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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LLave a la Libertad - por Dante Tenet

El anciano encontró la llave en un sendero del jardín de la residencia donde vivía, la guardó rápidamente en un bolsillo para que nadie la viera.

Pensó: “Esta debe abrir la puerta que da a la calle y podré marcharme de aquí”.

Recorrer esos senderos era la única diversión que tenía.

Hacía ya varios meses, no sabía bien cuántos, que sus hijos lo habían llevado para que pudiera estar mejor atendido.

Aceptó a regañadientes, sus luces se estaban apagando de a poco y no opuso resistencia, él sabía que no estaba bien, se olvidaba cosas, caía en silencios prolongados, pero a veces la chispa volvía y entonces se decía: “¿Qué estoy haciendo acá?”

Duraba poco, pero ese momento, esos pocos minutos en los cuales volvía a ser él, dolían, ¡Ay, Señor cómo le dolían! Pensaba para sí: “Le voy a decir a Adrián, que me saque de aquí”. Pero luego la niebla regresaba, la realidad se mezclaba con recuerdos, algunos de ellos frutos de su imaginación, nunca vividos, pero para él tan reales como los verdaderos.

Siguió caminando, la mano en el bolsillo, apretando fuerte la llave, para no perderla. Quizás ya no tenía claro para qué la iba a usar, pero la adrenalina corría por sus venas y le daba la ilusión para vivir un día más.

Se sentó en un banco, la caminata rápida lo había fatigado y quería pensar un plan de acción que le permitiera escaparse.

Permaneció un largo rato absorto en sus pensamientos, a su lado pasaban enfermeras, otros internos, a ninguno le contestaba el saludo, había comenzado un viaje interior y en él desfilaban retazos de su vida.

Eran flashes rápidos que tal como llegaban se iban; por ahí venía su infancia, con las escapadas de pesca en las tardes de verano, más acá la primera nieta, Cecilia, que siempre andaba con los piececitos descalzos y a él lo preocupaba tanto. A veces todo se ponía borroso, abría los ojos, veía el parque que lo rodeaba, pero no lograba saber dónde estaba.

Ese día era especial, la llave en su bolsillo le daba la seguridad de que podría marcharse, la tarde caía y la campana llamando a cenar lo hizo incorporarse y marchar con paso cansino al comedor.

Pensaba escaparse cuando sirvieran el postre, todos estarían ocupados y no notarían su ausencia, la puerta principal tenía vigilancia, pero su llave abría la de proveedores y a esa no la vigilaba nadie.

Disimuladamente llevó la mano a su bolsillo, quería estar seguro de que todavía la tenía. Mientras, pensaba: “Últimamente pierdo tantas cosas…”. Cuando la encontró respiró aliviado.

Se dirigió a su mesa, en la misma el cuadro de siempre; sentado enfrente Pedro “el Mudo”, que el único sonido que emitía era el que hacía al tomar la sopa; a su derecha Francisco, capitán de ultramar, que solo navegaba fantasías últimamente; y a su izquierda Pepe, músico, que pasaba sus días golpeando dos palillos para marcar el ritmo de vaya uno a saber qué canción. Ninguno lo iba a extrañar.

La enfermera le trajo sus pastillas, las tomó con aplicación, no quería llamar la atención sobre él. En cuanto le sirvieron el postre y la camarera se retiró de su mesa, se levantó, caminó en dirección al baño, pero antes de llegar se desvió hacía la salida.

Estaba fresco, los primeros días de invierno se hacían sentir, se levantó el cuello de la campera y empezó a caminar. El sendero que conducía a la salida estaba iluminado con faroles aislados y no se veía muy bien. Había casi quinientos metros hasta su objetivo, nadie estaba a la vista, su salida parecía segura.

Cuando llevaba recorrida la mitad de la distancia, un banco, tan solitario como él, le dio la excusa para sentarse y reponer fuerzas. Cerró los ojos, volvieron los recuerdos, las lágrimas acudieron a sus ojos, era uno de esos escasos momentos de lucidez.

