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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Ahora que lo pienso - por Féli Eguizábal Fernández

«Tu reloj biológico es mucho más joven que el cronológico. Llegarás a ser una joven longeva». Con estas palabras, que sonaban a campanas celestiales en su cabeza, dejó la consulta médica. Se entretuvo mirando los escaparates que lucían vestidos y trajes con sus complementos a juego. Diferentes formas y amplio colorido, presentaban las tendencias de la nueva temporada. No necesitaba ropa, pero le gustaba estar enterada de la moda, aunque nunca la seguía de forma exhaustiva, sino que la adaptaba a su figura y a sus gustos personales. Se fijó es un traje casi perfecto para ella. Pantalón negro, y blusa de gasa de color arena; corte desenfadado y sencillo que estilizaría más su figura. Lo pensó mientras comparaba con otras prendas también estilosas y, cambiando de opinión, entró a la tienda. Se lo probó, y lo compró. Mientras le hacían los ajustes necesarios se fue hasta la “La latina”, a comer un chocolate negro, con sus porras y su vaso de agua con limón. Una chocolatería decorada con mobiliario de mimbre, de estilo moderno, alumbrado con focos individuales de luz cálida. Se refugió en un sofá colocado junto al ventanal por el que se veía el parque repleto de setos, y rosales con capullos de diversos colores a punto de reventar. Se escuchaban los acordes del grupo “Led Zepelín”; que interpretaban su canción favorita -Stairway to Heaven-. Le sirvieron el humeante y exquisito preparado de cacao puro, y lo saboreaba a la vez que percibía las otras sensaciones: “¡Ummmmh, cómo me gustan estos momentos que colman todos mis sentidos!”
Eran las once y diez, algo temprano para volver a su hogar. Estaba cansada de caminar. Se metió en un cine dónde proyectaban “La era de hielo, 5”. Le resultó atractiva la oferta, pues había visto las anteriores, y eran divertidas y cargadas de moraleja. Sin pensarlo dos veces, adquirió una entrada y se sentó en la última fila que, curiosamente era la de los mancos. Mientras pasaban los tráileres de las próximas películas, recordaba con una sonrisa de complacencia los buenos ratos que había pasado con su novio en un espacio semejante. Cuando empezó el film, intentó centrarse en él, pero los recuerdos le llegaban hilvanados sin cesar.
Un zumbido que salía de su bolso, la sacó de su ensoñación. Había olvidado silenciar el móvil y comenzó a sonar justo cuando: “su pareja le desabrochaba la camisa de lunares”, y el meteorito caía sobre el hielo de las montañas. Menos mal que el estruendo apagó el sonido de la llamada; (sintonía de la cucaracha, que soliviantaba todo el entorno) era un mensaje de su marido:

Nino 12.40
¿Qué tal?
¿Has terminado la revisión?
Eli 12:42
Todo ha ido bien. He decidido ir de "tiendas" y… Me he comprado un trajecito muy mono. Mientras lo ajustan voy a ver “Ice Age, 5”. Veremos que hago.

Nino 12:50
Podías ir al Museo, hay una exposición sobre
los cambios del siglo XIX. Está abierto
desde las 10:00 hasta las 20:00 horas.
Te gustará.
Eli 12:55
Primero iré a comer.
Luego hablamos.

Nino 12: 56
El cartero ha traído el
Paquete que esperabas.
Eli 12:57
¿Ha llegado todo?
Nino 12:58
No lo he abierto, mejor lo haces tú.
Avísame cuándo vuelves,
así te esperaré tranquilo.
Eli 13:00
Vale. Seguro que me llegaré a ver la muestra, después del almuerzo. Ciao
Nino 13:01
Ciao

Consiguió concentrarse, y disfrutó de la función, tanto como con las primeras. Al terminar la misma, se dirigió al restaurante que solía frecuentar con su esposo. Se extrañarían de verla sola. Le preguntarían por él, y ella tendría que explicar… “¿El qué?” No daré explicaciones. Aún recuerdo el tono burlón del camarero, aquella vez, cuando me decía: "Usted siempre al loro"” —pensaba mientras tiritaba de frio. Corría un airecillo cargado de humedad, que arrastraba unos nubarrones casi negros, y que amenazaban con abrir sus compuertas y descargar su contenido, de un momento a otro. En pocas horas, el día, que era cálido y luminoso cuando salió de viaje, se había vuelto poco a poco triste… gris…desagradable. Pensó ir a ver a sus hijos, pero desechó la idea.
Se detuvo, y su mente despejada y tranquila se puso a trabajar. Ahora que lo pienso… Conectó el Wasap…, y lo apagó…
Abrió la puerta de su casa, y el aroma a pachuli le pego en la cara como una atronadora bofetada. La tormenta se desencadenó entonces.

