Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Reminiscencias - por Vespasiano

Web: http://lhlupianes.blogspot.com.es

Reminiscencias
El anciano encontró la llave en el interior de una vieja caja de hojalata. La misma de la que, a veces, un niño sacaba y le mostraba algunos retratos antiguos. El viejo los miraba mientras el chiquillo le hablaba, sin él comprender qué le decía.
Ahora sostenía la llave entre sus manos. Quizá le habría llamado la atención por su tamaño. Era de hierro y estaba bastante enmohecida.
La guardó en el bolsillo de su pelliza y bajó lentamente las escaleras que lo habían conducido hasta el desván.
La casa en la que vivía junto con su hija y su nieto, no tenía puertas que pudieran abrirse con semejante artilugio. La morada, como tantas otras del pueblo, era de reciente construcción y las puertas, fabricadas en PVC, tenían cerraduras de seguridad que no admitían semejante tipo de llaves.
Seguidamente salió a la calle dispuesto a descubrir alguna puerta que pudiera abrir con ella.
El paseo resultó muy corto. De pronto el abuelo dejó de caminar desnortado ante el cruce de calles que se bifurcaban hacia las afueras de la población, sin saber hacia dónde dirigirse.
Un vecino que le conocía le orientó en la dirección que debería de tomar acompañándole hasta su domicilio, y adentrándolo en el jardín de la casa.
Aquella noche el anciano fantaseó con ventanas atestadas de macetas floridas, puertas y llaves que abrían la entrada a enormes caserones que lucían, en sus dinteles, antiguos escudos heráldicos. También soñó con zaguanes que lo introducían en patios adornados con plantas y árboles que daban sombra a la casa, donde unos niños extraían agua de un pozo, que en cántaros transportaban hasta la cocina. Una señora enlutada, con pañuelo en la cabeza, atizaba el fuego de una chimenea que calentaba la habitación donde unas personas mayores tejían prendas con hilo de lana de variados colores.
Al día siguiente despertó dispuesto a disfrutar del tibio sol del otoño pirenaico.
Antes de salir al umbral, la perra olfateó la llave que este mantenía entre sus manos, y mordiéndole los bajos del abrigo le animaba a que la siguiera, apartándose de vez en cuando y volviendo a tirarle del gabán.
Sin darse cuenta se encontró caminando detrás del animal, que correteaba alegremente.
Se alejaron del pueblo, sin que nadie advirtiera sus pasos, hasta llegar a la alameda que, bordeada de cipreses, conduce al cementerio.
Iniciaron entonces la subida, en dirección a la montaña, atravesando robledales y bancales de pizarra. A veces el sendero se perdía entre matorrales para aparecer de nuevo junto al barranco.
Entre algún claro de los árboles se podía distinguir a lo lejos, colgado de las peñas, la silueta de un pueblo abandonado.
La ascensión se hacía lenta y difícil para el anciano que, desvistiéndose del abrigo, mal podía seguir al animal que inspeccionaba el camino ahora invadido por las aulagas que le arañaban las patas a su paso.
El rumor del rio, perdido entre los chopos, se hacía cada vez más perceptible anunciando su caída hacia un viejo molino. Mirando absorto el torbellino que formaba el agua, escuchó en su cerebro el eco de la voz de un hombre que a un muchacho le gritaba, para que saliera del cauce torrentoso.
Al terminar la vereda, las primeras casas del pueblo, recubiertas por la yedra, aparecieron súbitamente ante sus ojos.
Transitando por sus calles, advertía asombrado los muros derruidos y las puertas abiertas de las casas, que habían perdido sus tejados, dejando ver los patios adueñados por las ortigas.
Ante tanta desolación, el anciano evocaba un rebaño de ovejas abrevando en la fuente de la plaza, y contemplaba sobrecogido lo que quedaba del pórtico, ocupado por zarzales, de la iglesia de San Miguel Arcángel.
Siguió, andando en silencio, el deambular de la perra que se paró de pronto, ladrando al llegar a una desvencijada cuadra, que mal soportaba las paredes de una casa adosada a sus muros decadentes.
Tres desgastados escalones le llevaron hasta una puerta de madera, de la que aún colgaba un pesado picaporte.
La cerradura se presentó ante sus ojos llamativa, como pidiéndole que probara con la llave su apertura.
Al abrirla, reconoció la estancia y vislumbró, en la penumbra, a los personajes que antaño la habitaron.
«¡Hoy al fin ya sé quién soy! Gritaré a los cuatro vientos para que, hasta los que aquí yacen olvidados, sepan todos que Venancio el de Casa Ager ha vuelto a sus raíces, y aquí quiere morir junto a sus padres».