Pensó: “¿Qué estoy haciendo?, ¿a dónde voy a ir?”. Abrió la mano, la llave cayó al suelo, las lágrimas se convirtieron en un llanto silencioso, la luz del farol lo abrazaba como abrigándolo.

Lo encontraron tras dos horas de búsqueda, él ya se había ido sin necesidad de usar la llave, una sonrisa iluminaba su cara.

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24 comentarios

  1. 1. Cryssta (Madrid-España) dice:

    Dante, un relato precioso, he disfrutado de la lectura, se nota la ternura en él. Felicidades.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 17:25
  2. 2. LUZ ORTEGA dice:

    Un relato muy bonito. lleno de emoción y sensibilidad muy bien transmitida a lo largo del relato. Enhorabuena.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 20:24
  3. 3. Anna Trejo M dice:

    Dante:
    De entre los relatos, el tuyo resalta con un brillo de inocencia y ternura.

    Me parece muy llamativo, considero que tienes pulso para esto.

    Un gusto leerte.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 04:04
  4. 4. Patricia Redondo-Madrid-España dice:

    Muy bonito Dante. De una gran sensibilidad y muy bien escrito. Es un relato “tranquilo” pero con una carga emocional muy intensa que hace que no te pierdas ni una coma. Muy bien. Nos leemos !

    Escrito el 18 junio 2016 a las 06:54
  5. 5. Marcelo Kisi dice:

    HOla Dante!
    Mil gracias nuevamente por visitarme y comentar mi relato!
    Me encantó tu relato. Qué tristeza. Durante todo el relato yo pensaba eso, que el hombre no tenía un plan para después de traspasar esa puerta. Narrativamente me alegro de que no se te haya escapado. Pero el viejo me rompió el corazón.
    Otra cosa que yo sí le agregaría es: si lo están atendiendo bien (o mejor), si aceptó a regañadientes porque sabe que ya no es el mismo de antes, ¿por qué se quiere ir? Aunque sea una leve palabra sobre el encierro, el tedio, la falta de propósito. No es que no se sobreentienda, pero eché en falta algo más específico de qué lo hace miserable.
    Con la muerte final, no me decido. ¿Será tan fácil morirse? En un momento estaba con la adrenalina al tope, haciendo planes, calculando distancias y vigilancias, está tan vivo que hasta tiene claro qué puerta abre la llave, quién lo va a estar mirando y quién no. Pero un momento después se muere sentado en un banco de modo bastante miserable, pero demasiado abrupto. Quizás no haga falta “matarlo”, pobre viejo. ¿Qué tal si sencillamente lo encuentran acostado durmiendo sobre el banco, y lo hacen volver a su cuarto y a su demencia senil? Me parece un final tan triste como el otro, quizás más plausible y menos extremo, pero igual de desgarrador.
    Una sola cosa respecto de lo formal: varias veces unís frases con comas en lugar de separarlas por puntos. Ocurre en la frase inicial y en la frase final. Me parece que les daría mucha más contundencia a todas esas frases si tuvieran cada una su propio lugar.
    Te repito, me encantó la historia, espero que estas cosas te sirvan.
    Abrazo!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 08:05
  6. 6. GAIA dice:

    Hola Dante:

    Muy tierno y emotivo relato. Te felicito. Nuestros viejos siempre merecen una gran deferencia!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 12:53
  7. 7. L.M.Mateo dice:

    Hola, Dante:

    Un relato muy emotivo, aunque yo he interpretado su final de modo diferente a Marcelo (él cree que muere, yo interpreto que sufre de alzheimer).

    En el aspecto formal, sí coincido con Kisi en el tema de la puntuación: algún punto y coma más, algún punto y seguido extra, darían mayor contundencia a las frases.

