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Rezetas para despues de la Guerra - por Marvelous

Rezetas de después de la Guerra

Juanita, la bisnieta de ocho años, jugaba al esconder con su padre; este le dijo que contara hasta 60 y se escondiera. Entonces él saldría en su búsqueda, y tendría que encontrarla antes de que pasase dicho minuto. Se metió en el ropero de la abuela. Perdería una vez más, ya que casi siempre la descubría antes del tiempo convenido. A la bisabuela -Rosenda, ya con 89 primaveras a sus espaldas- le llamaban Abue; este nombre lo había heredado hace tres años, al fallecer su hija, que había sido hasta entonces la única abuela de Juanita que habitaba aquella casa. No desaprovechó el tiempo dentro del armario, y curiosa como era ella, además de una lectora compulsiva, rebuscó en una caja de zapatos antigua ya con el cartón descolorido, de entre otras allí apiladas, y desparramó su contenido por el suelo. Eran unos cuadernos de escritura Rubio, de dos rayas, con un título en la portada: "Rezetas de después de la Guerra". Abrió al azar uno de ellos, reconoció en la portada el nombre y apellidos de la bisabuela. Empezó a leer el encabezamiento de cada página con los títulos de las recetas: "Moronía, Almorraque, Maimones, Binagreras Ezparragas, Ardoria, Ropavieja, Ajopringue", etc, y así una extensa relación de nombres irreconocibles para ella, que le iban sonando a chino. La expresión de su rostro evidenciaba una enorme sorpresa, pues no entendía nada de aquello que Abue había escrito. Pasaron los 60 segundos, y su padre ya habría desistido de buscarla. Salió del ropero con todos aquellos cuadernos bajo el brazo, y se encaminó al salón donde su bisabuelita permanecía sentada en su sillón de orejas, con las enaguas de la mesa camilla sobre sus rodillas, y viendo la tele.
– Abue: -era el diminutivo cariñoso que Juanita siempre empleaba- ¿quieres que te lea una cosa que me he encontrado en una libreta muy antigua?.
– Claro que sí, cariño; aquí en casi todos los canales no dicen más que tonterías.
– Pues a mí me parece que estas palabras no están escritas en español. ¿Este qué idioma es?. Cuando su biznieta iba soltando la retahíla de palabros, a ella le fue cambiando por momentos el semblante, hasta mostrar su más tierna y delicada expresión; la que los recuerdos le iban trayendo a su mente, ¡tantos años hacía que había escrito aquello!, y además cuando casi no sabía leer y escribir; a su vez parecía como si el recuerdo le fuera enviando orden a las glándulas salivales de prepararse para la ingestión inminente de alguna de aquellas recetas.
– Mira Juani: fue tanta la escasez de alimentos y el hambre que pasamos después de terminarse la Guerra Civil que yo me propuse de algún modo reunirlas en un cuadernillo; menos mal que hoy día esa época está felizmente superada. Pues verás; lo que está escrito ahí lo fui aprendiendo de mi madre, ella cocinaba con todo el amor del mundo con lo poco que había. Y así fuimos criados; mal nutridos, pero muy felices. Y desde luego a toda su familia los pudo alimentar con la cocina más sabrosa y nutritiva posible, de la que fue capaz.
– Abue ¿Por qué no me preparas alguno de esos platos?; yo los quiero probar, ¿crees que te acordarás?. Si quieres yo te ayudo.
– Mira hija mía; la próxima vez que se vayan tus padres un fin de semana a la playa quédate conmigo, y te prepararé un puchero que te chuparás los dedos. Te haré una lista de las cosas que tendrás que comprar, por ejemplo; tocino añejo, hueso de tuétano, habas secas, tagarninas y una carterilla de azafrán. También compras achicoria y cebada tostá, y verás cómo sabe el auténtico café ¡Hum! ¡Qué recuerdos!. Y verás; también te voy a enseñar a hacer jabón con el aceite usado de freír pescao. Oye: ¿te gusta el sabor del ajo crudo?.
– No mucho, pero poco a poco me acostumbraré. ¡Ah!, y una cosa que te digo abuelita: Quiero que le dejes bien claro a mi madre, que estos cuadernos tuyos soy yo la que quiere conservarlos, y te prometo que los cuidaré como si fuera mi juguete preferido, porque ellos siempre me traerán recuerdos de ti.
Le dio a la chiquilla el beso más sonoro que se hubo escuchado jamás en aquella casa, a la vez que brotaba una lágrima de sus mejillas.
– Abue: ¿Tántas consecuencias trae una guerra para las personas?, ¿Hay gente tan mala que las provoca?.

