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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LA CASA DEL TILO - por Otilia

El anciano encontró la llave en el mismo lugar donde la había estado dejando los últimos veinte años, colgada del caballito que su abuelo talló para él. Utilizó la espléndida madera del tilo que durante un siglo presidió y dio nombre a sus tierras, y que en una noche de tormenta fue vencido por un ejército de rayos, que desgajaron sus ramas y lo partieron en dos. El abuelo plantó un joven tilo, luego, aprovechando el corazón del viejo árbol, y con la paciencia que solo da el cariño, hizo el que fue el primer regalo de Reyes de Esteban.
Por fin, con la llave pudo abrir la puerta, el cristal de esta reflejó su imagen. Esteban escudriñó al anciano de pelo y barba blancos, no pudo reconocerse. Miró a su alrededor y solo vio pobres jirones de su vida. Tuvo que esforzarse para apartar los pensamientos que cruzaban por su mente, ¡ahora no!, no había tiempo, tenía que preparar muchas cosas y quedaban unas horas.
Pero el pasado es pertinaz y Esteban se vio cazando con el abuelo por el campo, sintió el olor de ajo y pimentón que la abuela echaba a la sopa castellana, desayuno de los pastores de la hacienda. Ese olor y las conversaciones rudas de aquellos hombres fueron el despertador de su infancia, junto al sonido del acordeón; cuando el día era invernal y la nieve cubría los campos, retrasando la salida de los rebaños a pastar, el abuelo, al calor de la trébede, tocaba las viejas habaneras aprendidas de su padre.
El mismo acordeón que ahora estaba mudo en un rincón, y que le había hecho tropezar, al ir a descolgar de la pared, la vieja escopeta de dos cañones. Con ella en la mano, se dirigió al cajón donde guardaba los cartuchos comprados a escondidas en la ciudad. Fue el día que le obligaron a ir con la asistenta social, para someterle a unas pruebas médicas. Todo empezó por la denuncia de los vecinos, ¡los buenos samaritanos! Tenían miedo que con su actitud y raras costumbres, produjera algún desastre para él, o lo que era peor, para ellos.
A Esteban lo criaron los abuelos desde que aquella noche del treinta y ocho, unos militares, entre ellos algún vecino, sacaran a sus padres de la casa, por rojos, y a la mañana encontraran sus cuerpos bajo el tilo. Ahí los enterraron.
A la sombra del nuevo tilo, Esteban enterró también a los abuelos, para entonces ya era mayor de edad y había tomado la decisión de marcharse del pueblo. Vendió todo el ganado y las tierras, exceptuando la que cubría a sus seres queridos, cerró la casona y sin despedirse de nadie, cogió el tren.
Viajó por la península, pero en plena dictadura, encontró una España de mantilla, peineta y agua bendita, por ello pasó a Francia, donde contactó con grupos españoles afines a la República. Estos fueron una escuela de política para él, allí estuvo una década, luego embarcó para América y entró a formar parte de la Internacional Socialista, Ya en los noventa, con el gobierno de Felipe González, volvió a España.
En el pueblo nadie conoció al forastero con la maleta y el hatillo de libros, hasta que no se encaminó a la casa del tilo, entonces, los más viejos aventuraron que sería Esteban.
En los primeros años la convivencia fue escasa pero normal, luego afloraron las excentricidades; que habla solo, que por las noches recita los “Diarios” de Azaña a pleno pulmón, que al amanecer sale a la era y arenga creyéndose Indalecio Prieto, que si tiene olvidos peligrosos, que…
El detonante de la denuncia fue el incendio provocado, que estuvo a punto de quemar su casa y las contiguas.
Cuando volvió del hospital, en su cabeza solo martilleaba la última frase,”…está enfermo y hay que sacarle de su casa”.
«De su casa no le sacaría nadie, de eso se encargaba él» pensaba Esteban.
Buscó un papel y escribió:
Al Juez: Quiero que mis pertenencias sean entregadas al asilo de Huérfanos y que me entierren bajo el tilo con los que me quisieron en esta vida.
Firmó el testamento, cargo la escopeta y se sentó frente a la puerta abierta; allá en el horizonte, el atardecer quemaba la luz del día en el cielo. Oyó que venían en su busca, que lo llamaban, cuando estuvieron delante de él, apretó el gatillo como el abuelo los botones del acordeón.
La música no cesó hasta que el cargador estuvo vacío.

