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Magnífico e infalible museo de pequeños pero importantes granos e historias que olvidarás - por narranacion

Web: http://www.narranacion.com

Encuentro al cartero introduciendo sistemáticamente la correspondencia en cada buzón. Es un profesional al que no le conozco ningún despiste. Como tal, es también educado y medido con la intimidad de los vecinos. Motivo por el cual, me extraña que se dirija a mí por mi nombre de pila.
—Luís, esta carta es para ti —y continúa con un tono más habitual—. Disculpe que me dirija a usted en estos términos. Me han indicado la necesidad de entregarle este sobre según he hecho. En caso contrario, el mensaje podría llegarle con errores. Comprenderá que solo cumplo con mi trabajo. Tenga usted un buen día. Sorprendido, cojo la carta y mientras busco una respuesta coherente, el cartero desaparece por la puerta de entrada. En el interior del sobre, encuentro una invitación para el "Magnífico e infalible museo de pequeños pero importantes granos e historias que olvidarás". Qué manera de empezar un lunes.
Pienso en tirarla en la primera papelera que encuentre. No lo hago. Diariamente, ¿Cuántas tareas acabamos posponiendo sin ninguna explicación? En mi caso: muchas, y esta es otra de ellas.

Más tarde en el trabajo, durante la pausa para el desayuno, vuelvo a encontrarme con la invitación, guardada en el bolsillo derecho de mi americana —no recuerdo haberla puesto ahí—. La vuelvo a leer, fijándome en la dirección del Museo, que casualmente, está a una sola calle de mi oficina. No hay precios ni horarios, pero sacrificaré el tercer café de la mañana para ir a echarle un ojo. Antes de irme, me guardo un sobre de azúcar moreno en el bolsillo izquierdo; es otra de mis manías. Hay muchas cafeterías que no tienen y me obligan a tomar azúcar blanco. Desconsiderados.
Ahí está. No puedo evitar sonreír, el grandilocuente nombre corresponde a una caravana de feria en la que apenas cabe el exagerado letrero. Me acerco, sin duda tengo tiempo para visitarlo. La puerta está cerrada y me inunda una desilusión incomprensible unas horas antes, pero me sobresalta una voz rasgada, aguda y afilada, como silbada a través de un peine.
—Tienes la invitación, ¿verdad? Adelante. Se abre la puerta y al entrar reparo en el origen de la voz. Un loro me mira ojiplático desde una taquilla hecha a su medida. Empiezo a balbucear las preguntas que me vienen a la cabeza, que son muchas, pero no sé si me desconcierta más la situación o el hecho de tenérselas que preguntar a un pájaro de colores.
Dentro el espacio es enorme, tal y como debe ser un museo. Ya apenas recuerdo la entrada, pero debía ser majestuosa, pues el interior lo es. Me recibe un hombre alto y moreno. Viste su cuerpo con traje completo, su cara con una afilada barba. Un bastón y un sombrero victoriano complementan su saludo. Sin preámbulos, pasa a guiarme por las diferentes estancias, detallándome cada una de las piezas.
—Este grano de arena, corresponde al reloj del sultán de Ortheim. Sultanato olvidado incluso por el tiempo. Este de aquí, lo trajo una tormenta y es el único que se conserva de las playas de plata de la desaparecida Atlantis. Y éste, precioso por cierto, es un grano de sal de los desiertos perdidos que ocultan el tesoro de la reina de Saba.
Al lado de cada uno de los granos, acompañan a los pequeños pedestales un hombre o mujer ataviados con ropas concordes a la muestra, con caras desubicadas. Estoy embelesado, lo que allí se encuentra es increíble. Mi guía, del que no recuerdo el nombre, me saca del embrujo y me pide mi invitación. Tanteo mis bolsillos en busca de algún resguardo, pues no recuerdo tener ninguna. En el bolsillo izquierdo hallo un sobre de azúcar y en el derecho lo que parece el papel que me reclama. Lo toma de mi mano y su cara cambia la expresión. Lo dobla por la mitad mientras aprieta sus labios hasta expresar un "lo siento".
—Estimado, parece que ha habido un error en la entrega de la invitación. Ésta no es del todo correcta. Donde dice "Magnífico e infalible museo de pequeños pero importantes granos e historias que olvidarás", debería decir "Magnífico e infalible museo de pequeños pero importantes granos e historias que no olvidarás". Llegados a este punto, lo único que puedo preguntarle es, ¿qué trae usted para el museo?

