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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La última grabación - por Mariaje

Gabriel era los ojos del museo. Carina, también. Él desde lo alto, con aire divino, mirando a hurtadillas; ella, más terrenal, a pie de calle, dando la cara.
Empezaron a trabajar en el museo a los veinticinco recien cumplidos; Carina una semana después que Gabriel. Él, vigilando desde los sotanos a través de las cámaras; ella, sentada en su sillita de sala, siempre a disposición de los visitantes. Ambos silenciosos, ambos solitarios; dos observadores.
Desde entonces había pasado toda una vida, mejor dicho, dos: Gabriel se jubilaba ese mismo día, una semana antes que Carina, y ella, aún no le conocía. O eso pensaba él.
Por última vez, Gabriel enfocó la cámara de la sala 9A. Su cuadro preferido: «La carrera», Picasso, 1922, óleo sobre aglomerado, dos mujeres corriendo por la playa con los pechos descubiertos, un cuadro soberbio, un grito a la libertad, a la vida. Y al lado contrastaba Carina, sentadita en su silla plegable, con las manos sobre el regazo y la expresión indolente.
De pronto Gabriel se sorprendió de verla tan vieja. Cuando pensaba en ella por las tardes, su memoria siempre le devolvía la imagen de los veinticinco: vestido azul turquesa y tersas mejillas rosadas. «Ay Carina, qué mayores nos hemos hecho —pensó con ternura—. ¿Quién te cuidará cuando me haya ido?». A Gabriel se le retorcían las entrañas de pensar en dejarla, tan vulnerable, tan sola. Últimamente no se encontraba bien de salud, lo había visto tras su cámara. Y no es que él fuera un voyeur ni un fisgón, es que los museos tienen unas cualidades temporales muy peculiares: allí el tiempo no pasa igual, la vida trascurre alrededor de sus paredes, pero no penetra en sus muros. Esa condición hace que los minutos sean más largos, e idénticos los unos a los otros. Por eso Gabriel tenía que contemplar a Carina.
Él, como experto observador, podía desentrañar las miradas. La de ella siempre le pareció melancólica. Gabriel veía más allá, y cuando Carina miraba a un niñito o a dos enamorados, Gabriel podía ver una mujer que no se casó, que no tuvo hijos, que no entregó su corazón como hubiera anhelado. Carina era una criatura del museo: esperando, siempre esperando, observadora pero no partícipe, igual que cualquiera de las obras que custodiaba.
Aquel último día ocurrió algo fuera de lo común: cuando solo quedaban unos visitantes retardados, Gabriel la vió levantarse con dificultad, y rebuscar en un bolso que colgaba del respaldo. Le pareció extraño; ella nunca llevaba nada a la sala.
Carina sacó una hoja blanca y la mostró extendida a la cámara: «Adiós Gabriel, suerte», ponía. Sonrió espléndida, dejando ver un hueco en la dentadura.
A Gabriel le pilló por sorpresa abandonar tan inesperadamente el estado invisible. Había escrito su nombre. Sintió que le miraba a los ojos. Le devolvió una sonrisa que ella nunca vería. «Adiós Carina, gracias por estos años», susurró. Y así, manteniéndole la mirada, es como se dió cuenta de que algo no iba bien, de que sus ojos se cerraban, y su cuerpo caía desmadejado.
Los siguientes, fueron los minutos de museo más largos que jamás haya habido. Gabriel corrió, corrió hasta perder el resuello, a través de pasillos infinitos. En su cabeza se alternaban las imágenes de «La carrera», con las de los ojos de Carina cerrándose. Llegó, y la cámara lo grabó todo. Grabó como Gabriel se permitió unos segundos para tomarle la mano. Como volteó su bolso en busca de unas pastillas que le había visto tomar, pero que no estaban allí. Como en su lugar, se desparramaron un montoncito de fotos escapadas del monedero. Fotos extrañas, ¿de quién eran? La cámara grabó como Gabriel las tomó; no pudo evitar, por una vez, ser un fisgón. En una, se veía a Carina sonriente vestida de novia, siendo casi una niña. En otra, estaba con su bebé en brazos y un perrito que tiraba de su falda. Había una reciente en el mar, con su hija crecida y tres nietos. Y otra más, en lo alto de una montaña, agitando un banderín.
Los servicios de urgencias apartaron a Gabriel, que seguía inmóvil. La cámara grabó como se le escurrieron las fotos entre los dedos, como la arena de playa de su cuadro preferido, como la vida. Una criatura del museo. Siempre esperando. Un observador, no un actor, igual que cualquiera de las obras que custodiaba a través de su objetivo. Sin Carina, estaba solo, tan vulnerable. ¿Quién cuidaría ahora de él?

