Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El abuelo aventurero - por Demetrio Vert

El anciano encontró la llave en el suelo. A alguien se le había caído. No lo dudó un instante. Fue a su habitación, cogió el poco dinero que tenía guardado y se marchó de casa. Sin una nota, sin un mínimo aviso para su hija. Solo tuvo un detalle. Puso la llave debajo de la alfombra de entrada, y sonrió.
Años atrás, al jubilarse, ya viudo, tuvo una depresión. Entre los médicos y su hija lo convirtieron en un prisionero. No te muevas papá, el medicó ha dicho que no hagas esfuerzos. ¡Uy! Ya ha llegado Ramón.
¡Hola Cosme, ya estoy aquí! Tome, el periódico. Su yerno no lo olvida! No, de fumar, nada. ¡Buena es su hija! ¿Y los niños? ¿Se han portado bien? ¡Estupendo! ¿Qué le han traído el agua y las pastillas? ¡Son sus nietos, don Cosme! ¡Le quieren tanto!
Así que don Cosme aprovechó la oportunidad y se largó. Al momento se sintió mareado. Tanto tráfico y tanto alboroto. Lentamente, el aturdimiento fue dando paso a una ligera euforia. Echó a andar hasta que encontró un estanco. Cuanto placer le produjo la primera calada. Todo le parecía nuevo, a pesar de que hasta un par de décadas antes había recorrido cada día esas mismas calles para ir a su trabajo. Disfrutaba contemplando los comercios, los rótulos. Los coches le parecían maravillosos, las mujeres, el batiburrillo…; el mundo había cambiado.
Divisó un escaparate con fotografías de jóvenes ligeras de ropa, insinuantes. Peep Show, anunciaba el cartel. En vivo, resaltaba. Le extrañó aquello, nunca había conocido algo igual. La curiosidad le picó y entró en el establecimiento. Una amable dependienta le indicó en el mostrador de entrada el funcionamiento del espectáculo.
Cuando salió se encontraba sorprendido, pero contento. Aquello no podía ser verdad, sin lugar a dudas era una pantomima, una mamarrachada. Pero se sentía intrépido, transgresor de las normas. Ese es el camino, se dijo. Estaba parado en la puerta, decidiendo para donde tirar, cuando se le acercó un joven de pinta descuidada. Quiere ‘costo’. Él se extrañó, pero el misterio le pudo. Sí, respondió secamente, no queriendo dárselas de bisoño. Diez euros le pedía el chico por un paquetito de plata. Accedió. Qué maravilloso era ser sorprendido por la vida. En los cincuenta años de trabajo de chupatintas nunca había tenido sorpresa alguna. ‘La oficina siniestra’, ¡eso es lo que fue aquel cubil!
Estaba en pleno intercambio cuando aparecieron un par de hombres malbarbados, con vaqueros y chupa de cuero. ¡Policía! ¡Están detenidos! ¡No se muevan!
Antes de que se diera cuenta estaba ya en comisaría, sentado en un banco enfrente de un mostrador desde el que un policía uniformado le miraba con una cara de reprensión y de pena a la vez. De cuando en cuando fijaba sus ojos recriminatorios en el anciano, suspiraba y decía: ¡Ay, abuelo! ¡Quién le manda a usted meterse líos!
Cosme estaba exultante. No había tenido una aventura semejante en su vida. Ni cuando fue de viaje de novios a la sierra. Llegó, vio y venció. ¿O fue su mujer la que llegó, vio y venció? Lo había olvidado. Lo que si recordaba era que después de vencer, fuese quien fuese el vencedor, se volvieron de inmediato a casa. Y ya nunca hubo batallas dignas de tal mención. ¿Y si lo visto en el ‘pipsouu’ fuese verdad? ¡Pobre Carmina!, se dijo, rememorando a su mujer.
En eso apareció su hija, su yerno y los dos nietos. Los niños corrieron a abrazarle. ¡Abuelo, abuelo! El yerno le palmeó la espalda. ¡Pero don Cosme, a quién se le ocurre! Su hija ni siquiera le miró. Se acercó al mostrador y el policía le informó de lo sucedido. Le pillamos traficando con drogas, a la puerta de un Peep Show. La hija se turbó, pero no dijo nada. ¿Dónde hay que firmar? Aquí, firme abajo. Finiquitado el trámite le dijo a su marido: Anda, ve delante con los niños que quiero hablar seriamente con mi padre.
Cuando quedaron solos, ella le conminó: De lo que viste allí dentro, ¡ni una palabra a Ramón! ¡Entendido!
¿Así, qué eras tú? Creía haberme equivocado; pero, ¿por qué? Siempre hay más gastos que sueldos. Y ese trabajo, ¿no te cansa? Viene de familia. ¿Qué quieres decir? Mi madre me pasó el puesto.
Don Cosme se quedó sorprendido. Pensó que en la sierra seguramente no hubo vencedores ni vencidos; ni siquiera batalla. ¡Qué gran guerrera fuiste, Carmina!, se dijo. ¡Callado lo tuviste!
Y sonrió.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

