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Más allá del umbral - por John Doe

El anciano encontró la llave en la caja de madera finamente labrada oculta en el cajón de un antiguo armario. La sostuvo con delicadeza entre sus manos arrugadas. Una pequeña llave plateada y reluciente. La había buscado durante décadas, gastado todo su tiempo y toda su fortuna en perseguirla alrededor del mundo. Sin embargo una y otra vez desaparecía y con ella todo rastro de su existencia. Por ello muchos años atrás había abandonado aquella infructuosa búsqueda. Pero ahora la tenía frente a sus ojos.

El rostro cetrino del viejo parecía tallado en piedra, tan solo el leve temblor de sus manos delataba las emociones que se agitaban en su interior. Miró para ambos lados, como si temiera algo, pero la tienda estaba vacía. Fijó de nuevo la vista en la llave, abrumado por su peso, cerró con fuerza la mano y la metió dentro de uno de los bolsillos de su abrigo. Regreso la caja de madera al lugar donde la había encontrado y se alejó de allí, despacio, intentando no levantar sospecha mientras observaba de soslayo al canoso vendedor que fumaba pipa mientras leía un diario. Se dirigió hacía la salida de la tienda con una sonrisa en su rostro, le parecía una burla del destino, una ironía cruel, que luego de tanto tiempo tras ella, la viniera a encontrar en una pequeña tienda de antigüedades cuando ya se había sugestionado de que su existencia no era más que patrañas y quimeras de viejos papeles amarillentos y olvidados, de oscuros sabios de épocas antiguas. Pero ahora mientras escuchaba el tintineo metálico de las campanillas de la puerta al abrirse pensó que este descubrimiento no era algo al azar, que las coincidencias no existían, por fin la llave lo había encontrado. Lo había escogido. Finalmente él era digno. Y una mueca de satisfacción controló su rostro cuando sintió el gélido viento de la calle, se alejó por la acera con paso apresurado y un rictus de lobo dibujado en su rostro.

Entró a su casa con violencia, el portazo resonó a través del caserón vacío y enorme, subió como pudo, casi a saltos las largas escaleras de parquet pulido hasta su habitación. Sacó la llave plateada del bolsillo y la depositó encima de la mesa de noche, se sentó en la cama, pensativo, incapaz de dejar de observarla. Sus ojos brillaban con un fulgor casi demoníaco en la oscuridad de la habitación. La llave a su vez relucía con un brillo espectral atrapando toda luz que entrase en aquella penumbra, parecía vibrar en el silencio del cuarto. El anciano se levantó de manera intempestiva de la cama y miró en derredor con la certeza de estar siendo observado por una presencia terrible, pero no lo acompañaba nada más que las tinieblas y las sombras de la habitación. Tomó la llave y salió del cuarto.

Con mano temblorosa el anciano dibujaba extraños símbolos en el deslustrado suelo de madera del estudio. La luz fantasmal de la luna se filtraba a través de los grandes ventanales. Su dedo trazaba marcas arcanas mientras murmuraba palabras ininteligibles, cada marca producía que su cuerpo se estremeciera con ligeros temblores, que se fueron intensificando junto a la voz del anciano, que ahora se proyectaba a través de las paredes en un éxtasis terrorífico. De pronto el anciano se detuvo y un rumor que venía del suelo llenó toda la habitación.
Sus ojos se oscurecieron por completo cuando termino de hacer la invocación. Los símbolos se iluminaron de un intenso color escarlata y toda la casa comenzó a crujir, sombras reptantes se deslizaron por las paredes y las ventanas. Él observaba todo desde el círculo de protección que había dibujado. El lejano susurro comenzó a subir de intensidad, risas coléricas y palabras siseantes nunca antes escuchadas por humano alguno reverberaban por toda la estancia. Afuera la oscuridad se hacía cada vez más impenetrable, las paredes se dilataban y regresaban luego a su forma ante la mirada impávida del anciano y su rictus de lobo. La puerta de la estancia se iluminó con un tétrico resplandor. Avanzó fuera del círculo de protección, los rumores y demás sonidos callaron de golpe mientras el anciano recorría los pocos pasos hacia el portal, estiró su mano y colocó la llave plateada en la cerradura. La giró. la puerta se abrió entre el rechinar de sus pesados goznes. El anciano de pie ante el umbral dio un paso hacia la oscuridad. La puerta se cerró lentamente con un quejido.

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8 comentarios

  1. 1. Robles dice:

    Simplemente excepcional. Un texto completo y muy profesional. Te seguiré más a menudo. Mi relato es el 27, por si te apetece. Un saludo JD.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 02:09
  2. 2. Algocar dice:

    Buenas tardes John Doe:

    Te devuelvo tu visita.

    Que puedo decir, pues que me ha encantado y que te voy a seguir de cerca, por lo que necesito dejarte claro esto, espero más relatos jeje.