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10 comentarios

  1. 1. Saldivia dice:

    Hola Feli, saludo cordial. Leí tu relato de un tirón, está bien hilvanado y fluye muy bien. Me he quedado, no obstante, de saber a donde me llevó. Quedan muchos cabos sueltos e informaciones que parecen importantes y luego no ocurre nada con ellas, como su condición con su reloj biológico. también hay imágenes sensoriales muy intensas, como el evocar a Led Zeppelin, cuyo aporte no fui capaz de discernir, más allá de traer a colación una buen recuerdo para quienes disfrutamos de esa música. La impresión que me da es que las 750 palabras te resultaron cortas.

    Un detalle que agradezco es el uso de expresiones y palabras comunes en España pero inusuales fuera de ella como las porras o “al loro”, gracias a que las usas, pues he buscado su significado y he aprendido algo nuevo.

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 19:04
  2. 2. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola Saldivia, encantada de que hayas leido mi trabajo. Parece que no he logrado del todo hacerte llegar mi intención en el mismo, por lo que tendré que releerlo y conseguirlo. Gracias por hacemelo llegar. Pasaré por el tuyo con mucho gusto. Nos leemos.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 10:18
  3. 3. earendil dice:

    ¡Hola, Feli!
    Esta vez estás muy lejos, el mío aparca en el 31.
    Para empezar te diré que la primera impresión que me llevo es de no haber llegado a ninguna parte. Me ha pasado como a Saldivia, he visto muchos caminos abiertos pero has escogido una senda que desconocemos. Me quiero imaginar que todo el meollo del asunto se concentra en las dos últimas frases: ” Abrió la puerta de su casa, y el aroma a pachuli le pego en la cara como una atronadora bofetada. La tormenta se desencadenó entonces.”
    Supongo que la tormenta que se va a desencadenar es entre la pareja, no en la calle, ya que si a la protagonista, el aroma del perfume de su marido le da una atronadora bofetada en la cara, es que el perfume no es de “él” si no de “ella”. La ambigüedad nace en el aroma que has escogido. El pachuli es un perfume unisex, aunque mayoritariamente está comercializado para hombres, de ahí mis dudas. Ya dejas una pista en la conversación de Wasap: “Avísame cuándo vuelves, así te esperaré tranquilo.”, huele a chamusquina.
    Aparte de todas mis dudas, he de decirte que la historia está muy bien hilvanada, se lee de forma ágil y has sido valiente, al introducir una conversación hecha con una tecnología moderna.
    He visto un par de faltas de ortografía: frío y pegó llevan tilde.
    Me ha gustado tu historia, aunque tal vez la descripción de la vida cotidiana de la protagonista no sea un tema muy atrayente. Sólo guardas para el final el clic de la cuestión.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 22:24
  4. 4. KMarce dice:

    Saludos Feli,

    Buscando leerte este mes. Te diré que en lo particular yo encuentro muy díficil narrar lo cotidiano; y las sensaciones que has proyectado son muy buenas. Esa chocolatería, ha sido muy visual y la he imaginado muy linda, llena de texturas, colores y aromas. (ya se la describiré a una amiga que está abriendo una cafetería)
    Pero, al mismo tiempo son tiquismiquis con los detalles, y he visto algunos sueltos pero no “cogidos” como decimos por estos lados. El factor tiempo, me costó entender, 11:10 a. m., y los horarios de los mensajes, durante la presentación de la película. En ese lapso, el momento que me desconcierta es “comenzó a sonar justo cuando: “su pareja le desabrochaba la camisa de lunares”, entiendo que es un recuerdo, pero no creo que sea uno de su marido, sino “otro novio”; pero no estoy segura.

    Y claro, el punto fulminante es el final, en donde nos has hecho sacar el dectective que llevamos dentro, para pensar si es otra mujer, que el marido la engaña, por ello necesitaba saber “su hora de llegada”, que ella no es tan joven por fuera como lo es por dentro, que si es “el novio” que llegó a contarle al marido… y un largo etc.

    Hay algunas frase que creo que hace falta puntuación como esta: Se detuvo, y su mente despejada y tranquila se puso a trabajar. Ahora que lo pienso… Conectó el Wasap…, y lo apagó…
    No sé ese “ahora que lo pienso”… porque no es una frase que diría el narrador omniciente.