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

23 comentarios

  1. 1. Manoli VF dice:

    Hola, Vespasiano.

    De tu texto resalto positivamente esa introspección del anciano, el recorrido por los elementos físicos para llegar al recorrido interno de la memoria hasta llegar a la casa de nacimiento y cerrar el ciclo vital del personaje.

    Lo que no me convence es la forma impersonal de narrarlo, desde el principio: “La misma de la que, a veces, UN NIÑO sacaba y le mostraba algunos retratos antiguos” esa imprecisión que se hace también patente al llegar a “un pueblo” que en realidad es el suyo. Entiendo que con esto quieres mostrar las lagunas de memoria y desorientación del anciano, pero creo que habrías de matizarlo mejor porque se presta a confusión, quizá, a modo de ejemplo: “un niño que no reconocía pero le resultaba muy familiar…” por supuesto respetando tu estilo y tu forma de redactar.

    Lo mismo pasa con ese final, ese: “gritaré a los cuatro vientos” yo lo suprimiría directamente. “Se quién soy: Venancio, el de casa…oídme todos: Soy yo, he vuelto dónde me corresponde” algo así, unas palabras que suenen rotundas y transmitan la fuerza del personaje.

    Un placer leerte y comentarte, Vespasiano. ¡Feliz verano!

    Escrito el 17 junio 2016 a las 23:28
  2. 2. Guiomar de zahara dice:

    Vespasiano: Como siempre he leído tu escrito con agrado. Pero… hoy sí va haber algún pero(no me lo tengas muy en cuenta porfa)
    Si en la caja había fotos que el niño le enseñaba ¿por qué el anciano tenía una llave en su mano?
    No tenía puertas…descubrir alguna puerta…puertas y llaves.
    ¿conduce? al cementerio. Difícil para el anciano…el anciano evocaba…
    La historia en sí misma me ha gustado, pero…la he encontrado algo cargada de descripciones -que pienso- se podían haber suprimido para hacer más fluido el relato.
    Por lo demás como siempre ¡Enhorabuena!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 10:15
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Hola Vespasiano:
    Como siempre nos regalas un grato relato, transitando las circunvoluciones de la memoria del anciano. Bien escrito.
    Pero creo que mejoraría si acortaras el exceso de detalles para dar mayor fluidez a la lectura. Lo ideal es sostener al lector por el cuello para que no abandone la lectura hasta el final.
    Siempre es grato leerte.
    Saludos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 18:52
  4. 4. Paco Gijón dice:

    Hola Vespasiano, coincido con los anteriores comentarios, hay demasiadas vueltas y revueltas… ese estilo indirecto, como por ejemplo: “bajó lentamente las escaleras que lo habían conducido hasta el desván.”, no es mejor decir: “bajó las escaleras que conducían al desván” o mejor al sótano, ¿no te parece? Hay que atacar de frente, jeje. Es una opinión personal con todo el respeto. El fondo de la historia me gusta: la recuperación de la memoria, pero la forma… un perro que olfatea una llave… eso es bastante chocante.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 11:57
  5. 5. charola dice:

    Hola Vespasiano! Siempre es un gusto leerte. Me gustó tu relato, ya el título lo decía todo, que me pareció acertado. Tu protagonista, pienso que está con demencia senil, no reconoce muy bien a su nieto, ni la llave, ni a la perra que quizás antaño era suya, en la casa donde vivía. Me gustó que la perra le haya guiado hacia su antigua casa, que al final reconoció y que haya tenido un rayito de consciencia para saber quién era él. Sí se hace largo el camino por el que tiene que transitar, pero a veces se logra llegar al objetivo cuando hay una intención que sale del corazón. Me gustó muchísimo. Felicitaciones!
    Cuando tengas los medios, te invito a leer el mío (176). Un abrazo.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 19:33
  6. 6. Vespasiano dice:

    Hola:
    Gracias Manoli, Guiomar, Luis, Paco, Charola por leer y comentar mi relato.
    Sin duda hay cosas que debo tener en cuenta para mejorar.
    Muy satisfecho por vuestros amables comentarios.
    Como ya he dicho en otros relatos, estoy sin wifi y no puedo utilizar mi ordenador y con el movil me cuesta escribir.
    Eso no quita sin embargo que haya leido vuestros relatos que comentare la semana proxima cuando regrese a mi casa.
    Perdon por las faltas de tildes y otras que se me hayan escapados.
    Gracias nuevamente.
    Felicidades.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 09:07
  7. 7. Andrés Scribani dice:

    Hola, Vespasiano.