No sé de qué me habla. Estoy allí de pie, al lado de un pequeño pedestal vacío y con un sobrecito en mi mano izquierda, repleto de granos marrones.

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11 comentarios

  1. 1. Don Kendall dice:

    Hola “narranación”
    Este comentario responde a mi compromiso de comentar los tres textos que siguen al mío situado en el #132.
    Me gusta el trabajo. En lo formal y desde mi conocimiento limitado, no encuentro reparos. El contenido lleva el ritmo justo para un lector al que le guste saborear a fondo las palabras. El narrador en primera persona toma su puesto de personaje sin estridencias. Esto hace que fluya el relato bien engrasado y sin estridencias, no hay crujidos que estorben al disfrute. La forma de narrar transmite verosimilitud , algo muy difícil en mi opinión, cuando se maneja el misterio y la fantasía de lo cotidiano.
    En resumen, magnífico relato que hace honor al título. Gracias por compartirlo.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 08:20
  2. 2. KMarce dice:

    He dedicido leer a quienes no he leído antes. Le invito a no perder la iniciativa de leer a los tres relatos que siguen al suyo. Si visita, tenga por seguro que le visitaran.

    Su historia es muy interesante, sobre todo el título, por el cual lo elegí.
    Entre las mejoras que he encontrado es esta frase:
    “Tenga usted un buen día. Sorprendido, cojo la carta..”
    El diálogo acaba en “buen día”, por lo tanto, lo que sigue debe ser separado por punto y aparte, porque forma parte de la narrativa.

    Hay dos párrafos que me pierdo con la narrativa, y es este:
    “Lo toma de mi mano y su cara cambia la expresión. Lo dobla por la mitad mientras aprieta sus labios hasta expresar un “lo siento”.
    —Estimado, parece que ha habido un error…”
    Aquí tenemos al guía que pide la invitación… y parece que después (el mismo guía) le dice que hay un error. Si es así el siguiente párrafo, me confunde:
    “Llegados a este punto, lo único que puedo preguntarle es, ¿qué trae usted para el museo?

    No sé de qué me habla…”
    porque entiendo que es que el visitante es quien opina (preguntarle) y hace la pregunta, lo cual se contradice con “No sé de qué me habla…”
    A no ser que el guía es quien actua “lo unico que no pudo preguntarme (el visitante) es… ¿que trae usted para el museo? (el guia al visitante)” para que se comprenda “No sé de qué me habla” y recuerde el sobre de azúcar.

    Así que esa parte de la redacción, se me hace confusa.
    Por lo demás, me parece muy original que se “presuma” de un museo con “granos de arena”, y esa idea me gusta, porque yo soy del criterio que todas las cosas tienen su importancia sin medir el tamaño de las mismas.
    Enhorabuena, ¡nos leemos!

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 12:01
  3. 3. Paola dice:

    Gracias por pasarte y conseguir así que nos conozcamos, somos tantos que es imposible leerlo todo!

    Muy original y divertido, para mí, para el protagonista no tanto!
    Bien escrito y con ritmo.
    Una buena mezcla de realidad y fantasía. No me suele gustar la fantasía pura del estilo de “Alícia en el país…” pero tu relato tiene algo que engancha.
    Ha estado bien la idea del azúcar moreno como grano marrón…

    Tu historia me ha sorprendido y eso es bueno porque no es fácil sorprender con 750 palabras.

    Lo único que puedo aportar es que en ” No lo hago. Diariamente, ¿Cuántas tareas acabamos posponiendo sin ninguna explicación? ” después de Diariamente, Cuántas lo pondría en minusculas

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 12:29
  4. 4. narranacion dice:

    Hola!

    Don, me he pasado por tu relato y ya te he puesto allí mi opinión. A los que pasen por aquí y no lo hayan leído les aconsejo hacerlo. Un saludo.

