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El anciano encontró la llave - por Soledad

El anciano encontró la llave en un cajón de la mesilla de ella, se quedó largo rato mirándola, hacia tantos años que se la dio para que ella la guardase, que sin poderlo evitar su mente voló…Juan, gritaba Rosa, desde la entrada a la casa.
-Juan, mira ha llegado una carta y es de tu hermano, ¡vamos hombre a que esperas! Ven rápido, ¿donde estarás metido? juannn
-Ya voy mujer espera, no seas impaciente, todo puede esperar, hasta la carta de mi hermano.
Cuando Juan llegó, sentados en el primer peldaño de los cuatro escalones que separaban la entrada a la vivienda, cogió la carta también con impaciencia. En ella, su hermano les contaba la suerte que había tenido y que quería compartir con ellos su única familia.
Manuel, el hermano de Juan, se había tenido que marchar nada más terminar la guerra, al norte de Argentina, a la región de Catamarca, allí después de pasar muchas calamidades pudo abrirse camino, era minero de profesión y contactó con un grupo de gente que después de su jornada, hacia introspecciones en viejas minas abandonadas, tuvieron suerte y dieron con un filón, plata.
Manuel en su pueblo había sido maestro maderista en las minas de plomo, su trabajo consistía en ir detrás de los barreneros y hacer el ensamblaje de madera en las largas galerías que se iban abriendo.
Cuando legalizaron la explotación de la mina, pensó que: ¿y si me pasara algo…?con este miedo, puso los derechos de los beneficios de la parte que le tocara a nombre suyo, de su hermano Juan y Rosa.
-dios mío, Rosa esto puede ser mucho dinero, casi, casi, podríamos decir que ¡somos ricos¡ no sería de otra manera, Manuel no nos lo hubiese dicho si no tuviera la seguridad de ello.
En la carta Manuel les pedía que en cuanto pudiesen y a vuelta de correo les mandase la documentación, sobre todo, el nombre y los apellidos completos de Rosa, quería que todo lo concerniente a las ganancias de la mina fuesen para los tres, el no tenia familia propia de momento pero si llegara a tenerla más adelante, no quería dejar a sus hermanos fuera de su buena fortuna. En la próxima, y una vez que estuviese todo legalizado les mandaría la llave de la caja fuerte en donde guardaría los documentos,
dentro también guardaría su testamento. En caso de que le pasara algo, -en la mina ya sabes, por mucho cuidado que pongas…
De esto, hacia !tanto tiempo¡¡
Después, Rosa enfermó, raquitismo le dijeron, había poca comida que llevarse a la boca, apenas un puchero a medio llenar con unas sopas de pan y boquerones, o unas gachas. La posguerra era dura en el pueblo para los que no tienen tierra, y en la mina los jornales eran bajos, apenas unos reales, unas pesetas, y ella, la mayoría de las veces, solo comía una vez al día por las noches, cuando Juan, llegaba de la mina y le traía algo que le había dejado en el puchero, y además la niña mamaba demasiado, se sentía muy débil, muy cansada, a veces su hermana Catalina le llevaba algún trozo de pan o algo de queso, unos huevos.
Habían pasado tantos años…la niña murió, ¿cuánto hace? Ni me acuerdo, pensó Juan, ¿fue estando yo en la cárcel o en el monte? en su boca se dibujó una amarga sonrisa. ! La cárcel¡ por robar una cabra…pero si nos moríamos de hambre, y el señorito ¡tenía tantas¡¡
Y Rosa, mi Rosa, lloraba Juan, sola en la calle, enferma y con la niña, sin tener donde ir, donde dormir, menos mal que Catalina le había puesto un jergón en la cocina…
Hacia tantos años de aquello, tantos años de la llave, la herencia, Manuel, la mina, la había olvidado por completo, ahora ya ¿para qué?, ya no está mi Rosa, ni mi niña, ni mi hermano, ya no quiero plata ni oro, solo quiero ir con ellas, acabo de dejarla allí, sola, bueno con su niña, con nuestra niña.
Aún estaban en la casa los vecinos, su cuñada Catalina, los oía preparar comida, llorar, hablaban de lo buena que era Rosa, lo servicial, lo sola que había estado durante los años de la cárcel,la posguerra, lo mal que lo había pasado…Se tumbó en la cama cerró los ojos y lloró, lloró con esa serenidad que da el dolor cuando viene de dentro del alma. En su mano encontraron una llave…

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9 comentarios

  1. 1. Algocar dice:

    Me ha gustado, me ha parecido muy triste pero has logrado que me llegue ese sentimiento, felicidades.

