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El anciano y la Llave - por Ana Vigo

Web: http://cabalinho.blogspot.com.es/

El anciano encontró la llave en su sueño. Era extraño, pero era así. Despertó con ella aferrada en su puño derecho. Antes de dormirse, no la tenía.
Era del tamaño de un pepinillo, plateada, resplandeciente, y con un intrincado diseño.
Se preguntaba de dónde había salido. El anciano culpó a su mala memoria de aquel misterio. Tal vez sí había cogido antes aquella llave, después de todo. Tal vez la hubiera usado para abrir algo, y no la hubiera devuelto a su lugar antes de irse a la cama.
Pero, ¿qué abría? Eso tampoco lo sabía. Era como si el objeto hubiese salido de la nada, no lo había visto en su vida. Solo en el sueño.
Intentó recordar. Pero las imágenes oníricas eran más nebulosas en su mente que en la de cualquier otra persona.
Pasó el resto del día pululando por la casa. Cada vez que encontraba una cerradura, intentaba encajar la llave en el hueco. No tenía nada mejor que hacer: leer el periódico, ver la televisión. No, la búsqueda del origen de la llave era una actividad más entretenida que las que ocupaban su rutina habitual.
La probó treinta y cuatro veces en treinta y cuatro lugares diferentes. Treinta y cuatro veces falló.

Agotado, se tumbó en la cama. Era temprano, pero hacía años que no llevaba a cabo un esfuerzo semejante. No había parado en varias horas. Las piernas, la espalda y el corazón protestaban.
Cerró los ojos y se quedó dormido.
Se encontró a las puertas de un magnífico castillo, el más impresionante que hubiera visto nunca. Un sinfín de torreones se alzaban hasta más allá de lo que su vista podía apreciar y sus muros parecían de fino marfil. Las regias puertas ante las que se encontraba el anciano eran altas y de aspecto resistente y bello al mismo tiempo: la madera noble de la que estaban fabricadas estaba revestida con ornamentos de plata.
En aquel lugar, el anciano sabía más que nunca, más incluso que cuando era joven y sus facultades mentales estaban intactas. Sabía que soñaba; sabía que aquel castillo pertenecía a alguien importante en Morfeonía, el mundo de los sueños. Sabía también que la llave pertenecía a los aposentos de la habitante del castillo.
Recordó su anterior sueño. Alguien quería hacer daño a aquella persona. Ella se había escondido en el castillo y le había encomendado que escondiese la llave. El anciano lo había hecho. La había llevado al lugar más lejano que se le había ocurrido.
Notó que la realidad tiraba de él. Iba a despertar. Sintió una gran desazón. Cuando volviese, olvidaría de nuevo todo lo que sabía en el sueño. No recordaría el maravilloso castillo, ni el paisaje onírico que lo rodeaba. Ignoraría la existencia de Morfeonía.
Hasta que notó que la realidad dejaba de reclamarlo. Se sintió confuso. ¿Acaso no debía regresar a su cuerpo viejo y achacoso? Reflexionó un instante, y comprendió lo que había pasado.
No tendría que dejar Morfeonía. No tenía nada que hacer en la realidad. Sintió pena por sí mismo, pero también alivio.
Había sufrido el mejor final posible, el cual le permitiría permanecer en Morfeonía para siempre. Y la llave seguía en la realidad, lejos de los enemigos de la dueña del castillo.

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4 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola Ana
    Tu historia me ha gustado y me ha entretenido. Creo que cumples con el reto y, además, escribes y describes muy bien. El relato que has pergeñado, de corte fantástico y crepuscular, está bien tramado de principio a fin, y además mueve a la nostalgia. El ritmo de escritura es pausado pero no lento, nos lleva hasta el final con la debida cadencia.
    Un saludo

    Escrito el 17 junio 2016 a las 17:31
  2. 2. John Doe dice:

    Buenos días Ana, un relato interesante y muy bueno, bien escrito, con un ritmo preciso para la narración, las descripciones están llenas de imágenes poderosas que logran que el lector se involucre con el texto. Un saludo. Si quieres leer mi texto es el #33. Nos seguiremos leyendo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:21
  3. 3. Stephany S. dice:

    Hola Ana,

    Debo decir que me gustó mucho tu relato, lograste describir de forma clara y vibrante la experiencia del anciano y el ritmo fue perfecto para desarrollar la historia, pero dando espacio a los detalles y permitiendo que el lector pueda sumergirse en la lectura.

    Es un muy buen trabajo, felicitaciones.

    Escrito el 24 junio 2016 a las 04:52
  4. 4. Laura dice:

    Hola Ana.
    Has escrito un hermoso relato del anciano.
    Fíjate que repites la palabra anciano innecesariamente a mi parecer en el primer párrafo.
    Por lo demás, un lindo relato.
    Sigue escribiendo

    Escrito el 27 junio 2016 a las 11:32

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