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Mis manos - por rodrigo

Otra vez pelean estos dos, siempre es por lo mismo aunque cada vez crean que es por cosas distintas. Son iguales, idénticos, pero no se los puedo decir porque (hijo1) se enojaría muchísimo. Cree que es diferente a su padre, que no cometerá los mismos errores, que hará las cosas diferentes. Bah, por un lado es cierto, no es exactamente el calco de su padre, pero son diferencias que en una gran escala me parece que no son tan profundas. Él lo ve a su padre como un viejo cansado que no tiene ganas de hacer nada. Capaz que algo de razón tiene, pero lo que no sabe es que a su edad su padre era igual a él, la misma energía y los proyectos por las nubes. Sólo pensaba en trabajar para ganar plata para cumplir algunos sueños. Ni me acuerdo cuáles eran esos sueños, pero con algo soñaba. Ahora los dos estamos cansados y yo además estoy vacía. La vida se me fue de las manos y no hice mucho con ella salvo, me parece, estos dos hombres (que siempre veré como niños) que están delante de mí y de los cuales uno se parece tanto a su padre, mientras que el otro se parece tanto al mío. No sé de qué están hablando ahora… sí, lo que me imaginaba, que por qué no nos vamos de viaje, que para qué está la plata si no es para gastarla. Ojalá fuera tan fácil hijo mío, pero tu padre carga una decepción profunda con la vida. Está aburrido y sabe que no hay vuelta atrás, la vida se le pasó por el frente tal como a mí y ya no tiene ganas, espera acá quieto, frente al televisor, morirse. Y aunque pienses lo contrario, incluso aunque yo a veces diga lo contrario, también estoy esperando el final. Ya estoy cansada y sobre todo he perdido fuerza en mi espíritu. No es momento de echar culpas, sobre todo porque si me sincerara conmigo misma la mayor y la primera de las culpables sería yo, por no haberme revelado, primero contra mis padres, luego contra mi marido. Tal vez si hubiese sido lo primero, no habría habido necesidad de lo segundo. ¿Qué habría sido de mi vida? Es tan difícil saberlo. La arena del tiempo se ha escapado de mis manos, mis recuerdos ya no son míos. Tengo la idea de una adolescencia en una escuela católica, la idea de un brevísimo momento de cuasi independencia hasta que recuerdo casarme, tener dos hijos, y listo, estoy en el ahora, mirando a mis hijos, mirando a mi marido, pero jamás mirándome. Las manos arrugadas ¿estas son mis manos? Si la última vez que las vi eran manos de una mujer hermosa de veintitantos años ¿dónde quedó mi vida? Al menos amo a mis hijos, y son gente de bien. Pero ¿qué pasó con el futuro? Entre todas las posibilidades, todos los mundos que esa muchacha pudo haber visto, ¿este es el que eligió? Es muchacha, esa hermosa joven de veintitantos es una pieza de museo que a veces puede ser vista en alguna fotografía. Esa no soy yo. Mis manos… mis manos. Estas no pueden ser mis manos.

-No hijo, no me pasa nada. ¡Si no estoy llorando! Me entró humo del cigarrillo al ojo-

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5 comentarios

  1. 1. Melisa dice:

    Hola, Rodrigo! Soy tu vecina de arriba.

    Me emocioné leyendo tu historia. La estructura que le diste es muy interesante y ese final… genial! 😉

    Algunos correcciones que haría:

    “…siempre es por lo mismo aunque cada vez crean que es por cosas distintas.” — en lugar de “cada vez”, pondría “ellos”.

    “La vida se me fue de las manos y no hice mucho con ella salvo…” — pondría una coma antes de “salvo”.

    “…hasta que recuerdo casarme, tener dos hijos, y listo, estoy en el ahora, mirando a mis hijos, mirando a mi marido, pero jamás mirándome.” — pondría “mirando a mi familia”, para no repetir tantas veces “hijos”.

    Al final no es necesario cerrar con una raya de diálogo, iría un punto.

    Un detalle importante es que seleccionaste la casilla que dice que participaste del reto opcional y no es cierto. Me volví loca tratando de encontrar las palabras loro, cartero y tormenta, jaja.