    No obstante, te recomiendo hacer una última lectura en voz alta para que puedas apreciar su sonoridad. Hay varias comas mal puestas, pocos puntos y faltan algunas palabras, pero es solo mi opinión.

    Sigue trabajando duro pero disfrutando, un saludo.

    Si te apetece y tienes tiempo, mi relato es el número 8.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 11:18
  2. 2. John Doe dice:

    Buenos días Soledad. Me ha gustado mucho tu relato. Muy intimista y realista. Como lector uno se conecta con los personajes y su situación.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 15:17
  3. 3. Soledad dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios que me ayudan a tener algo mas de confianza en mi misma y seguir con esta afición hasta ahora sin atreverme a sacar de mi.
    Se que tengo muchos fallos, pero que también puedo ir aprendiendo a hacerlo cada vez mejor…
    Un abrazo

    Escrito el 20 junio 2016 a las 13:00
  4. 4. JAMS (José Ángel Martinez) dice:

    Hola Soledad,

    He notado en algunos momentos que el texto no fluía y quedaba algo denso.
    En los diálogos me he encontrado un poco despistado, en algunos ponías el guión y en otros no.
    En la frase del primer dialogo “¿donde estarás metido?” creo que lo correcto seria “¿donde se ha metido?” como hablando para si misma (aunque no se si esa era tu intención).
    Por lo demás, has logrado expresar el sentimiento de tristeza que tiene el personaje muy bien.
    Enhorabuena.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 14:56
  5. 5. Antonia castro Delgado dice:

    Gracias JAMS, si, estoy de acuerdo contigo, despues de leerlo tranquilamente. Sabes es la primera vez que escribo y alguien me lee,cuando encontré esta pagina y me decidí a hacerlo, creo que el relato salió a borbotones de mi mente, los nervios, la creencia de que no seria admitida, ni mucho menos leída en fin…estoy muy agradecida a todos los que dejéis un comentario, me servirá de mucha ayuda y motivación.
    GRACIAS un abrazo

    Escrito el 20 junio 2016 a las 15:58
  6. 6. JAMS (José Ángel Martinez) dice:

    Yo estoy en la misma situación que tu y me resulta raro tanto que me lean y comenten como que yo lea y comente relatos.
    Si que suelo leer bastante pero eso de escribir y comentar, uff, como cuesta, jeje.
    Animoo, saldremos de esta, jeje 😉

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:26
  7. Hola Antonia.
    También soy nuevo en este asunto. Bueno, es la segunda escena en la que participo y es cierto, se hace duro comentar los relatos de otros compañeros.
    En relación al tuyo te diré que me parece una idea estupenda y bastante bien desarrollada.
    Coincido en la opinión del primer comentario, Algocar, deberías revisar los signos de puntuación. Por lo demás, me ha gustado leerte. (Soy tu “vecino” del relato 173).
    Saludos.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:40
  8. 8. Rafelo dice:

    Hola soledad. Ante todo decirte que me gusta mucho tu relato. Llegas al a lector, produciendo una empatía directa hacia tu personaje. Veo algunos errores, como el uso de guión corto, que a veces no dejas clara la intervención de un personaje, algunas tildes que se escapan, en fin detallitos sin mucha gravedad. Creo que el mensaje es lo importante, y consigues transmitirlo. Eso sí, con el titulo no te has esforzado mucho, jajaja. Saludos y a seguir adelante.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 23:08
  9. 9. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Soledad! El relato tiene drama y belleza, a la vez. La historia es bonita, pero se atranca un poco con los fallos en la forma: exceso de comas que deben ser cambiadas por puntos y falta de ellas en vocativos, revisión de estructura en varias frases, reflejar correctamente los pensamientos… En cualquier caso, te quedó una historia interesante. Un saludo. ¡Nos seguimos leyendo a la vuelta de vacaciones! ¡Buenas tardes!

    Escrito el 5 julio 2016 a las 11:49

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