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A UN PASO DE LA GLORIA - por Luis(Barcelona-España)

A media mañana del lunes, el cartero del barrio fue al Museo de Bellas Artes.
—Traigo un certificado para el director —le dijo a Juan, el conserje.
—Sube. Está en su despacho, pero si tarda en abrir ten paciencia.
El cartero dejó caer una sonrisa picarona y le insinuó:
—No me dirás que él y la…
—Tú hazte el despistado y no te metas en líos.
—¡Vaaale!

Como la puerta del despacho estaba entreabierta se acercó sigilosamente a ver si los pillaba infraganti. Así fue, y el festival de carantoñas subidas de tono con la secretaria lo dejó boquiabierto. El director al verlo de reojo, de un puntapié cerró la puerta.
—¡Joder! el que faltaba. Abróchate la blusa. Voy a ver que quiere.
Salió al pasillo y le preguntó desairado:
—¡¿Se puede saber qué hace usted aquí?!
—Le traigo un certificado.

Le firmó el recibí, y nada más volver al despacho ella le preguntó:
—¿Nos habrá visto?
—Claro, y como se entere mi esposa su familia me pone de patitas en la calle. Este tipo es un fisgón de cuidado y un correveidile.
—Tranquilo, ya me encargaré yo de que no se vaya de la lengua.

El cartero, al pasar por una de las galerías, se detuvo para escuchar una conversación telefónica que mantenía el Guía turístico.
—La copia del lienzo la necesito para mañana. ¡No me falles! El simulacro de incendio será el miércoles, el cambio lo haré cuando… ¡¿usted que quiere?! —le gritó al verlo por el rabillo del ojo.
—Nada, ya me iba —le respondió haciéndose el despistado.
El guía, de inmediato llamó al conserje.
—Tu amiguito, el de correos, es un peligro, ha oído mi conversación con quien tú sabes.
—Cálmate, yo me ocupo.

El cartero cruzó por delante de la conserjería a paso ligero. Su mente ya visualizaba el titular “EL CARTERO QUE DESTAPO EL ROBO DE UN LIENZO”
—Adiós, Juan.
—¿Y esa prisa tan repentina?
—Se me ha hecho tarde.
—Recuerda que en boca cerrada no entran moscas, y fisgonear es peligroso. Algún día vas a tener un disgusto.
—Seguiré tu consejo —le contestó yéndose a escape.

De camino a la comisaria el cielo se volvió negro como el alquitrán y una tormenta descargó tal aguacero que le obligó a guarecerse en un portal.
Con el rostro camuflado por su cartera, fisgaba al hijo del panadero comprarle una bolsita blanca a un cincuentón.
—Eso debe de ser droga ¡Seguro!
De pronto el joven se giró y frunció el ceño.
—¡Ostras! Si me han reconocido, estoy perdido.

Por suerte aquella tormenta no fue más que una bravuconada atmosférica quedándose en cuatro gotas. Asustado, se puso la chaqueta por encima de la cabeza para resguardarse de aquel chirimiri y siguió su camino hacia la gloria.

Sobre las doce de la noche sonó el teléfono en casa del comisario.
—Han encontrado un individuo muerto debajo de un montón de arena en la obra del parking —le informó el inspector González.
—Voy para allá.
Una vez la científica terminó su trabajo, el juez levantó acta y retiraron el cadáver.

A la mañana siguiente: el director, la secretaria y el guía esperaban impacientes en la puerta del Museo la llegada Juan.
—¡Por fin! —dijeron al verlo venir.
—Siento el retraso ¿Habéis oído las noticias?
—No
—Han matado al cartero.
—¡Ostia! —exclamaron todos al unísono.
Mientras aparentaban una falsa indiferencia, una voz ronca les dejó petrificados, haciéndoles correr un sudor frío por todo el cuerpo.
—Inspector González, de la brigada criminal —les dijo arrogante, mostrándoles su placa.
—Buenos días inspector —le saludó Juan—. ¿Qué le trae por estas lindes? —le dijo sonriente para distender el momento.
—Tengo entendido que ayer el cartero vino por aquí.
—Sí señor. Trajo un certificado.
—¿Saben si alguien tenía motivos para matarle?
—No. Era un buen tipo.
—Bien, gracias por su colaboración.

