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El anciano y la llave - por JAMS

El anciano encontró la llave en el bolsillo izquierdo de su chaqueta marrón que llevaba puesta en ese momento. Había metido las manos en los bolsillos buscando entrar en calor. Estábamos en pleno invierno y había empezado a levantarse un viento helado. La palpó y se quedó extrañado ya que no se acordaba que hubiera metido ninguna llave en su chaqueta cuando salió de casa. La sacó de su bolsillo despacio sin comprender aún de donde había salido. Cuando fue a mirarla, se fijó en su mano huesuda. Su piel estaba más arrugada de lo que recordaba. Instintivamente saco su otra mano, la derecha, para verla y compararla con la que sostenía la llave. Las manos mostraban las mismas formas rugosas.
Al acercarse las manos hacia su cara para revisarlas mejor. La mano en la que llevaba la llave se le resistió y no la pudo levantar más. En ese momento, apartó de su pensamiento las manos y se fijó en la llave. La llave tenía dos hilos: uno de ellos iba directamente al bolsillo, donde estaba cosido, y el otro estaba atado a una placa plastificada donde estaba escrito algún tipo de información.
El hilo que estaba cosido al bolsillo era suficientemente largo para poderla utilizar en una cerradura, pero no tanto como para llevársela cerca de la cara o, en caso de que se caiga, no vaya arrastrando por el suelo. Estaba hecho de un material bastante resistente, como si fuera hilo de pescar, aunque al tacto no se veía tan cortante sino más suave. Estiró de la llave varias veces, cada vez con más fuerza, pero no consiguió romper el hilo. Tendría que hacerlo con unas tijeras cuando llegara a casa.
El hilo que iba a la placa plastificada era mucho más corto. La placa actuaba como si fuera un llavero. Era una placa rectangular de un tamaño mediano, de color azul con fondo blanco y las letras eran de color negro. Las letras estaban escritas en mayúsculas y de un tamaño adecuado para poder leerlo a una distancia media.
Cogió la placa con su mano derecha y vio que tenía escrito una dirección de una calle y un número de teléfono. Sabía que era un teléfono porque delante de él aparecida “Telf.”. La dirección le sonaba de algo, pero no estaba seguro de qué, mientras que el número de teléfono le era completamente desconocido y además comenzaba con el número seis y disponía de nueve dígitos.
Se quedó pensando cómo, dónde y quien había hecho eso a su chaqueta marrón preferida. Su hija Marta era una adolescente que ni le gustaba ni tenía ganas de realizar este tipo de manualidades. Su mujer no solía acercarse a sus cosas y menos para realizar este tipo de trabajos. La única explicación que se le ocurría era de un intercambio de chaquetas sin darse cuenta. Tal vez del otro día que había quedado en un restaurante con sus compañeros de trabajo para comer.
Volvió a ver la dirección de la placa y preguntó a una persona que pasaba por la calle. No estaba muy lejos, a un par de manzanas de donde se encontraba él. Comenzó a caminar hacia la dirección que ponía en la placa y mientras tanto especulaba con quién se iba a encontrar.
Llegó a la dirección correcta y se encontró enfrente de un adosado blanco. Era demasiado moderno para su gusto, pero al mismo tiempo le parecía bonito. Subió un par de escalones hasta la puerta y dirigió su mano derecha hacia el timbre. Antes de tocar se detuvo y cambió de opinión. Sacó la llave y la introdujo en la cerradura. La llave entró perfectamente y la giró sin oponer resistencia. La puerta se abrió sin problema y, prácticamente, sin hacer ruido. “¿Quién viviría ahí?”.
El anciano entró un par de pasos acompañando a la puerta y vio a una mujer entre 25 y 30 años sentada en el sofá contando un cuento a un niño pequeño. La mujer se giró y mirándole sonriente le dijo “Hola papa ¿has tenido un buen paseo?”. El hombre sorprendido se dijo para sí mismo “¿Papa?… ¿Marta?…”

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7 comentarios

  1. 1. Antonia castro Delgado dice:

    Hola, después de leer tu relato, aun tengo en mi estomago, la angustia de algo denso y agobiante, “¿que debe pasar por esas mentes cuando entran en ese pozo negro y oscuro que debe ser la perdida de memoria, el alzheimer, la vejez prematura…?Me ha gustado como describes los laberintos de la mente.
    Quizás un espacio en los puntos y aparte le pudieran dar algo mas de…respiro? es sólo una idea