31 comentarios

  1. 1. Demetrio Vert dice:

    Hola a todos.

    De antemano gracias a los que me lean y comenten.

    Escribo esto para comunicar que hasta Julio no podré dedicarle tiempo a vuestros relatos. Lo siento mucho y espero que sabréis disculparme.

    Un saludo.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 18:45
  2. Hola Demetrio, es una historia muy sorprendente: nunca imaginé ese final. La historia al comienzo me lleva a un recorrido por las imágenes de la obra “La hoja roja”, por aquello que transmite: algo de tristeza, amargura, soledad, pero también la compañía familiar con unos nietos que hacen un cuadro tierno y hermoso. La escena adquiere realidad vertiginosa cuando se lee: “Los niños corrieron a abrazarle. ¡Abuelo, abuelo! Me pareció sentir la alegría de ellos y la incomodidad de todos ante el suceso.
    Como siempre Demetrio, es un placer leerte.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 00:25
  3. 3. Patricia Redondo-Madrid-España dice:

    Muy divertido el relato!!

    Para cuando tengas tiempo , el mio esta dos peldaños por arriba , vamos que es el anterior al anterior al tuyo 🙂

    Nos leemos !

    Escrito el 18 junio 2016 a las 07:28
  4. 4. Marcelo Kisi dice:

    Hola Demetrio!
    Qué gran relato, divertido, risueño, es de los abuelos que me gustan! Muy bien ejecutado, bien adjetivado 😉 y bien redondeado. Por si alguien te lo señala, no molesta para nada la falta de guiones o comillas para los diálogos, es una manera más hoy en día.
    Lo disfruté, aplausos!!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 12:25
  5. 5. Isolina R dice:

    Hola, Demetrio:

    Sabes que te comento siempre. La novedad en esta ocasión es que, como eres el siguiente a mí, lo haré al principio del todo.

    Te aseguro que si este texto me lo dan sin nombre y me piden que identifique el estilo entre todos aquellos compañeros de Literautas a los que he comentado desde que participo en el taller, jamás hubiera pensado que podría ser tuyo.
    ¿No reconocerlo como tuyo es bueno o malo? La experimentación la considero necesaria, y más en la fase de aprendizaje en la que estamos. En realidad yo mando al taller un experimento tras otro a ver si funcionan o no. Así que te aplaudo por intentar algo distinto. Todo lo que sea probar cosas nuevas lo veo muy positivo.

    Mi opinión respecto a la experimentación concreta en esta escena:la idea de la que has partido, muy bien; el resultado, no tan bien. Desde luego, yo no aplaudo el resultado con tanto entusiasmo como Marcelo.

    Se te han cambiado de sitio u olvidado algunas tildes: “médico” (no “medicó”), “¿Que le han traído…? (no “qué”), “Cuánto placer”, “para dónde tirar”, “Lo que sí recordaba”, “¿Así que eras tú?”.

    Te has comido alguna que otra palabra. En “meterse en líos” te faltó “en”.

    Te has comido algún signo de puntuación como la coma de los vocativos en: “No te muevas, papá”, “¡Hola, Cosme, ya estoy aquí!”, “¡Pero, don Cosme, a quién se le ocurre!”, la coma en “Finiquitado el trámite, le dijo” o la exclamación de apertura en “Su yerno no lo olvida!” o las interrogaciones de “Quiere ‘costo’”.