Sobre las nueve de la noche, en las dependencias policiales el comisario le preguntó al inspector:
—¿Cómo van las pesquisas?
—Todo apunta a una vendetta, la científica le ha encontrado restos de droga en el bolsillo del pantalón.
—¡Al loro González! no podemos permitirnos otro crimen sin resolver.
—Lo se jefe, intentaré averiguar en los suburbios si algún bocas sabe algo. Ahora, si no le importa, voy a cenar.
Una vez fuera de comisaría, el inspector hizo una llamada:
—Esta vez le he salvado el culo, pero será la última ¿Entendido sargento? ¿A quien se le ocurre trapichear con drogas a plena luz del día? ¡¿Acaso quiere que nos pillen a todos?!

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15 comentarios

  1. 1. drow_jack dice:

    Buenas, Luis.
    ¿Con qué contexto has escrito “desairado”? Creo que quedaría más correcto “airado”.
    Despistes a corregir:
    “le firmó el recibO”
    En esta oración: “—Claro, y como se entere mi esposa su familia me pone de patitas en la calle”. Pondría coma tras esposa.
    “esperaban impacientes en la puerta del Museo la llegada DE Juan.”

    Las escenas dentro del museo no las separaría con Enter ya que prácticamente suceden en el mismo lugar e hilo temporal. Haría la separación en el momento que suena el teléfono en casa del comisario y en algún momento después, que entonces ya se mueven más los tiempos.
    Es un relato dinámico con un final decente, bien movido el asunto. Me quedo con la palabra “correveidile” anonadado me hallo de que ese vocablo exista, eso de juntar palabras para hacer otra es más alemán que español.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 02:21
  2. 2. Manoli VF dice:

    Hola Luis.

    He buscado tu relato al ver tu comentario en el mío y, como te dije, aquí estoy.

    Me ha sorprendido ese final para bien, porque al comienzo cuando cuentas el lío del jefe-secretaria me temí un cliché ya un poco pasado de este tipo de infidelidades, pero he visto que el relato se centraba en la figura de ese cartero fisgón y el vuelco final en el que las sospechas cambian de destinatario para apuntar al sargento lo he visto muy contundente.

    Te apunto algún pequeño fallo como la omisión de algún acento en comisaría que no lo pusiste, al igual que en “DESTAPO” Por: DESTAPÓ También la omisión de la preposición DE en: “esperaban impacientes en la puerta del Museo la llegada Juan.” por: “llegada DE Juan”

    Sobre la palabra: ¨correveidile¨ tengo la duda de si será: ¨correveydile¨ pero no estoy segura.

    En resumen, buen relato y bien desarrollado. Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 19:22
  3. 3. Luis dice:

    Gacias por pasarte por mi relato, Manoli. Lo del acento ha ocurrido por fiarme del corrector, “Mea culpa” . El “de” se me pasó. Correveidile es con “i” lo comprobé en el diccionario. Saludos

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 21:12
  4. 4. Don Kendall dice:

    Hola Luis
    Me gusta el relato y me gusta la estructura. El narrador testigo ayuda mucho al,lector sin perder tiempo en mindundeces. Tal vez mereciese la pena dar una pasada y limpiar alguna cosa como : Asustado, se puso la chaqueta …. Sin el asustado funciona igualmente y el narrador sigue siendo testigo con limpieza. Hay otra expresión por ahí, como falsa indiferencia, que también podrían ser reconvertidas en signos o acciones visibles.
    Todo esto dicho desde la satisfacción que me produjo la lectura de tu relato que me ha parecido muy ágil.
    Un abrazo y gracias por compartir el trabajo

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 23:57
  5. 5. Edu SC dice:

    Hola Luis,

    Gracias por comentar mi relato, te devuelvo la visita encantado.

    Lo que más me ha gustado de tu relato es que suceden en él un montón de cosas y se entiende todo muy bien. Creo que eso es fruto de una historia bien trenzada y de una escritura ágil. En mi opinión tiene mucho mérito. También me ha gustado el inesperado final. Adivinábamos que el cartero acabaría mal, pero es sorpresivo saber quién es el asesino. En definitiva creo que es una muy buena historia con un ritmo rápido que te lleva en volandas.

    Te comento las cosas que para mi gusto se podría mejorar, teniendo en cuenta que tan sólo es eso, mi gusto.

    «—Recuerda que en boca cerrada no entran moscas, y fisgonear es peligroso. Algún día vas a tener un disgusto» La frase me parece un poco reiterativa. Se dice lo mismo de tres maneras distintas. Lo veo excesivo.

    «Asustado, se puso la chaqueta por encima de la cabeza para resguardarse de aquel chirimiri y siguió su camino hacia la gloria» Este asustado ya te lo ha apuntado el compañero Don Kendall. A mi me ha chocado un poco porqué no he acabado de entender de qué estaba asustado.

