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En la orilla del mar - por Gama Gomez

Llevo poco más de dos semanas trabajando en el museo y la verdad es que estoy conforme. Soy el guardia, de esos que van tras la gente cuando entran a una sala para cuidar que no dañen ninguna obra expuesta. Jamás me había imaginado que iba a terminar trabajando aquí. Simplemente no lo veía venir. Sin embargo, como ya he dicho, no tengo problema con ello.

Los últimos días habían sido bastante tranquilos, casi no iba gente. Exceptuando los fines de semana, puedo decir que estuvo vacío. Así se había mantenido, sin novedad, hasta el día de ayer.

Me encontraba como de costumbre, sentado en mi silla en la primera sala de exposición, en ella se exhibía la obra de un pintor local, la mayoría de sus cuadros tenían la misma temática: la playa y la costa. Palmeras, bañistas, embarcaciones pesqueras y por supuesto, el mar.

La exposición llego el mismo día que yo, y debo de admitir que me gustó bastante. No sé mucho de arte, pero, al ver aquellos cuadros, sentía paz. Lo que me pareció extraño es que, conforme fueron pasando los días, me sentía intranquilo dentro de esa sala y rodeado de esas pinturas. Ahora que lo pienso, el acontecimiento de ayer podría explicar ese sentimiento.

Como ya dije, estaba sentado, pensando en no sé qué cosa cuando escuche unos pasos que se aproximaban lentamente, tenían un ritmo marcado y golpeaban con fuerza el piso de madera. Levanté la mirada y me di cuenta que se trataba de una mujer de mediana edad, caminaba mirando directamente hacia el frente y en su cara se dibujaban las facciones de la tristeza. En sus manos sostenía un recipiente que parecía de cerámica.

Se acercó a uno de los cuadros, el que tenía pintada una playa al atardecer, y extendió uno de sus brazos hacía él. En ese momento me apresure hacia ella para Evitar que lo tocara.

–Disculpe señorita pero no puede tocar las obras, ¿Ve la línea roja que hay en el suelo? –le dije.

–Son hermosas las pinturas. ¿Verdad? –me preguntó ignorando lo que le acababa de decir. Su mano se dirigió hacia el marco de la pintura y con un dedo lo bordeó suavemente–. Son obras únicas, me entristece que nadie venga a verlas, a él no le hubiera gustado.

Yo la miraba atentamente, parecía como si no estuviera ahí conmigo, su mirada veía un horizonte que no existía más que en aquella pintura, entonces vi que algunas lágrimas se empezaban a formar en sus ojos. No pude evitar el impulso de ponerle una mano sobre el hombre y preguntarle si se encontraba bien.

Sin hacerme caso, empezó a abrir el recipiente que tenía en sus manos, yo no hacía otra cosa más que mirarla, me sentía confundido. Con cuidado vacío una parte del contenido sobre una de sus manos. Era arena. Luego, sin apartar nunca la mirada de enfrente, con ayuda de sus dedos comenzó a poner la arena sobre el cuadro. Esto me hizo recobrar los sentidos y detenerla, en ese momento ella estaba llorando. El director del museo la había escuchado y se aproximaba hacía nosotros preguntando qué pasaba. Mientras sostenía su mano para apartarla del cuadro dejó caer el recipiente al suelo y este se quebró dejando caer toda la arena sobre el suelo. Ella también se dejó caer de rodillas, trataba de recoger la arena con las manos. El director me ayudo a levantarla y a recoger todo.

Una vez se fue la mujer, El director se acercó a mí preguntándome qué había pasado exactamente, se lo expliqué todo como lo he hecho hasta ahora. Él me escuchaba atentamente asintiendo mientras le contaba lo sucedido. Una vez que terminé me dijo con expresión seria:

–Entiendo, pero lo que contenía el recipiente no era arena,eran cenizas.

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7 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola, Gama:
    Me gustó tu historia, muy simple y sentimental, con buenas imágenes físicas y emocionales. El desenlace, súbito e impredecible, está muy bien logrado.
    Tal vez la introducción sea demasiado extensa para lo que aporta al relato.
    Si repasas, encontrarás algunos detalles de acentuación, pero tu manejo gramatical es bastante correcto.
    Saludos.
    Estoy en el 187.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 22:58
  2. 2. KMarce dice:

    Saludos Gama:
    Hice un listado de lecturas voluntarias, y por eso, heme aquí.