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23 comentarios

  1. 1. Beatriz dice:

    Los ojos del museo…me imaginaba a los protagonistas convertidos en estatuas..
    Gabriel solo…uii que triste.
    Te felicito
    Namasté

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 22:44
  2. 2. Aaron Alessandro C.D dice:

    Muy triste pero bonita historia. Me gustó todo. No puedo decir más. Morí.

    Espero que te puedas pasar por mi historia que está arriba. La del Chat. Saludos! 🙂

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 23:42
  3. 3. Demetrio Vert dice:

    Hola Mariaje. Estoy un par de sitios más arriba.

    Ya conocerás que suelo comentar sobre la estructura, la trama, la voz narrativa. La sintáxis y la puntación la dejo para compañeros más expertos.

    Una estructura correcta. Presentación, nudo (tal vez un pelín demasiado explícito), y desenlace.

    Trama tanmbién correcta. Dos seres que se conocen desde siempre en la distancia y que nunca se han atrevido a comunicarse, y que al final descubren qué cerca han vivido y qué sólo quedará uno. Amor y pusilánimidad para manifestarlo. Cercanía y lejánia autoimpuesta. Alegría y dolor. Buen asunto.

    Pero el relato decae por la confusión que a veces hay enla voz narrativa. Es evidente que empleas un narrador omnisciente, quién sabe todo de cualquier personaje, incluso lo que el mismo no sabe o su futuro; y también sobre cada objeto, la naturaleza, o lo que sea. Pero este narrador tiene una limitación. No puede opinar. Cuando opina, el autor se confunde (sin advertirlo) con el narrador. El autor, siente a veces la necesidad de opinar y se confunde con el narrador. Los personajes se definen por lo que dicen y su forma de decirlo y por lo que hacen. La atmósfera se crea por el espacio en el que trancurre la acción, el tiempo en que ocurre esta y el tono que emplea el narrador. El autor, si quiere dar su opinión debe manifestarlo a través de los personajes o de la atmósfera que crea el narrador.

    Veamos, a ver si después de tanto rollo, me puedo explicar.
    Un ejemplo: “…dos mujeres corriendo por la playa con los pechos descubiertos, un cuadro soberbio, un grito a la libertad, a la vida.” La frase “…un cuadro soberbio, un grito a la libertad, a la vida.”, es una opinión. El narrador omnisciente no puede decirlo. Si escribieras “…un cuadro soberbio, un grito a la libertad, a la vida -pensaba él-.” O “así lo interpretaba él”, o algo parecido, ya no habla el autor, sino el narrador, porque dice lo que gabriel siente.
    Otro: “…es que los museos tienen unas cualidades temporales muy peculiares: allí el tiempo no pasa igual, la vida trascurre alrededor de sus paredes, pero no penetra en sus muros. Esa condición hace que los minutos sean más largos, e idénticos los unos a los otros.” Otra vez una opinión . ¿De quién? Si ecribieras “… es que Gabriel creía que los museos tienen…”

    Otro: “Carina era una criatura del museo: esperando, siempre esperando, observadora pero no partícipe, igual que cualquiera de las obras que custodiaba.” Si se escribiera, por ejmplo, “Para Gabriel, Carina era una criatura del museo:…”

    En fin, la elección de la voz narrativa (el narrador) y el tono (en tu relato, acertado), y el mantenimiento prfecto de estos elementos, es lo que hacen que un cuento, una historia, estén bien contados.

    Es cuanto puedo decir. Pero es mi opinión, tan válida como otra culquiera. Espero te sirva de reflexión.

