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LA CERTEZA DE UN SUEÑO - por LUZ ORTEGA

María estaba asustada, no sabía dónde se encontraba, ¿Cómo había llegado hasta allí?
Su mente iba a mil por hora…
Lo último que recordaba era aquella tormenta que no le dejaba ver, los relámpagos que iluminaban la oscura noche, las curvas pronunciadas de la carretera, el ensordecedor ruido que le taladraba el cerebro y la conducción sin rumbo que parecía no tener fin.
Y de repente estaba allí, en el asombroso museo egipcio de El Cairo.
Desde su licenciatura en arqueología, hacía dos años, María había intentado viajar a El Cairo, pero por causas directas o indirectas el viaje no había llegado a realizarse. Pero estaba allí ante aquella maravilla, su cuerpo se estremeció…, todo allí era majestuoso y ella se sentía muy pequeña.
De repente notó una presencia a su lado.
-Bonjour Madame-
María miró hacia la voz penetrante que se dirigía a ella.
-Buenos días – respondió.
María quedo perpleja, ante ella vio al hombre más atractivo que jamás hubiera imaginado.
-Perdón, dijo el hombre moreno de penetrantes y negros ojos, imaginé que era francesa….
-No, soy española – contesto María.
-Asim, me llamo Asim y soy el director del Museo –
Ofreciéndole al mismo tiempo una tarjeta de identificación y su mano.
-María – contesto ella.
– ¿Le importa que la acompañe durante la visita por el museo? – dijo Asim
-Estaría encantada – respondió María

Nos encontramos ante el tesoro de Tutankamón, de más de 3500 objetos, descubiertos por Howard Carter en la tumba del faraón, en el Valle de los Reyes, situado en las proximidades de la antigua Tebas….explicaba Asim.
María no escuchaba nada, estaba totalmente absorta ante la presencia de Asim, la tenía cautivada, era una belleza egipcia de otra época y María se sentía deshacer ante su presencia.
De repente un temblor de una magnitud increíble, invadió el museo, el suelo empezó a agrietarse, Asim sujeto a María con sus brazos, ante sus pies todo comenzó a hundirse, las paredes se derrumbaron y una enorme masa de arena empezó a cubrir aquel majestuosos edificio, María continuaba abrazada a Asim, pero el suelo seguía hundiéndose, de repente la visión de María empezó a nublarse, notó que los brazos de Asim le soltaban y desaparecía ante lo que parecía una gran tormenta de arena. María intentaba no caer, pero era imposible y ante su borrosa visión, vio volar un enorme loro azul. La arena empezó a cubrir todo, el museo desaparecía y María se veía desvanecer con él.
La luz blanca le hizo despertar…
-María, María, ¿me escuchas? – Sandra, la doctora intentaba reanimarla.
– ¿Dónde estoy? – Dijo María.
-Tranquila estas en buenas manos.
– ¿y Asim?, ¿dónde está?
– ¿Asim? – Tranquila María, debes relajarte, has tenido un accidente con tu vehículo, pero todo está bien- respondió la doctora
– ¿Cómo dices? ¿un accidente de coche? -Pregunta María.
Voy a pedir que pase tu madre, lleva toda la mañana esperando para verte y ahora que ya estas consciente, le haré pasar. -Respondió la doctora.
-María, cariño ¿Cómo te encuentras? ¡Que susto nos has dado!
María empieza a recordar la carretera, la tormenta, la curva, el sin sentido de su escapada…
¡Oh no, Asim ha sido un sueño! – piensa María.
-Doctora ¿Cuándo podemos volver a casa? – pregunta su madre
-En media hora podrán irse, eso sí, María necesitaras unos días de reposo- respondió la doctora
-Gracias doctora
María se incorporó se vistió, recogió su bolso y se fue a casa.
Después de unos días de descanso en casa, María se encuentra mucho mejor, aunque no deja de pensar en Asim, ese sueño que le resulta tan real como ella misma.
De repente sonó el timbre de la puerta.
María abrió la puerta.
-Hola María – dijo el cartero.
-Hola Juan- ¿tengo correspondencia?
– Sí, ¿mira que carta tan especial te ha llegado?
María observó el sobre que el cartero le entregaba, tenía dibujado un loro azul, recordó haberlo visto con anterioridad, sus piernas comenzaron a temblar, su corazón comenzó a latir con fuerza y un escalofrío invadió todo su cuerpo, abrió el sobre y dentro de él una tarjeta de presentación, Asim Abdul Director del Museo arqueológico de El Cairo.