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12 comentarios

  1. 1. Francis dice:

    Buenos días, Otilia.
    Has desarrollado acertadamente el relato. Juegas bien con los tiempos, pasando del pasado al presente y viceversa de forma lineal, sin estridencias. Los personajes están bien llevados y calan en el lector, porque están muy bien descritos. El dramatismo está conseguido.
    Gramaticalmente no he encontrado fallos y eso dice mucho a tu favor. Sigue en esa línea. Nos seguimos leyendo.
    ¡Hasta el curso que viene!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 10:43
  2. 2. Roger/NHICAP dice:

    Hola Otilia,
    Me ha gustado la historia, narrada con un estilo sobrio, acorde con el pueblo, ¿castellano? -la palabra trébede la aprendí de un segoviano- donde Esteban vivió hasta dejar España.
    En mi opinión el relato va mejorando según transcurre la trama, intercalando momentos del presente con recuerdos del pasado. Un buen recurso empleado con acierto.
    Sugiero que revises la redacción del primer párrafo para eliminar el uso, en mi opinión exagerado, de la conjunción “que”: aparece en seis ocasiones, en un párrafo de siete líneas. Es un detalle menor.
    El texto resulta convincente como si contaras una experiencia familiar o próxima. Felicidades
    Gracias por tu comentario a mi relato, me alegra que te gustase.
    Un abrazo y buen verano

    Escrito el 18 junio 2016 a las 16:16
  3. 3. Tavi Oyarce dice:

    Hola Otilia

    Una bonita historia bien redactada y varios aciertos en la construcción de oraciones.
    Lamentablemente se ensucia como dice uno de mis compañeros por el uso del pronombre “que”. No son 6 como dice Roger/NHICAP, sino muchos más.

    Por si no lo sabes Word da la oportunidad de revisar esta situación.
    Anda a inicio/buscar/búsqueda avanzada/ escribir “que”/ resaltar todo.
    Te llevarás una sorpresa.

    Tu relato está muy cerca de convertirse en un buen cuento, pero debes hincar ahí.
    Espero haber aportado a tu relato
    saludos

    Escrito el 18 junio 2016 a las 17:28
  4. 4. Isan dice:

    Hola Otilia:

    Devuelvo tu amable visita.

    Ya veo que has llegado casi al límite con 749 palabras. Yo tengo la manía de hacerlo con 750. Entrando en el texto te comento algunas cosillas que creo que se pueden cambiar:

    “Utilizó la espléndida madera del tilo que …” Al principio de la frase parece que es Esteban quien utilizó. Al final queda claro que es el abuelo. Parece una frase un poco larga.

    “Por fin, con la llave pudo abrir la puerta, el cristal de esta reflejó su imagen.” A esta frase le encuentro varias pegas. Dice POR FIN pero no se indica que lo hubiera intentado más veces, añadiendo, además, que antes se dice que llevaba 20 años haciéndolo. También parece una obviedad que la llave abra la puerta. No queda claro qué imagen refleja el cristal. Aunque parece que es la del anciano, por el literal del texto bien pudiera ser la de la llave. Y finalmente después de puerta le va mejor, para mi gusto, un punto. En resumen. Sabemos que tiene una llave y que suelen abrir puertas, así que se puede estructurar de otra manera p.e. Al abrir la puerta, el cristal reflejó la imagen de… Habría que ver qué poner ya que después aparece anciano y Esteban.

    “Estos fueron una escuela de política para él,..” después le va mejor punto en lugar de coma.

    “Internacional Socialista,” Aquí está claro que se te ha ido el dedo a la coma en lugar del punto pues la siguiente palabra la empiezas con mayúscula.

    Me ha gustado mucho la forma de narrarlo. Esos pasajes retrospectivos están muy bien llevados. También me ha gustado el fondo. Reflejas muy bien las miserias de una gente que le hicieron marcharse y las mismas gentes que permanecen en el pueblo. La misma mentalidad, las mismas envidias los mismos odios que antaño. Las escenas de la casa, los colores y los olores están magníficamente ambientados.

    El final contundente: ”La música no cesó hasta que el cargador estuvo vacío.” Magnífico relato y estupendo final.

