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Arena y cenizas - por John Doe

Las cartas continuaban acumulándose en el suelo sucio y deslucido de la casa. El tintineo metálico del cartero alejándose era uno de los tantos sonidos que ahora le parecían distantes e irreales, vestigios de un mundo que se encogía a su alrededor. Casi que podía escuchar cada carta cayendo con lentitud, acumulándose junto a otras tantas facturas y cuentas por pagar. Pero él ni siquiera se dignaba a mirarlas. Noticias, saludos, encuentros, palabras de cariño y amistad reposaban acumulando polvo y tierra en el suelo de la casa. Mientras él miraba por el sucio ventanal al cartero que se alejaba y las pequeñas gotas de lluvia que traía la tormenta.
La casa era pequeña y en otros tiempos acogedora y limpia. Pero hacía bastante tiempo que la arena y el polvo se iban acumulando en cada objeto de la casa. El único lugar inmaculado era el armario de las porcelanas y las fotos viejas que tanto cuidaba ella, piezas de museo que se negaban a caer en el olvido, a ser enterradas en capas y capas de arena y melancolía, el resto de la casa había ido adquiriendo una pátina cenicienta y terrosa, un oxido que carcomía las estructuras y unas manchas de humedad que dibujaban extraños patrones en las paredes de la casa.
Se sentaba durante horas a observar las viejas fotos sepias que reposaban en el armario de las porcelanas, mientras el cigarrillo se consumía lentamente en su mano y el café se enfriaba en la mesa de al lado. Él simplemente observaba la lenta continuidad de las cosas, el transcurrir del tiempo a su lado, a veces las palabras inconexas y balbuceantes del viejo loro que le había regalado a su esposa lograba sacarlo de su sopor y lo invitaba a levantarse y recorrer la casa para alimentarlo. Luego regresaba a su actitud contemplativa. Podía sentirlo todo. Podía oler y escuchar el lento crecimiento del moho en las paredes y el débil murmullo de las cucarachas que correteaban entre las latas de comida del sumidero, o el olor metálico del óxido en las cañerías. Escuchaba el lento acumular del polvo sobre los demás objetos de la casa, el goteo ininterrumpido del grifo que nunca arreglo y el chirriar de las puertas que jamás aceito. Sentía el crujir de los huesos de la casa y las débiles estridencias de los cristales que cedían y se rompían con el peso inexorable del tiempo.
Pero el continuaba allí sentado observando imperturbable la caída de su mundo, escuchando los signos de la derrota, acompañado tan solo por el loro parlante que de cuando en cuando parecía hablarle. A veces lo observaba y lograba recordarla a ella antes de que lo poseyeran las ruinas de la apatía, lograba verla a través del velo de los años hablándole con ternura al pajarraco verde que parloteaba sin cesar , mientras el leía el periódico sentado frente a la ventana sintiendo el calor que entraba por la ventana, y el viento que recorría sus brazos velludos mientras echaba para afuera las volutas de humo del cigarro y bebía con lentitud el café caliente que ella le preparaba.
Luego las imágenes desaparecían y tan solo quedaba el silencio, ya ni siquiera existía el parloteo estéril del loro que también moría de aburrimiento y tristeza, cada segundo sentía que la muerte se acercaba y que pronto la vería frente a él extendiéndole su brazo esquelético, mientras tanto seguía imperturbable escuchando y sintiendo los pequeños estruendos que el paso del tiempo producía, el desgaste de las cosas, de él mismo. Una mañana se levantó más temprano que de costumbre y el loro yacía rígido en el fondo de su jaula, y el peso de la soledad cayó de pronto con todo su rigor sobre, tomo el pequeño cadáver entre sus manos y se sentó en el ruin sillón para esperar con paciencia el mismo destino que aquel pajarraco.

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4 comentarios

  1. 1. Irreconocible dice:

    La atmósfera del relato me es fácil de percibir, de imaginar. En este sentido, creo que lograste imprimir muy bien en tu narración el ambiente adecuado a lo que se cuenta.

    Ahora, en cuanto a redacción, creo que quizá faltaron algunos puntos en algunos párrafos, como por ejemplo en: ‘(…) Capas de arena y melancolía, el resto de la casa había ido adquirienddo(…)’ Creo que quedaría mejor un punto luego de la palabra ‘melancolía’, en lugar de una coma.

    Una frase en el final me dejó confundido, pero no sé si de verdad se escriba así o es que se deba a que faltaron algunas palabras: ‘(…) El peso de la soledad cayó de pronto con todo su rigor sobre, tomo el pequeño cadáver(…)’

    En otra parte:'(…)Leía el periódico sentado frente a la ventana sintiendo el calor que entraba por la ventana(…)’ La repetición de la palabra ‘ventana’ me suena un poco extraño al decirlo en voz alta. Quizá pudo haberse expresado de otra manera o cambiado la segunda ‘ventana’ por un sinónimo; no lo sé.

    El resto, me parece que estuvo muy bien. Un narrador apropiado para el cuento y unas descripciones que permiten tener una imagen vívida del lugar del que se habla.

    ¿Qué más puedo decir? Me gustó mucho lo del crujir de los huesos de la casa. A mí, al menos, me parece preciso al aludir a un hogar que tan sólo espera caer, sucumbir, al igual que el protagonista. Aunque claro, quizá mi impresión no esté tan acertada, pero aún así me agradó mucho tal frase y tu relato en general.

    Saludos.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 08:27
  2. 2. Majencio dice:

    Gran construcción de la atmósfera del relato. El lector puede
    sentir la opresión del interior de esa casa y hasta oler el aire viciado de la misma.

    Por aportar algo, la introducción de la palabra “arena” me ha parecido un poco forzada, quizás porque entiendo que el polvo se acumule en la casa, pero no lo veo tan claro con la arena. Pero vaya, que tampoco me parece algo importante.

    He disfrutado con la lectura de tu relato. Muchas gracias.

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 08:36
  3. 3. Lucas Trevisiol dice:

    Hola, gracias por pasarte por mi relato 🙂
    Me gustó mucho la ambientación que supiste dar, aunque es un arma de doble filo pues, me pareció que hubo demasiada descripción. Ojo, no digo que esté mal, si tu intención era meternos dentro de esa casa mohosa lo lograste, y muy bien.
    Saludos!

    Escrito el 18 mayo 2016 a las 22:32
  4. 4. ortzaize dice:

    hola como lectora he leido con agrado y tristeza la voluntad de esta persona que quiere morir , se me ponen los pelos de punta, imaginando la tristeza que hay en este relato.
    yo como lectora me ha gustado.
    si hay algunas correcciones que te han comentado, pero leyendolo otra vez las veras facilmente. gracias

    Escrito el 19 mayo 2016 a las 10:24

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