Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El Viajero del tiempo - por MigueLuFer

Las pantorrillas le ardían pese al frío que acompañaba a la tormenta. Lucas pedaleaba exhausto por la cuesta que llevaba a la casa del viejo y huraño señor Meyer. Entregaría la carta y volvería a su cálido y reconfortante hogar. Ya imaginaba el tazón de chocolate caliente entre sus manos mientras veía su serie preferida. Sólo le quedaba un último esfuerzo… Un esfuerzo que le cambiaría la vida para siempre.

Entre los nubarrones, Lucas pudo visualizar a duras penas la vivienda del señor Meyer: una especie de casa de madera oscura y desgastada por los años. Dejó su bicicleta apoyada contra un árbol y se dispuso a tocar el timbre. Empapado hasta en partes que desconocía de su cuerpo, Lucas tragó saliva ante la espera del señor Meyer, quien era repudiado por sus vecinos debido a su hosca y grosera forma de ser.

Un rayo cayó sobre un árbol cercano al lugar donde se encontraba y a Lucas casi se le salió el corazón del susto.

̶ ¿Qué quieres? –la fría y ronca voz del señor Meyer resonó entre las rendijas de la puerta.

Lucas volvió a la realidad y pudo visualizar a un viejo minúsculo y muy arrugado oculto en la oscuridad del entreabierto portón.

̶ Soy el cartero, señor Meyer. Le entrego su correspondiente carta –le ofreció el papel y la huesuda mano del viejo lo tomó con cierto desdén. Echó un vistazo a la carta y sus ojos se volvieron de nuevo a Lucas.

̶ Entra –abrió la puerta por completo. Los relámpagos iluminaban parpadeantemente el interior de la vivienda–. Refúgiate hasta que amaine la tormenta.

̶ Muchas gracias, señor… Pero he de marcharme porque…

̶ Insisto –le interrumpió tajantemente.

Con el objetivo de que el señor Meyer no atentase contra su vida (decían que estaba completamente loco), Lucas aceptó la invitación.

Se adentró en la casa más increíble que había visto en su vida. Un fuerte olor a café le atrofió el sentido del olfato, aunque apenas lo notó, ya que estaba estupefacto con lo que veía. Estatuas de mármol, librerías repletas de polvorientos volúmenes, animales disecados (como loros, servales y un enorme oso pardo, entre otros) y cuadros de lo más abstractos decoraban la oscura casa del señor Meyer.

La puerta se cerró dejando tras de sí un estruendo que resonó en cada rincón de la habitación. La tenue luz de las velas iluminaba débilmente aquellas exóticas decoraciones.

̶ Es asombroso, señor Meyer –dijo Lucas contemplando absorto los adornos– .Parece un auténtico museo –añadió raspándose la pobre perilla pelirroja.

̶ Es mi museo personal –gruñó. Adelantó a Lucas con la ayuda de su bastón y cogió algo de una mesita que el chico no pudo ver. Sus pequeños aunque penetrantes ojos se centraron en Lucas con expresión seria–. ¿Qué harías si pudieses alterar el tiempo?

̶ ¿Disculpe?

̶ Si tuvieses la oportunidad de volver al pasado, ¿qué harías?

Lucas no daba crédito a lo que oía. ¿Por qué diantres le preguntaba eso de repente? Con el objetivo de no hacer enfurecer al señor Meyer, Lucas se limitó a responder.

̶ Pues… evitaría cometer los errores que han podido dañar a aquellos que me rodean, señor.

̶ ¿Ayudarías a los demás, dices? –indagó el anciano observando fijamente al muchacho.

Lucas asintió. El señor Meyer se acercó hacia él y le ofreció una especie de artilugio: un reloj de arena.

̶ Vuélcalo –ordenó el anciano.

Obedeció sin rechistar, temeroso de lo que pudiese pasar. ¿Por qué el señor Meyer le haría hacer precisamente eso? Volteó el reloj y la arena cayó hacia el extremo opuesto. A continuación, notó como el estómago se le removía, sintió un intenso vértigo y todo parecía ir muy rápido a su alrededor. Con el fin de acabar con esa tortura, rehízo lo anterior: le volvió a dar la vuelta al reloj.

