Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
Sabor a sangre - por Charlie Lorenzo
Faltaba poco menos de una hora para el final del concurso. Estaba convencido de que mi plato sería el ganador. No podía fallar. Tenía las temperaturas controladas y aunque el tiempo me agobiaba confiaba en poder terminarlo dentro del plazo. Observaba al maestro Di Menza, ganador de todas las ediciones en las que había participado, quieto, como una estalactita. Su presencia llenaba de respeto cada cocina que pisaba pero yo no era un novato. Solo era el último obstáculo antes de recibir el premio. Ganar el concurso no solo relanzaría mi carrera, también saldaría todas las deudas de mi restaurante. El presentador del concurso se me acercó.
—Cuéntanos Jorge, ¿nervioso por batirte en esta final contra toda una eminencia como Di Menza?
—Para nada —respondí—. Es todo un reto. Di Menza es uno de mis referentes y estoy dispuesto a todo para ganarle.
—No deja de ser curioso que el siempre enigmático chef Di Menza haya salido de su retiro —Dijo girándose hacia la cámara—. Ha regresado a los concursos culinarios tan misterioso como se retiró hace ya mas de una década, pero todavía no le hemos visto empezar su plato, ¿tiene alguna idea de que está haciendo?— me preguntó.
Negué con la cabeza.
Consumíamos la mitad del tiempo que nos asignaron y todavía no le había visto moverse. Me estaba poniendo nervioso. No, no podía pensar en eso, había arriesgado mucho para estar allí y estaba dispuesto a llegar hasta el final. Tenía que concentrarme en lo que sabía hacer. Saqué la lubina del horno y monté el aceite de wasabi y limón. Había frito unas patatas pero ahora no estaba seguro de que fuese a utilizarlas. Miré el reloj, solo quedaban cinco minutos.
Di Menza se acercó a mi mesa con paso resuelto. Quedé petrificado. Tiró su cuaderno de recetas
clavándome una mirada gélida. El golpe sonó violentamente sereno.
—¿Que haces? —pregunté; su rostro era la frialdad del invierno, su mirada un iceberg—. ¿Estás loco? Márchate. Nos pueden descalificar a los dos.
No sabía que estaba pasando. Repasé mentalmente todas sus recetas que había aprendido en mi época de estudiante. Sabía que no cometía la torpeza de haberle copiado.
Di Menza abrió su cuaderno y fue pasando las hojas tan despacio que sentí que me ahogaba, acariciaba cada página mientras sus ojos se empeñaban en helarme.
—Era mi hija.
Noté un escalofrío. Me temblaba todo el cuerpo. A lo lejos vi como un miembro del jurado se acercaba. Tenía vértigo. Bajé la mirada hasta aquel cuaderno de piel robliza y ribetes dorados. Aquel cuaderno tan familiar que no había reconocido. Estaba mareado. Sentí una punzada que no vi venir atrapado en el iceberg de su mirada. Me llevé las manos al cuello para sentir por ultima vez un calor que venía de mi. Todos gritaron. Bajé la mirada y con mi último esfuerzo compuse una sonrisa que sentí sincera y supe macabra. No podía reprocharle nada. Mi sangre manchaba la rimbombante y estúpida letra de mi Sonia. Apenas quedaba algo legible en aquella página. Apenas lubina al horno con aceite de wasabi y limón.
Me parece que habría que darle un ajuste al final. Está muy hermético y no queda claro la intervención de Sonia en el cuaderno.
Por lo demás me gustó. Tiene ritmo, suspenso, buenos diálogos.
Por un momento pensé que escribiste la historia, te sobraron líneas e intentaste acomodarlo al límite de setecientas cincuenta palabras, pero no es verdad, tu texto sólo tiene quinientas diecinueve, así que no entiendo muy bien por qué, teniendo una estructura narrativa perfecta hasta que Di Menza “tira” su cuaderno de recetas, al final se convierte en el potaje ese.
¿Quién es la hija del Di Menza? ¿Qué le pasó a la Sonia esa? ¿Sonia y la hija del Di Menza son la misma persona? Supongo que sí, pero tengo que suponerlo y no sé por qué demonios se supone que tengo que suponerlo y, por último, ¿Se puede saber cómo mató el Di Menza al otro pobre? ¿Le rebanó el cuello, le enterró un tenedor de trinchar en las tripas, le sajó los bajos con una tijera de huesos de pollo? ¿Cómo?
Un saludo.
Me gustó la primera parte de tu texto donde describes a la perfección la tensión del duelo entre los dos últimos participantes del concurso culinario, un prestigioso chef llamado Di Menza y nuestro protagonista.
Luego todo se empieza a enredar con la aparición de Sonia que se supone es la hija de uno de los dos, no me queda claro de cual.
Hay una venganza por parte de Di Menza , mediante una punzada figuro un cuchillo al protagonista, al que asesina en medio de todos los presentes, jurados del concurso.
Me hubiera gustado saber los motivos, que no quedan reflejados en el texto.
La frialdad del chef se ve muy bien reflejada en los adjetivos que utilizas.
Gracias por participar, un saludo.
Me gusta el relato y que sea así un poco enigmático. No me parece un problema. Me gusta como está introducida la competencia entre ellos dos. Creo que tal vez podrías agregar algún detalle al principio acerca del personaje de Sonia, o de esa relación que parece haber tenido en el pasado con el protagonista. Como para plantar algo que quede dando vueltas en el lector. Por otro lado puede resultar llamativo que el protagonista no sepa que Sonia era la hija de Di Menza.
Saludos y gracias
Buen relato, primero lo malo y luego lo bueno.
Lo malo
No entendí el final, si no hubiera sido por los comentarios no me hubiese enterado que murió. Me parece que tal vez allí te podías extender un poco para que el lector tenga claro que pasa.
Como te han dicho otros compañeros, el final es raro, no entendí quien era Sonia, supongo que la hija del chef, pero habían mejores formas de dejarlo plasmado.
Lo Bueno
Tiene un excelente inicio, la forma en que lo describes es perfecto y lo suficientemente detallado para ubicarse sin aburrirse.
El trama me parece original.
Y bueno eso es todo… Un saludo!
Me ha gustado mucho el relato, a pesar de no estar segura de haber entendido bien el final. Está muy conseguido el ritmo con el que la tensión va en aumento hasta el desenlace, un poco enigmático, eso sí.
Un saludo