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MIGRANTES, AYER, HOY y SIEMPRE - por Otilia

En la comarca de Busturialdea, a orillas del Mar Cantábrico, nacieron y crecieron mis padres. La posguerra era dura, con hambre y represalias para los perdedores, cárcel y a veces la muerte. Ellos, como otros tantos jóvenes, sin nada que perder, con la maleta llena de melancolía y sueños, embarcaron en el puerto de Bilbao, buscando la vida en países de lenguas y climas extraños.
Valparaíso en Chile los acogió con los brazos abiertos. Allí establecieron su hogar y nací yo.
Los recuerdos de mi niñez son felices. Casi todos los fines de semana y fiestas, nos reuníamos con amigos en la Eusko Etxea, asociación, que habían formado los emigrantes vascos, para mantener costumbres y tradiciones. Así, las nuevas generaciones, como yo, aprenderíamos a amarlas. El idioma era nuestro motor, niños y mayores hablábamos y cantábamos nuestras canciones en euskara haciendo que a más de diez mil kilómetros del País Vasco, la lengua se mantuviera viva; hasta la mascota del centro, un loro hablador de vistoso colorido, nos recibía diciendo: «¡Gora Euskadi!»
En la adolescencia, cuando tu cuerpo te pide no hacer nada, recuerdo a mi madre decirme:
«Estudia para tener un futuro y ser algo en la vida».
Y a mi padre, aplastado por una existencia gris y rutinaria:
«Estudia, aprovecha el tiempo, no serás más feliz, pero sí mucho más libre».
A los dos años de enterrarlo, el año 1984, la Unesco concedió el título de Reserva de la Biosfera de Urdaibai a su añorada tierra.
Para entonces, yo trabajaba en el Museo Marítimo Nacional de mi ciudad. Tenía contacto con otros Museos Navales de España, Barcelona, Cádiz…, y sobre todo, con el de Bilbao. Luis, su Director y mi amigo, me comunicó la noticia. En la Reserva de Urdaibai estaba en marcha un segundo Guggenheim como ampliación del Museo de Bilbao y ésta podía ser mi oportunidad para volver al País Vasco.
Pensé en esa posibilidad durante unos días, luego el trabajo diario y sobre todo, la enfermedad de mi madre, hicieron que la postergara.
Una tarde, cuando ya no se levantaba de la cama, me llamó a su lado, se sentía con fuerzas para contarme su gran secreto:
—¿Te acuerdas cuando eras niña que todos los meses venía el cartero a casa?
—Sí, traía noticias de tu hermana desde Busturia.
—Lo que no sabes es que tu tía, con sus cartas, mitigaba el dolor que me arañaba por dentro.
—Ama, ¿qué dices?, descansa, no conviene que te alteres.
—Ese dolor es mi penitencia, hija. A los quince años tuve un hijo. Las monjas con el consentimiento de mis padres se lo dieron a una familia pudiente de la comarca, los Ruiz de Egino y no lo vi más. Sólo por las cartas de mi hermana he sabido que creció feliz, que se casó y que tengo un nieto.
—¿Y papá?—dije abrazándola.
—A tu padre no le importó, fue un hombre bueno que me quiso toda su vida. Tu hermano se llama Sebastián Ruiz de Egino.
Cuando mi madre murió, me sentí arropada por todos los amigos de Valparaiso, pero también mi familia y amigos vascos estuvieron en todo momento pendientes de mí. Ellos querían que volviese a Euskadi. Sus ganas de abrazarme por primera vez, y el recuerdo de mis padres me animaron. Aunque había otra fuerza que me arrastraba, mi hermano secreto.
Cogí vacaciones y puse rumbo a Bilbao. Luis me recogió en el aeropuerto, hablamos largo y tendido , como dos personas cualesquiera que llevan medio año sin verse. Luego me llevó a casa de mi familia y se despidió diciendo:
—Mañana vendré a buscarte, iremos a comer y te presentaré al Director del nuevo Museo Guggenheim.
El puesto de Directora de Comunicación estaba libre y todos me animaban a conseguirlo.
Tenía la tarde para mí. Hacía un tiempo magnifico y el cielo de un azul insolente me encaminó a la orilla del mar. Estaba pisando la arena blanca de la Marisma de Busturia y una tormenta de sentimientos y sensaciones, sembrados desde la infancia por mis padres, me desbordaban. Esta era su tierra, pero no la mía, yo era porteña. Había cumplido la promesa que les hice de volver a Euskadi, ahora, la pregunta era, ¿para quedarme?
El nuevo día no despejó la duda. Mientras Luis hacia las presentaciones, mis ojos miraban aquel rostro que me recordaba la hermosa faz de mi madre, mi mano estrechaba la del nuevo Director, su nombre, Sebastián Ruiz de Egino, y mi voz emocionada decía:
—Encantada.