    Pule la voz narrativa, que es un buen relato.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 12:49
  4. 4. Demetrio Vert dice:

    Quise decir “nudo un pelín demasiado descriptivo”, y ello es , en mi opinión, por querer dar opiniones confundiendo al autor con el narrador.

    Lo dicho, buen relato, trabajando la voz narrativa.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 12:54
  5. 5. Victor Hugo Montenegro dice:

    ¡Hola Mariaje!

    Creo que es la primera vez que te leo y tu relato ha sido de mi agrado. Bueno lo primero que me percato de tu forma de escribir es que le das un manejo un tanto particular a los signos de puntuación que me ha parecido interesante, se ven muy bien formadas las oraciones, algo de buena literatura, además con un tinte de suspense en las primeras líneas. Cuando iba por una línea y me encontré con un “voyeur” se me vino a la mente la escritora boliviana Magela Baudoin con su cuento “Sueño Vertical” que hablaba del voyeurismo, te lo recomiendo es buena literatura.

    Después de leer tu relato pude identificar algo distinto, en este relato realmente hay buena literatura, el protagonismo no es de la historia, es de las letras, el arte de las palabras, me alegro que aun se conserve este tipo de narrativa. Soy muy dado también a escribir de esta forma, pero he tenido problemas porque el público al que llegas es muy limitado, así que la escribo solo para cierto público, y he tenido que reinventarme y entrar a un público más popular. Pero bueno me salí del tema. Te felicito por tu relato, de corazón uno de mis relatos favoritos en esta escena.

    ¡Felicidades!

    ¡Un Abrazo!

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 18:31
  6. 6. merchylam dice:

    Hola Mariaje,
    Ya te tenía yo puesta entre mis visitas obligatorias, me hubieras comentado o no.
    El cuadro de Picasso, a mi también me encanta. Lo vi por primera vez en la portada de un libro maravilloso que me leí durante el embarazo de mi tercera hija, en las noches de imsonio: “Mujeres que corren con los lobos” de Clarissa Pinkola Estés. No es una novela, sino una disertación psicológica sobre los mitos culturales, cuentos de hadas e historias que pueden ayudar a las mujeres a recuperar su fuerza y su salud. A través de esa esencia femenina salvaje e instintiva que llevamos dentro. En fin que te lo recomiendo.
    Al hilo de eso mismo me digo a mi misma, «esta Mariaje, lo lleva dentro, en el instinto, le sale solo» Y es que se lee tan bien, que si has tenido algún fallito de nada, en una primera lectura, ni se ve.
    Lo he vuelto a leer y efectivamente, poca cosa he encontrado.
    El nombre de Gabriel se repite dos veces, muy cerca uno del otro, en la misma frase, creo, separada por comas.
    “Gabriel veía más allá, y cuando Carina miraba a un niño o a dos enamorados, Gabriel podía…”
    Creo que en “..los museos tienen una cualidades temporales muy peculiares: allí…” Tras los dos puntos no viene mayúscula?
    Y también en ” pero aquel día ocurrió algo fuera de lo común:cuando…”
    Consultale a Cryssta que ella es la experta en puntuación. De todas maneras, yo hubiera puesto un punto pero ya sabes, es una opinión.
    Por lo demás, un verdadero placer leerte. Aunque yo en la segunda lectura me he percatado de que podía tener otra lectura, Demetrio puede que tenga razónporque sabe del tema, así que hazle caso.
    Me encanta que hayamos tenido cosas en común, aunque no hay comparación, el tuyo está resuelto y el mio no ha quedado resuelto. Te diré un secreto: No sé quién es el asesino de mi relato 🙂 Pensaba endilgarle el muerto al marido aburrido o a una de las mujeres, la que no habla, pero alguna amiga mia me ha sugerido que sea el de la camiseta con el loro.
    Un abrazo fuerte, que indica, felicitaciones por tu relato y alegría por conocerte entre tanta gente.
    Nos leemos

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 22:52
  7. 7. Rayen dice:

    Hola Mariaje: tú relato es melancólico, romántico y agradable, me gustó mucho, sentí aquella sensación que se persive tanto en los museos como en las bibliotecas, que el tiempo se detiene, conservando las cosas y las personas igual a como llegaron.
    Creo que a estos dos les faltó comunicación. ¡Felicidades!

