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El cuarto del arpa. - por L. Mor Arcadia

Web: http://lmorelatosarcadia.blogspot.mx/

El autor/a de este texto es menor de edad

El anciano encontró la llave en el jardín, entre las espinas del rosal. Jamás creyó encontrarla después de esos dos años en que su esposa le arrancó la llave del cuello y la había lanzado por la ventana del saloncito.

— ¡Después de todo este tiempo aún la recuerdas!— histérica destrozaba cuanto encontraba a su paso— ¡Ámame! Sólo a mí… ¡a tu esposa!

Después de eso llena de indignación lo abandonó. Pero en el fondo Mary deseaba que Edmund fuera tras de ella, que salvajemente la tomara para sí, que tocara cada parte de su cuerpo como lo había hecho otras veces en la juventud cuando ella amenazaba con dejarlo. Pero esa vez no lo hizo, no volvió a verla hasta meses después en que llegó a él la noticia de su muerte. Edmund no la amaba, al contrario, la aborrecía. Odiaba verla en la cama, compartir la mesa con ella, acompañarla al jardín, odiaba su silencio y su habla. Y sin embargo, aún con todo aquello, adoraba el cuerpo de Mary, su rostro y cabellos no cesaba de besarlos, porque toda ella era idéntica a Lizy. Los primeros años de su matrimonio fueron tolerables por ese espejismo de deseo, hasta que en un ataque de nostalgia Edmund entró el cuarto del arpa… aferrándose al pasado.

Ahora estaba decidido a ver a Lizy sin importar lo gris y borrascoso que el clima estuviera afuera. Nuevamente salió al jardín, y dando los pasos más rápidos que su bastón le permitía atravesó la pequeña huerta hasta llegar a donde la hierba y castaños ocultaban lo que parecía ser un pequeño cuarto con dos grandes ventanas. Con dificultad Edmund logró acercarse a una y ver a través de ella, sólo se distinguía un arpa, un banco y un diván.

«Aguarda un poco más» murmuró

El cielo comenzó a rugir y a llover con furia. Pero con tranquilidad Edmund colocó la llave, le dio dos vueltas, giró la perilla hasta escuchar el “crack” y cerrando fuertemente los ojos empujó la puerta. Al atravesarla sus ojos percibieron fuertes rayos de sol, aroma a jazmines y una dulce melodía que se detuvo en cuando cerró la puerta detrás de sí.

—Edmund, ¿qué ha pasado?—suaves manos acariciaban su rostro— ¡Estás todo empapado!

Él abrió los ojos para ver a Lizy y así mismo como en la primavera de cincuenta años atrás, la última tarde en que la vio, antes de que desapareciera. La abrazó como lo hacía cada vez que la visitaba. No quería hacer más que olerla y besarla en el diván hasta que terminara el tiempo, cuando ella le pidiera que se marchara.

—Es hora que te vayas. Mary no tardará en llegar y mi hermana no te soporta.

—Yo le odio— la aprisionó más contra su pecho— Sólo dios sabe lo que te habrá hecho, amor mío. ¡Sólo Dios sabe hasta donde le llevaron los celos!

—¿De qué hablas?

Él le suplicó con todas sus fuerzas que lo dejara quedarse y luchó por que ella no lo echara. Tenía el presentimiento de que algo cambiaría. A los pocos minutos Mary cruzó la puerta acompañada de un cuchillo y una cuerda. Tanta fue su sorpresa al encontrarlo ahí que soltó sus instrumentos. Los ojos de Edmund se llenaron de cólera y sin piedad se lanzó sobre la gemela. Al ver que Lizy trataba de intervenir Edmund abrió la puerta hacia su tiempo y cayó del otro lado sobre Mary. Él luchaba por no dejar de ahorcarla antes que volviera la vejez. Y en efecto, mientras una fuerte tormenta caía sobre ambos, poco a poco volvió a ser un anciano. Pero para ese entonces Mary ya no tenía fuerzas para defenderse y murió. Aliviado se volvió hacia el cuarto. Sin embargo no había cerrado correctamente la puerta dejando a la pobre Lizy petrificada por lo que había visto.

—¿Edmund…?— murmuró mientras caía hacia la lluvia
El cielo tronó como nunca y todo el mundo se rompía en pedazos… entonces gritó al ver como Lizy se convertía en polvo.

Con un gran sobresalto despertó en el diván.

—¿Edmund? Te quedaste dormido a mitad de mi interpretación. Es hora que te vayas. Mary no tardará en llegar y mi hermana no te soporta.

Continuaba desconcertado, había algo diferente. La tomó de la mano y abrió la puerta. A fuera era un día soleado de primavera, había regresado. Con firmeza y ternura le hizo montar con él su caballo.

Sabía exactamente cómo y dónde estarían a salvo para siempre.

