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La odisea de Ulises - por CacibaR.

El día no había podido comenzar peor para Ulises. Había pagado, hacía meses, los trámites de importación por un artículo adquirido en Estados Unidos, pero el cartero nunca había apareció con el aviso postal de recogida. Sí recibió esa mañana una llamada telefónica desde la agencia aduanera que le había puesto de pésimo humor: ─Lamento comunicarle que el envío 047832US se encuentra extraviado ─le había informado un empleado en un tono, que en opinión de Ulises, denotaba una total indiferencia ante el extravío.

Había tenido turno de noche en el MUESAR (Museo de Esculturas de Arena) y disponía de todo el día, así que iría a la aduana con la intención de recuperar su paquete de inmediato. Se dirigió muy alterado hacia la agencia mientras iba repasando un sinfín de improperios con intención de arrojarlos nada más traspasar la puerta.

Le atendió una empleada administrativa muy correcta que buscó la referencia del envío y le mostró en la pantalla del ordenador el estado: admitido y extraviado, asegurándole fehacientemente que su pedido se hallaba en las dependencias… pero en un lugar indeterminado. Por supuesto, a Ulises esa explicación no le pareció satisfactoria y después de un irónico y airado monólogo sobre la posible existencia de un agujero negro en el servicio de mensajería, responsable de la desaparición de paquetes, exigió hablar con el encargado del almacén. Le pareció que su acertado discurso no había impresionado a la empleada, que le miraba impertérrita, con la conocida mirada vacía de las figuras de su museo que le ponía tan nervioso. Por su parte, la administrativa decidió que no le pagaban lo suficiente como para encararse con aquel hombre que tronaba más que la tormenta que caía sobre Madrid, así que después de cumplimentar el impreso del registro de entrada con los datos de este cliente molesto, le condujo hacia el almacén y le conminó a que esperase allí mismo al responsable.

El recinto era amplio y los embalajes, sorprendentemente, estaban bien ordenados en estanterías y contenedores. Ulises hubiera preferido encontrarse con un desorden monumental, eso le hubiera dado la justificación necesaria para despotricar contra el servicio. Estuvo merodeando un rato hasta que reparó en un pasillo con una señal de prohibición de paso y cerrado con una cadena. Desenganchándola entró.

Era amplio y largo, giró varias veces antes de desembocar en una gran nave. Se quedó estupefacto. Había cientos de bultos de todos los tamaños apilados sin cuidado. Deambuló sorprendido por los pasillos que formaban las anárquicas filas de paquetes. La diferencia que existía con el almacén donde había esperado al encargado era evidente. Intrigado, fue fijándose en varias etiquetas adheridas a los envoltorios. Las fechas no correspondían al año en curso, eran de un par de años atrás, incluso observó alguna más antigua. Esbozó una sonrisa de superioridad convencido de haber encontrado el agujero negro al que se había referido antes.

Del recinto partían dos corredores y Ulises no pudo resistirse a proseguir investigando. Eligió uno de ellos, éste a su vez, se bifurcaba en otros dos iguales. Decidido, siguió por el de la izquierda que acababa en otra nave de las mismas características y repetía el mismo patrón que la anterior. No dudó en continuar explorando varias salas más, todas idénticas. La diferencia entre ellas estribaba en la antigüedad de las etiquetas y el peor estado de las cajas, que algunas ya estaban reventadas y revelaban parte de su contenido: ropa, electrodomésticos, ordenadores, hasta la jaula de un loro.

Aunque los pasillos continuaban, Ulises determinó que ya tenía suficientes pruebas para avalar su queja ante el encargado y comenzaba a sentirse muy agobiado. No podía comprender aquel extraño abandono ni la finalidad de tantas dependencias para albergar miles de antiquísimos paquetes. Desanduvo sus pasos, o al menos eso creía él. Recorrió interminables pasillos cada vez con mayor ansiedad. Debería haber llegado ya al primer almacén desde donde partió, no recordaba haber pasado por tantas salas en el camino de ida. Muy intranquilo sacó su teléfono para pedir ayuda, consciente de que estaba totalmente perdido. Comprobó angustiado que no tenía cobertura, aunque le reconfortó pensar que el encargado vería la cadena desenganchada, sabría que había entrado e iría a buscarle.