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 02:49
  8. 8. Mariaje dice:

    Beatriz: gracias por la visita, sí es una historia triste, no pude evitarlo, la palabra museo solo me inspiraba historias melancólicas o de terror.
    Aaron: me alegro de que te gustara el relato, me pasaré por supuesto por el tuyo tan pronto como pueda, gracias por leer mi historia.
    Demetrio Vert: fíjate que yo ya me había dado cuenta de que no estaba siendo muy rigurosa con el narrador, pero por mi falta de experiencia seguramente, no supe identificar qué era lo que fallaba en concreto. Tú si que lo has visto. Te agradezco que me hagas estas aportaciones tan valiosas, me ayudan mucho a mejorar.
    Victor Hugo Montenegro: vaya, mil gracias por la visita y por tu generoso y amable comentario. Para mi es muy estimulante y motivador que dediques a este relato unas palabras tan bonitas. Y gracias también por la recomendación literaria.
    Merchylam: Fíjate que le he dado vueltas a tu final, jeje, y ahora creo entender que Emma en realidad no tiene ni idea de quién ha sido el asesino, sino que ha puesto el ojo en alguien, como parte de su afición a inventarse la vida de los demás y sacar conclusiones a través de la observación. Ya me dirás. Gracias por tus comentarios a mi relato; siempre se me escapan errores. Tras los dos puntos no viene mayúscula, que yo sepa, a no ser que se trate de una cita textual. Me dan mucho ánimo tus positivas palabras, ¡gracias!
    Rayen: sí que les faltó la comunicación 🙂 pero el pobre Gabriel creo que es un solitario empedernido. Te agradezco mucho que hayas leído y comentado mi texto.

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 08:56
  9. 9. L.M.Mateo dice:

    Hola, Mariaje:

    Es casi prosa poética, pero le falta un pelín. Tienes un estilo muy pausado que me gusta. Sin embargo, coincido con lo dicho por Demetrio, hay momentos que se vuelven confusos porque no queda claro si habla el narrador o Gabriel. También he observado algunas reiteraciones en el texto, que le hacen perder dinamismo.

    Respecto al aspecto formal, te llamo la atención sobre algunas cositas:

    -“recién” lleva acento.

    -“dio” y “vio” no se acentúan.

    -” «Ay Carina, qué”, falta una coma detrás de “Ay”.

    -“voyeur” va entre comillas o cursiva. Es un extranjerismo aceptado por la RAE pero no adaptado, y así se refleja en el diccionario. La palabra española es “voyerista” (mucho más fea).

    -“«Adiós Gabriel, suerte»”. Falta una coma tras “adiós”.

    -“Como volteó su bolso en busca de unas pastillas que le había visto tomar, pero que no estaban allí. Como en su lugar…”/”grabó como se le escurrieron”, esos tres “cómo” llevan acento.

    Un abrazo, y nos leemos en el próximo taller.

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 17:23
  10. 10. Demetrio Vert dice:

    Hola Mariaje.

    A veces, mi manera de comentar puede parecer algo dura, pero no es así en absoluto. Después de leer y reflexionar atentamente sobre el texto, pienso en que se puede mejorar.
    Una vez tengo mi opinión clara, escribo con cierta premura porque suelo comentar largo. De ahí lo directo del los comentarios, aunque lejos de mí intentar sentar cátedra. Por el mismo motivo aparecen tantas faltas en mis comentarios.

    Pero siempre lo hago con mucho respeto y con gran devoción.

    Saludos.

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 17:51
  11. 11. Mariaje dice:

    L.M. Mateo: no intentaba en ningún momento escribir prosa poética. Muchas gracias por tus correcciones ortográficas, me has pillado justo en tres que tengo muy interiorizadas: vio , dio, como, a ver si de una vez me las aprendo aunque solo sea por la verguenza de que me las pilléis. Gracias por la visita.

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 20:26
  12. 12. amparo rouanet moscardó dice:

    Hola Mariaje

    Me ha gustado mucho como consigues transmitir la emoción del relato a través de un marco y una atmósfera sensorial muy bien manejados.