    Escrito el 18 junio 2016 a las 18:43
  2. 2. JAMS (José Ángel Martinez) dice:

    Hola Antonia,
    gracias por tu comentario. La verdad es que le estuve echando un ojo a donde poner puntos, comas, etc… pero por más que lo veia no sabia como separarlo. Un poco más y lo escribo sin puntos y aparte, jeje.
    Es uno de mis errores más comunes ¿donde poner los signos de puntuación?¿cual utilizar en que momento?.
    A la próxima lo intentaré hacer mejor e intentaré fijarme más en ese punto.
    Gracias.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 11:15
  3. 3. MM Ariel dice:

    Hola JAMS

    Interesante relato. Primero me enfocaré en unos detalles por mejorar:

    -La frase: “Las letras estaban escritas en mayúsculas y de un tamaño adecuado para poder leerlo a una distancia media”. Quedaría mejor: “Las letras estaban escritas en mayúscula y de un tamaño adecuado para poder leerlas a una distancia media”. Mayúscula sin s, y leerlas en plural porque se refiere a las letras.

    -La parte de “Estábamos en pleno invierno”, habría que cambiarla por “El invierno había llegado”, o algo así, porque aquí estarías cambiando arbitrariamente de narrador en tercera persona a uno en primera persona plural.

    Respecto a la puntuación te recomiendo lo siguiente: Lees el escrito en voz alta haciendo pausa corta en las comas y pausa larga en los puntos para respirar. Cuando terminas una idea general, es punto a parte y comienzas un nuevo párrafo.

    Tu relato me ha parecido muy bueno. Desde el comienzo te va llevando a querer saber con qué se encontrará el anciano, y el final me sorprendió, con el plus de que es impactante emocionalmente hablando.

    Felicitaciones.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 23:08
  4. 4. JAMS (José Ángel Martinez) dice:

    Hola MM Ariel,
    gracias por tus aportaciones sobre el texto. Intentaré aplicar tus consejos en los próximos relatos.
    Esta claro que el texto tiene muchos fallos ya que soy un novato en esto de la escritura pero me agrada que en general os este gustando.
    Esto me reconforta y me ayuda a seguir.
    Gracias.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 07:52
  5. 5. Inma Calvo dice:

    Jams, voy con los “peros”, pero ya te anticipo que me ha gustado tu historia. Igual es una manía pero creo que lo breve, dos veces bueno y creo que en esta historia le falta agilidad, sobre todo al principio. Mira, hay reiteraciones innecesarias:
    -“y se quedó extrañado ya que no se acordaba que hubiera metido ninguna llave en su chaqueta”. Y se quedó extrañado ya que no se acordaba de que hubiera metido nada en los bolsillos.
    -” Instintivamente saco su otra mano, la derecha, para verla…”
    Instintivamente sacó la derecha para…
    -“Las manos mostraban las mismas formas rugosas.
    Al acercarse las manos hacia su cara para revisarlas mejor. La mano…”
    Las manos mostraban las mismas formas rugosas y al acercárselas a hacia la cara para revisarlas mejor…

    Estoy pensando también que esta forma de escritura también podría ser la propia(la voz) del personaje principal, la voz de un hombre enfermo de Alzheimer, de manera que va un poco más lento, más despacio que los demás. Sería una técnica narrativa adaptada a la enfermedad del protagonista. Guau, en este caso, enhorabuena, pero si es así, la intensificaría para que que quedase un poco más claro.
    La perplejidad del anciano al llegar a su casa olvidada es brillante.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 15:14
  6. 6. JAMS (José Ángel Martinez) dice:

    Hola Inma,
    me alegro que te haya gustado.
    La verdad es que al principio me obligué a rellenar las máximas palabras para llegar lo más cerca de las 750 que es el relato corto,haciendo reiteraciones constantes como indicas tu.
    Espero que para el próximo relato vaya cometiendo menos fallos y vaya mejorando.
    Gracias por tus comentarios y tus “peros”, jeje.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 17:33
  7. 7. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, JAMS! Interesante relato. Una bonita propuesta. Aún así, a mí también me resultó un tanto reiterativo en ciertos momentos; tú mismo nos lo explicas. Ya te apuntaron por aquí las otras cosillas que debes limar: tildes, frases que indiquen pensamientos… Retócalo un poco, y te quedará estupendo. ¡Nos leemos a la vuelta de las vacaciones! Un saludo. ¡Buenas tardes!

    Escrito el 5 julio 2016 a las 11:23

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