    También he encontrado algunas repeticiones de palabras, muy cercanas entre sí (por ejemplo: “Cerró los ojos, volvieron los recuerdos, las lágrimas acudieron a sus ojos”), y alguna rima interna (“el parque que lo rodeaba, pero no lograba saber dónde estaba”, es la más llamativa).

    La palabra “flashes” se recoge ya en el diccionario, pero debe escribirse en cursiva (tal y como lo recoge RAE) por ser un extranjerismo no adaptado. En nuestra lengua se puede sustituir por “destellos”.

    Como ves, son pequeños detalles. Dicho esto, me quedo con la ternura reflejada en las palabras de tu texto.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 20:27
  8. 8. Isolina R dice:

    Hola, Dante Tenet:

    Antes de que se me olvide: el inicio del título debió ser “Llave”, porque la mayúscula de la “ll” solo va en la primera letra.

    La idea me ha gustado bastante. Pero creo que la forma de expresarla quizá necesita una pulidita en cuanto a signos de puntuación se refiere. Usas demasiado la coma para pausas de distinta entidad.

    Te pongo un ejemplo de cómo puntuaría yo dos párrafos:
    “Aceptó a regañadientes. Sus luces iban apagándose de a poco y no opuso resistencia. Sabía que no estaba bien, que se olvidaba de cosas. Con frecuencia caía en silencios prolongados; pero a veces la chispa volvía, y entonces se preguntaba: «¿Qué estoy haciendo acá?».
    Duraba poco; pero esos momentos, esos pocos minutos en los cuales volvía a ser él, dolían. ¡Ay, Señor, cómo le dolían! Pensaba: “Le voy a decir a Adrián que me saque de aquí”. Sin embargo, luego la niebla regresaba. La realidad se mezclaba con recuerdos, algunos de ellos frutos de su imaginación, nunca vividos, aunque en su mente tan reales como los verdaderos.”

    “Esta debe de abrir la puerta” porque es probabilidad.

    En: “Siguió caminando, la mano en el bolsillo, apretando fuerte la llave, para no perderla. Quizás ya no tenía claro para qué la iba a usar, pero la adrenalina corría por sus venas y le daba la ilusión para vivir un día más”, has usado tres veces “para”. En el párrafo anterior la habías puesto otras dos veces. Convendría reducirlas un poco.

    En: “a él lo preocupaba” debe ser “le”.

    En: “se desvió hacía la salida” debe ser “hacia”.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 20:52
  9. 9. L.M.Mateo dice:

    Fe de erratas: olvidé el acento en “alzhéimer”.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 20:56
  10. 10. Ales dice:

    Hola, Dante. Sinceramente, tu texto me ha dejado sin palabras. De veras, precioso. El final es triste, pero a la vez es un buen final. Al fin y al cabo, el anciano termina siendo libre.
    Como ya han comentado, es un relato tranquilo que refleja ternura.
    Por lo demás, lo único que puedo decir es que yo también creo que la última frase quedaría más fuerte con un buen punto.
    Espero seguir leyéndote en más escenas del taller 🙂
    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 21:03
  11. 11. Laura dice:

    Hola Dante.
    En primer lugar, gracias por pasar y dejar tu comentario.
    Maravilloso relato el tuyo, con gran sensibilidad hacia la ancianidad.
    Me has emocionado.
    Por supuesto, te sigo por donde te publiquen

    Escrito el 18 junio 2016 a las 21:31
  12. 12. charola dice:

    Hola Dante! Me emocionó tu relato, es de una ternura exquisita, pero me dio penita el final. No quise que muriera. Estaba siguiendo toda la ruta hacia la libertad, junto con él. ¿Por qué lo mataste? Bua, bua.
    Buen relato. Felicitaciones.
    Saludos.
    Te invito a leer el mío: 176

    Escrito el 18 junio 2016 a las 22:10
  13. 13. Dante Tenet dice:

    Agradezco a todos sus comentarios, tratare de aplicar los consejos que me han dado.
    Gracias

    Escrito el 19 junio 2016 a las 01:50
  14. 14. L. Daniel Caballero dice:

    Dante, Dante… Dante!!!
    Primero, antes que nada, te agradezco que hayas pasado por mi relato, muchas gracias, enserio :3…

    Tu relato, una palabra, Increible…
    Creo que todo ya te lo dijeron nuestros compañeros :3
    Pero juela x3 enserio! Un tragico final el del señor, me ha dejado impactado xC…
    No debiste matarlo… Es un relato muy lleno de emociones :3…
    Enserio, te haz superado! 😀 increible!
    Soy Lector Constante tuyo, hasta la proxima…
    De nuevo, gracias por pasarte a mi relato.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 05:40
  15. 15. Naima dice:

    Hola Dante 🙂

    Muy bonito y tierno tu relato, de gran sensibilidad, y con un final desgarrador pero en el fondo inevitable tarde o temprano.

    Con tu forma de escribir haces que el lector sienta muy de cerca al personaje.

    En cuanto a la forma, también pensé que hay alguna frase demasiado larga debido a las comas; mejor puntos…

    Por lo demás, para mí genial!

    Escrito el 19 junio 2016 a las 22:03
  16. 16. Manoli VF dice:

    Dante, me ha gustado tanto tu texto que, si hay fallos no los he visto y no quiero detenerme a buscarlos.

    Describes muy bien los lapsus de memoria y desorientación del personaje, así como ese “cuadro” de los que le rodean.

    La frase: “la luz del farol lo abrazaba” me ha desarmado con la imagen que crea.

    No se me ocurre nada más que felicitarte.

    Un placer haberte leído.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 23:53
  17. 17. Noemi dice:

    Hola dante ¡gracias por la visita! Y gracias también por tu cuento leerlo es toda una experiencia.Me admira la profundidad de tu análisis y sobre todo como has evitado el sentimentalismo que es la gran tentación en este tipo de relato psicológico. El ritmo, el tono, la voz narrativa todo perfecto. El final yo lo leo abierto y eso me parece fantástico. un final cerrado lo hubiese destruido.Te felicito y espero que sigamos leyéndonos. Ha sido un placer conocerte.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:47
  18. Hola Dante:
    Gracias por pasarte por mi relato. Siempre es constructivo. Respecto al tuyo estoy de acuerdo con los compañeros, es tierno, emotivo y sensible.
    Como lo que queremos es aprender, me vas a permitir unos comentarios.
    La frase “Aceptó a regañadientes, sus luces se estaban apagando (de a poco)” yo pondría “poco a poco”…y no opuso resistencia.
    En los siguientes párrafos “Le voy a decir a Adrián…que me saque de aquí”. ¿Quién es Adrián? No lo nombras en todo el relato, ¿es su hijo, su nieto…?
    También “siguió caminando, la mano en el bolsillo, apretando fuerte la llave”, para mi gusto sería mas correcto “apretando con fuerza o apretando fuertemente”.
    Mas adelante dices que la llave abría la puerta de proveedores. ¿Cómo lo sabe, la ha bia probado antes o lo indicaba en la lleve?, falta esta aclaración. Por último “la enfermera trajo sus pastillas, las tomó con aplicación, no quería llamar la atención (sobre él) esto último sobre ya que todo el párrafo se refiere al mismo.
    Espero no molestarte con los comentarios, pienso que es perfecto pero le falta una última vuelta. En cuanto al título es genial
    Nos leemos
    Un saludo

    Escrito el 21 junio 2016 a las 12:52
  19. 19. Juana Medina dice:

    Hola Dante,
    Tremendamente emotivo, poético y real. Me ha llegado al corazón. Estos días estuve peleando por una persona literalmente encerrada por sus hijos interesados y egoístas. Y lo que le pasa es muy parecido a esto, aunque espero que tome la fuerza necesaria para reclamar sus derechos.
    No veo que haya que explicitar o aclarar nada más. Hay frases de un gran nivel poético. Ya lo dije, creo; pero la verdad es que lograste una gran conmoción en mí.
    Un abrazo. ¿Querrás pasar por el 106?