El encargado y la administrativa se miraron impávidos comprendiendo lo sucedido ante la cadena de prohibición que colgaba y que trabaron de nuevo. Él continuó con su trabajo. Ella buscó el impreso del registro de entrada que había rellenado con los datos de Ulises y estampó en él un desgastado sello: extraviado.

Comentarios (28):

Caciba

17/05/2016 a las 12:50

He tenido muy en cuenta los comentarios del taller pasado y espero haber corregido en este el problema de la comprensión. A ver si este relato se entiende bien. Ya me contaréis. ¡Gracias por vuestra ayuda!

Dante Tenet

17/05/2016 a las 17:43

Muy bueno, esta redondo, fluye la idea y el anticipo del desenlace no lo hace menos efectivo.

Nos estamos leyendo, el mio es el relato 8

Victor Hugo Montenegro

17/05/2016 a las 18:48

¡Hola Caciba!

Creo es la primera vez que te leo, ya que estoy en Literautas desde la escena pasada. Si te soy sincero tu relato me dejó sin aliento y sin palabras. Creo que cualquier cosa que diga para exaltar el duro trabajo por parte tuya en el proceso de creación y de la estupenda forma de narrativa me quedo corto. Así que quédate con mis aplausos, soy de los que valoro cuando veo una obra bien trabajada y con mucho esmero.

¡Excelente trabajo!

¡Un Abrazo!

Oliver Sierra

17/05/2016 a las 19:26

Hola Caciba,

primero de todo, si con el título del relato buscabas el juego de palabras, a mi me sacaste una sonrisa. Debo añadir que me sentí identificado con Ulises por la tardanza excesiva en los envíos de los paquetes con origen extracomunitario. En ese aspecto, te felicito.

Ahora, al turrón. Me parece que los párrafos se pueden disgregar un poco más, al tratarse de un relato corto, creo que podemos jugar con esas pausas con mayor soltura para hacer la lectura más ágil. Especialmente lo digo por el tercer párrafo.

En ese mismo párrafo, se suceden algunas frases y palabras dentro de ellas que suenan un tanto reiterativas a mi parecer. Lo noté por leer en voz alta, algo que he aprendido en este taller.

Yo cambiaría lo de señal de prohibición de paso, me suena raro. Así como me falta una coma entre desenganchándola y entró.

También me suena un tanto excesivo lo de cajas reventadas, pareciera que no queda de ellas más que algunas tiras de cartón. Intranquilo es un adjetivo que me resulta extraño y añadiría una coma a continuación.

El final me ha sacado una carcajada al mostrar la impasividad de los empleados, posiblemente hastiados de realizar un trabajo de autómatas.

Espero sea de ayuda,
un abrazo.

Saldivia

17/05/2016 a las 19:53

Hola Caciba, como siempre, una delicia leerte. No puedo leer mucho, pero tu relato no me lo iba a perder. ¡Y me encentó! Recreas de modo magistral la exasperación y desesperanza que se siente al enfrentarse a la burocracia, de forma comparable a “El Proceso” de Kafka. Y aunque pude entrever el final, igual me pareció contundente y bien cerrado.

Considero además que lo gramatical está impecable, esperemos opiniones más expertas para validar si estoy en lo cierto.

Un gran ¡Enhorabuena! para ti.

P.D. Usé una idea muy común en ti en mi relato, introduje algunos anagramas. Espero tu opinión!

Caciba

17/05/2016 a las 20:55

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios,pasaré por todos vuestros relatos, aunque tardaré un poco.

DANTE, VÍCTOR: muchas gracias por vuestros ánimos. Desde luego que sí lo he trabajado mucho, no sé si bien, ¡pero trabajo me ha costado!

OLIVER: yo también he sido “Ulises” hace unos meses y pasé una verdadera odisea.
Si te ha parecido reiterativo entonces es que lo es. En el anterior relato algunos párrafos no se entendían bien y no he querido que me volviera a ocurrir. A lo mejor “me he pasado esta vez”, a ver si logro un equilibrio de una vez.
Reventadas a mí me parece que está bien porque quiero decir que esas cajas llevaban muuuuchos años abandonadas, apiladas, tratadas sin cuidado. No quiere decir que sean solo tiras de cartón, reventar es abrirse violentamente por la presión. Y, fíjate, el paquete que me entregaron después de pasar una odisea venía reventado, aplastado y abierto por un lado, y “solo” habían pasado varios meses.
Intranquilo: yo uso mucho esa palabra pero, posiblemente, quedara mejor otro adjetivo más intenso.
Lo de “señal de prohibición de paso”: quería que quedara claro que era un lugar prohibido, no he sabido ponerlo de otra manera con pocas palabras. Siempre voy al límite de 750, me toca quitar muchas.