    Muy entretenida, y creo que te tocará explicar mucho. Pero el ejercicio te servirá para no dejar detallito suelto, en otra oportunidad. 🙂

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 21 mayo 2016 a las 06:59
  5. 5. Noypia dice:

    Hola Feli!
    El relato fluía bien, pero aspectos que parecían importantes y después no lo eran. Aún no entiendo muy bien la trama de tu historia. Supongo que, al final, se va a crear una discusión.
    Aún así, me ha encantado tu relato. Las descripciones estaban muy logradas. El formato tecnológico que usaste en una parte me ha gustado.
    Me quedo con ganas de saber que va a ocurrir ahora entre ese matrimonio y de quien era el pachuli.
    En resumen, un relato maravilloso.
    Saludos!

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 12:43
  6. 6. Vespasiano dice:

    Hola Feli:
    Una vez más tengo el gusto de leerte y comentarte. Te apunto algunas pequeñas cosas que he visto y, conclusiones que he sacado de la lectura de tu relato.
    “…a comer un chocolate negro…”. Esto me parece raro, yo creo que debe ser: “…a beber/ o tomar un chocolate negro…”.
    “…la sacó de su ensoñación…”. Uniendo esta frase con esta otra, “…justo cuando: “su pareja le desabrochaba la camisa de lunares”. Para mí resulta claro que está pensando en una situación que ella ha vivido y no tiene nada que ver con la escena de la película que están proyectando.
    “”Podías ir al Museo, hay una exposición sobre
    los cambios del siglo XIX. Está abierto
    desde las 10:00 hasta las 20:00 horas”. Está clarísimo que el marido quiere tenerla alejada de la casa el mayor tiempo posible.
    “Se extrañarían de verla sola. Le preguntarían por él, y ella tendría que explicar… “¿El qué?” No daré explicaciones. Aún recuerdo el tono burlón del camarero, aquella vez, cuando me decía: “Usted siempre al loro”” —pensaba mientras tiritaba de frio”.
    Aquí no me cuadra el narrador, ya que este no puede saber lo que ella está pensando, ni tampoco lo que le van a preguntar los camareros del restaurante.
    “Pensó ir a ver a sus hijos, pero desechó la idea”. Mismo caso que el anterior y el siguiente.
    “Se detuvo, y su mente despejada y tranquila se puso a trabajar. Ahora que lo pienso”. En ambos casos el narrador no suena bien.
    El final lo veo nítido, los amantes fueron pillados con las manos en la masa. Follón, ruidos, bronca, improperios, ruptura, separación.
    Tu relato me ha gustado y transmite, como ya te han comentado, vivencias cotidianas de matrimonios o parejas que han dejado de quererse.
    Felicidades.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 22:06
  7. 7. Anastasio de la Torre dice:

    Hola Féli. Creo que entiendo el fondo de tu relato, supongo que has querido narrar dos historias paralelas que indicaran una unica realidad. Si eso es así, cosa que me encanta, creo que has dado demasiada importancia a los detalles, teniendo en cuenta la limitación de espacio que tenemos. El final, la semejanza entre la tormenta atmosferica y la personal me ha gustado mucho. Saludos

    Escrito el 10 junio 2016 a las 10:54
  8. 8. Feli Eguizábal Fernánadez dice:

    Hola amigos, Earendi, Kmarce, Vespasiano, Noypia, Anastario Torre: siento contestaros tan tarde, pero tengo poco tiempo actualmente, que no he podido hacerlo cómo me gustaría. Si que he ido leyendo vuestros trabajos, y comentando segun he podido. Lamento que no hayais entendido mi trabajo. Seguro que no he logrado plasmar lo que quería, y adradezco vuestros comentarios y anotciones con las que puedo corregir y aparender al mismo tiempo. Espero seguir recibiendo vuestras palabras que las recibdo con sumo agrado. Nos leemos.

    Escrito el 16 junio 2016 a las 10:04
  9. 9. Cryssta dice:

    Hola Féli, gracias por pasarte por mi relato, con gusto te devuelvo la visita.

    Tu relato me ha costado un poco leerlo por la falta de espacio entre los párrafos, es que en cuanto veo mucha letra junta pierdo la concentración. Además el final me ha resultado confuso. Aún así creo que corrigiendo cosillas puede quedar un relato muy interesante.

    Perdóname si esta vez no te indico lo que veo mejorable pero es que ando hoy mal de tiempo y en nada tenemos ya publicados los relatos de este mes y me estoy reservando.

    Un abrazo.

    Escrito el 16 junio 2016 a las 10:35
  10. 10. Marcelo Kisi dice:

    Hola Feli!
    No quería lanzarme a los relatos del nuevo mes sin retribuirte la generosa visita y comentario que me has hecho. Es la primera vez que te leo, y valió la pena!
    Escribís bien, creás ambiente con mucha soltura, y me gustó mucho tu manejo del “Wasap”. Las observaciones para mejorar ya te las han hecho, te voy a leer también este mes. Lo disfruté!
    Saludos!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 00:36

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