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11 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Otilia:redondo.
    Se veía venir el final, pero está muy bien escrito.
    El paso del loro fugaz, solo para cumplir con el requisito.
    Las migraciones han sido parte de la historia de la humanidad desde siempre, gracias a eso hay una riqueza cultural producida por la interacción de razas y creencias, de sabores y saberes.
    Las guerras causantes de todas las migraciones (las armadas y la económicas) han sido un revulsivo social de incalculables proporciones.
    Tú lo planteas desde lo íntimo y eso le da un valor adicional al relato.
    Te felicito.

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 17:30
  2. 2. Victor Hugo Montenegro dice:

    ¡Hola Otilia!

    Que gusto leerte de nuevo. Bien, en cuanto a tu relato me pareció una intrigante pieza familiar, donde algo que me gustaría destacar es que pasan cosas, vas avanzando en la historia y eso es bueno, no te quedas dándole muchas vueltas a un mismo asunto. El final trata de sorprender cuando encuentra que su hermano es el director. En general no le vi muchos errores en la forma. Los diálogos me parecieron que los trabajaste bastante, no son para nada planos. Un relato bien trabajado y ha sido de mi completo agrado.

    ¡Muy buen trabajo!

    ¡Un Abrazo!

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 19:56
  3. 3. lucrecia gordillo dice:

    Otilia

    Gracias por leerme y por el comentario. Es muy importante oír lo que piensan los lectores.
    El final se ve venir pero, en lo personal, me gusta que las cosas terminen bien, como en tu historia.

    Saludes, hasta junio.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 03:41
  4. 4. Jisaen dice:

    Hola Otilia,

    Muy bien narrado, no hay nada que acotar en cuanto a la forma. Me gusta tu estilo aunque creo que el final es un tanto predecible.

    《no serás más feliz, pero sí mucho más libre》

    Me encantó esta línea.

    Felicitaciones

    Jisaen N°67 El Cuadro

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 09:23
  5. 5. Tavi Oyarce dice:

    <Hola Otilia:

    Conmovedor tu relato. Las vueltas de la vida siempre vigente. No interesa si el final es predecible o no, sino la forma como planteas una situación que arrastra la humanidad.
    Muy bien la estructura, el tono y el ritmo. Me ha encantado la historia
    Te felicito

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 00:19
  6. 6. Demetrio Vert dice:

    Saludos Otilia. Lo primero agradecerte que hayas leído mis relatos y mis comentarios. Siempre es una sorpresa agradable que alguien se interese por uno. Me siento honrado por ello, y algo envanecido por tus elogiosos pareceres, en mi opinión inmerecidos.

    Como dices que vas siguiendo mi trayectoria no ignorarás que no suelo entrar en cuestiones gramaticales, sino de estructura, voz narrativa, conflicto, trama, etc.

    He leído con atención dos veces tu texto, para poder centrar mi análisis. No lo he leído dos veces porque el texto no se entienda, al revés se entiende perfectamente. Esta bien escrito, salvo algunas pequeñas cuestiones gramaticales muy fáciles de resolver.

    Yo entiendo que aquí, en Literautas, tenemos que hacer relatos, escribir cuentos, contar historias. Es mi opinión que en narrativa una historia tiene que tener presentació, nudo y desenlace. Y conflicto. Sin conflicto no hay historia. En ese caso el texto será una anécdota. Muy bien contada, es posible, pero anécdota al fin y al cabo.

    Yo veo en tu texto una presentación muy larga. El conflicto, (el dilema de la protagonista) no aparece sino al final. Cuando duda de si quedarse en Bilbao o nó.

    No hay nudo. No hay acciones que den lugar a giros en en relato. Todo se basa en contar la vida de la protagonista en Valparaiso y los deseos de sus familiares. Pero esto, no produce acciones y reacciones. Solo una (muy tarde, tambien, la confesión de la madre. Pero esta no cambia el deso de la protagonista de viajar; solamente lo refuerza. ni la protagonista tiene que vencer obstaculos para lograr su deseo (económicos, sentimentales, morales, etc.)