Sobre la soltura y agilidad del relato estoy de acuerdo, espero ir mejorando en este sentido.
Muchas gracias, todas las opiniones ayudan.

SALDIVIA: qué bien que estés ya recuperado, me alegro mucho. Claro que voy a leer tu relato y ver esos anagramas 🙂
El relato de la espera de un paquete procedente de fuera de la Comunidad Europea solo puede acabar así… (bueno, soy un poco exagerada). El relato es absurdo al igual que parte de la burocracia.
Por cierto, Kafka me gusta mucho.
Muchas gracias, un abrazo. En cuanto pueda te leo 🙂

juanjohigadillo

18/05/2016 a las 16:08

¡Enhorabuena! Un buen relato, angustioso e irónico a la vez. Si bien es cierto que se podría mejorar el formato de los párrafos para dar más fluidez al relato, no creo que afecte demasiado negativamente al resultado final, que es más que satisfactorio. Estoy de acuerdo contigo en el uso tanto de “intranquilo” como de “reventadas”, ambas palabras están correctamente empleadas, en mi opinión. Y nada más, sólo que espero seguir viéndote por estos lares.
Saludos desde Pucela.

Escritores Anónimos

18/05/2016 a las 17:42

Hola Caciba! Me alegro de haber leído tu relato porque es realmente bueno.
La idea es como poco ingeniosa, con juegos de palabras, humor y cierto suspense al final. El texto está bien escrito, sin faltas notables, con buena puntuación, buena estructura de diálogos.

Aunque he encontrado un par de cosillas (nada importante porque realmente son un poco “tiquismiqueces”:
*En el primer párrafo pusiste “..nunca había apareció…” Solo falta poner el participio en vez del pretérito.

Ya está, por lo demás me ha encantado.
¡FElicidades, nos leemos!

Grumete

18/05/2016 a las 17:46

Buenas Caciba.
Esta claro que con cualquier cosa se puede crear una historia impresionante,tu lo acabas de conseguir ,te tengo que felicitar por que aparte de estar muy bien narrado eso es obvio , me transporto a esos almacenes enormes y sentirme angustiado .
¿Y si es un agujero negro que se puede entrar pero no salir?…uff pobre Ulises jeje.
Felicidades me encanto.
P.D:Se entiende todo perfectamente.
Un saludo ,nos leemos.

Caciba (Valladolid - España)

18/05/2016 a las 19:17

Gracias por vuestros comentarios. Voy a pasarme por vuestros relatos.
Escritores Anónimos: tienes razón, no me había fijado al repasarlo. Es que ni te imaginas las veces que cambié palabras…
Lo cambiaría ahora de esta manera:

“… pero el cartero nunca apareció con el aviso postal de recogida. Sí había recibido esa mañana…”

Gracias a todos. Saludos

Lucas Trevisiol

18/05/2016 a las 22:44

Hola Caciba, de nuevo por acá.
Me gustó mucho, y lo único que te puedo llegar a decir es que en el primer párrafo cambiaría la palabra extravío (la segunda vez que la escribis) por otra similar.

En cuanto a tu miedo por que se entienda no te preocupes, se entendió bien, aunque no terminé de entender por qué Ulises traspasa la cadena de seguridad, aunque calculo que es por curiosidad. Es dificil explayarse en tan pocas palabras.

Un saludo, y espero que puedas pasarte por el mio (144) 🙂

Lucas Trevisiol

18/05/2016 a las 22:45

143 Quise decir, me equivoqué ajjaja!

El Graffo

19/05/2016 a las 04:17

Hola Caciba!

Me gustó mucho el final, aunque teniendo tan mala suerte con los objetos perdidos se podía anticipar un poco. Con todo, me ha parecido muy original el contexto.