    Iré al grano, las mejoras, y luego lo que me ha gustado.
    Tal como dice Beba, hay errores en la puntuación, hacen falta tíldes y te has equivocado al colocar letras mayúsculas en dónde no deben ir.
    También hay frases que se sienten cargadas. En un párrafo, hay dos palabras terminadas en -mente. Recuerda que si puedes usar la palabra simple, que sea tu primera opción, y usa el -mente, solo si la frase no se comprende o suena extraña.
    También hay algunas, que creo que podrían mejorarse con cambio de expresiones, te marco algunas:
    * casi no iba gente. — en este caso, es mejor emplear, no llegaba, porque ir (iba) es como si fuera otro lugar (iba a mi casa– me muevo de aquí para llegar allá).
    *Una vez se fue la mujer— falta conector: Una vez que (se) fue la mujer. O mejor aún: Una vez que la mujer se retiró.
    *no era arena,eran cenizas.– no era arena, sino cenizas. Así evitas un era/eran.
    El párrafo en dónde ella coloca “la arena” en el cuadro, y se cae la vasija que lleva. Repites cuatro veces la palabra “arena”, son demasiadas para un párrafo. Puedes obviarlas con: *comenzó a poner la arena sobre el cuadro– comenzó a colocarla sobre el cuadro, o mejor: la colocó sobre el cuadro.
    *este se quebró dejando caer toda la arena sobre el suelo— este se quebró dejando caer su contenido sobre el suelo.
    *trataba de recoger la arena con las manos.— trataba de recogerlo (el contenido) con las manos.
    Así evitas tres “arena” porque en el siguiente párrafo, vuelves a tener la palabra.

    Lo que me ha gustado es el sentimentalismo detrás de esa historia, pareciera que esa señora viuda tiene mucho que contar, mucho que extrañar y que su dolor (reciente o no), le hace querer aferrarse a su marido.
    El guardia, es un testigo de ese hecho, en un lugar que parece vacío, pero si me voy más allá de las palabras, yo lo comprendo como nuestra ceguera a no ver que hay vida detrás de las cosas inanimadas, que hubo/hay un alguien que dejó plasmado su espíritu en su arte. Y ese detalle me parece muy lindo.
    Fue un gusto leerte. ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 08:12
  3. 3. Gama dice:

    Beba, Marce, agradezco infinitamente sus comentarios, siempre son de ayuda para mejorar poco a poco.

    Revisé mi texto y en seguida me di cuenta de los detalles que me señalan, y es que tengo la terrible costumbre de envíar mis relatos a última hora bajo pretextos irrisorios. Espero que ya no se repita en lo siguientes.

    Marce, me llama la atención el último párrafo de tu comentario ya que eso es lo pretendía mostrar, la manera en como muchas veces no vemos más allá de una simple obra de expresión artística, su forma y su fondo. Pocas veces pensamos en lo que el autor tuvo que dejar de sí mismo para lograrla.

    Saludos y una vez más, gracias por sus comentarios.

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 16:28
  4. 4. Paco Gijón dice:

    Hola Gama, me ha gustado tu relato, aunque coincido en que hay coas memorables con un poco más de trabajo y calma antes de cerrar el relato. Me gusta el desenlace, el círculo que se cierra con el artista, sus obra y la memoria que persiste en la mujer que portaba la urna. Una sugerencia, en el párrafo: “Con cuidado vacío una parte del contenido sobre una de sus manos. Era arena.”, quizá decir “Parecía arena”, con lo que anticipamos algo que luego conoceremos. Saludos

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 16:48
  5. 5. Lemo dice:

    Me ha gustado la temática planteada, pero como bien dicen deberías darle más protagonismo a la viuda y su dolor que al guarda.
    El final se entiende y con el consejo de Paco no haría falta revelar la obvio.
    KMarce es todo un placer, siguiendo sus observaciones mejoramos mucho todos.

    Felicidades.

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 18:13
  6. 6. María Kersimon dice:

    Hola, Gama,
    Gracias por pasar por mi relato. Coïncido con los compañeros en que tu historia arranca un poco lento. Son 4 párrafos para explicar porque el guardia está ahí y para describir un poco la escena. Si bien es cierto que creas una atmósfera, en un texto de 10 párrafos es casi la mitad. Las primeras frases no enganchan al lector. Tendría que haber algún indicio más pronto que dejase presagiar que algo está a punto de pasar. Esto aparece en el cuarto párrafo. En el sexto párrafo recién empieza a haber acción y el séptimo y noveno están llenos de emoción y nos aportan el desarrollo. Aunque los párrafos están bien compensados a nivel formal y vas contando la historia de manera equilibrada paso a paso, hay algo en el ritmo que hace que la trama se estanque, y es por el contenido. Te demoras mucho en los preámbulos y le resta fuerza al meollo de la cuestión.
    Has sabido expresar emociones profundas desde la corporalidad y el gesto y esto me ha gustado mucho. También has sabido crear una atmósfera y describir una persona desde fuera y desde dentro. Tenemos una visión externa que podría ser de una excéntrica o una loca. Luego entramos en su interior y descubrimos la subjetividad y la lógica de las emociones.
    Esta parte esta muy lograda.
    Un saludo

    Escrito el 20 mayo 2016 a las 20:13
  7. 7. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Gama! Tu historia es interesante, me gustó. Sin embargo, debes revisar la forma, como ya los compañeros te apuntaron. Aparecen errores en comas que deberían ser puntos, en vocativo no escrito correctamente, estructura de diálogo no del todo adecuada, mayúsculas que hay que cambiar por minúsculas…
    ¡Seguimos leyéndonos! Saludos y buen fin de semana.

    Escrito el 22 mayo 2016 a las 13:59

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