    «Mientras aparentaban una falsa indiferencia, una voz ronca les dejó petrificados, haciéndoles correr un sudor frío por todo el cuerpo.
    —Inspector González, de la brigada criminal —les dijo arrogante, mostrándoles su placa.
    —Buenos días inspector —le saludó Juan—. ¿Qué le trae por estas lindes? —le dijo sonriente para distender el momento.
    —Tengo entendido que ayer el cartero vino por aquí.
    —Sí señor. Trajo un certificado.
    —¿Saben si alguien tenía motivos para matarle?
    —No. Era un buen tipo.
    —Bien, gracias por su colaboración.»

    De todo el texto esta parte es la que menos me ha convencido. Por un lado ese “petrificados” y lo del “sudor frío por todo el cuerpo” me parece una reacción tal vez excesiva, sobre todo teniendo en cuenta que ellos no han cometido el crimen, aunque sí que planean otro.

    “—Buenos días inspector —le saludó Juan—. ¿Qué le trae por estas lindes? —le dijo sonriente para distender el momento.” Aquí me cocha un poco el “le saludo Juan” y al poco el “le dijo sonriente para distender el momento”. Sinceramente, no se explicar el porqué, sólo que no me suena del todo bien.

    Después, la pregunta de Juan “¿Qué le trae por estas lindes?”, no la he visto una pregunta muy natural, me salta un poco a la vista en un diálogo.

    Y nada más. Espero que te aporten algo mis comentarios y sobre todo felicitarte por tu trabajo, es estupendo.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 22:06
  6. 6. Wiccan dice:

    Buenas Luis,
    Un relato muy divertido y con mucha historia, el final me sorprendió porque pensé que ibas a dar pequeñas pistas para que el lector intentase averiguar quien había sido, no esperaba que al final ninguno de los “sospechosos” tuviese nada que ver. Me ha gustado y me he entretenido leyéndolo así que felicidades.
    A nivel contenido poco tengo que decir, la historia avanza sin problemas, las situaciones se entienden perfectamente y aparecen de forma casual, como si el cartero fuese víctima de una maldición que lo coloca en el lugar y momento indicados (aunque seguro que el hecho de que sea un fisgón ayuda). Supongo que lo único que te podría criticar del contenido es lo que ya te han indicado, el tema del “asustado” que no se sabe muy bien a quien se refiere y la inquietud de los personajes cuando ellos no han hecho nada.
    En cuanto a forma, creo que los diálogos son muy ágiles y, aunque no se indica muchas veces quien habla no es necesario porque no te lía. Cosas que noté:
    – El guia sería con minúscula.
    – En la frase “Tu amiguito, el de correos, es un peligro, ha oído mi conversación con quien tú sabes.” quitaría las dos primeras comas. En una conversación no creo que hubiese paradas al decir la primera parte.
    – “aguacero lo obligó a guarecerse”: salvo que lo hicieras con alguna intención se forma una repetición rara con “agua”, creo que sería mejor cambiar guarecerse por resguardarse.
    – “Eso debe de ser droga ¡Seguro!”: Supongo que es un pensamiento, no creo que lo dijera en alto, así que creo que quedaría mejor si no lo pones con guión sino entre parentesis y siguiendo el párrafo.
    Estoy de acuerdo con los compañeros en general, aunque “recibí” y “que le trae por estas lindes” creo que son correctas, son frases usadas de forma normal, la segunda incluso podría pretender empatizar con el interlocutor a mi parecer.
    En cualquier caso me gustó mucho el relato, felicidades. Y muchas gracias por pasarte y comentar el mío. Seguimos leyéndonos.
    Un saludo!!!

    Escrito el 24 mayo 2016 a las 21:49
  7. 7. charola dice:

    Hola Luis! Me gusto tu relato. Bastante claro, fluido, me engancho desde el primer momento y lo segui de largo hasta el final.
    Algunas cosas ya te las dijeron y no voy a repetir. En la frase siguiente:
    «Eso debe de ser droga ¡Seguro!»
    De pronto el joven se giró y frunció el ceño.
    «¡Ostras! Si me han reconocido, estoy perdido».
    Seria con estas comillas, ya que se refieren a pensamientos del cartero.
    Yo entendi por que se asusta el cartero. Es porque vio al cincuenton que era el sargento repartiendo droga. Se supone que el cartero va a la comisaria para contar lo del robo y lo de la droga. Y el inspector lo mata porque no solo el sargento esta metido en la venta de drogas sino todos en la comisaria, incluido el inspector.
    Muy bien Luis! No lo dices muy claro y eso esta bien, pero eso se desliza de tu relato. Espero haberlo entendido bien, porque no soy espanola y algunas palabras no las comprendo.
    El titulo inmejorable. Felicitaciones!