    Tal y como va el desarrollo del texto, el desenlace es muy débil. Si, aparece la sorpresa de conocer al amante de su madre, pero ahí queda todo. No hay ningún cambio, o renuncia fuerte en la protagonista, o en un tercero. (Sigue).

    Escrito el 25 mayo 2016 a las 17:49
  7. 7. Demetrio Vert dice:

    (Continúa). En realidad, no sé de qué quieres hablar en el texto. No veo la premisa dramática por ningún lado. ¿De la emigración? ¿De la nostalgia? ¿Del azar? La premisa es aquello sobre lo que gira un relato.

    Como pienso que no has pensado en ello, creo que has elegido mal la voz narrativa. El narrador en primera persona protagonista es (en mi opinión) muy adecuado para estos relatos cortos, porque permite entrar rápidamente en materia, atrapando al lector con los conflictos que el protagonista tiene, con sus dilemas. Pero aquí, el narrador protagonista no los tiene. Tal vez si hubieras elegido un narrador omnisciente, o equisciente sobre la protagonista, te hubiera permitido darle algo de dramatismo al cuento.
    Hay temarios muy interesantes en Literautas sobre la estructura de los relatos, sobre el conflicto, sobre los personajes. A raíz de este cuento, pienso que debieras repasarlos.
    Otila, si me sigues, sabrás que comento con mucha devoción y respeto. Yo he visto más bien un apunte autobiográfico, nostálgico, que un relato. Con muy buena redacción, eso sí.
    Intentaré seguirte aunque ando muy corto de tiempo. Comento los siguientes al mío porque considero que ese es mi compromiso con Literautas, y contesto a los que me leen y me dan su parecer porque trato de ser cortés.

    Muchas gracias por seguirme y hasta la próxima.

    Escrito el 25 mayo 2016 a las 17:51
  8. 8. Otilia dice:

    Hola Demetrio,
    Gracias por la pronta respuesta y por el tiempo para comentar.
    Gracias por las explicaciones. Estudiaré los temarios de Literautas y tendré en cuenta la premisa dramática del relato.
    Leeré y escribiré.
    Gracias y saludos

    Escrito el 26 mayo 2016 a las 10:15
  9. 9. Pepa dice:

    Hola Otilia.
    Gracias por leerme. Me preguntas por la frase «Sabía de lo que eran capaces» con ella dejo entrever que podían cumplir la amenaza de denunciar falsamente a la protagonista «Eran capaces de cualquier cosa».
    Me ha gustado mucho tu relato. Es ágil, desgrana un secreto familiar dejando a la imaginación del lector el desenlace del encuentro.

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 09:48
  10. 10. María Esther dice:

    Otilia has tratado un tema que que nos toca muy de cerca hoy.Es una realidad.Tu lo narraste muy bien,son historias de vida que siempre dejan algo a los demás.Saludos.Nos leemos.
    Maritel 65

    Escrito el 29 mayo 2016 a las 04:47
  11. 11. Isan dice:

    Hola Otilia:

    Lo primero que me ha llamado mi atención es la calidad del texto. Muy por encima de gran parte de los que he leído, aunque creo que algunas comas y puntos habría que arreglar. Lo segundo la verosimilitud del relato. Los detalles de la juventud, la Eusko Etxea, los estudios, etc. Me ha quedado el convencimiento que esta es una historia real y, si no lo es, la has bordado. Únicamente el título parecía que prometía otra cosa distinta de lo que ha sido. Pensé que iría más por la cuestión de la migración. A este respecto desde que los humanos somos bípedos, hemos recorrido continuamente todo el mundo por las causas más variadas: necesidad; porque allá donde viven es un infierno; porque se mueren de hambre; porque la naturaleza se ha vuelto hostil o porque les matan. Da igual el lugar del mundo donde nos situemos.

    Hay un detalle que no me cuadra. Es el da la hermana que vive en Euskadi ¿desde siempre? ¿la conoces? <no sé, me ha intrigado.

    Pero lo que más me ha sorprendido ha sido la profusión de datos y nombres tan concretos que ciertamente existen.

    Tiene razón Demetrio en su comentario. Quizás si hubieras hecho más hincapié en la migración o en el conflicto de establecer tu residencia en Bilbo, habría quedado más del gusto. Pero a mi me ha gustado y cuando me gusta, me fijo más en el devenir de la historia aunque no tenga un conflicto que haya que resolver.

    Zorionak eta beste arte.

    Escrito el 5 junio 2016 a las 23:42

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