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Épocas agitadas - por Eduardo Tapia

Web: http://keningar.wix.com/keningar

—Hace mucho tiempo, antes de que los humanos se atrevieran a volver a esa península y le dieran su actual nombre, todo Áuril era una frondosa selva.
—¿También las altas cordilleras centrales? —preguntó el hombre debajo de mí, mientras llenaba sus recias manos con mis senos.
No pude evitar sonreír, excitada por su calor.
—Imagino que la selva no llegaría a lo más alto.
—Me gustan así —añadió, masajeándome—. Continúa, por favor.
Su sonrisa era sensual y gallarda, antes de nada, nuestros labios se unieron.

—En esas selvas se asentó la primera gran civilización, los Slithi, los hombres serpiente. Su imperio sometió a los primeros humanos, seres tan primitivos que apenas conocían el fuego o tallar roca. —
Sentí su mano recorrer mi costado, aventurándose hacia mi pelvis, parecía imposible seguir la historia pegada a su cuerpo ardiente, mi boca pausó de hablar, para expresarle cosas muy diferentes a mi amante.

Solo tras saborearle proseguí:
—Los Silthi vivían en acrópolis con la forma de árboles colosales, construidas en piedra.
Parecía una metáfora de lo que erigía en él, bullendo excitado.
—Representaciones de sus dioses se enroscaban en ellas, envolviéndolas, devorándolas a veces.
El retozo de mis piernas desnudas volvían reales las descripciones. Él entró en mí, me llenó como nuestra primera vez, en el museo de la torre, cuando yo entré sin permiso por aquel libro que necesitaba, y él me descubrió.
¿Cómo terminamos así? Creía que con insinuarme bastaría para zafarme de un joven tontorrón, ¿Cómo imaginar que terminaría prendida, en sus brazos? Pese a nuestro abrupto encuentro, nadie me había valorado tanto.

Me costaba seguir hablando, su cadera se agitaba contra la mía y sus caricias me estremecían, aun así, debía contarle por qué era tan importante, me esforcé:
—Se… dice que nuestro primer dios aprendió de ellos el secreto de forjar bronce y hierro. —Llevé nuestra unión a un ritmo cálido y pausado, que hacía viable hablar.
—Se dice también que una diosa Slithi proscrita enseñó a mujeres los secretos de la escritura, ellas lo extendieron a toda la humanidad. Gracias a ellas tenemos civilización, historia, literatura.
Regresé los labios al cuerpo de mi oyente, saboreé el sudor que ya manaba de su ardiente piel.

—Recuerdo eso, no fue un regalo desinteresado. La diosa de la vanidad sabía que quien da forma a las palabras, ostenta un poder inmenso y sutil. —Máximo me sorprendió gratamente, pese a ser un guardián ocasional del museo, estaba bien instruido.
—Sí, y el libro contiene claves, claves para entender sus intenciones y para saber por qué su imperio fue arrasado por tormentas y mares. Quizás… el salado maremoto cambiara el paisaje de selva y sepultara a sus habitantes, pero las edificaciones perduraron, envueltas en ah… en… arena.

No fui capaz de hablar más, el deseo ya no cabía en mí, necesitaba compartirlo con mi amado. Le abracé, le mordisqueé, penetró en mí, le introduje muy adentro. El olor de su piel y el roce de sus insaciables manos era extraordinariamente agradable. Me apretaba a él, le rodeaba la cadera con mis muslos, me aferré con los brazos a su fornido torso.
Mezclada con su cuerpo, perdí la noción del tiempo. Nuestros movimientos se volvían más y más intensos, veloces. En desatado arrebato sentí cómo se derramaba, mientras yo me erizaba de éxtasis.

Cuando terminamos, juntos, agotados, podía sentir la humedad del río a mi vera, el frío de la noche campestre y la arena del lecho adherida a mi piel, todo era perfecto si podíamos seguir abrazados un poco más.