    Otras veces te sobra algún signo que otro. Yo pondría así: “¿Así que eras tú? Creía haberme equivocado. Pero ¿por qué?”.

    En: “aparecieron un par de hombres” yo hubiera puesto: “aparecieron dos hombres” o en todo caso “apareció un par de hombres”. Si pones “dos”, te evitas dos palabras y el fallo de concordancia.

    El primer verbo del texto es “encontró” (obligatorio por la consigna). Todo el primer párrafo está marcado por el momento de “encontró”. Has metido muy bien un pluscuamperfecto (“había caído”) y lo demás en perfecto simple (“dudó”, “fue”, “cogió”, “se marchó”, “puso” y “sonrió”).

    El segundo párrafo empieza: “Años atrás, al jubilarse, ya viudo”. Es decir, el tiempo del que vas a hablar ahora es muy anterior al de “encontró” y todos los demás verbos del primer párrafo. Lo lógico sería que hubieses puesto: “había tenido una depresión”. El problema es que vuelves al tiempo inmediatamente anterior a “encontró” con la llegada del yerno a casa. Ya teníamos al anciano en la calle (ya había dejado la llave bajo la alfombra) y de repente, sin avisar de que estaba recordando, vuelves a meterlo en el dulce hogar mediante el recuerdo del anciano. Demasiado lío, en mi opinión.

    Leí el tercer párrafo con la idea de que el anciano va ya por la calle, se encuentra a alguien, o entra en un bar. Como, además, Ramón habla de sí mismo en 3ª diciéndole: “Su yerno no lo olvida”, mi lío fue morrocotudo. Solo al final descubro que Ramón es el yerno. Releo todo de nuevo para ver lo poco sagaz que he sido y comprobar que el fallo está en mí y no en la forma de contar. Y me reafirmo en lo que pienso. No me ha faltado sagacidad. Las normas del texto no están claras. ¿Por qué, por ejemplo, eliges que en el primer diálogo (entre Ramón y Cosme) solo aparezcan las palabras de Ramón mientras que en otros diálogos (con el drogata y con su hija) optas por poner lo que dicen ambos? ¿Por qué en todo lo que dice al principio el yerno no explicas quién habla cuando en todos los demás diálogos sí lo haces? ¿Por qué tanto el narrador como el yerno llaman al anciano en unas ocasiones “Cosme” y en otras “don Cosme”? ¿Por qué gana o pierde el “don”?

    Las palabras procedentes de otras lenguas conviene ponerlas en cursiva. Si en el formulario no podemos, podías haberlas entrecomillado.

    Señala Marcelo que no le ha molestado en absoluto la falta de marca en los diálogos (rayas o comillas) y que últimamente hay gente que lo hace así. A mí lo que me ha molestado es que la mezcla de tiempos verbales no ha sido del todo coherente y que las normas que marca el propio texto no lo han sido tampoco. Aparte, claro, de los fallitos en acentuación y en puntuación. Si no quieres poner las interrogaciones en una pregunta interrogativa como “¿Quiere costo?”, ¿por qué se las pones a las otras diez interrogativas que aparecen en el texto? Si no quieres poner entre pausas los vocativos, no los pongas nunca. No vale que pongas unos y no otros.

    Repites los verbos “tener”, “ser”, ir y “estar”. No son reiteraciones muy llamativas, salvo algunas porque están algo cerca. Al principio: “tenía guardado”, “tuvo un detalle” y “tuvo una depresión”. Podías poner en el primer caso “que había ahorrado” y en el tercero: “pasó una depresión”.

    Espero que mis sugerencias te sirvan.

    Saludos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 15:14
  6. 6. Demetrio Vert dice:

    Hola Patricia, Marcelo ye Isolina. Gracias.
    He leído de corrido los comentarios y no puedo resistirme a responderle a Isolina. Efectivamente, es una incursión el el estilo indirecto. Es un estilo que cautiva, pero muy “jodido”. Es evidente que me falta práctica. Como sabes Isolina, para mí, tus palabras son oro. Guardo tu opinión para estudiarla atentamente más adelante.

    Abrzoa y besos.

