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La pregunta de un dios - por Pimpinella Escarlata

La pregunta de un dios

El dios Tismar despertó y encontró la jaula vacía. El loro había escapado. Era el regalo de cumpleaños que le obsequio su padre. Lo capturó en el bosque Itor hace miles de años, cuando aún era venerado por los hombres.
“Es una criatura especial, Tismar”, le recordó su padre.
“Ten cuidado con lo que preguntas para que no escape”, terminó de instruirle.
Despertó y miro la jaula vacía pero estaba cerrada y con los barrotes en su posición. Buscó por todo el palacio. Lo único que encontró fue un rastro de arena en el piso de mármol que llegaba hasta la puerta de nubes y caía a la Tierra, en el desierto de Jades. El fino hilo que trazaba la arena al caer, fulguraba en colores verdes durante el día y por las noches desaparecía.
Tismar se puso las botas aladas para descender a la Tierra. Entró la botella de las formas en un bolso de cuero. Seguiría el rastro de la arena y la recogería.
Bajó al lugar donde la arena caía del cielo formando una pequeña duna. Cuando saco el frasco para recogerla, el viento empezó a soplar desatando una tormenta. Los granos verdes de arena quedaron esparcidos por todo el desierto confundiéndose con el resto.
Después de varias eternidades, Tismar terminó de recoger los granos verdes. Lo hacía durante el día y en las noches media la parte de la botella que le faltaba por completar. Por momentos pensaba en lo que le pudo haberle preguntado al loro para que este escapara.
“Estoy cansado”, dijo el dios echándose a dormir por varias eternidades más.
Los arqueólogos llegaron al tercer día. Entraron a la cámara de las solemnidades de la pirámide. Cavaron y encontraron la estatua del dios Tismar sosteniendo una botella llena de arena. Embarcaron y mandaron los hallazgos al museo de la ciudad de Ur.
Las filas eran largas en el museo frente a la estatua de Tismar.
“A la derecha el dios Tismar y su botella llena de arena verde”, mostraba la joven guía a los estudiantes.
“Según la leyenda, perdió a su loro, un regalo de su padre por hacerle una pregunta indebida”, continuo.
“El loro se convirtió en arena. Tismar se quedó dormido y no pudo reconvertir las arenas en el ave”, terminó de explicar ella mientras la fila de estudiantes se movía a otra sala del museo.
Tismar despertó encerrado entre cuatro paredes inclinadas, hechas de bloques de piedra gigantes y que se juntaban en la parte superior formando una punta. Miro alrededor y estaba rodeado de estatuas y paredes escritas con extraños caracteres. Buscó la botella de las forma y no estaba. La tormenta la había empujado lejos de él, sepultándola Escuchó las voces de los arqueólogos. Las grúas montaban las cajas de madera en un barco. El dios lo abordó.
Para entrar al museo, adoptó la forma cartero. Para los hombres era el dios mensajero. Caminó por varias salas del museo. Reconoció las estatuas de otros famosos: Zeus, Atenea, Napoleón, Hitler. Al final, sus ojos se agrandaron al mirar al frente una estatua suya sosteniendo la botella de las formas aun llena de la arena verde.
Se escondió hasta que el museo cerró sus puertas al público. Cruzó el cordón de seguridad y se puso a los pies de la estatua. Levantó su mano izquierda y la botella de cristal cayo en su mano. Cerró los ojos y dijo:
“Yo Tismar, dios de Listón, te ordeno que recuperes la forma verdadera de tu esencia
La arena verde salió de la botella en giros rápidos. Los granos se unieron hasta forma una figura alada. El loro apareció frente a sus ojos estirando sus alas y dando unos sonidos melodiosos. Tismar se arrodilló y puso sus manos juntas para que el pájaro subiera a ellas. Pero no lo hizo.
“¿Porque te fuiste?”, preguntó Tismar.
“Has creado un criatura con alas para que viva enjaulado”, respondió el loro.
“Yo también me lo preguntaba pero me respondiste cuando me preguntaste que debías hacer para que los hombres volvieran a venerarte.”
“Uno de esos días en los que me permitías volar en el palacio y regresar a mi jaula, bajé a la Tierra. Escuché hablar a los hombres.
“¿Qué decían loro?”, insistió Tismar.
“Hablaban de libertad”, respondió el ave.
“¿Libertad, que es eso?”, preguntó el dios.
“Observa:”
Batió sus alas y salió volando por una de las ventanas del museo.

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8 comentarios

  1. 1. Anna Trejo M. dice:

    ¡Hola!
    Me pareció particularmente atractivo, a pesar de que el tema de las “deidades” sea tan explotado hoy en día.