    Pues lo dicho, un placer y como suelo decir, sigue trabajando duro pero siempre disfrutando, un saludo.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 18:52
  3. 3. Antonia castro Delgado dice:

    Ahhh, me ha encantado, no podría decirte nada que tuvieras que corregir o resaltar, como te dice Robles te seguiré la pista.

    Enhorabuena

    Un abrazo

    Escrito el 20 junio 2016 a las 16:09
  4. 4. El Graffo dice:

    Hola John Doe,

    Felicitaciones por tu relato. Está muy bien llevado en forma, ritmo y recursos.

    Hay un par de correcciones de tipo ortográfico y gramatical:

    “Regreso la caja”: Regresó va con tilde. Cuidado con esto, porque acabo de pasar el texto por Word y no muestra el error dado que gramaticalmente la frase está bien.

    “Se dirigió hacía la tienda”: Hacía sin tilde.

    “la puerta se abrió”: Va con mayúsculas.

    Hasta aquí, no son más que descuidos que a mi juicio no son relevantes porque son trabajo del corrector de estilo.

    Por otro lado, no me he conectado con el cuento, pero esto no es culpa tuya. Al inicio pensé que era por el uso de palabras como “fantasmal” o “demoníaco” que sobrecargaban el cuento, así que fui directo a H.P. Lovecraft. Él también las utiliza, de modo que tendré que concluir que es el género literario, no el recurso como tal. Te recomiendo “El Sabueso”, o en general cualquier cuento de este autor para tomarlo como referencia. Tienes un estilo similar y creo que le puedes sacar mucho partido a tu talento.

    Te felicito de nuevo. Has llevado bien el relato y espero leerte el próximo mes.

    Gracias por dejar tu comentario en mi relato. Ya te he respondido ahí mismo.

    ¡Saludos!

    Escrito el 21 junio 2016 a las 05:23
  5. 5. Bealcasa dice:

    Interesante la forma de cómo haces la descripción del anciano, sus sentimientos, los rasgos físicos, etc. También, me gustó la forma de cómo utilizas al narrador para escarbar y dar cuenta de la experiencia que tiene el personaje.

    Sólo una sugerencia, trata de no utilizar en demasía, el concepto de “anciano”, la historia y el narrador dan cuenta de él o debiera dar cuenta del personaje principal.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 03:50
  6. 6. beba dice:

    Hola, John Doe:
    Muchas gracias por tu visita y comentario.
    Acerca de tu cuento, me resultó muy expresivo, y bien situado en el género de terror, aunque no logro comprender muy bien el porqué de la
    situación. En realidad me pareció una película muda y extraña,llena de imágenes impactantes, pero sueltas en la atmósfera esotérica que has creado.
    También sugiero que revises la puntuación; necesitas dividir párrafos y marcar bien las pausas.
    Saludos.

    Escrito el 23 junio 2016 a las 00:15
  7. 7. JOSE MARIA dice:

    Primero, gracias por tus comentarios a mi relato, John. Espero que en el próximo no se pierda nadie.

    El tuyo, bueno de verdad. Crea una buena atmósfera, entre la magia, y va limando el filo de la historia, para que no se sepa muy bien si es terror, magia, o algo peor.

    El final, nos deja campo libre a la imaginación, y cada uno que piense lo que quiera.

    Lo dicho, muy bueno.

    Escrito el 26 junio 2016 a las 01:58
  8. 8. Tatei Jautze dice:

    Hola John Doe:
    A mi me gustó mucho la historia, me hizo recordar los comics de Spawn. Independientemente de eso, me parece q solo te hace falta un poco más de práctica.

    Hay algunos detalles que me gustaría plantear:
    “caja de madera finamente labrada” creo que los detalles de la caja sobran.

    “El rostro cetrino del viejo parecía tallado en piedra, tan solo el leve temblor de sus manos…” en mi opinión, un rostro que parece de piedra y unas manos temblorosas, no me parecen una buena combinación.

    “Miró para ambos lados, como si temiera algo, pero la tienda estaba vacía.” ¿cómo si temiera algo? No, él en realidad estaba remiendo algo: que los espíritus lo estuviesen acechando, que tal y el canoso vendedor lo estaba espiando. El viejo no quería volver a perder esa llave, y eso es justo lo que estaba temiendo.

    En esa misma oración dices: “pero la tienda estaba vacía.” ¿vacia? Si es una tienda de antiguedades, debe haber antiguedades, además ahí está también el “canoso vendedor que fumaba pipa mientras leía un diario.”

    “El portazo resonó a través del caserón vacío” al parecer te gustan los lugares vacios.

    “las largas escaleras de parquet pulido” pienso que los detalles del material de la escalera sobran.

    “la depositó encima de la mesa de noche, se sentó en la cama” ¿pues qué no habías dicho que la casa estaba vacía? ¿entonces de dónde salió la mesa de noche y la cama?

    Escrito el 29 agosto 2016 a las 21:57

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