    Escrito el 18 junio 2016 a las 17:16
  7. 7. beba dice:

    Hola, Demetrio:
    Me gustó la historia; mi apreciación coincide a medias con la de Marcelo; yo hubiera preferido que puntuadas el diálogo. Las observaciones de Isolina son, como siempre, muy profesionales; yo comparto lo de la falta de unidad y coherencia en el manejo verbal y en la puntuación, pero no “me chirrían” tanto, tal vez porque lo distendido de la situación distrae de lo académico.
    Un saludo. Te espero en julio, en el 203

    Escrito el 19 junio 2016 a las 00:40
  8. 8. charola dice:

    ¡Hola Demetrio! Me gustó tu relato. Creo que después de estar leyendo un buen rato lo triste que es envejecer, el tuyo me pareció muy animoso con puntadas de humor por las transgresiones de Cosme. Lo disfruté.
    Aunque sí te voy a decir que me pareció que te faltó revisar tu texto porque tiene bastantes fallos, tildes, olvidos de palabras etc. Pero de cualquier manera, lo disfruté.
    Gracias por ponerlo a nuestra disposición.
    Saludos.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 06:27
  9. 9. Edu SC dice:

    Hola Demetrio,

    Por un lado decirte que me ha encantado el contenido de la historia. He simpatizado mucho con tu anciano. Creo que es algo inherente a la vida misma: conforme avanzamos por ella, dejan de importarnos algunas cosas a las que anteriormente le dábamos una importancia desmedida. Nos preguntamos entonces cómo podíamos haber sido tan tontos. Creo que en mayor o menor medida a todo el mundo le pasa. Por eso tu anciano, aparte de divertirme, mucho, me he hecho reflexionar. Ese momento en el que está sentado en la comisaría, eufórico por la aventura vivida, demostrando que está desatado, que quiere acabar sus días exprimiendo la vida, es genial.

    En cuanto a la forma, sin entrar al detalle, ya que lo han hecho otros compañeros con un gran nivel, mi sensación es que tu relato, a pesar de leerse con fluidez, no da descanso. No hay pausa. Es como una carrera. Por un lado bien, porqué no he tenido problema en seguirlo, pero sí es cierto que un ritmo así en un texto de mayor longitud no sé si sería viable. Yo por lo menos necesito momentos de ritmo y momentos más pausados. Pero bueno, en un texto de esta longitud, como te decía, tampoco lo veo mayor problema.

    Y ya está.

    Un placer leerte y deseo que pueda aportarte algo mi comentario.

    Escrito el 19 junio 2016 a las 23:24
  10. 10. Demetrio Vert dice:

    Hola Edu.

    Gracias por leerme y por tu elogioso comentario. A mí, todos me aportan algo.

    Mas adelante, leeré el tuyo.

    Slaudos.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 08:53
  11. 11. Yolanda Tovar dice:

    Hola, Demetrio:

    Me he divertido mucho con tu texto que, a pesar de ser divertido, contiene mucho mensaje interno. Es triste hacerse mayor y, más triste aún, la forma en como algunos familiares tratan a sus ancianos.
    Pero lo mejor, sin duda, ha sido el final. Le da un giro total a la historia y revela mucha hipocresía.
    Estoy de acuerdo con Edu SC. El relato necesita pausas y alguna que otra revisión, como ya te han apuntado algunos compañeros.

    Un saludo.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 18:43
  12. 12. Escritores Anónimos dice:

    ¡Hola Demetrio!
    Toooodos te han comentado aspectos formales (más incluso de los que yo había visto al principio), por ello no me voy a centrar en el “cómo” sino en el “qué” es decir, contenido.

    La historia en sí está bien, ¡qué digo, muy bien! A pesar de que “chirríen” cosas hay que aplaudirte dos detalles:
    1) irte completamente de tu estilo.
    2)¿nadie se ha dado cuenta? ¡Esta vez has puesto la adjetivación justa! Creo que nos hemos puesto de acuerdo porque a los dos demasiado frecuentemente nos regañan un poquito por el uso excesivo de adjetivos y esta vez los dos lo hemos clavado, así que ¡olé nosotros y olé tú que para eso es tu relato el que estoy comentando.