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6 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    Es evidente que tienes problemas de puntuación, expresión y ortografía, aunque nada que no se solucione con pasar el corrector del procesador de texto que, por cierto, también tiene corrector gramatical. Hay que acostumbrarse a usarlo, no sólo porque mejorará nuestros escritos de cara a los demás, también porque se puede aprender mucho sólo con ver lo que hace.

    Entiendo qué quieres hacer con el texto, pero en unas partes lo almibaras de tal manera que el nivel de azúcar en sangre es complicado de soportar, aparte de no ser creíble y, en otros, te centras en introducir datos que dejan frío el relato.

    Bajo mi punto de vista tienes que encontrar el equilibrio entre mostrar la relación que se supone existe entre la abuela y la nieta, sin tanto caramelo, y dar datos que justifiquen la acción sin que introducirlos nos aleje de los personajes que están involucrados en ella. Como diría aquel, escribir es mostrar, no contar.

    Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 08:36
  2. 2. Guiomar de zahara dice:

    Hola Marvelous:
    Todo lo que te dice nuestro compañero de palabras es cierto. Aparte de eso, las palabras repetidas, puedes convertirlas con sinónimos y eso facilitaría la ligereza del relato. Por otro lado tu texto es tierno y claro.
    No te desanimes y ¡enhorabuena!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 15:42
  3. 3. gaia dice:

    Continúa! Estoy en el #50

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 22:23
  4. 4. ane dice:

    Hola Marvelous, estoy de acuerdo en lo que dicen mis compañeros. Asimismo te recomendaría usar alguna línea de separación entre párrafos para que no dé lugar a una lectura un poco desordenada.

    Asimismo, deberías utilizar el guión de los diálogos; correctamente es el largo. Al abrir y cerrar el diálogo consigues que sepas el comienzo y el final del mismo. Y la lectura es menos caótica.

    Por lo demás, como todos hacemos, ánimo para seguir escribiendo. Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 15:12
  5. Hola, Marvelous. Aparte de lo que ya te han indicado los compañeros, el relato me ha parecido muy tierno, aunque podría mejorarse en cuanto a la puntuación.

    Quizás lo que más me choque sean las dos últimas preguntas que le hace la bisnieta a la abuela. No las veo saliendo de boca de una niña de 8 años. Es un elemento que creo que sobra del relato puesto que es como si rompiera ese momento de ternura entre abuela y bisnieta. Tal vez la conversación siguiera por el mismo camino, sin entrar en temas de la guerra ni nada, teniendo en cuenta que la niña está flipando con los libros de recetas que ha encontrado, y con nombres tan raros.

    Ánimo y a seguir escribiendo.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 22:28
  6. 6. María Luisa Plaza dice:

    Hola.
    La idea del relato está bien, aunque el desarrollo no tanto. ¿Qué pasó con el padre? Creo que su presencia sobra porque una niña de ocho años se puede meter en el ropero sin mayor explicación.Cuando Juanita va al salón reincides en la explicación de quién es Abue. Lo que menos me gusta son los párrafos finales.Juanita no suena para nada como de ocho años.
    Me ha encantado la receta de jabón. Yo acabaría por ahí.
    Saludos. Marisa 117

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 02:34

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