    Escrito el 21 mayo 2016 a las 18:56
  13. 13. Manoli VF dice:

    Hola Mariaje:
    Pensaba venir a tu texto de todas todas, porque al.comentar algunos relatos he visto tus cometarios y me parecieron muy acertados en su mayoría, aunque tú me tomaste la delantera al pasar antes por mi texto, cosa que te agradezco y ya te respondo allí.

    Respecto al tuyo me gusta tu forma de narrar con la que a veces coincido y también a mí se me ha dicho que a veces confundo con la voz del narrado, lo que me lleva a preguntar será lícito hacerlo, no soy linguista y no se si es incorrecto porque lo cierto es que yo lo veo bien en ese sentifo en el que el narradir es omnisciente solo con un personaje o sea parcialmente omnisciente y bajo mi punto de vista narra desde el pensamiento -o teniendo acceso a el- de un personaje.

    He visto un fallo de concordancia cuando escribes:”A Gabriel le pilló por sorpresa abandonar tan inesperadamente.” Tendría que ser: ” le pilló por sorpresa que abandonara”

    También veo el final algo precipitado y no acabo de entender lo de las fotos. Asimismo al final pondría: “estaba solo y vulnerable.” En lugar de “tan vulnerable” que no cierra la frase (tan cómo qué)

    En general he visto un buen relato de corte intimista en el que prima la soledad y está bien logrado.

    Nos seguimos leyendo, Mariaje. Un saludo.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 11:20
  14. 14. Isolina R dice:

    Hola, Mariaje:

    Estoy completamente de acuerdo con lo que te ha comentado Demetrio Vert sobre el tipo de narrador.

    Además, pienso que en este texto hay otro fallo más llamativo para mí: va de la ceca a la meca. En esto no concuerdo con mi querida L.M Mateo. Ella habla de estilo muy pausado. El tramo en el que Gabriel corre para llegar a Carina ha de mostrar prisa, el resto no. Debiste marcar el contraste. La idea, desde el principio, es que en el museo se está un poco fuera del tiempo. Eso debió conseguirse a base de ralentizar, procurando utilizar oraciones un poco más largas y adjetivos y sustantivos, no verbos de acción. Sobran explicaciones. Falta detenerse en las descripciones o en uno de los personajes. El acelere de tu texto es por hiperactividad del narrador, que no da tregua al lector mientras lo lleva de Carina a Gabriel y de Gabriel a Carina, como de oca a oca y tiro porque me toca. A veces con oraciones de dos palabras. Fíjate en lo que has hecho de principio a fin. Gabriel esto, Carina lo otro. Carina lo otro, Gabriel esto. Para otro tipo de texto el juego de la oca hubiera funcionado de cine, para este no.

    Estoy comentando desde la sensación que me produjo la primera lectura. A lo mejor si me parase a estudiar con calma cada oración, vería lo contrario. Quiero enviarte la primera impresión.

    Como ya ha pasado por aquí L.M. Mateo, en cuanto a lo formal no te comentaré nada.

    Demetrio Vert imprime a su prosa un ritmo pausado, la mayor parte de las veces adjetivando. En la escena de este mes creo que se ha pasado un poco de vueltas, pero suele encontrarle muy bien el ritmo a la historia. Es una gozada leer sus relatos por eso. Pero en esta ocasión para mí que se ha dormido en los laureles. Considero, Mariaje, que la lentitud que en esta escena le ha sobrado al texto de Demetrio por la sobreadjetivación le ha faltado al tuyo por el abuso de la estructura binaria al contraponer a los personajes todo el tiempo, con los nombres propios o los pronombres (“él”, “ella”).
    Para mí que esta vez se conjuntaron los astros en contra. El mío quería hacer gracia y dio pena. En fin, seguiremos aprendiendo.
    Un abrazo.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 12:07
  15. Hola Mariaje, muy bonito tu relato. Me cautivó la historia desde el comienso. Pero en tantos años que han pasado, es una lastima que ninguno de los dos coincidieran en conocerse mejor, ¿verdad? Podría haber surgido un amor muy bonito.

    Me pareció confuso que al principio según él, ella nunca se había casado… Y al final en las fotos parecía que si, aunque muy joven. Pero no lo vi del todo claro.