    Nos presentas una historia de una forma humorística y cercana, algo que podría pasarnos a cualquiera con un giro final que no es una muerte (yo soy un poquito más sangrienta). En realidad es una historia básica y sencilla, eso es lo que me ha gustado, no has complicado la historia. Algo que no me ha gustado tanto es la poca separación que hay entre párrafo y párrafo (creo que se lo he dicho a todos los que he comentado ), soy una especie de maniática con este tema y es que ver tal “mazacote” de letras juntas me supera, aunque luego la historia esté bien.

    Bueno un besazo y nos leemos!!!

    Escrito el 20 junio 2016 a las 21:04
  13. 13. merchylam dice:

    Hola Demetrio,
    Poco que decir, ya te han dicho lo que anda mal y lo que anda bien.
    A mi también me ha gustado la historia con ese giro final sorprendente.
    Efectivamente tiene razón Earendil, no hay pocos adjetivos, muy equilibrado, y salirte de tu estilo es una hazaña para celebrar.
    Si sabes como separar los párrafos para que no salga mazacote en el formulario, dímelo, que a mi me pasa lo mismo.
    Ando también algo liada, y tengo pendiente tu texto sin adjetivar del mes pasado. En cuanto pueda me pongo a ello.
    Un abrazo y hasta pronto.

    Escrito el 20 junio 2016 a las 21:26
  14. 14. merchylam dice:

    Earendil no, Escritores.
    Por cierto, ¿cómo era lo de buscar los nombres en el listado de textos?

    Escrito el 20 junio 2016 a las 21:27
  15. 15. Demetrio Vert dice:

    merchylam.

    Ctrl+f =a ventanita emergente abajo a la izquierda. Escribe la palabra que quieras (ejem: merchylam). El sistema te lleva a ella y te la resalta.

    Gracias a todos. Ya contestaré y os leeré más adelante.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 09:31
  16. 16. Lemo dice:

    Hola Demetrio

    Al principio a pesar de ser una liberación para el abuelo me parecía un relato triste en el fondo. Pobre hombre recluido en su celda de oro.
    No obstante el final me ha parecido genial, aunque sigo pensando que un poco triste el hombre que ni supo ver la vida B de su mujer mientras el languidecía en una aburrida y monótona vida.

    Buen giro final.

    Saludos

    Escrito el 21 junio 2016 a las 18:08
  17. 17. Demetrio Vert dice:

    Gracias Lemo.

    ya pasaré por el tuyo más adelante.

    Saludos.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 18:22
  18. 18. Manoli VF dice:

    Hola Demetrio.

    Me ha gustado mucho tu texto, y ese anciano metido a aventuras que disfruta liándola. Te ha faltado un repaso a la puntuación, cuando preguntas “quiere costo” faltan los signos de interrogación. Igualmente al final en el último párrafo cuando dialogan faltan los signos.
    -“¡Entendido!” por “¿Entendido?”
    -“¿Así, qué eras tú? Creía haberme equivocado; pero, ¿por qué? Siempre hay más gastos que sueldos. Y ese trabajo, ¿no te cansa? Viene de familia. ¿Qué quieres decir? Mi madre me pasó el puesto.” Por: “¿Así que eras tú? Creía haberme equivocado; pero…¿Por qué?” Y, si hay un diálogo, diferenciar las respuestas de uno y otro personaje.

    Por lo demás me ha gustado como has llevado el tema, con sorpresa incluida.

    Un abrazo.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 19:50
  19. 19. Yoli dice:

    Hola Demetrio. Me ha parecido divertido el relato, me ha gustado el personaje, el querer tener una aventura a pesar de su edad. Los fallos ya te lo han dicho los compañeros.Sorprendente final. Si quieres leerme soy el 104.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 22:06
  20. 20. Wolfdux dice:

    Hola Demetrio, un historia que se me hace confusa por la ausencia de guiones (estoy demasiado acostumbrado a ellos, jejeje) y a lo que comenta Isolina de los tiempo verbales. Por lo demás una historia original y con un final sorprendente. Un saludo.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 08:26
  21. 21. Cryssta dice:

    Hola Demetrio, disculpa que no lea esta vez tu relato para corregirlo pero he tenido muchas visitas y estoy algo cansada de hacer correcciones por lo que ahora solo leo por el placer de la lectura.

    Solo quería decirte que me he pasado por aquí y tu relato me ha gustado mucho.