—¿Entonces, buscas los secretos de la diosa serpiente? —terminó por preguntar, casi lo había olvidado.
—Mi interés era arqueológico. Pero cada día estoy más convencida de que las ruinas contienen respuestas sobre los enemigos que nos amenazan. También debemos conocer si volverá aquello que anegó Áuril antaño. —Froté nuestras mejillas—, espero no haberte aburrido, hablando como un loro mientras…
Máximo me besó.— No podrías resultarme más interesante. —Sentí un pinchacito de emoción, quizás cualquier otro lo diría por halagar, pero un paladín no mentía.

—Ojalá pudieras acompañarme.
—Estoy comprometido en una misión, pronto partiré. —Aquello me producía algo de congoja. Él me acarició suavemente—. Solo dime cómo encontrarte, cuando termine aquello, podremos compartir aventuras.
—Escríbeme, puedes mandar un cartero a esta dirección de Passo.
—Lo haré Seralia, y llegado el momento te encontraré. —Allí, arrullados junto a la orilla, ni me imaginaba hasta donde llegaría para cumplir su palabra.

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7 comentarios

  1. 1. Eduardo Tapia dice:

    Hola a todos, tras unos meses sin participar vuelvo con este relato que espero disfrutéis.
    Como veis, aunque quizás sea demasiado resumido ya que quería contar algo de la historia de mi mundo, es un relato bastante erótico. Me encantaría que entre vuestros comentarios (sin perjuicio de todo lo demás que queráis comentar acerca del texto) me dijerais si os ha excitado aunque sea un poquito.
    Otra faceta que me interesa especialmente es que tal usé los puntos suspensivos. Tuve la tentación de usarlos mucho más a menudo para recordar la situación, pero tras meditarlo no quise abusar de ese recurso y al final lo reducí bastante.

    ¡Un saludo y gracias por leerme!

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 13:57
  2. 2. KMarce dice:

    Saludos Eduardo:
    Gracias por pasar a leer mi relato. Y darte la bienvenida de nuevo al taller después de tu ausencia.

    Siendo honesta, no sé como evaluar tu relato, porque me parecen dos historias, barajadas. Una cuenta el encuentro amoroso de una pareja, y otra el relato de un pueblo, o leyendas.
    No me parece inverósimil que una pareja en todo el candor de un encuentro quiera hablar de leyendas, tradiciones, historia… sería lo último que desearían hablar, por lo que en mi caso, muy peculiar, me causó un efecto más bien cómico, como esas películas de los hermanos Wayans.

    Pero a lo que te interesa: El relato no tiene un nudo, ni un desenlace, al menos yo no lo encontré. Si es saber de la leyenda de la diosa serpiente, o es otro asunto. Me he quedado con la duda.
    Sobre el uso de los puntos suspensivos, solo los usate dos veces, en frases que no creo que los necesitan, aunque creo que deseabas mostrar la pausa de que “no estar tan concentrado en la charla”, pero no sentí ese efecto.
    Se te escapó una raya, que no va al final en:
    … el fuego o tallar roca. —

    Te diré que la lectura erótica no me interesa, no es algo que yo busque o considere como lectura de entretenimiento, quizá por mi propia apatía por ella no has logrado ningún efecto en mí… pero quizá con otros lo consigas, ellos ya te lo comunicaran. 🙂
    Saludos,

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 09:59
  3. 3. ortzaize dice:

    hola: no se si en este relato tenia que reir o estar atento a los movimientos de la “diosa”,
    has enlazado bien las dos historias, todo el rato imaginaba la guerra que tendria el pobre mientras actuaba…. y con la historia de fondo jajajaj y gracias a la diosa de la escritura.
    gracias

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 13:29
  4. 4. Elvis Christie dice:

    Saludos:

    Me ha gustado del relato cómo recreas el crescendo de la tensión sexual al tiempo que la protagonista intenta contar una historia a su amante. Es cierto que la descripción tiene capacidad para excitar al lector pues permite visualizar la escena, aunque le resta mucho protagonismo a esa historia que ella cuenta. En mi opinión, dentro de un relato (máxime si es una novela) la escena de contenido sexual suele tener un sentido en sí misma revelando mucho del carácter de los personajes. Por eso creo que el diálogo que se inserte en dicha escena debe ser muy secundario para no pasar desapercibido o robarle protagonismo a momento sexual.