    Tu forma de expresarte es llamativa y los caracteres, tu limitante. Ha sido un placer leerte, sinceramente.

    Creo firmemente en tu capacidad y tu poder de desarrollarla.

    Ánimo y sigue publicando.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 20:42
  2. 2. beba dice:

    Hola, Pimpinella Escarlata:
    ¡Qué sorpresa con tu precioso relato! Me gustaron el ámbito fantástico- mitológico, el hilo claro del relato, el juego fantástico del loro hecho arena y remodelado. Excelente.
    Te señalo(de puro estricta), “regaló”,”lo que (le) pudo haberle”
    Y este párrafo, que resulta confuso en la escritura:”Yo también … pero me respondiste cuando … para que los hombres volvieran a venerarte”. Tal vez puede arreglarse alterando el orden de los elementos:” Cierta vez me preguntaste que debías hacer para que los hombres volvieran a venerarte;yo también me lo preguntaba…” Y entonces viene lo de la escapada a la Tierra y la libertad.
    Saludos. Micuento es el 187.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 22:51
  3. 3. El Sr. Pimienta dice:

    Hola Pimpinella Escarlata, un relato precioso. El final me ha gustado, creo que está bien encontrado, y tu imaginación es muy poética.

    En algunos casos, no obstante, me da la impresión que podrías juntar un poco las frases. Desde mi humilde punto de vista, por ejemplo, este párrafo:

    “La arena verde salió de la botella en giros rápidos. Los granos se unieron hasta forma una figura alada. El loro apareció frente a sus ojos estirando sus alas y dando unos sonidos melodiosos.”. En vez de utilizar dos frases, a mi me sonaría más armónico si las unes mediante una con conjunción.

    Un gran relato de todas maneras.

    Un saludo!

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 13:32
  4. 4. yubany checo dice:

    Gracias. Valoro sus comentarios. Los tomare muy en cuenta para mejorar este relato y los futuros.

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 16:07
  5. 5. Autor dice:

    He de admitir que es una idea atractiva aunque desarollado atropelladamente. Quizas por cuestiones de tiempo, quizas por no ser el ambito usual, por lo que sea. Son varias las oraciones e inclusivo alguno que otro parrafo que resultan confusas por lo cual te recomendaria volver a leer lo escrito una vez terminado.

    No tengo mucho que decir que no se haya dicho ya.
    Animo y a seguir escribiendo.

    Escrito el 21 mayo 2016 a las 17:47
  6. 6. Elisabet Jiménez - Sevilla dice:

    Hola Pimpinella, un relato maravilloso, nada que decir que no se haya dicho ya. Seguro que con las correcciones se enriquece aún más el relato.
    Nos leemos!!

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 08:36
  7. 7. Dante tenet dice:

    Hola:
    Me gusto mucho tu relato, engancha, queres seguir leyendo.

    Nos vemos el mes que viene.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 15:45
  8. 8. Wiccan dice:

    Buenas Pimpinela Escarlata,

    Un relato interesante, me gusta la idea que desarrollas aunque concuerdo con alguno de los compañeros en que en varios momentos el relato se vuelve un poco atropellado, es necesario leerlo una segunda vez para captar correctamente la idea, por lo menos es lo que me pasó a mi. Principalmente creo que el problema es la organización de las intervenciones en el relato, las vas separando en diferentes párrafos cuando habla la misma persona y eso despista al lector, por ejemplo, la intervención del padre está separada en dos párrafos, parece una conversación pero es una misma intervención. Algunas cosillas que noté que creo que no te han comentado:
    – En la frase que empieza “El fino hilo que trazaba…” quitaría la coma o la cambiaría a después de “día”.
    – Intentaría no repetir tanto “arena”, “recoger” y “los granos verdes”, son palabras importantes para la historia pero en algunos casos puedes obviarlas o expresarlas de otra forma, por ejemplo, en “los granos verdes de arena quedaron esparcidos por todo el desierto confundiéndose con el resto” podrías decir “Las particulas esmeralda quedaron esparcidas por todo el desierto confundiendose en el entorno”, o en “Tismar terminó de recoger los granos verdes” podrías decir “Tismar terminó su labor”
    – Cuando empieza la escena de los arqueólogos separaría el párrafo con un espacio, lo mismo cuando empieza la escena del museo y cuando Tismar despierta.
    – Se forma una rima muy rara entre las palabras “cartero”, “mensajero” y “museo” en la frase que empieza por “para entrar al museo”.
    Espero haberte ayudado. Muchas gracias por pasarte por mi relato y por tus comentarios. Nos leemos.
    Un saludo!!!

    Escrito el 26 mayo 2016 a las 22:24

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