    Te deseo un feliz verano.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 12:41
  22. 22. Demetrio Vert dice:

    Gracias a Manoli, Yoli, Wolfdux y Cryssta. Ya esoy aquí tal y como dije. ire pasando por vuestros relatos y comentándolos.

    Isolina, acabo de leer el tuyo, y he repasado tus comentarios al mío. Mañana comentaré eñ tuyo.

    Como siempre, todo lo que me comentas lo entiendo perfectamente, y tienes razón. Lo que más me ha afectado es el haberla pifiado con el “tuvo una depresión”. Efectivamente, debe de ser “había tenido”. Y más cuando se quiere escribir con el estilo indirecto, donde hay que afinar mucho los tiempos verbales.

    En cuanto al experimento, podemos llamárlo así. Lo que sucede es que yo creo más en el artesano, en el oficio, que en el “artista”. Yo intento manejar diversos estilos y tonos narrativos. Me gustaría lograr ser un “todo terreno”. Igual que hay actores “todo terrenos”, que manejan bien cualquier género. Pero eso es algo que no sé si conseguiré. Para ello trabajo.

    Bueno, gracias y ya os leo y comento.

    Hasta pronto.

    Escrito el 1 julio 2016 a las 19:37
  23. 23. Isan dice:

    Hola Demetrio:

    En primer lugar debo decir que me resulta extraño escribirte algo, ya que tu nombre y el del personaje de mi relato son el mismo. Casualidad.

    Entrando en el relato, me ha parecido fantástico. Un hombre que había perdido toda su capacidad de actuar por sí mismo, de pronto encuentra la llave que le abre lo que le estaba vedado. Ya desde el primer momento despierta el interés. Las vivencias que siguen son antológicas: el tabaco, el Peep Show, la droga, la comisaria. Como colofón la vida oculta de su difunta Carmina que le produce un subidón.

    Con respecto a los diálogos, me he sorprendido la forma, pero no soy nadie para saber si académicamente están bien o no. Creo que cada uno puede experimentar como quiera y a mí no me ha supuesto ninguna dificultad para seguirlos.

    En definitiva me ha gustado el estilo, la forma y el tono humorístico.

    Un saludo.

    Escrito el 16 julio 2016 a las 21:39
  24. 24. Deemetrio vert dice:

    Hola Isan. Gracias por leerme y comentar.

    Estos días estoy a tutti plen. Al fina de la semana me pasaré por el tuyo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 julio 2016 a las 17:52
  25. 25. lunaclara dice:

    Hola Demetrio: muy divertido tu relato y de lectura ágil. Lo del trabajo de su esposa me ha costado creérmelo… No en el caso de la hija, de la cual esperaba saber su justificación para dedicarse a eso.
    Lo que me he reído! Felicidades y feliz verano.

    Escrito el 23 julio 2016 a las 19:22
  26. 26. Demetrio Vert dice:

    Hola lunaclara. Gracias por leer y comentar mi relato. Pasaré por el tuyo en cuando pueda.

    Bueno, es ficción, pero no te sorprendas. Tanto la literatura como la realidad está llena de situaciones como esa, o peores. Entiendo que la inmensa mayoría de las madres no son capaces siquiera de pensar en eso, pero no por ello deja de ser una triste realidad.

    En cuanto a la justificación de porqué la hija ejerce ese oficio, esta bien descrito: “Siempre hay más gastos que sueldos”.

    Saludos y felices vacaciones.

    Escrito el 23 julio 2016 a las 19:34
  27. 27. Demetrio Vert dice:

    también la madre ejerció el oficio por el mismo motivo. La necesidad.

    Escrito el 23 julio 2016 a las 19:36
  28. 28. José Torma dice:

    Maestro Vert.

    Yo como lector te comento que tu relato me pareció vertiginoso, sin pausas que casi me hacían boquear tratando de agarrar aire. Es cuestión de estilos y no sé si el uso de guiones para el dialogo hubiera ralentizado el paso. (Entramos en el campo de los hubiera y pues esos ya no pasaron).

    Si me percate de los tiempos verbales, pero mi mente va ágil llenando huecos y cubriendo imperfecciones, aparte no podía detenerme, tenía que saber a dónde iba a parar Don/don/Cosme.

