Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Gladiator - por Ratopin Johnson

Nunca fui demasiado bueno. Esa lesión en la rodilla me obligó a dejar los rings, y cuando llevaba un tiempo en casa lamentándome, y mi esposa me miraba ya como que quien mira a una pieza de museo, decidí convertir mi pasión por el deporte en profesión. Soy periodista deportivo, y desde hace muchos años, escribo sobre boxeo. Dicen que no lo hago mal, y que tengo buen ojo para el talento.

Fue en un gimnasio donde lo vi por primera vez.: Gino’s, donde los chavales aprenden la técnica del boxeo, a la vez que se alejan de las calles. Gino, ex boxeador también, me dijo: “¿a quién te recuerda éste?’”. Se refería a un chico negro de 1.90, John Gladys, al que había que pulir, pero al que se le adivinaban unas condiciones tremendas. Gino tenía razón, me traía a la mente a Joe Louis. Aunque el parecido era más que considerable, ya no sólo físicamente, soy cauto y mi respuesta fue: “Palabras mayores”. Y es que Louis, el “Bombardero de Detroit” perdió la corona mundial de los pesos pesados hace tres años, en el 51, después de llevarla durante casi doce. Ahí es nada.

De la mano de Gino, John fue mejorando rápidamente. Yo era testigo de aquello, y entre nosotros fue creciendo la idea de que podíamos hacer algo grande con él. Velocidad para desplazarse por el ring, ataques por sorpresa, defensa, contraataque, John asimilaba como si fueran propios los fundamentos del boxeo.

Aquella primera vez que saltó al ring en un combate amateur, se merendó a su rival. Le cayó tal tormenta de golpes, entre jabs, directos, uppercuts y crochets que el chico no sabía donde meterse. La verdad es que no estaba a su nivel, y John no necesitó dar semejante exhibición. Verlo ese día sobre la lona me recordó a un gladiador en la arena y en ese momento se me ocurrió el nombre: John “Gladiator” Gladys, y así lo bauticé en mi periódico.

A John y a Gino les encantó. Allí estábamos: un chico negro, un italiano, y yo, un irlandés, intentando fabricar un campeón. Las peleas se fueron sucediendo y John ganaba sin problemas. Comenzó a llamar la atención, para nosotros quizá demasiado pronto. ¿Por qué? Porque John no tenía, al menos de momento, algo que Joe Louis sí: fortaleza mental, eso que convierte a alguien bueno en campeón.

Pasó al circuito profesional, los medios comenzaron a fijarse en él y algunas compañías poco recomendables empezaron a revolotear alrededor.

En algún punto, todo se torció. John, al fin y al cabo, no era Joe Louis, y la actitud muchas veces condescendiente, hacia él, del público mayoritariamente blanco, empezó a molestarle. Se sentía como “el esclavo que entretiene a los blanquitos”, estaba cansado de pedir permiso casi para respirar, decía que el que se partía la cara era él, pero el negocio era para los blancos. Lo repetía como un loro. Nosotros insistíamos en que eso daba igual, que tenía que centrarse en lo importante: su carrera.

Esa noche contra Mike “el cartero” Smith, John se saltó nuestra regla más sagrada: “No aceptar nunca una pelea arreglada”. Para entonces nos había dejado y andaba con otro entrenador. A Mike le apodaron “el cartero” por la cantidad de golpes que “reparte” a sus contrincantes. Y a fe que le dio. John cayó en el quinto asalto como se había acordado y se embolsó su dinero.

¿Lo presionamos demasiado? Entonces me sentía culpable incluso de haber inventado el nombre de “Gladiator”. Puede que en algún momento John nos viera como dos blancos más que intentaban sacar tajada de él. Quizá fuera cierto.

Ganó dinero, lo perdió, bebió, llegó pasado de peso a algunos combates, dejó el boxeo, se casó con quién no le convenía, se divorció, se metió en líos y pasó un tiempo en la cárcel, y todo eso en tres años, sin haber cumplido todavía los veinticinco. Así que cuando apareció aquel día en el gimnasio después de mucho tiempo,- yo estaba allí como tantas veces- y nos dijo que quería volver, nos llevamos un alegrón.

Recuerdo todo esto, apoyado en la puerta del vestuario, mientras John está sentado en la camilla, concentrado. Quedan unos minutos para el combate. Gino le revisa los guantes, y de pronto levanta la vista hacia mí. Parece decir: “He vuelto. Gladiator ha vuelto”. Está sereno, y veo esa mirada, nunca se la vi antes, es la mirada de la fuerza interior, la mirada del campeón.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

9 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Bravo, Ratopin!
    Estremecedora y repetida historia tanto entre boxeadores como en otros deportes. Muy bien relatada la evolución de la joven promesa, su caída y -lo que te agradezco personalmente- su posibilidad de madurar y corregir; su posibilidad de redención.
    Muy buen ritmo. Me ha encantado.
    Saludos

    Escrito el 17 mayo 2016 a las 22:11
  2. 2. Lucas Trevisiol dice:

    Hola!Soy tu vecino de arriba jaja; me gustó la trama, aunque tené cuidado con la cantidad de personajes que se presentan tan rápido y la similitud entre ellos; me hizo confundir un poco xD.
    Saludos, te espero por mio, el de arriba 🙂

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 23:17
  3. 3. Beatriz dice:

    No soy amante del boxeo, pero tu historia es muy buena
    Felucidades
    Namasté

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 02:02
  4. 4. Henar Tejero dice:

    Hola Ratopín, aunque a mi no me gusta el boxeo y no entiendo mucho, tu historia me ha gustado. Reconozco que al principio me lío un poco en cuánto a los personajes, quizás ahí al mencionar a Gladys y Gino vas un poco deprisa.El lenguaje coloquial da realismo al mundo deportivo, lo cuál tú has sabido hacerlo muy bien. La historia está bien narrada.Se ve el afán de superación del personaje y su vida tan azarosa, a pesar de ser tan joven. Una historia diferente.
    Estoy en el 141 por si tienes un ratito.
    Espero seguir leyéndote !!!

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 09:00
  5. 5. Ratopin Johnson dice:

    Gracias a todos por pasaros a leer y por vuestros comentarios.

    Gracias Juana, me alegro que te haya gustado el final. Me hubiera gustado desarrollar más esa vuelta de John al gimnasio. Que Gino y el periodista hubieran estado encantados de que volviera, pero que se hubieran puesto firmes en cuanto a algunas cosas. Que puede estar sobreentendido, pero que eso se viera en el relato. También pensé en John yendo al periódico donde trabaja nuestro narrador, en vez de al gimnasio. O explicar más el tema de volver a coger la forma, una vez de vuelta. Pero bueno, son 750 palabras, es díficil.

    Gracias Lucas, bueno, no son muchos personajes, quizá estando Joe Louis de por medio, debía haber escogido otro nombre, y no John, para nuestro campeón.

    Muchas gracias Beatriz por tus palabras. Yo realmente fan del boxeo no soy, pero hay algo que me atrae. Quizá ha sido culpa del cine.

    Hola Henar, gracias. Como le decía a Beatriz, no soy fan del boxeo, asi que tampoco entiendo. Me documenté un poco para utilizar lenguaje técnico, pero no mucho más. Yo creo que es más una historia humana, de personajes, ambientada, sí, en este caso, en el mundo del boxeo

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 13:48
  6. 6. Diego Manresa Bilbao dice:

    Grande Ratopin!!!!!
    Una histori prototipica de boxeo, uno de los deportes mas literios, bien contada y llevada. Ya espero la segunda parte!!!!
    Nos leemos!

    Escrito el 23 mayo 2016 a las 18:11
  7. Ratopin,

    Oficialmente te devuelvo la visita a mi relato, pero la verdad ¡qué bien escribes!
    Que elegancia, que suavidad, que conocimiento del tema. ¡Enhorabuena! Tienes muy buena técnica, sí señor.
    Voy a seguirte todos los meses y si abres un blog (o ya lo tienes) házmelo saber!

    Aquí tienes una nueva fan.

    Un abrazo

    Aina Pons Triay
    ainaponstriay.wordpress.com
    Mi relato este mes: nº 23 – VAN A ENCONTRARTE https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-35/5655

    Escrito el 24 mayo 2016 a las 18:44
  8. 8. Marazul dice:

    Hola Ratopin:
    Recreas perfectamente el ambiente del mundo del boxeo. Un mundo y unos personajes que han inspirado muchas historias y muchas películas. Se ve que entiendes y que dominas el lenguaje: jabs…crochets…
    Y lo más importante nos muestras el auge y la caída del ídolo algo muy común en ese deporte. Alcanzan la fama muy deprisa y lo mismo que se alzan, se derrumban. Dejas ver también “los amaños” que suelen ser frecuentes en este deporte.
    Todo ello con un estilo claro y muy correcto
    Un saludo

    Escrito el 29 mayo 2016 a las 22:14
  9. 9. Ratopin Johnson dice:

    Gracias Diego por tus palabras. Me alegro que hayas sentido eso, creo que era lo que pretendía al escribirlo.

    Muchas gracias Aina por tus palabras. Agradecido de que me leas, si no puedes esperar al próximo ( es broma jeje) puedes leer los anteriores. Bueno, pero sí, ahí están subidos.
    No tengo blog porque soy muy vago, y es que además ya paso muchas horas al ordenador, demasiadas. Aunque si te soy sincero, he hecho dos o tres mentales.

    Y gracias Marazul, siempre bienvenida. No tengo mucha idea de boxeo, como comentaba por arriba; leí un poco sobre aspectos técnicos, y sobre Joe Louis, que es un tipo que me interesa. Sí que es un tema que ha dado muchas buenas obras, tanto literarias como cinematográficas, como tú indicas, y yo me he surtido un poco de eso y ha salido esta historia. De lo que estoy orgulloso es de como he empleado las palabras del “reto”

    Escrito el 1 junio 2016 a las 20:34

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.