    Me gustó mucho tu relato y me resultó fácil “vivirlo”.

    Saludos!

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 16:16
  2. 2. rodrigo dice:

    Muchas gracias Melisa por tu comentario. Comparto las correcciones que me has sugerido. Respecto de la casilla “reto opcional” no la vi, es la primera vez que participo del taller y no debo estar muy familiarizado con el formulario. No volverá a pasar. Muchas gracias nuevamente!

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 21:46
  3. 3. Noemi dice:

    Hola Rodrigo; ¡Muchas gracias por haber leí mi cuento y por tu comentario! La próxima deja tu dirección(el número#) así me resulta más fácil encontrarte.
    Mi primera observación ya antes de leerlo es que lo dividas en párrafos porque así en un bloque estas desalentando al lector de antemano.Los lectores son vagos, necesitan descansar la vista de vez en cuando, sentir de algún modo que van “avanzando”.bueno es un consejo tu verás si te aprovecha.
    Bueno, ahora después de leerlo entiendo es un excelente monólogo interior, por eso lo has escrito de una pieza como es correcto pero esos lujos se los pueden dar Saramago o Virginia Wolf a los que la gente lee aunque escriban de derecha a izquierda. Nosotros pobres mortales debemos engancharlos si no se escapan. de todos modos bien mirado al pensar uno también se toma sus pausas y yo creo que esas se dejan entrever en tu texto, solo es cuestion de buscarlas.
    Vamos al contenido porque Melisa ya te mencionó algo del estilo y yo me atengo a la estructura del monólogo interior que encuentro armoniosa, pausada, no estática, yo diría que hasta melódica y sobre todo coherente, ¡Bárbara! El contenido me sorprendió por lo profundo y sustancial. No solo verosímil sino verdadero. Sinceramente me gustaría que me presentaras a esa mujer, tendríamos charla para rato.Es el mejor elogio que puedo hacerte. espero que sigamos leyéndonos.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 19:44
  4. Hola Rodrigo, primera vez que leo un texto tuyo.

    Te confieso que al principio, las dos primeras líneas, me costó un poco entender lo que pasaba. Luego le agarré el hilo al monólogo de la madre y me engaché hasta el final.
    Su contenido me pareció tan íntimo y la vez tan real, tan cercano, te felicito por hurgar de esa forma en los pensamientos de esa mujer madura. Es conmovedor y triste llegar a esa conclusión al final de la vida, sentarse y esperar, sin más.

    Respecto a la forma, coincido con Noemí en relación al bloque, sé que podrías buscar una forma de hacer separaciones para darle descanso a nuestros lectores. Te sugiero revises la frase: “pero no se los puedo decir porque (hijo1) se enojaría muchísimo.” yo lo pondría en letras (un hijo).

    Me encantaría que pasaras por mi texto, Meche, el no. 77.

    Seguimos en esto de leernos, y aprender tanto de lo que nos comentan.
    Un abrazo

    Escrito el 26 mayo 2016 a las 17:22
  5. 5. Naima dice:

    Hola Rodrigo!

    Muy buen monólogo, me ha gustado mucho el contenido y cómo entras en la mente de una persona que se da cuenta de que la vida se le escapa entre los dedos sin haber hecho algo que realmente le llenara. Me parece un tema muy importante para tomar conciencia y además, a pesar de no estar dividido en párrafos más cortos, como te dicen más arriba, su lectura se hace bastante amena y al tratarse de pensamientos me parece bien que lo hayas escrito todo seguido.

    Te haría unas correciones en la forma…:
    “Pero no se LO puedo decir…” (sobra la S de “los”)
    “Él ve a su padre como un viejo cansado…” (quitaría el “lo”)
    “A su edad su padre era igual QUE él…” (cambiaría “a” por “que”)
    “Rebelado” sería con “b” porque se refiere a rebelarse contra algo, no a revelar algo.

    Quizás también acortaría algunas frases poniendo puntos o puntos y coma en lugar de comas, aunque tampoco está mal con frases largas.

    Y el final es desgarrador… maravilloso! Un saludo 🙂

    Escrito el 28 mayo 2016 a las 20:03

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