    Desde el punto de vista negativo y atendiendo a las formas, advierto ciertos fallos en el uso de las comas y los guiones. Un ejemplo, al final del primer párrafo:
    «Su sonrisa era sensual y gallarda, antes de nada, nuestros labios se unieron».
    Creo que la frase «antes de nada» está incorrectamente acotada entre comas siendo más correcto anudarla a la primera frase con un copulativo («y»). Por ejempo: «Su sonrisa era sensual y gallarda y, antes de nada, nuestros labios se unieron».

    Algo parecido aprecio al final del segundo párrafo: «Sentí su mano recorrer mi costado, aventurándose hacia mi pelvis, parecía imposible seguir la historia pegada a su cuerpo ardiente, mi boca pausó de hablar, para expresarle cosas muy diferentes a mi amante». En este caso creo que la redacción correcta debería ser (quizás):
    «Sentí su mano recorrer mi costado, aventurándose hacia mi pelvis. Parecía imposible seguir la historia pegada a su cuerpo ardiente y mi boca pausó de hablar para expresarle cosas muy diferentes a mi amante».

    Un último ejemplo de enlaces que realizas con comas cuando lo que pide la frase es una pausa más prolongada: »No fui capaz de hablar más, el deseo ya no cabía en mí, necesitaba compartirlo con mi amado». Yo sustituiría la primera coma por un punto y seguido (o puede que con un punto y coma), y la segunda por una «y».

    Un saludo. Estoy en el 119.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 05:47
  5. 5. barojo dice:

    ¡Hola Eduardo!
    Estoy de acuerdo con muchos de los comentarios que te han hecho. Te explico cómo ha sido mi proceso mental durante la lectura, por si te ayuda en algo. Durante la primera lectura, como le ha pasado a KMarce, me ha resultado un poco cómica la situación: no me parece creíble la conversación que están teniendo durante el acto sexual y solo pensaba en que ningún hombre sería capaz de mantener la concentración en una situación así. Lo he leído otra vez y ya no me ha resultado tan cómico, digamos que si nos ponemos en el plano de la ficción, pues sí es creíble, pero coincido con Elvis en que no está “justificado”. Si se tratara de una novela o un relato largo, una vez metidos en la historia podemos creer cualquier cosa, pero al ser un relato corto, nos encontramos con una relación sexual que se está iniciando y, a la vez, una historia que no tiene nada que ver. No sé si me explico o si estoy liando mucho la cosa.
    Yo sí que veo la estructura de la historia, aunque no entiendo muy bien el papel que tiene el chico: un guardián ocasional del museo (me imagino a un guarda de seguridad sin mucha iniciativa), pero luego es un paladín que tiene una misión. Creo que se debería profundizar más en el personaje del chico.
    Por último, me chirrían las palabras “gallardo” y “paladín”, no me encajan en la ambientación general del relato. Igual me pasa con “froté nuestras mejillas”, el verbo frotar no me gusta en esta circunstancia.
    La descripción de la parte sexual sí me parece erótica.
    Creo que modificando algunas cosas puede quedar un relato muy bueno.
    Mi relato es el 115, por si quieres pasarte.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 11:53
  6. 6. Eduardo Tapia dice:

    Hola compañeros, gracias por comentar.
    Quizás el problema de mi narración es que deseo que transmita demasiadas cosas a la vez.
    Por un lado tenía el objetivo de cumplir el taller y sus palabras, lo que ví como una buena oportunidad de explayarme un poco en el trasfondo de mi mundo, Kéningar. Luego, para que la historia no fuera un simple resumen de trasfondo tuve que encontrar la manera de sacarla a colación en una escena entre personajes y lo más apropiado era ponerlo en boca de Seralia.
    Como era la primera vez que menciono a Seralia en mis historias, me pareció oportuno que el texto refleje su forma de ser: una joven obsesionada con su pasión, la arqueología, lo suficientemente valiente y decidida como para hacer “lo que sea” para superar los obstáculos que se interpusieran sus aventuras, pero que sin embargo también tiene un lado sensual y humano que le unió al otro personaje, Máximo.
    Como además llevaba un tiempo con ganas de intentar hacer un relato erótico, pues terminó saliendo esto. Entiendo muy bien que cuando estás “en faena” no es momento para la charla que tuvieron, pero mi enfoque es que fuera la típica escena de serie o película en la que los protagonistas comparten sus sueños y proyectos mientras están desnuditos y arrullados.

    Supongo que tenía demasiadas expectativas en algo tan corto, y si tengo que dar todas estas explicaciones es que no habré conseguido lo que me proponía.
    Entiendo que alguien que lo lee una vez y de forma aislada es imposible que capte todos estos detalles, pero me conformaba con que se a parte de pasar un buen rato con la historia picante, se empiece a formar una idea de como es Seralia y el mundo donde se mueve.
    Acerca de Máximo, tengo muy claro que lo he dejado completamente en segundo plano durante la narración, a él ya le dedique una historia de presentación en el taller octubre, que podéis ojear en mi blog si queréis.
    http://keningar.wix.com/keningar

    De cualquier forma vuestros comentarios son una antorcha a la ceguera de un escritor que sabe lo que quiere pero no lo que consigue.
    Muchas gracias Elvis por los ejemplos que me das sobre como mejorar mi puntuación, es algo en lo que estoy trabajando porque se me resiste.
    Las frases que pones de ejemplo: en la primera ahora mismo creo que lo mejor sería así:
    Su sonrisa era sensual y gallarda. Antes de nada, nuestros labios se unieron. (A antes de continuar hablando me refiero, claro)
    En el segundo ejemplo me gusta mucho tu versión.

    Barojo, entiendo muy bien que puedan sorprenderte las palabras gallardo y paladín en lo poco que se llega a entrever de Máximo aquí, las puse precisamente por eso, para “encaminar” a la imaginación por el lugar correcto, para que pese al poco peso que tiene el personaje el lector sepa que hay más que un hombre cualquiera con una noche afortunada. Es cierto que igual como relato aislado sobrarían esos terminos, porque le quitan protagonismo a la mujer, que es el foco central.
    Por cierto, para futuros comentaristas: ¿Qué os parece mi manera de darle voz a una mujer?

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 19:49
  7. ¡Hola, Eduardo!

    Te cuento mis impresiones. En cuanto a la forma, me parece un relato muy bien escrito, sin faltas de ortografía, con amplio vocabulario y claro en sus descripciones. Coincido con el compañero que te hablaba de las comas. Hay lugares en que las utilizas y sería más correcto usar “punto y seguido”.

    En cuanto al contenido, a mi también me han parecido dos historias paralelas (el encuentro sexual y la historia de Auril) que esperaba que en algún momento se cruzasen y no ha sido así. Se nota que no es un relato único y cerrado, sino que viene de otra historia “más grande” y por eso quedan muchos aspectos en el aire. Creo que como relato individual, le falta un poco de redondez.

    Al margen de esto, me han gustado mucho ambas historias: tu descripción del encuentro sexual a mi me ha gustado mucho, creo que has transmitido perfectamente la tensión y consigues meter al lector en situación. También me ha gustado la parte donde describes Auril, los Slithi y todo ese mundo que has creado.

    Destaco la frase final porque me ha encantado: “ni me imaginaba hasta donde llegaría para cumplir su palabra.” Dejas el final abierto a la imaginación (o a próximas entregas). No sabemos qué pasará ni qué hará para volver a encontrarla pero se intuye que será algo grande.

    He disfrutado mucho con tu relato. Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 21 mayo 2016 a las 09:48

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