    A mí me ha parecido muy divertido, disfrutable y al final, como lector, es lo que uno busca en un texto.

    Felicidades.

    Escrito el 3 agosto 2016 a las 00:24
  29. 29. Demetrio Vert dice:

    Hola José. Gracias por leer y coentar mi cuento. Lo de “astro” lo dejarmos aparte.

    Con las vacaciones no he tenido tiempo de corresponder como se merecen a bastantes compañeros, tú incluido.

    Prometo pasarme los próximos días por tu relato, seguro de que me deleitará.

    Un saludo.

    Escrito el 12 agosto 2016 a las 19:32
  30. 30. Menta dice:

    Hola Demetrio: Ya he vuelto de vacaciones y me estoy incorporando a todas mis obligaciones pendientes con renovadas energías.
    Tu relato lo corregí antes de irme de vacaciones y hoy, cuando lo he releído me ha sorprendido una cosa, y es que me acordaba de él perfectamente. Creo que esto se debe a que tu personaje me caló profundamente porque sentí como si a Cosme lo hubiera conocido de toda la vida. Es un tipo de persona al que yo comparo con un buceador a pulmón, de vez en cuando saca la cabeza y toma aire para inmediatamente sumergirse otra vez en el agua. El agua simboliza la vida cotidiana que este personaje elije: trabajo rutinario y vida familiar monótona, es decir, una vida aburrida y sin sobresaltos. Pero pacientemente espera agazapado a sacar se nuevo la cabeza y vivir algo nuevo que le haga sentirse eufórico durante algún tiempo.
    La última vez que tu personaje sale a vivir una aventura, la carambola de la vida le descubre varias verdades familiares ocultas durante años. A los lectores nos sorprenden, pero él las encaja de manera muy natural porque durante su aburrimiento se ha preparado para aguantar todo tipo de golpes.
    Sinceramente, te doy las gracias por haber compartido con todos nosotros tu relato, tus personajes y tu imaginación. Además he aprendido muchas cosas que no sabía o que las tenía olvidadas y que me han obligado a estudiar y a refrescar. Con tu texto y los cometarios que te han hecho, he aprendido/refrescado:
    1. Lo que son los vocativos (Isolina).
    2. Que hay que fijarse en la graduación de los tiempos verbales que empleamos cuando escribimos (Isolina).
    3. La importancia del orden temporal en la narración para que el lector no se arme lío (Isolina).
    4. Que los espacios entre párrafos son necesarios para hacer la lectura más apetecible (Escritores Anónimos).
    5. Que en cada ejercicio del taller algunos intentáis hacerlo con un estilo distinto. Por cierto, no sé lo que es estilo indirecto ¿me podrías indicar donde lo puedo consultar? (Tú, Isolina).
    6. He aprendido el significado correcto de las palabras: pantomima, mamarrachada, mazacote, bisoño, malbarbados, etc.
    He estudiado las críticas que te ha hecho Isolina y estoy de acuerdo con ella.

    Gramaticalmente solo puedo observar una falta y es la de la concordancia sujeto-verbo en la frase:
    En eso apareció su hija, su yerno y los dos nietos.
    Creo que debería ser:
    En eso aparecieron su hija, su yerno y los dos nietos.

    Tengo que leer tus textos antiguos, que dicen que se caracterizaban por una gran adjetivación, para valorar el esfuerzo que has realizado para el cambio.

    Por hoy nada más, repito mi agradecimiento y mis aplausos, Menta

    Escrito el 13 agosto 2016 a las 13:17
  31. 31. Demetrio Vert dice:

    Hola Menta. Gracias por tu comentario y por la maravillosa evocación que te ha sugerido el relato.

    Estoy de acuerdo contigo en que siempre se aprende. Por ejemplo tu apreciación de “aparecieron” es de cajón. La leo y me digo, “como se me pasó”, pero así son las cosas.

    Para mí, Isolina es una gran, gran maestra (aparte su condición real de maestra). Sus apreciaciones sobre sintáxis y demás cuestiones gramaticales suelen ser impecables.

    Al igual que le dije a José Torma pasaré por vuestros relatoos en cuanto pueda, que será en unos cuantos días.

    Hasta entonces, saludos cordiales.

    Escrito el 13 agosto 2016 a las 17:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.