Se encontraba en la puerta de la casa del señor Meyer, de nuevo. Otro rayo cayó justamente en el mismo lugar que el primero. Era como si aquello ya lo hubiese vivido…

̶ ¿Y bien?

El señor Meyer asomaba la cabeza tras el resquicio de la puerta, con una extraña sonrisa.

̶ ¿Qué ha ocurrido?

̶ Sólo unos pocos tienen la posibilidad de retroceder en el tiempo –explicó con su voz ronca– y hoy yo te he elegido a ti, Lucas –el chico observaba a Meyer boquiabierto. ¿Cómo sabía su nombre?–. Eres un Viajero del Tiempo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

5 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola, MigueLuFer:
    Tu historia está bien construida, y manejas correctamente ortografía y puntuación. En cuanto al argumento, es intrigante y presenta bastante suspenso; pero esto último me parece poco trabajado: se abre una posible gran aventura en la vuelta al pasado, pero no sucede nada interesante. Si esto se debe a que te sobraban palabras(lo que sucede con frecuencia), la solución sería “podar” en el inicio, que es demasiado largo, y tampoco aporta nada fundamental. Con un repaso de la trama, para que no quede hueca, te quedará muy bien.
    Saludos. Estoy en el 187.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 17:28
  2. 2. Majencio dice:

    Relato correcto, pero parece un aperitivo de algo por venir. Le falta algo más de argumento para que sea redondo. Quiero conocer la reacción de Lucas tras su pequeño retroceso en el tiempo. Quiero saber algo más sobre la oferta que le hace el señor Meyer.

    No tomes esto como una observación negativa, sino todo lo contrario. Lo que ocurre es que el estilo me resulta muy agradable y el esbozo de los personajes, aunque clásico, me interesa.

    Y ya se que no es fácil, pero quizás acortando un poco el inicio y aumentando un poco el clímax podrías haber terminado el relato en un punto más álgido. Quizás el señor Meyer podría explicar las implicaciones del viaje en el tiempo y el relato podría terminar cuando voltea de nuevo el reloj a la vez que despide al viajero.

    Me ha gustado e interesado tu relato. Espero con impaciencia la continuación 😉

    Muchas gracias por compartirlo.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 13:37
  3. 3. Jesús Lacupett dice:

    ¡Qué historia más entretenida! Me gusto mucho, pero he quedado con sabor a poco.
    Debes continuarla ya que encuentro que tienes una idea genial para desarrollar. Espero leer más sobre “El Viajero del Tiempo” y sorprenderme con su final que, seguro, será cautivante por la temática.
    ¡Felicidad y buena suerte!

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 01:22
  4. 4. Yoli dice:

    Hola MigueLuFer.
    Me ha gustado tu relato, está muy bien descrito y te deja con ganas de saber que sucede.
    Si quieres leerme soy el 156.

    Escrito el 24 mayo 2016 a las 11:25
  5. 5. María Kersimon dice:

    Hola Miguel,
    No iba a leer nada más pero me he quedado gratamente sorprendida por tu relato. Me he sentido interesada y entretenida en todo momento. Al llegar al final, me ha sabido mal tener que dejarlo pues me ha parecido que no están acabado, más bien que asistía a un falso final. Sería una pena que no continuarás la historia con el mismo esmero y detalle que el principio, pues puede dar para una historia muy ho más larga.
    Yo también me encuentro a veces en sitúación de tener que acortar cuando siento que de lo escrito no sobra nada y que aún faltaría añadir para completar la historia. Me parece a veces muy difícil cumplir con el formato exigido. No sé si es lo que te pasa a ti. He pensado que terminaré primero los relatos como me parece y después haré una versión acortada para enviarla. Me parece que por un lado las limitaciones de palabras me ayudan a acotar y ser más precisa pero por otro me impiden darle la forma que me agradaría y me impide poner muchos datos que serían importantes. Igual podrías reducir en algo los dos primeros párrafos pero tampoco es que sobre nada y todo va creando un clima.
    Una buena historia, amena y bien llevada. Un estilo ligero y suelto. Felicitaciones.

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 16:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.