    Resalto un par de elementos que me parecen importantes para tener en cuenta en una próxima ocasión:
    1)El espaciado. Con un doble espaciado, al lector se le hace más cómodo, visualmente, el texto.
    2)Lo que menciona Guiomar de zahara. Hay algunas descripciones que se hacen algo innecesarias y terminan recargando el relato.

    Espero leerte en una siguiente entrega. Continua mejorando cada día más. Saludos.

    **Mi relato es el 26. “Deleite y amor ligados a inclinaciones socialmente rechazadas” -> https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-36/5959

    Escrito el 21 junio 2016 a las 00:00
  8. 8. Andrés Scribani dice:

    Ah, y se te agradece el esfuerzo por mantener activa tu participación y apoyo a pesar de las dificultades 🙂

    Escrito el 21 junio 2016 a las 00:01
  9. 9. ortzaize dice:

    un recorrido largo, y entretenido para contarnos la demencia del anciano.
    me ha gustado tu forma de narrar esta historia, un saludo

    Escrito el 21 junio 2016 a las 21:28
  10. 10. Vespasiano dice:

    Agradecimientos:
    Para Andres y Ortzaize por sus comentarios que siempre son bienvenidos
    Sin duda estos sirven para mejorar y para eso estoy en el taller.
    Felicidades.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 10:40
  11. 11. Juana Medina dice:

    Hola Vespasiano,
    Llego tarde a los comentarios. He estado lejos de conexiones de internet, aunque cueste creerlo.
    Sí, concuerdo con los compañeros en cierto exceso en las descripciones, pero también es verdad que por ellas fui siguiendo el camino material y sobre todo animico de tu anciano.
    También a mí me sorprendió que la perra fuera capaz de reconocer olor en una llave de metal enmohecida; pero quizás olfatearla sea un gesto para decir “la conozco”. No sé, a veces es difícil mantener la verosimilitud en una imaginación como la tuya.
    A pesar de esas pequeñeces tu historia me encanta
    Enhorabuena! Un saludo

    Escrito el 23 junio 2016 a las 16:34
  12. 12. Ariadna Grey dice:

    Me ha gustado tu forma de narrar y la historia me ha parecido muy interesante, pero el exceso de descripciones frena mucho el ritmo de la acción. Por lo demás, me ha encantado.

    Escrito el 23 junio 2016 a las 19:07
  13. 13. Wolfdux dice:

    Excelente relato Vespasiano. Un saludo.

    Escrito el 24 junio 2016 a las 10:11
  14. 14. Vespasiano dice:

    Agradecimientos:
    Para Juana, Ariadna y Wolfdux por leer y comentar mi relato dejando vuestras opiniones como siempre bienvenidas.
    La semana proxima estare en casa y tendre acceso a Internet.
    Ya comentare vuestros relatos.
    Perdonad la ausencia de tildes y otras.
    Felicidades.

    Escrito el 24 junio 2016 a las 12:03
  15. 15. Luis Ponce dice:

    Hola Vespasiano:
    agradezco mucho tu comentario y agradezco más todavía el detalle de la música con la aspiradora, veré como me las arreglo.
    Un abrazo

    Escrito el 27 junio 2016 a las 21:44
  16. 16. Cryssta dice:

    Hola Vespasiano, disculpa que no lea esta vez tu relato para corregirlo pero he tenido muchas visitas y estoy algo cansada de hacer correcciones por lo que ahora solo leo por el placer de la lectura.

    Solo quería dejar constancia de que me he pasado por aquí a leerte y de que tu relato me ha gustado muchísimo.

    Te deseo un feliz verano.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 12:22
  17. 17. Vespasiano dice:

    Gracias Cryssta por ser tan amable.
    Yo no ando muy centrado y si te digo la verdad, no había tenido tiempo de leerte así como a otros compañeros que habitualmente me visitan.
    Varios problemas habidos, entre ellos uno muy importante de salud de un familiar me lo han impedido.
    Feliz verano.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 15:02
  18. 18. Isolina R dice:

    Hola, Vespasiano:

    Se me ha hecho un poco pesado este relato tuyo. Estoy de acuerdo en los comentarios de los compañeros anteriores. Uno de los problemas es la repetición de la palabra “que”. Creo recordar que aparece treinta y seis veces, la mayor parte de ellas como pronombre relativo, en alguna oración hasta tres veces: “También soñó con zaguanes QUE lo introducían en patios adornados con plantas y árboles QUE daban sombra a la casa, donde unos niños extraían agua de un pozo, QUE en cántaros transportaban hasta la cocina”, “La ascensión se hacía lenta y difícil para el anciano QUE, desvistiéndose del abrigo, mal podía seguir al animal QUE inspeccionaba el camino ahora invadido por las aulagas QUE le arañaban las patas a su paso”. (Perdona las mayúsculas, no quiero gritarte, solo es para destacar las repeticiones y en el formulario no sé hacerlo de otro modo).
    No te pongo más ejemplos. Lo que te sugiero es que marques tú mismo todos los “que” del texto y vayas cambiando las oraciones hasta reducirlos a quince como mucho y nunca más de uno en una oración. Así se hace muy pesado.