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10 comentarios

  1. 1. Rayen dice:

    Hola L.Mor: tienes un gran talento me gustó mucho,la historia es original y tiene un gran misterio, las gemelas. Con todos los atractivos que tiene enamorarse de dos personas iguales. ¿Será iguales? bueno, parece que el protagonista las encontraba deiferentes. Felicitaciones

    Escrito el 17 junio 2016 a las 23:39
  2. 2. Emyl Bohin dice:

    Hola L. Mor Arcadia:
    Soy tu vecino comentarista. Lo primero que me llama la atención es que tengo que comentar un relato de alguien que dice que es menor de edad, pero que escribe para mayores de dieciocho años. ¿Paradójico?
    Serás menor de edad legal, pero escribiendo se te nota madurez. Describes bien las pasiones y los sentimientos y nos metes de lleno en la historia, creando el suspense que nos hace avanzar en ella.
    Ahora bien, el párrafo que empieza por “Él le suplicó” para mí es algo confuso, cuesta seguir la acción y la frase “Él luchaba por no dejar de ahorcarla antes que” no me aclara si quiere ahorcarla o no.
    Algunas cosillas que creo que hay que corregir:
    Yo le odio -> Yo la odio
    A fuera -> Afuera o Fuera
    luchó por que ella no lo echara -> luchó porque ella no lo echara

    En definitiva una buena historia, de esas que me gustan a mí.

    Saludos y hasta la próxima.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 17:48
  3. 3. Laura dice:

    Feloicitaciones. Y más todavía al ser menor de edad.
    No voy a caer en repeticiones sobre detalles ya señalados.
    Muy buena la elección del final

    Escrito el 18 junio 2016 a las 22:53
  4. 4. LUZ ORTEGA dice:

    Me ha gustado mucho tu relato, Felicidades.
    Saludos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 23:22
  5. 5. John Doe dice:

    Gran relato. Felicitaciones.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 15:59
  6. 6. L. Mor Arcadia dice:

    Muchas gracias por sus comentarios. Me alegra saber que les ha gustado, eso me motiva mucho. Prometo poner más atención a esos detalles, ¡de verdad no me di cuenta de ellos!

    De nueva cuenta, muchas gracias.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 01:47
  7. 7. Lemo dice:

    Hola

    Gracias por tu comentario, como dicen por allí hay un alto nivel y un diamante en bruto.
    Yo sólo suelo comentar el argumento y su lógica y en este caso me ha gustado, no tengo nada que decir malo y todo bueno.

    Felicidades y sigue así

    Escrito el 20 junio 2016 a las 18:08
  8. 8. Otilia dice:

    Hola L.Mor Arcadia,
    Gracias por tu amable comentario.
    Sobre el asesinato de los padres de Esteban:
    En la guerra civil española hubo muchos muertos en el frente, pero también en fosas comunes y cunetas de toda España. En los pueblos, los vecinos por envidias o antiguas rencillas se denunciaban en ambos bandos. Hoy en día, con la Ley de la Memoria Histórica, se siguen abriendo fosas de los perdedores para entregar sus restos a las familias.
    La idea de tu relato es muy original, me ha gustado.
    Algunos párrafos resultan confusos, eso hace que no se lea con fluidez. Tu historia demuestra un gran talento para escribir.
    En cuanto a la forma, los pequeños errores ya te los han comentado.
    Felicidades. Saludos.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 10:25
  9. 9. Denise dice:

    Hola!
    El relato es muy interesante, y estoy de acuerdo con lo que te dijeron sobre la descripción de las pasiones 😉 También coincido con Otilia en que algunos párrafos son algo confusos, pero creo que se debe a que quizás el relato requiere una extensión mayor de 750 palabras.

    Con respecto a la gramática, te marco algunas cosas que encontré:

    “El anciano encontró la llave en el jardín, entre las espinas del rosal.” Esa coma no es necesaria.

    “— ¡Después de todo este tiempo aún la recuerdas!— histérica destrozaba cuanto encontraba a su paso— ¡Ámame! Sólo a mí… ¡a tu esposa!”
    El espacio entre la raya y el signo de exclamación no corresponde, por más que Word insista en que sí (odio que haga eso :P. La palabra “histérica” tiene que ir en mayúscula porque la frase no comienza con un verbo de decir. Y, si no me equivoco, debería ir un punto después de la raya que viene después de “paso”.

    “Después de eso llena de indignación lo abandonó.” En esta oración hay hipérbaton, por lo que “llena de indignación” debería ir entre comas. Lo mismo para “… dando los pasos más rápidos que su bastón le permitía…”

    Esto es lo que puedo decir. Te marcaría más cosas, pero no tiene sentido si decidís retocar los párrafos que tal vez necesiten algo más de espacio.

    Te felicito, es un muy lindo cuento!!

    Escrito el 22 junio 2016 a las 00:00
  10. 10. L. Mor Arcadia dice:

    Muchas gracias Otilia por haber respondido mi duda 🙂

    Denise, también muchas gracias por tus observaciones 😀

    Escrito el 23 junio 2016 a las 04:14

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