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Una justa combinación de pimienta, laxante y nueces - por Helena Sauras
Web: https://rodoreda.wordpress.com
Su nuera era una bruja. Concha rumiaba esto, mientras preparaba el menú para su cumpleaños. Sopló el caldo para no quemarse y se metió una cucharada en la boca. Estaba bien de sal, pero el plato que preparó para Sonia, su nuera, lo sazonó a conciencia y añadió una buena dosis de pimienta. Pensó que aquella mosquita muerta, cómo podía estar con su hijo, si no tenía nada bueno. Apretó los labios. César, desde que se había casado, apenas venía a verla. Siempre decía que tenía trabajo, y en fin de semana, se iba con Sonia y sus hijos a pasarlo por ahí. Lejos de su madre, que había luchado tanto por él, pensaba Concha en un acto de egoísmo.
Repasó las proporciones en su cuaderno de recetas de cocina. Quería que aquella tarta fuera especial: treinta gramos de nueces, mantequilla, azúcar, harina, dos huevos, y tres manzanas. Los frutos secos servirían para desencadenar una alergia en Sonia. La chica se pondría roja y le costaría respirar. Sonrió la abuela maliciosamente. Sus nietos se librarían de los deberes, pues por un exceso de ellos, tenían los ojos gastados, y por eso llevaban gafas los dos. Lo habían heredado de su madre, porque en la familia de Concha siempre habían tenido buena vista. Nunca habían necesitado de aquella montura horrorosa de pasta que les desgraciaba la cara.
Preparó la mesa donde horas después comerían. Aquel cumpleaños sería diferente. Unas pocas gotas de laxante al guiso que se tomaría su nuera, serían suficientes para que Sonia les dejara. Quería disfrutar de su hijo y sus nietos a solas, frente a frente, sin ningún invasor a la vista. Sonia era lo peor. Se había quedado embarazada demasiado pronto para arrebatarle su hijo César; un bobalicón, demasiado bueno, como el que había sido su marido, en paz descanse. Se había hecho cargo de todo, y había abandonado su carrera de derecho y un futuro prometedor, para trabajar en una oficina como administrativo. En cambio, Sonia, nunca había dado un palo al agua. Había empalmado un embarazo con otro, y todo para no trabajar, pensaba Concha mientras trituraba las nueces en la picadora, bien picadas, para que no se notasen. Maldita impostora. Nunca le vio la más mínima gracia.
***
Llegaron los cuatro puntuales y se sentaron a la mesa. Sonia, al probar la sopa, estornudó estrepitosamente, manchándose el vestido azul oscuro que llevaba.
—¿Qué te pasa, mujer? -le preguntó Concha, disimulando su bienestar-.
Sonia, que tenía muerto el paladar por el exceso de pimienta, solo pudo pronunciar escasas palabras y se encogió de hombros.
— No lo sé -dijo sonándose la nariz-.
— No te resfríes, que luego todo son virus y a los niños no les conviene, ¿verdad chicos?. -le espetó Concha con sorna, cruzando una mirada alegre con sus nietos-.
Luego vino el guiso de carne. Sonia mojó pan, porque estaba bueno. Tenía que reconocer que su suegra era una buena cocinera; no como ella, que no sabía más que calentar comida precocinada y poco más. Lo que no sabía, es que se estaba tomando una gran dosis de laxante con la salsa, con cada trozo de pan que engullía.
Concha sopló las velas de la tarta contenta. A sus sesenta y dos años, se sentía en plena forma. Repartió la tarta, y esperó a que su venganza hiciera efecto en el cuerpo de Sonia, que no tardó en sentirse mal, pues su cara se deformó, su estómago y vientre se hincharon, y tuvo que ir al lavabo a evacuar.
César, que no comprendía nada, le confesó minutos después a su madre:
— Justo esta noche que nos íbamos a separar… Pensamos que de hoy no pasaba Queríamos decírselo a los niños después de cenar, ya en casa, después de la fiesta de cumpleaños.
— ¿Qué? -exclamó Concha anonadada.
—Sí, me he enamorado de la secretaria de la oficina -dice bajito César y abriendo mucho los ojos-. Sonia, al descubrirlo, me ha preparado las maletas. Esta noche me tenía que ir a dormir a un hostal. Pero en vista de lo que ha pasado, mejor vamos a ir al hospital.
***
Meses después, con el divorcio ya en marcha, Concha conocerá a la secretaria de César, convertida en pareja de su hijo. Una chica mona, pero un mal bicho oportunista, que cuando tenga la ocasión, desplumará a su hijo. La abuela Concha añorará secretamente las virtudes de su ex nuera Sonia, las que no supo apreciar.
Hola Helena Sauras, soy Cesar henen,un gusto saludarte. No soy el de tu historia,jeje. Soy nuevo en el Blog me toca dar mi opinion sobre tu relato.
Siento que haz abusado mucho de los puntos y seguidos, hacen el relato que sea un poco pusado, yo trataria de nos usar tanto los puntos y seguido y en su lugar las comas de una forma mas correcta a difernecia de los puntos.
otro error que veo o mas bien un descuido tuyo, y digo descuido porque al principio si lo pones y luego ya no. En los dialgos despues de que habla el personaje e interviene el narrador colocas el guion largo y el punto (—.) donde ya no es encesario. Ejemplo:
“— No lo sé -dijo sonándose la nariz-.”