    Gracias por pasar por el mío 😉 Tendré en cuenta los tipos de narradores.
    Saludos. Nos leemos!!

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 18:14
  16. 16. Vespasiano dice:

    Hola Mariaje:
    Te devuelvo tu visita a mi relato y comentarios, cosa que te agradezco.
    Esta historia tuya tan sentimental me ha recordado a personas que conozco que viven en completa soledad debido a su timidez, aunque en el fondo desean tener una vida social más enriquecedora y sentir el afecto de una pareja.
    La vida que llevan en el museo los dos protagonistas y las imágenes que muestras, me llevan a recordar las visitas que he llevado a cabo por cualquier museo y que se repiten en todos.
    Aunque en algunas de esas visitas haya aprovechado para sentarme en la silla plegable del vigilante.
    Hay una cosa nimia que he visto: “Él desde lo alto, con aire divino”, después dices: “Él, vigilando desde los sótanos”. En estas dos frases veo una contradicción. Si está en lo alto, no puede estar en un sótano.
    Sótano
    Del lat. *subtŭlus, de subtus ‘debajo’.
    1. m. Recinto de un edificio situado por debajo del nivel de la calle.
    La escena de la despedida, enseñándole el papel a la cámara, debió de acelerar el corazón de Gabriel.
    El desenlace final, me cogió de sorpresa, yo estaba pensando en emparejarlos.
    El trágico final de tu historia tampoco desmerece el resultado del relato, que te llena de tristeza.
    Conclusión, tu relato me ha gustado. Espero seguir leyéndote en futuras ediciones.
    Felicidades.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 18:31
  17. 17. Mariaje dice:

    Leo, con un poco de frustración, que no se ha entendido enteramente el texto :-(.
    Es un poco raro explicar los propios relatos, pero como estamos en un taller de escritura, allá voy:
    La idea era sorprender al lector, que piensa que conoce a un personaje (Carina, la solitaria, a través de las observaciones de Gabriel) y luego se da cuenta de que no es así (las fotos de Carina muestran que ella sí ha tenido hijos, se ha casado, ha llevado una vida “normal”), que es en realidad Gabriel quien está solo. Ese último día no es Carina quien muere (o sí, eso no es importante, lo dejo a gusto del consumidor), lo que muere es la idea que Gabriel tenía de ella. Se da cuenta de que todo lo que había imaginado sobre la mujer no era así, se da cuenta de que está solo en su soledad.

    amparo rouanet moscardó: gracias por la visita, me alegro de que te gustara el relato.

    Manoli VF: el tema del narrador es mi principal reto, siempre meto mi voz por aquí y por allá (no puedo callarme, jeje). Yo tampoco podría responder si es “lícito” o no usar un omnisciente desde el punto de vista de un único personaje, yo creo a priori que sí, pero claro, si confunde al lector, hay que plantearse si utilizar un equisciente. Respecto a la frase ”A Gabriel le pilló por sorpresa abandonar tan inesperadamente” es correcta, porque se refiere a él mismo. Y el tema de las fotos que no entendiste; espero que la explicación de arriba responda tu duda. Muchísimas gracias por tu visita y tus aportaciones.

    Isolina R: mujer, tampoco es que tu relato dé pena, espero que no lo digas en serio y que no tomaras mi comentario a tu texto por ese sentido; solo prentendía responder a la pregunta que lanzaste al aire. Respecto a mi relato, creo que no lo has interpretado corrrectamente: el tema central no es en ningún caso que el museo esté fuera del tiempo como dices, el tema es la soledad. Y el porqué el texto va de “oca a oca” citando tus palabras, creo que queda respondido más arriba, en la explicación que hago del relato. Ojalá tengas tiempo para leer una segunda vez la historia, a veces, una única lectura no es suficiente para hacer un análisis. Muchas gracias por tu visita y por tu comentario, a ver si la próxima escena conseguimos trasmitir lo que nos proponemos 🙂

    Dianet: arriba explico el tema de las fotos, espero que así te quede más claro. Mil gracias por devolverme la visita y dejar tu amable comentario.

