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Ceniza - por Ariadna Grey

Web: https://palabradebohemio.wordpress.com/

El autor/a de este texto es menor de edad

El anciano encontró la llave en la urna que siempre había reposado encima de la chimenea, donde guardaba las cenizas de su hermana pequeña. Se suicidó cuando apenas tenía diez años, aunque él siempre había sostenido que se trataba de un asesinato. Se arrojó por un acantilado porque un par de niñas de su clase se habían dedicado a esparcir rumores sobre ella. Decían que la niña estaba embarazada. En realidad, cualquiera podría haber sabido que se trataba de un chisme propagado con malicia, pero la gente había decidido creer que era verdad. El anciano siempre se había preguntado por qué lo habían hecho. Con los años había llegado a la conclusión de que se habían metido con ella por pura crueldad, algunos lo habrían hecho por la presión social, pero eso daba igual. La niña había acabado muerta.
El padre decidió encerrarse en casa con su hijo. Su salud mental se había deteriorado desde que su mujer había sido violada y asesinada dos años atrás. Tapió las ventanas y cerró la puerta con llave. La única forma de tomar aire era yendo a la azotea, donde estaba el huerto en el cual el hombre que había muerto hacía ya más de tres años, cultivaba su propio alimento.
El anciano casi ni se acordaba de como era el mundo exterior y durante mucho tiempo, guardo en secreto su deseo de salir de la casa. Cuando su padre murió, buscó la llave de la puerta en cada rincón de la casa sin éxito, hasta que se olvidó de ella.
Había intentado tirar la puerta abajo en numerosas ocasiones, pero él era demasiado débil. Su vida dentro de una casa tan pequeña había hecho que poco a poco su estado de salud se fuera deteriorando rápidamente y sentía que estaba llegando su hora.
Lo que más quería era poder pasear por la calle y hablar con la gente, pero había desistido mucho tiempo atrás. Un día limpiando la chimenea, tiró sin querer la urna con la cenizas de su hermana y esta se abrió, dentro estaba la llave que tanto había ansiado encontrar. Su padre la había escondido en el único lugar que sabía que el anciano nunca se atrevería a tocar. Tanto respeto le tenía al objeto que se podía distinguir en la madera de la chimenea el hueco que había ocupado la urna durante años sin haber sido movida ni un milímetro.
El anciano suspiró y abrió la puerta. Tomó una bocanada de aire y salió al exterior. Pasó el resto del día deambulando por el pueblo y lo que él vio, las injusticias que presenció y la ceguera que padecían las personas ante estas, lograron que volviera a su casa, se tumbara en la cama y se entregase a la muerte con una foto de su hermana en la mano derecha, una de su padre en la izquierda y el único retrato que conservaba de su madre, colgado en la pared.

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5 comentarios

  1. 1. Paco gijon dice:

    Hola Ariadna, no soy profesor de literatura ni nada parecido, solo uno más que escribe, así que voy a darte mi opinión personal. Me sorprende lo bien escrito que está, para ser una persona joven como res tú, eso es genial. Ahora la crítica. Hay un exceso de acontecimientos traumáticos: el acoso a la hermana y su suicidio/asesinato social, la violación de su madre, la demencia de su padre… es una secuencia lógica pero un poco inverosímil. El desenlace, más trágico aún, esperar la muerte en soledad… demasiado dolor y tristeza. A mi personalmente me gusta introducir en los relatos algo de humor o esperanza… En cualquier caso, muy bien escrito.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 11:45
  2. 2. Patricia Redondo dice:

    Áriadna que historia tan terrible! Como dice Paco quizá un exceso de acontecimientos para un texto tan pequeño , pero está bien escrito y tiene mensaje. Solo hay que pulirle el estilo. Pásate si te apetece por mi texto , el 193, y déjame tus comentarios. Agradeciéndotelo de antemano.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 13:23
  3. 3. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Ariadna Grez: Tu escrito se inscribe en una muy bien desarrollada ‘metafora’ que nos da mucho que pensar. Es una visión de mundo elaborada con acierto y atención al factum de nuestra desordenada y maligna civilización. La forma en lo has conseguido es un logro literario con ribetes filosóficos.
    Felicitaciones, continua por esta senda. Gracias por leerte.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 23:13
  4. 4. Aman DeMort dice:

    Hola!
    Tu relato es fácil de leer osea es fluido, no note errores ortográficos (el mio iene varios) por otra parte en mi opinión personal son demasiados golpes de la vida los que recibió el anciano.
    Pero se entiende tu punto y lo que querías trasmitir.
    sigue escribiendo y nos vemos.

    Escrito el 24 junio 2016 a las 12:01
  5. 5. Vespasiano dice:

    Hola Ariadna:
    Primeramente darte las gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.
    Después permíteme dejarte un mensaje (soy mucho mayor que tú y se que me perdonaras si te parece inapropiado).
    Me ha sorprendido tu historia tan triste y cargada de episodios violentos y traumáticos. Sobre todo al saber que eres menor de edad. No quiero decir con esto que por ese motivo debas ser una criatura ajena a lo que pasa en el mundo y no tener el valor de denunciarlo. He entrado en tu blog y he intuido cierta pesadumbre en lo que escribes.
    Tengo setenta y cuatro años y me gustaría decirte que escribieras viendo la vida y a la gente con más optimismo, con más alegría, con más ganas de vivir.
    He conocido en mi familia adolescentes muy sensibles que les han afectado su visión pesimista de las cosas y que le han llevado a bajones anímicos muy importantes.
    Por lo demás escribes muy bien tanto la prosa como la poesía y te animo a seguir haciéndolo, pero con un matiz de esperanza y de optimismo.
    Espero no haberte molestado con mi opinión acerca de tu forma de plasmar la realidad que ves.
    Te deseo lo mejor y que pases unas felices vacaciones.

    Escrito el 30 junio 2016 a las 17:04

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