    Por mucha nota al Juez, me queda la duda de hacia dónde apuntó primero.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 18:13
  5. 5. Otilia dice:

    A Roger, Tavi e Isan, gracias por vuestro tiempo para comentar, por vuestros amables comentarios y observaciones que tendré en cuenta.
    Roger, acertaste, es un pueblo castellano de Palencia.
    Tavi, tenias razón, el Word me sorprendió, jaja.
    Isan, mi idea era hacia los que venían a por él.
    A todos, saludos y feliz verano. Eskerrik asko.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 10:15
  6. 6. L. Mor Arcadia dice:

    Hola Otilia

    Aunque fue complicado para mí comprender parte del contexto histórico (porque no soy de España)tu relato me gustó de manera especial. Fue enriquecedora, interesante, realista y sentimental. Me encantó la imagen de relación familiar que mostraste al principio,de alguna manera sentí la nostalgia de Esteban.

    Considero un buen detalle el tilo como unión de los hechos, tanto en el pasado, presente y futuro. Por cierto, tengo la duda, ¿por qué y por quiénes fueron asesinados los padres de Esteban? (lo siento eso no me quedó muy claro)

    El final fue fenomenal.

    En cuanto a la forma, coincido con los compañeros sobre el uso del “que”. Fuera de eso sólo encontré una coma (,) en lugar de un (.).

    Vas muy bien.
    Espero haber sido de ayuda. Continuaré leyéndote para el próximo taller. 😉

    Nos leemos.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 04:57
  7. 7. Laura dice:

    Felicitaciones Otilia. Un gran relato de una época muy dura en España, donde reflejaste los miedos y las miserias que afloran en esos casos, y el renovarse de ellos cuando vuelve alguien “peligroso” a pesar de que puede ser inofensivo.
    Sigue escribiendo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 12:19
  8. 8. Lemo dice:

    Buenas tardes,

    Muy buen relato a pesar que no sea un temática que me atraiga.
    El reto está bien logrado, no como muchos que ponen el reto pero aparecen personajes que intervienen aunque sea poco. En tu caso lo has clavado.
    A mi me cuesta buscar fallos de estructura o forma, por lo que si los veo es que son de bulto, en tu caso no hay nada que señalar.
    Me muevo por impulso y tu relato denota gran futuro.

    Felicidades

    Escrito el 20 junio 2016 a las 17:30
  9. 9. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Otilia, tu historia me hace un recorrido por épocas duras, pero ya superadas en España. Me agrada imaginar con tus palabras a esos personajes, esas tierras, esos sucesos. Transmites con tu historia sentimientos de diversa índole que enriquecen la lectura.
    Ya te han señalado el uso excesivo del « que » sobre el cual, yo también debo trabajar un poco.
    Estoy muy agradecido por tu visita a mi participación.
    Hasta pronto.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 22:19
  10. 10. Cryssta dice:

    Hola Otilia, muchas gracias por pasarte por mi relato, con gusto te devuelvo la visita que se ha retrasado porque ando muy atareada.

    Tu relato me ha gustado bastante y creo que con algún retoquillo quedará muy bien.

    Los compañeros ya te han dicho algo, ahora voy yo:

    – para ahorrarte una palabra en vez de “había estado” podías poner “estuvo”

    – dices cinco veces “abuelo” y dos “abuelos”. En el primer párrafo podías quitar el segundo abuelo. Tras “partieron en dos” podías decir: “Luego, aprovechando el corazón del viejo árbol, plantó uno joven y con la…” así también eliminas un “tilo” para no repetir.

    – luego tienes dos “pudo” muy seguidos

    – yo cambiaría “Pero el pasado es pertinaz” por “Pero los recuerdos son pertinaces”

    – quita la coma tras “de la pared”

    – “miedo de que” y sobra la coma tras “costumbres” o bien pon “con su actitud y raras costumbres” entre comas

    – “en que unos militares” o si no quieres poner “en que” pon un punto tras “treinta y ocho”

    – sobra la coma antes de “por rojos”

    – dices en el mismo párrafo dos veces “España”, la última vez podías sustituirla por “su país”

    – en ese mismo párrafo dices dos veces “para”

    – lo de “España de mantilla, peineta y agua bendita” me suena un poco a cliché

    – para mí sobra la coma tras “hatillo de libros” y pondría punto y coma tras “la casa del tilo”

    – sobra la coma tras “incendio provocado”

    – el final no queda claro, dado que escribe una nota parece que se va a suicidar pero luego aprieta el gatillo hasta que el cargador se queda vacío, de lo cual se deduce que o es muy torpe para suicidarse o ha disparado a los demás; si se reserva el último disparo deberías ponerlo

    Espero haberte servido de ayuda. Te deseo un feliz verano y espero leerte a la vuelta.