Si el personaje ya no sigue hablando despues del narrador ya solo ba el punto.
La historia en si, no es mala, la siento un poco burda, quiza se a por tu narrador omnisciente, o tu forma al escribirla con muchas descripciones.
por lo general no me gustan mucho las historis con ese tipo de narradores omniscientes que lo explican todo y no dejan al lector imaginarse la historia. Por ultimo no se si tu seas nueva como yo, si es asi, con el tiempo iremos mejorando. Un saludo desde Guadalajara, México.
Hola Helena,
¡Menuda es doña Concha! Me ha gustado la historia, has conseguido con ese giro final darle la vuelta al típico relato de Venganza-Veneno. Desde luego no apostaría porque esa secretaria tenga una larga vida. Je, je, je.
Si he detectado algunos errores que te paso a anotar entre paréntesis:
1. “Pensó que aquella mosquita muerta,(Aquí pondría un punto y en la siguiente frase añadiría signos de admiración. “… mosquita muerta. ¡Cómo podía estar con su hijo!)
2. Siempre decía que tenía trabajo, y(la coma después de la Y) en fin de semana, se iba con Sonia y sus hijos a pasarlo por ahí. Lejos de su madre, que había luchado tanto por él, pensaba Concha en un acto de egoísmo.(Este juicio de valor sobra “acto de egoismo”, sobra. Deja la valoración de sus actos al lector).
3 sin ningún invasor a la vista.(aquí haría punto y aparte) Sonia era lo peor. Se había quedado embarazada demasiado pronto para arrebatarle (a) su hijo César; un bobalicón, demasiado bueno, como el que había sido su marido, en paz descanse. Se había hecho cargo de todo, y había abandonado su carrera de derecho y un futuro prometedor, para trabajar en una oficina como administrativo. En cambio, Sonia,(esta coma sobra corta sujeto y predicado) nunca había dado un palo al agua.
4.—¿Qué te pasa, mujer? -(utiliza la raya como al inicio)le preguntó Concha, disimulando su bienestar-(este guion sobra).
5.— No lo sé -dijo sonándose la nariz-(idem).
6.— No te resfríes, que luego todo son virus y a los niños no les conviene, ¿verdad chicos?. -le espetó Concha con sorna, cruzando una mirada alegre con sus nietos-(idem).
7.Luego vino el guiso de carne. Sonia mojó pan, porque estaba bueno. Tenía que reconocer que su suegra era una buena cocinera; no como ella, que no sabía más que calentar comida precocinada y poco más (¡CUIDADO! El relato se narra desde el punto de vista de Concha, pero aquí pasa al de Sonia, no es correcto)
8.—Sí, me he enamorado de la secretaria de la oficina -dice (el relato se narra en pasado, debería ser dijo)
9.El primer uso de los asteriscos no lo veo correcto. No cambia la escena, bastaría con un doble espaciado. El segundo, sí. Porque supone un ruptura de tiempo y acción muy evidente.
Espero que estos apuntes te hayan resultado útiles.
¡Saludos!
Hola Helena.
El contenido de la escena me ha gustado, excepto el párrafo epílogo, que me ha parecido forzado y desentona bastante con el ritmo de lo anterior.
Por lo formal, lo he visto fluido y bien escrito salvo alguna reestructuración personal que aplicaría en algunas frases.
Saludos.
Hola Helena Sauras:
Un buen texto y una buena historia, muy amena. ¡Hay que saber apreciar a las nueras!
Además, en general está bien escrito, sólo te comento un fallillo que se te ha colado. En la frase: “Pensamos que de hoy no pasaba Queríamos decírselo a los niños después de cenar” falta un punto y seguido.
Te dejo el mío por si quieres pasarte a leerlo, es el número 89.
Un saludo y espero que sigamos leyéndonos en futuros talleres!
Hola Helena, me ha entretenido tu relato, que he leído del tirón, y esto es lo primero que debe ha er un relato: entretener y divertir. Así que un éxito. Los compañeros ya te han corregido con esmero así que no hay nada que añadir. Un buen relato. Saludos.
Helena, el título es muy sugerente y ya avisa al lector de parte de lo que va a suceder. Remarcas información que quizás no es necesaria remarcar: “en un acto de egoísmo”, “Lo que no sabía…que engulía”. ¿Ojos gastados? ¿Y otro adjetivo más adecuado?. Suprime “los dos” en “y por eso (ambos) llevaban gafas (los dos). ¿”laxante al (en el) guiso”?”…arrebatarle su hijo César”, aquí suprime o “su hijo” o “César”. Ya explicaste antes que César es el hijo de Concha. “…venganza hicieron efecto (en el cuerpo de Sonia)”: suprime la información del paréntesis.El lector ya lo sabe. en el último párrafo yo conjugaría lis verbos en condicional. Creo que queda mejor: “…conocería, tendría, desplumaría,añoraría. Y yo añadiría ” entonces” en esta frase: “La abuela Concha (entonces) añoraría…”. Algunas de las comas no están buen colocadas o sobran. Me encantó la maldad de Concha y cómo su hazaña le acabó perjudicando. Espero tus críticas a mis textos algún día. Merci.