Hay algo que no es una corrección, sino una cuestión de gustos: habría sido genial ver diálogos. Tú, por ejemplo, utilizas al narrador para describir emociones y pensamientos, pero a veces el diálogo refresca el cuento para conocer un poco más al personaje. En el caso de una administrativa indiferente, podrías utilizar líneas cortas y monosílabas, típico de alguien que no quiere hablar. Insisto: es cuestión de gustos, no un error.

Por otro lado, creo que también podrías intentar cambiar las emociones por hechos concretos. Por ejemplo, si en lugar de describir al personaje como “indiferente”, puedes decir que no miraba al otro a los ojos. Si es alguien “decidido”, puedes colocar que caminó sin detenerse ni desviar su mirada. Esas frases traducen lo mismo, pero le dan una carga más dramática al relato.

Con respecto a la gramática no he reparado mucho porque es algo que suelen comentar, así que prefiero apuntar sobre la estructura o la trama.

Nota: Te agradezco mucho tu comentarios sobre la palabra “cuerpos” en mi relato (#38). Es un error tontísimo, pero ya lo corregí en mi web.

Sigue escribiendo y nos leemos en el siguiente reto!

Laura

19/05/2016 a las 11:24

Hola Caciba.
Me gustó cómo lograste hacer un relato que te mantiene hasta el final con la simple búsqueda de un objeto perdido, aunque por momentos es un poco llano, en un depósito que parece de una de las películas de Indiana Jones, donde aparece uno similar.

Realmente te felicito

María Kersimon

19/05/2016 a las 20:52

Buenas noches Caciba,
Un gran trabajo. Has pulido mucho la escritura y te ha quedado perfecto. Me gustaron las alusiones a la Ilíada pero el que se metió en el dédalo fue Teseo y salió gracias al hilo de Ariadna. Aposta, por eso mismo Ulises se queda encerrado, jajaja. Por este cuento me sentí vengada de todas las ineptitudes de todos los funcionarios que me hicieron perder el tiempo. Gracias. Además de una historia bien descrita y bien construida, me parece una caricatura muy lograda de la indolencia que encontramos a menudo en algunas administraciones, por lo sarcástica que la encuentro, tanto si fue intencionado por tu parte como si lo pongo en mi lectura. Un trabajo muy bien acabado.
Saludos.

Caciba (Valladolid - España)

19/05/2016 a las 21:07

Gracias, María.

Le puse Ulises porque el pobrecillo estaba pasando una auténtica odisea para recoger su pequete. Recoger un envío procedente de fuera de la Comunidad Europea es un camino lleno de amargas sorpresas, inconvenientes, trampas, confusiones, y… permíteme la palabra: “cabreos”.

Es sarcástica, sí; es que recuerdo mi odisea y la desidia algunos empleados con los que traté.

Me alegro de que te haya gustado. Me pasaré por tu historia, sin duda 🙂

Caciba (Valladolid - España)

19/05/2016 a las 22:29

Lucas, Graffo y Laura muchas gracias por vuestros comentarios.

Graffo: tienes toda la razón, con los diálogos puedo hacerlo más ágil. Voy a tener muy en cuenta tu consejo.

Muchas gracias a todos.

Un saludo

Caritobel

20/05/2016 a las 03:59

¡ay, pobre Ulises! De verdad que me hizo reír mucho la etiqueta de «extraviado» en sus propios datos.
Hablando de administraciones ineficientes, hoy tuve parcial de Administración Pública en la universidad (estudio Ciencia Política y Gobierno), y me hizo acordar un poco al parcial. ¡Qué lío!, pero sólo el de esa oficina de correos, porque tu texto esta muy bien logrado. Tiene la dosis suficiente de ironía, sarcasmo, y un poco de toque cómico. Todo se entiende a la perfección esta vez.

Te felicito por el esfuerzo.

Si tenés tiempo y ganas de leerme, estoy en el 195.
Saludos.

Ophelie

20/05/2016 a las 14:53

Hola Caciba:
Me gustó mucho tu relato. Yo diría interesante. Las alusiones están muy bien y la parte sarcástica muy buena. Un saludo
Ophelie

Edu SC

20/05/2016 a las 19:35

Hola Caciba,

No he podido resistirme a leer tu relato con este título. Y desde luego me alegro de haberlo hecho. La historia me ha encantado. A mi entender está muy bien escrita, se lee fácilmente, pasando de una frase a otra y haciéndote preguntar por como acabará el pobre Ulises en su odisea. Cierto es que, hacia el final de la historia puedes imaginarte un poco el desenlace de la historia, sobre todo teniendo en cuenta que nos tenemos que limitar a 750 palabras, pero la historia me parece redonda. Y la imagen final de la funcionaria estampando el sello en el expediente de Ulises sencillamente genial.