    Vespasiano: no me había percatado de esta contradicción que comentas. Al principio, cuando escribí “desde lo alto”, me refería a las cámaras que están siempre instaladas en los techos. Sin embargo, el control de estas cámaras está en el sótano, donde se encuentra físicamente Gabriel. Pero bueno, para no confundir bien podía haber usado el desván. Gracias por tu visita y por comentar el relato, me alegro de que te gustara.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 08:33
  18. 18. Isan dice:

    Hola Mariaje:

    Poco a poco voy cumpliendo mis objetivos de visita entre la que estás. No me defraudaste con el hombrecillo de la Luna y tampoco lo has hecho ahora. Un relato muy sentido y con mucho sentido. La idea de dos personas que trabajan juntas y no se conocen excepto por las cámaras, me ha parecido original.

    La observación de Vespasiano ya la había advertido, pero después he pensado que, aunque él estuviera en el sótano, las cámaras están en lo alto y que, en definitiva, son sus ojos. Bueno, ya veo que le comentas lo mismo.

    Alguna cosilla me ha parecido que se puede mejorar:

    “Grabó como Gabriel…” dos palabras que, juntas, deslucen la dicción clara.

    Se repite tres veces “la cámara grabó”. Se nota que está hecho con intención, pero igual quedaría mejor en otro momento poner “quedó grabado” o” la cámara fue testigo”, o algo parecido.

    A las palabras recién y sótano se le han ido los acentos y han ido a dio y vio.

    “una criatura de museo” me parece que es una frase que se queda un poco suelta.

    Gabriel se equivocó profundamente pensando que Carina no se había casado, que no había tenido hijos. Toda una vida en el error. Yo también me he equivocado pues me iba haciendo a la idea de que el último día pasaría algo como un encuentro romántico o mejor que desaparecería con el cuadro de Picasso. Ya es triste que la palme una semana antes de jubilarse.

    Un par de frases me gustaría resaltar. “Sonrió dejando ver un hueco en la dentadura”. Me parece un puntazo. Genial.

    “la vida trascurre alrededor de sus paredes, pero no penetra en sus muros.” Al margen de las precisiones acertadas de Demetrio, la frase aunque no penetre los muros, es profunda. Fuera de bromas es de las que, para mi gusto, por si solas ponen en valor todo el texto.

    Una bella historia magníficamente relatada. Tranquila y con sentimiento como te digo al principio.

    Hasta el próximo.

    Escrito el 24 mayo 2016 a las 20:07
  19. 19. Mariaje dice:

    Isan: muchas gracias por la visita, por pescar las faltas que se me han colado y por tus acertadas sugerencias, las tendré muy en cuenta. Aunque esta vez quería hacer un relato triste, a mí también se me pasó por la cabeza Carina llevándose el cuadro de Picasso! Me alegra muchísimo que te haya gustado. Un saludo y hasta la próxima.

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 08:39
  20. 20. beba dice:

    Hola, Mariaje:
    Gracias por tu amable visita. Acabo de leerte y tambié a la montaña de comentarios que tienes.A mí también me encantó la historia, tan melancólica y sentimental; muy bella.También resalto tu puntuación y ortografía, que pese a algunos detalles, son muy buenas.
    En cuanto a la orientación sobre el narrador, un maestro-Demetrio- te ha indicado muy bien la falla y el resultado.
    Ha sido un gusto leerte. Un saludo.

    Escrito el 28 mayo 2016 a las 03:04
  21. 21. Don Kendall dice:

    Hola Mariaje,
    Como había 20 comentarios antes, me los he leído para no repetirme.
    En lo formal, una vez que L.A. Mateo haya pasado por el relato, en mi caso solo me queda aprender de lo que comenta :-).(Es un lujo en este Taller)
    En cuanto al contenido, me quedo sobre todo con el comentario tuyo en el que explicas tu intención a la hora de escribir este relato. Por lo que dices, tal vez hubiese sido más efectivo escoger otro narrador. Además del acertado comentario de Demetrio Vert sobre el tema con tu permiso, voy a dar mi opinión (tan despreciable como cualquier otra como se sabe) :
    1 – En un relato corto como este, lo que contamos es siempre desde un único punto de vista.(La posición del narrador)
    2 – Eso te lleva a plantearte cuestiones claves :
    a) ¿Desde qué lugar habla el narrador, desde dentro o
    desde fuera de la historia? ¿
    b) Cuánto sabe de los personajes y cuánta información tiene de
    lo que les va a suceder?.
    Una respuesta rápida, prescindiendo de matices que no utilizo en este momento , simplifican la cuestión a (utilizo mayúsculas que no son gritos) : NARRADOR OMNISCIENTE – NARRADOR PROTAGONISTA – NARRADOR TESTIGO.
    Sin entrar detalles en cada tipo, quizá te hubiese convenido un NARRADOR PROTAGONISTA : Enuncia, con su propia voz, lo que hace, siente y piensa como protagonista principal del relato.
    En fin, de un modo u otro el resto de comentaristas y tu misma habéis expresado esto, así que solo me queda decirte que es un relato que me gusta. Te agradezco tu el que nos ofrezcas tu trabajo como fuente no solo de disfrute sino de aprendizaje.
    Un abrazo

    Escrito el 29 mayo 2016 a las 19:12
  22. 22. Mariaje dice:

    Don Kendall: muchas gracias por leer y comentar mi relato. Como siempre, tus aportaciones son muy valiosas y didácticas. La opción de un narrador primera persona podría ser sin duda muy interesante en este caso, tal y como sugieres. La verdad es que no me la planteé porque quería practicar el resto de tipos de narrador que, como se ve, todavía me dan problemas :-). Me alegra mucho que te haya gustado el relato. Un saludo y espero que hasta la próxima escena.

    Escrito el 30 mayo 2016 a las 08:10
  23. 23. Caritobel dice:

    Hola, Mariaje. Por fin llegué a tu relato, perdón por la tardanza. Este mes se me hizo mucho más difícil devolver visitas o visitar a otros compañeros.

    Me doy cuenta que tu relato desató un debate parecido al que desató el mio. El narrador y cómo lo utilizamos. Las acotaciones al respecto son muy interesantes, tanto las que te dejaron aquí los compañeros, como lo hicieron ya en mi texto. Ojalá podamos interiorizarnos con esa información tan valiosa.

    Me llama la atención ese cartelito que sacó Carina, ¿ a caso ella ya sabía que no iba a encontrar las pastillas y se quería despedir de Gabriel? En todo caso, si nunca se conocieron, me resulta extraña esa escena puntual de familiaridad entre los dos, pero puede que esto sea sumamente particular.

    La idea de la soledad, de melancolia y reflexión está bien lograda, pero, como ya te dijeron, a veces vas muy rápido. Nos invitas a imaginar un lugar fuera de tiempo, intimista; pero el efecto de ida y vuelta que usas y algunas oraciones, hacen que se pierda un poco esa imagen. Aunque hayas ya aclarado que la idea central es la soledad, eso no significa que por “efecto colateral” crearás esa sensación de que este mundo (ese museo) deba fluir diferente a como lo hace todo lo demás.
    Yo hubiese elegido solo centrarme en Gabriel y su manera de observar todo, y evitar el «él/ella» como juego para presentar la historia, que un momento puede sobrecargar. Esto, sin necesidad de cambiar el narrador omnisciente.

    Me pasó como Vespasiano, primero leí que Gabriel estaba en lo alto, y luego en el sótano, parece contradictorio, a pesar que te referís a las cámaras, hubiese estado bueno aclararlo.

    La repetición de «las cámaras grabaron», a pesar, tal vez, de ser usada a propósito, queda demasiado repetitivo, le quita fuerza a la narrativa en ese punto.

    Es cierto que introducís frases que, como ya te señalaron, son opiniones del autor que se confunden con el narrador (que ahora comprendo), pero, esas frases son muy buenas. Estaría bueno que las dejes como pensamientos de algún personaje así no se pierden.

    El producto final de tu trabajo es bueno. Digo, te logra atrapar y conectar con ese sentimiento de soledad. Especialmente, me gusto mucho el primer párrafo, tiene mucha fuerza.
    Con las correcciones necesarias, tenés un relato muy bien logrado.

    Te felicito.

    Saludos.

    Escrito el 4 junio 2016 a las 00:46

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