    Escrito el 22 junio 2016 a las 22:36
  20. 20. marazul dice:

    Hola Dante, has elegido un tema muy a propósito con la llave.Una llave siempre abre o cierra algo y por eso es un instrumento que inspira muchas historias y muy diversas. Si a esto le unimos el protagonismo del anciano, creo que te has adaptado muy bien al tema de este mes, y al reto.
    Tu prosa es clara y el relato se lee muy bien. No hay lugar para la duda ni la confusión.
    Has creado una historia real como la vida misma que toca la sensibilidad del lector y con un toque de simbolismo importante. El final no puede ser otro.
    Un abrazo

    Escrito el 27 junio 2016 a las 10:28
  21. 21. Henar Tejero dice:

    Hola Dante :Un relato muy emotivo, que manifiesta la debilidad del anciano,tanto por su enfermedad como por el hecho de ser mayor.Se ve un tema de hoy en día, que ocurre con frecuencia. El ritmo es ligero y nos sitúa muy bien en la historia. El final es un poco triste, pero es un buen final. Me ha gustado su lectura.
    Nos leemos.

    Escrito el 27 junio 2016 a las 19:30
  22. 22. Frida dice:

    Hola Dante, como llego la última, ya te han remarcado los compañeros qué cosas pulir, a mi tan solo me queda lo bonito. Personalmente creo que este es un relato que refleja mucha soledad, la tristeza late constantemente en él, encontrando su momento álgido en el final. Y a pesar de toda esa tristeza, queda todavía un atisbo de felicidad, de esa inocente que uno tiene cuando todavía está en la infancia, después de todo, envejecer es muchas veces retroceder hasta el inicio de la vida. Creo que ese sentimiento ha quedado muy bien reflejado en la escena final.

    Decirte también, que he sentido que has evolucionado desde la primera vez que te leí. Enhorabuena.

    Escrito el 14 julio 2016 a las 22:56
  23. 23. Caritobel dice:

    Hola, Dante. Aquí estoy, tarde pero seguro. Perdón por no haber podido pasar antes, pero estuve complicada con el estudio, y luego, sin internet.
    La historia es simple, sin grandes complicaciones en la lectura. Se convierte en una lectura muy amena y que rápidamente nos dirige hasta el final. Seguro que muchos ya te han corregido la parte técnica, por eso hago sólo hincapié en el contenido y mi opinión personal solamente.
    La muerte nos interrumpe a mitad de una frase, o en cualquier momento, así que él final no me disgusta. Tal vez si hubiese remarcado que algo del lugar le provocaba muchos deseo de irse, sino no se llega a entender su deseo de libertad con total plenitud. Si ahí estaba bien, ¿para que irse?
    Es un relato algo melancólico, que sin decir mucho puede llegar a expresar demasiado. No puedo decir que es atrapante, pero si te deja pensando, y eso es punto a tu favor.
    Te felicito por lo logrado.
    Saludos y nos leemos la próxima.

    Escrito el 15 julio 2016 a las 21:01
  24. 24. Menta dice:

    Buenos días Dante Tenet: He pasado por tu relato y me ha encantado.
    El tema que desarrollas es muy actual.
    Aunque las Residencias de ancianos sean una solución para cuidar a nuestros mayores, está comprobado que allí, separados de sus objetos familiares, se sumergen en la triste soledad.
    Hace muy poco leí el cómic de Paco Roca titulado “Arrugas”. El tema es el mismo y el final muy semejante. Él también nos lleva de la mano por su historia con mucho respeto y sensiblididad y nos permite ver el interior del alma de los ancianos.
    Las observaciones que te hacen del relato en lo formal, nos ayudan a aprender cosas nuevas. Tengo que daros las gracias a todos por darme la oportunidad de refrescar la gramática. Hasta muy pronto, Menta

    Escrito el 19 agosto 2016 a las 07:50

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