    En: “sin él comprender qué le decía”, sobra “él”.

    En: “la llave entre sus manos”, yo pondría; “la llave en las manos”
    En: “La guardó en el bolsillo de su pelliza”, mejor “la pelliza”.

    En: “La casa en la que vivía junto con su hija y su nieto, no tenía puertas”, sobra la coma.

    En: “la dirección que debería de tomar”, sobra “de”.

    En: “colgado de las peñas, la silueta de un pueblo abandonado”, hay un fallo de concordancia entre “colgado” y “silueta”. Podrías poner así: “colgado de las peñas, un pueblo abandonado”.

    En: “desvistiéndose del abrigo”, yo pondría: “quitándose el abrigo”.

    En: “El rumor del rio”, debe ser “río”.

    Si le corriges el problema de la repetición de “que” te quedará mucho mejor.

    Seguiremos leyéndonos tras las vacaciones.

    Deseo que tu yerno esté bien.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 8 julio 2016 a las 22:25
  19. 19. Vespasiano dice:

    Hola Isolina:
    Agradecidísimo por tus consideraciones valiosísimas para mejorar mi relato.
    Estaba esperando ansioso algunas correcciones como las que me haces para aprovecharme de tus consejos.
    Al relato le di varias vueltas para evitar repeticiones, pero me centré en palabras mas largas y llamativas y se me han colado todos los “QUE” del mundo. Gracias por remarcarme estos fallos.
    Las otras observaciones las tendré en cuenta antes de colgar el relato en mi blog.
    Con relación a mi yerno, los partes médicos nos están dando esperanzas debido a los progresos que poco a poco se van observando. Si Dios quiere esperamos que se restablezca en el menor tiempo posible y sin secuelas.
    Gracias por interesarte por su salud.
    Te deseo unas felices vacaciones.

    Escrito el 9 julio 2016 a las 21:03
  20. 20. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    HolaVespasiano, Yo quejandome de falta de tiempo y medios, y compruebo que tu estabas peor. Espero que para estas fechas, tu yerno se haya recuperado totalmente. Por supuesto que no podia dejar de leer tu relato. Siempre lo hago con muchisimo placer. Esta vez, mas tarde que nunca, y lo siento. Espero que para la próxima pueda organizarme mejor, leerte y comentarte. Suerte, y feliz verano.

    Escrito el 21 julio 2016 a las 11:47
  21. 21. Vespasiano dice:

    Para Feli:
    Muchas gracias por leerme aunque sea un poco tarde. También por interesarte por la salud de mi yerno.
    Va mejorando paulatinamente aunque le queda tiempo de hospitalización y de recuperación.
    Te deseo un feliz verano.

    Escrito el 28 julio 2016 a las 12:46
  22. 22. KMarce dice:

    Saludos Vespasiano:

    Gracias por leer mi relato del mes de junio, al fin he logrado tener un hueco y seguir con las lecturas pendientes de mis compañeros.

    ¿Qué puedo decirte de novedoso a tu relato? Creo que todo,ya te lo han dicho. A algunas personas, nos gustan las descripciones, y otros prefieren ir al grano. Yo soy de las primeras. Claro, en un texto corto, se aprecia también lo segundo. No por ello, menos disfrutable.
    Muy encantador, con un personaje un tanto atolondrado por la edad, por las lagunas o por el deseo de volver a reencontrarse.
    En resumen, me ha gustado, aún considerando las revisiones detalladas para mejoras, para mí el núcleo del texto, tiene su atractivo, que me hizo leer letra por letra.

    He leído el comentario tuyo, sobre la salud de tu yerno. Espero que muy pronto, su salud sea restablecida, y el gozo sea completo entre tu familia. Un abrazo.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 30 julio 2016 a las 02:56
  23. 23. Vespasiano dice:

    Gracias KMarce por tus comentarios hacia mi historia, También por interesarte por la salud de mi yerno y tus amables palabras de ánimo.
    Felicidades.

    Escrito el 30 julio 2016 a las 21:15

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.