    KMarce, representa que el mensaje puede llegar correcto o incorrecto. Cuando el guía pide la invitación al protagonista, comprueba (el guía) que lamentablemente no es correcto. En consecuencia, lo siente mucho por el visitante que, como intento plasmar poco a poco en el desarrollo de la trama, va olvidando sistemáticamente todo su pasado. Pasará a estar condenado y plantado junto a su aportación al museo (un grano de azúcar moreno), como los demás que ha ido viendo durante la visita.

    Tomo buena nota de tus apuntes, muchas gracias.

    Paola, gracias por la visita y tus apuntes. Ya te leí en “¿Sube?” donde participé con “New York, New York”. Desde entonces procuro leerte.

    Un saludo a todos y muchas gracias por los aportes.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 15:58
  5. 5. williams dice:

    Relato lleno de intrigas y sorprendentes dialogos,con las pausas precisas que,al modo de un mayordomo ingles…nos guian displicentemente al aplauso final de una gran obra.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 23:22
  6. 6. narranacion dice:

    Gracias por la visita Williams y por tu comentario, te lo agradezco.

    Me paso por el tuyo. Un abrazo.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 07:53
  7. 7. Caritobel dice:

    Hola narranacion.
    Gracias por pasarte por mi relato. Agradezco tus comentarios.

    Me llamó mucho la atención el título de tu relato a penas lo leí.

    Voy a ir directamente a la trama y estructura de la historia, que me parece lo más interesante en tu historia. Aunque lo que sí te digo es que la próxima separaría en párrafos, para mejorar la visual del texto. Para que no quede como un “chorizo” largo (poco poético lo mío, lo sé).

    En un inicio nos presentás una situación atípica, una extraña invitación, que ya nos introduce en un ambiente de fantasía. Luego, esa invitación aparece, insistiendo en que el protagonista vaya a ese lugar misterioso. Llegamos al lugar, y realmente es extravagante. Hasta ahí, nos llenas de intriga y queremos saber de qué pinta todo. Vemos los granos de arena de lugares míticos y oímos de historias fascinante. Hasta que la historia cae en picada justo antes del final.¿Por qué? No se entiende qué es lo que sucede, y uno inevitablemente se pierde. Tal vez sea más por falta de información que por faltas técnicas. Aunque existe cierto enredo en los últimos diálogos.
    Yo centraría la corrección sobre todo en eso. Por la idea tiene mucho potencial, pero le falta un final más “redondo”, que sea broche de oro.

    Espero que mis comentarios te ayuden.

    Saludos

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 02:55
  8. 8. charola dice:

    Hola narranacion! Me toco leer tu relato y me parecio alucinante, lleno de intriga y magia. Creo que el meollo de este texto esta en el titulo. Desde que entra al museo va olvidando las cosas porque asi decia la invitacion. Pobre Luis! La visita al museo del que quizas nunca saldra, pues el pedestal vacio sera para el y tendra que mostrar sus granos de azucar. Sera uno mas de los desubicados en su pedestal. Eso entendi yo.

    Muy buen relato, lleno de misterio, que a uno lo hace pensar e ir mas alla de lo evidente. Felicitaciones.

    Te invito a leer el mio (136), casi pegado al tuyo. Por favor no hagas caso a la carencia de tildes de mi comentario, es por el teclado que estoy usando. Un abrazo.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 01:59
  9. 9. narranacion dice:

    Hola!!

    Caritobel, tomo nota de tus comentarios y los tendré muy en cuenta. Te los agradezco mucho. Nos seguimos leyendo.

    Charola, muchas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que hayas interpretado justo lo que intentaba explicar. Hoy mismo me paso por tu relato, que ya tenía en mi lista… son muchos y voy repartiendo en diferentes días 🙂 Te dejo allí mi comentario una vez lo tenga leído.

    Un abrazo a las dos.

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 07:57
  10. 10. Luis dice:

    Hola Narranación, soy Luis(90). He pasado por tu relato y la fluidez es buena, pero en el final me lío con el guía y el protagonista. La frase de error de la invitación es muy parecida, por lo que no le encuentro la diferencia y el motivo. “KMarce” te lo explica muy bien. Un saludo. Nos leemos.

    Escrito el 27 mayo 2016 a las 18:04
  11. 11. Narranacion dice:

    Gracias por tu comentaría Luís. Me paso por tu relato.
    Un saludo!!

    Escrito el 30 mayo 2016 a las 07:38

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