrafo, debería mostrarse también lo que ella piensa respecto de ese sujeto, pues parece que Martina aparte de sus vestidos y sus zapatos no tenga nada más, bueno, a excepción de su buena y espléndida anatomía.
    Miriam, perdona si te he cansado, tal vez esté equivocado en mis conceptos.
    Podría decir que qué bonito escribes, que es verdad, y listo; pero con tus narraciones me apetece profundizar. Creo que tienes un potencial maravillo, creo que eres joven y puedes mejorar. Sólo trato de aportar mi granito de arena.
    Felicidades. Y sobre todo, escribe, escribe y escribe. ¿Sabes por qué te lo digo, pues porque en mi tiempo yo no lo hice, y siempre lo he lamentado.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 13:21
  4. 4. Jisaen dice:

    Tienes la facilidad de describir lugares y detalles de los mismos y vas narrando los hechos a un ritmo que atrapa, pero la historia me pareció un poco plana. Recuerda que el cuento debe de sorprendernos al final, y la relación entre tus personajes principales quedaba patente desde antes.

    Saludos

    67. EL CUADRO – Jisaen

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 22:12
  5. 5. Miriam Torres dice:

    Buenas noches.

    Gracias por haber dedicado un tiempo a leer mi texto.

    Es cierto que con vuestras observaciones he descubierto detalles que había pasado por alto. Quizá no dediqué el tiempo suficiente a una revisión profunda antes de publicarlo.

    Por otro lado, quiero puntualizar una de las anotaciones de earendil. El gran problema de este espacio es la falta de formatos de edición del texto.Este tramo:

    “El Embajador de España tiene el gusto de invitarle al cóctel que se celebrará en la casa de Sheikh Saeed al-Maktoum, con motivo de la conmemoración de la construcción de la Embajada en Dubái, el próximo 15 de abril a las 21; y después una Recepción en la Embajada el 16 de abril de 12 a 1.30”

    Embajada de España,

    1 de abril de 2014

    Forma parte de la misma estructura, es decir, una carta con su firma y su fecha. Aunque queda un poco descolgado y parece que es una presentación del texto y del escenario donde se desarrolla. Pero no.

    Nos leemos 🙂

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 22:41
  6. 6. earendil dice:

    Hola de nuevo, Míriam.
    Gracias por pasar por mi texto y dejar tus impresiones, siempre bienvenidas y consideradas para futuros trabajos.
    Te agradezco que me aclares uno de mis comentarios en tu texto. Tienes toda la razón del mundo, el formato de edición no da para hacer ciertas cosas. A mí, por ejemplo, no me ha editado las cursivas que sí puedo utilizar en los comentarios.
    Un abrazo y espero leernos en otros talleres.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 18:50
  7. 7. KMarce dice:

    Saludos Miriam:

    Un poco tarde porque el mes ha avanzado, pero con ganas de leer tu relato del mes.

    Coincido con las buenas observaciones que te han hecho de forma puntual, muchas son “por lector de ojo ciego”, de tanto que leemos el texto, nos saltamos esos deslices.
    Considero que la historia es cotidiana, pero sin que por ello se pierda vigencia. Solo el consejo que te salgas de los esterotipos. Hace unos días veía un video de Lo terrible de las princesas de Disney (sí, me gusta Disney) y me dio coraje que se critiran a Blancanieves, la Cenicienta, o la Bella Durmienta, sin contar con La Bella y la Bestia, porque fueron escritas hace muuuuuuchos años y las mujeres, no tenían el protagonismo de las mujeres actuales. Cada epoca tendrá su “rol”, dentro de muchos años, criticaran a las mujeres que son abogados o gerentes de marca, o quien sabe qué, porque dirán que no eran tan aguerridas, como las “libertadoras de pensamiento, presidentes, o liderezas que sacaron naciones adelante con grandes revoluciones”, sabrá Dios en dónde estarán en la historia mujeres del futuro.
    Pero, en esta época, se espera un poco más de fuerza en la mujer y no solo ser un estereotipo de satisfacción.
    Pero, la historia me ha resultado muy entretenida, y muy bien planteado el personaje masculino en todo su “machismo”, quien sabe a lo mejor estoy errada, y la Manuela es más lista de lo que creo y quien es el bobo sea él, porque solo le hace caso a sus bajos instintos. Jeje.
    Talvez como escena en sí, no tenga un nudo muy “visible”, pero si encaja para una introducción a algo más allá de lo que se ha planteado… y la dirección de este relato puede ir a cualquier parte, porque lo permite (que Manuela aparezca muerta, que la mujer llegue y los “cache”, que ocurra un atentado terrorista y los secuestren… en fín, historias a montones)

    Y con el formato de edición de los relatos, a todos nos ha jugado la mala pasada, yo entendí el texto así como lo describes, aunque a mi forma de ver, las “” debían cerrar todo el texto, porque éste se estaba leyendo.
    Me has entretenido, y lo he disfrutado. ¡Nos leemos!

    Escrito el 25 mayo 2016 a las 20:25
  8. 8. Grumete dice:

    Hola Miriam.

    Sobre la forma ,creo que ya te lo pusieron todo .Iré al contenido no sin antes decir que me gusta como escribes,las palabras del reto están perfectamente integradas en el relato,te felicito.

    Sobre el contenido, todo esto como opinión como lector,me gusto la historia ,pero me falto un acontecimiento mas importante ,es cierto que en 750 palabras se queda corto(ami me pasa),pero me entretuvo y de eso se trata,felicidades.Espero seguir leyéndote en los próximos talleres.

    Saludos.

    Escrito el 29 mayo 2016 a las 10:22

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