    Estoy en el 136, si gustas pasarte por alli. No te fijes en la carencia de tildes de mi comentario. Estoy usando un teclado sin estos. Un abrazo.

    Escrito el 25 mayo 2016 a las 22:40
  8. 8. Osvaldo Mario Vela Saenz dice:

    Hola luis,te felicito. En esta ocacion te aplicaste con mayor atención en la pulcritud del texto. ;
    Hay dias en que Los carter’s, que nunca aprendieron la escencia de su trabajo;ser ciegos,sordos y mudos, no deberian salir a la calle. Disculpa mi corrector anda de vacationes.

    Escrito el 26 mayo 2016 a las 13:07
  9. Hola Luis, qué buena historia, muy bien contada. Felicidades!
    Me encantó cómo fuiste armando toda la trama, como sice osvaldo, muy pulcra, bien trabajada.

    En cuento a la forma lo único que noté fue la ausencia de un acento: “—Lo se jefe,” Y que para mí no queda muy clara la expresión: “—¡Al loro González!”, creo que tiene que ver con costumbres del habla, yo vivo en Venezuela.
    Espero seguirte leyendo, primera vez que lo hago.

    Mucho éxito!!!

    Gracias por pasar por mi cuento Luis.

    Escrito el 26 mayo 2016 a las 16:17
  10. 10. Emyl Bohin dice:

    Hola Luis:

    Un relato muy entretenido que me ha gustado. Me ha recordado a “Se ha escrito un crimen” o “Los misterios de Laura” o a las historias que contaba aquella viejecita inglesa, es decir, una historia con múltiples sospechosos y tengo que reconocer que hacerlo en menos de 750 palabras tiene su mérito.

    Cosillas que he visto que igual son para corregir, tú compruébalo antes, no vaya a ser que…
    —¡¿Se puede saber qué hace usted aquí?! El poner admiración e interrogación de esta manera no sé si está permitido.
    —Lo se jefe, “sé” debe llevar tilde.
    —El chirimiri o sirimiri es una lluvia fina y constante, no creo que esté relacionado con tormentas aunque sean de cuatro gotas.
    En resumen, un relato en la más pura tradición detectivesca, y todo en pocas palabras. Enhorabuena.

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 12:32
  11. 11. Patricia Redondo-Madrid-España dice:

    Hola Luis , el relato es interesante aunque un poco atropellado , demasiada trama en 700 palabras …. el limite de palabras condiciona asi que sin eso cogería seguro el ritmo perfecto de suspense , drama…

    La frase “bravuconada atmosférica” me ha encantado 🙂

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 13:06
  12. 12. El Sr. Pimienta dice:

    ¡Hola Luis!

    Un texto muy ameno y fluido, aun con una trama en teoría complicada de seguir. Felicidades por eso.

    El final muy sorprendente, imposible de adivinar para el lector, pues yo ya estaba haciendo conjeturas con los trabajadores del museo…jeje

    Otro autor más apuntado para revisar su próximo relato.

    Un saludo!

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 17:44
  13. 13. El Sr. Pimienta dice:

    Por cierto, se me ha olvidado decir que solo por aprender que “correveidile” es una palabra, ya vale la pena leerte.

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 17:46
  14. 14. Narranacion dice:

    Hola!!

    Poco que añadir a los comentarios anteriores. Así que solo felicitarte por el relato. me ha gustado mucho.

    No estoy de acuerdo en eso que he leído en algún comentario de que tiene demasiadas tramas para su corta extensión, al contrario, creo que lo resuelves de maravilla.

    Quizás me hubiera esperado un final en el que no hubiera la esperada muerte del cartero, pero en cualquier caso, un final correcto y sorprendente en lo que al culpable se refiere.

    Un saludo y seguiré leyéndote.

    Escrito el 31 mayo 2016 a las 17:15
  15. 15. Ianada dice:

    Hola! Gracias por comentar en mi relato!!!

    No puedo añadir mucho a lo que ya te han dicho, me parece que has resuelto muy bien un reto con tantos requisitos y hasta con un giro sorpresa final!!!

    Buena historia y bien ejecutada! 🙂

    Escrito el 1 junio 2016 a las 15:48

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