En cuanto a cositas que he visto, pocos apuntes, aunque algunas pueden ser por motivos de gustos personales.

«Desenganchándola entró.», aquí creo que ya te han apuntado que faltaría una coma después del verbo.

«Ulises hubiera preferido encontrarse con un desorden monumental, eso le hubiera dado la justificación necesaria para despotricar contra el servicio», aquí tal vez cambiaría el segundo hubiera por un “habría”.

Por último:

«Aunque los pasillos continuaban, Ulises determinó que ya tenía suficientes pruebas para avalar su queja ante el encargado y comenzaba a sentirse muy agobiado» aquí yo cambiaría el “determinó” por un “decidió”. No sé, me parece un verbo más adecuado a la acción y sobre todo menos visible. Aunque, como te comentaba antes, tal vez es algo muy de gustos.

Espero que te hayan aportado algo mis comentarios y simplemente felicitarte por tu historia.

Si tienes tiempo y ganas estoy en el 51.

Edu

Caciba (Valladolid - España)

20/05/2016 a las 21:08

Caritobel, Ophelie, Edu, muchas gracias por vuestros comentarios y consejos.
Edu, ya cambié tus sugerencias en el escrito de mi ordenador, queda mejor como tu dices.

Voy a leer vuestros relatos, por supuesto, estoy un poco tortuga… ¡pero llegaré!

Un saludo y gracias

Caciba (Valladolid - España)

20/05/2016 a las 21:09

(Tú)

Cara

21/05/2016 a las 15:14

Hola: te felicito. Es un buen tema y con un desenlace imprevisto, pero no creo que eche mucho tiempo extraviado, alguien lo echará de menos. Entretenido y bien llevado.
Te invito a pasar por mi relato y darme tu opiniones. Gracias.

Caciba (Valladolid - España)

22/05/2016 a las 14:03

Gracias, Cara. Me pasaré por tu relato.

Aunque se eche de menos algunas personas nunca aparecen.

Un saludo

Frida

22/05/2016 a las 19:54

Hola Caciba, aquí vengo yo con un paso más lento que el de la tortuga. Lo siento este mes voy retrasadísima y no me ha dado tiempo de pasarme por casi ningún relato.

Como siempre un relato de lo más original. Es increíble la paciencia que se debe tener con ciertas administraciones para poder alcanzar un objetivo, te marean más que una rueda de molino. No sé cómo será en el resto de los países, pero desde luego en España hay que armarse de tiempo y paciencia a la hora de reclamar. Creo que todos nos hemos visto alguna que otra vez envueltos en algún trámite de este tipo, has sabido plasmarlo muy bien, aunque la verdad, creo que Ulises antes de perderse ha dado pocas vueltas, lo normal es que lo mareasen de una ventanilla a otra o de una institución a otra, antes de que a alguien se le ocurriese la idea de que debería ir al pasillo a hablar con el encargado. Pero claro, solo son 750 palabras.

Surrealista final, que nos incita a pensar en la deshumanización en clave de humor.

María Esther

29/05/2016 a las 04:06

No puedo decir otra cosa que ¡excelente!
Llama la atención la falta de funcionarios en esas salas repletas de material.
Qué bien escrito, cuántas cosas dices solo mostrando lo que hay.
Y qué decir de Ulises,”buscando una aguja en un pajar”…
Nos leemos Maritel 65

Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia)

30/05/2016 a las 03:13

Hola Caciba, me has recordado un suceso similar con una empresa de correos para mi país, así que esperé un desenlace similar al de mi vida real, en el que el paquete se demoró varios meses en aparecer. Me entretuve con tu historia.
Saludos.

Yoli

31/05/2016 a las 11:11

Hola, Caciba.
Me ha gustado tu relato, y has descrito muy bien la deseperación y la angustia de Ulises al verse perdido y como las administraciónes se lo toman con mucha calma.
Si quieres leer el mío soy el 156

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