    Un beso

    Escrito el 27 junio 2016 a las 07:43
  11. 11. Otilia dice:

    Hola Cryssta,
    Gracias por tu amable comentario.
    Te agradezco todas las correcciones que ya he comenzado a hacer.
    En cuanto al final, mi idea no era la del suicidio, pero en el zafarrancho podía pasar de todo y a Esteban le gusta dejar todo bien atado,jajaja.
    Saludos y nos seguimos leyendo. Buen verano.

    Escrito el 27 junio 2016 a las 10:42
  12. 12. earendil dice:

    Hola Otilia:
    Tuve que leer tu texto para darte mi opinión sobre si era el que más me gustaba de los tuyos para mandar a la recopilación, así que aprovecho para hacerte mi comentario, por si te sirve de ayuda para hacer algún retoque, si fuese necesario.
    No voy a leer los comentarios anteriores, porque cuando hay tantos, no me gusta que nada influya en mi opinión. Con esto corro el riesgo de repetir anotaciones, pero si es así, te servirá para remarcar algún defectillo.
    EN CUANTO AL CONTENIDO:
    Como ya te dije en el comentario del blog, he leído todos tus relatos publicados en Literautas.
    Escena 32: El otero alto.
    Escena 33: Nueva primavera en septiembre.
    Escena 34: La luna de lejos.
    Escena 35: Migrantes, ayer, hoy y siempre.
    Escena 36: La casa del tilo.
    De los cinco relatos, tres de ellos coinciden en cuanto a la temática, pues nos hablan de recuerdos del pueblo y, sobre todo, de recuerdos de la guerra o posguerra. Esto me hace suponer que el tema te afecta personalmente por algún motivo, o bien que lo viviste de pequeña, o bien que tus mayores te lo han contado. Con esto no estoy diciendo nada negativo, todo lo contrario, al igual que al personaje de tu relato, un detonante hace que afloren esos recuerdos.
    Está contado con un estilo sobrio, casi rudo, como la gente del campo que Esteban añora.
    La sinopsis podría quedar de la siguiente manera: Un Esteban anciano vuelve a su pueblo natal, tras un largo exilio que la dictadura de Franco alarga irremediablemente. Vuelve solo (en ningún momento se habla de otra familia que le acompañe). Allí, bajo un tilo que da nombre a su hacienda, están enterrados todos sus familiares más cercanos, sus padres, fusilados durante la guerra cuando él era pequeño, y sus abuelos, los que le criaron (Hay una frase muy reveladora: “A Esteban lo criaron los abuelos desde que aquella noche del treinta y ocho, unos militares, entre ellos algún vecino, sacaran a sus padres de la casa, por rojos, y a la mañana encontraran sus cuerpos bajo el tilo.”, que da a entender que alguien del pueblo, por algún motivo personal, quiso el mal para sus padres. Ahora, Esteban, viejo y tal vez achacado de alguna dolencia mental, ve en los vecinos la misma amenaza contra su persona, que lo quieren echar de su casa, como antes hicieron con sus padres. Su decisión final puede estar relacionada con esa sensación de venganza que siempre llevó dentro, y que nunca pudo cumplir.
    La trama está bien contada. Si bien la llave no es la desencadenante de los recuerdos, sí lo es el sitio que abre. El símil del acordeón, muy bueno.
    EN CUANTO A LA FORMA:
    * Lo primero de todo (solo es cuestión de gustos) separaría los párrafos un poco más, para que no de la sensación de bloque, y sea más atractivo a la lectura.
    * En el primer párrafo aparece una conjugación verbal que no queda demasiado bien: “había estado dejando”, bastaría “donde estuvo” o “estuvo colgada”, eliminando después el verbo “colgar” del caballito.
    * Hay muchas repeticiones. No voy a hacer una relación, pues me imagino que ya te las habrán indicado. Usa algún corrector que te las señale.
    * La ortografía es excelente, no he visto ninguna.
    * Hay alguna que otra frase un poco larga, pero seguro que si tú misma la lees en voz alta, podrás darte cuenta.
    En resumen, me ha gustado mucho tu historia, bien hilvanada y bien contada.
    Te felicito por tu trabajo.
    Un saludo.
    P.D. He leído un relato muy bueno que creo que te gustará por la temática, el 187 de María Pilar.

    Escrito el 7 julio 2016 a las 12:41

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