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6 comentarios

  1. 1. Isolina R dice:

    Hola, LUZ ORTEGA:
    La historia del sueño confirmado con la llegada de la tarjeta de Asim está bien, aunque creo que debes revisar el texto para corregirle unos cuantos fallitos.

    1 Lo que más canta es la repetición de “María” (26 veces) y de “Asim” (13 veces). Como mucho, deberías usar sus nombres media docena de veces para cada personaje. Y, sobre todo, que no haya tanta diferencia. Se supone que “Asim” es muy importante para la prota.

    2 En “, ¿Cómo” se debe poner: “, ¿cómo” porque hay “,” antes de la interrogación.

    3 Tienes algunos leísmos de persona en femenino: “no le dejaba ver”, “los brazos de Asim le soltaban”, “La luz blanca le hizo despertar”, “le haré pasar”. Este leísmo no está admitido por la RAE. En todos esos casos debe ser “la”.

    4 Tienes que revisar el uso de las rayas de los diálogos y sus incisos. En Literautas Iria hizo un post hace algún tiempo. Lo explica muy bien. Búscalo y estúdialo. La raya siempre debe ser así: “―”, no vale el guion (“-“). Entre la raya y la palabra a la que debe ir unida no hay que dar espacio.

    5 En cuatro líneas tienes el adverbio “allí” tres veces. Deberías reducirlas.

    6 En: “todo allí era majestuoso y ella se sentía muy pequeña” puedes suprimir “allí” y “ella”.

    7 Algunos signos de puntuación yo los pondría de otro modo:
    “su cuerpo se estremeció… Todo”
    “―Bonjour, Madame.”
    “―explicaba Asim” (los puntos suspensivos son tres).
    “―Tranquila, estás en buenas manos”.
    “Tranquila, María”.
    “―Doctora, ¿cuándo podemos volver a casa?”
    “―En media hora podrán irse. Eso sí, María, necesitarás unos días de reposo ―respondió la doctora.
    ―Gracias, doctora.
    María se incorporó, se vistió, recogió su bolso y se fue a casa.”
    “―Hola, María ―dijo el cartero.
    ―Hola, Juan. ¿Tengo correspondencia?”

    8 Te faltan varias tildes: “quedó perpleja”, “contestó María”, “contestó ella”, “sujetó a María”, “estás en buenas manos”, “estás consciente”, “¡Qué susto nos has dado!”, “necesitarás unos días de reposo”, “mira qué carta tan especial”.

    9 Hay mezcla de tiempos verbales. Primero todo estaba en pasado. Después se mezcla pasado y presente y al final se vuelve al pasado. Debería usarse solo el pasado.

    10 Creo que o no has revisado demasiado bien el texto antes de enviarlo o eres un poco despistada. Alguna letra te sobra (“aquel majestuosos edificio”), te has comido algunos puntos y aparte, cuando tienes que poner mayúscula a veces pones minúscula ( “―¿y Asim?”, “¿un accidente de coche?”…)
    Si te fijas más, te irá mucho mejor.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 18:13
  2. 2. Kika Delgado dice:

    Hola Luz Ortega, me ha gustado el desarrollo del sueño y que al final de la historia la entrega del cartero le dé ese toque de realidad. Yo revisaría la forma de redactarlo y, como ya te han dicho, la repetición de los nombres, saludos.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 11:26
  3. 3. LUZ ORTEGA dice:

    Gracias por los comentarios.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 18:32
  4. 4. Laura dice:

    Hola Luz.
    Felicitaciones por animarte a publicar.Yo lo hago por tercera vez. Estamos bastante parejas.
    Gracias por pasar por mi relato y dejar tu comentario.
    Ya veo que pasó Isolina y señaló los detalles técnicos, por lo que no voy a repetirlos ya que con la práctica se van corrigiendo.
    Me gustó mucho tu relato. Toma el consejo de Isolina: revísalo varias veces antes de mandarlo.
    Sigue escribiendo. Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 21:57
  5. 5. juanjohigadillo dice:

    Buenos días, Luz, y gracias por pasarte por mi relato. Como bien dice Laura, después del exhaustivo comentario de Isolina no creo necesario añadir nada más, excepto animarte a que sigas escribiendo y participando en estos talleres en los que tanto aprendemos todos.
    Saludos desde Pucela.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 07:57
  6. 6. LUZ ORTEGA dice:

    Muchas gracias por los nuevos
    comentarios, intentaré mejorar en las próximas ocasiones.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 21:35

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