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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La frágil memoria - por Tavi Oyarce

Web: http://cuentos-tavioyarce.blogspot.cl/

En un pueblo de provincia al sur del mundo, el letargo del mediodía empuja a los habitantes a una siesta reparadora. Allí, la apacible vida de Loaiza se circunscribe a un estrecho cuarto que da a la avenida y un compartimento que sirve de cocina. Desde ese lugar descubre cada mañana la claridad del día y el cielo fuliginoso de la noche. «Es todo lo que tengo ─se dice a sí mismo─ pero con esto me basta». Lo imprescindible para él es el cuaderno de cocina, que no es otra cosa que una libreta donde guarda recetas de sus antepasados, y otras que con suerte, ha rescatado de los programas de cocina que ofrecen las radioemisoras del pueblo. El hombre todo lo anota desde que la memoria se ha vuelto frágil. En sus páginas registra los ingredientes que utilizará en el guisado del día. Los tiempos de cocción, los aliños y todo lo que permita hacer del guiso un deleite: están pormenorizado en un capítulo aparte.
Desde hace algún tiempo su letra se ha vuelto ilegible; y nada más engorroso que lidiar con las palabras que en ocasiones, se convierten en auténticos jeroglíficos. Cuando no distingue la “G” de la “C”, el desaguisado termina en el tacho de la basura y se transforma en un festín de los perros callejeros.
Ahora último, el tendero del almacén, en eso de descifrar letras ha sido una alternativa, y se ha forjado entre ambos una verdadera amistad.
Ha sido difícil para Loayza domesticar la memoria. Sufre cuando deambula por el cuarto en busca de algún objeto perdido: a veces son las gafas, a veces las pantuflas, a veces el recuerdo que se esfuma inevitable.
No solo la memoria está cada día más esquiva, el glaucoma es una amenaza, y el zumbido constante en sus oídos le ha hecho olvidar los sonidos de la noche, la lluvia gimiendo sobre las calaminas en las noches de invierno. El tendero le ha recomendado un cuaderno de cocina donde pueda escribir las palabras con mayúscula, y así lo ha hecho. Fue todo un acierto, tanto, que le ha invitado a un buen plato de cazuela para el día siguiente.
El tendero antes la disyuntiva de almorzar fuera de casa, duda. Loayza es un tipo medio extraño, medio loco, y aunque sordo y tenga que hablarle casi a gritos: lo encuentra simpático; así, aunque no muy convencido no pone dificultad a la invitación.
Entusiasmado Loayza registra en su nuevo cuaderno lo necesario para la cazuela: osobucos sabrosos, porotos verdes y ramas de cilantro fresco; papas de los campos de San Miguel; choclo, ajo rosado y trozos de zapallos. Será lo mejor de lo mejor, un almuerzo de otros tiempos, tiempos de su madre bajo la parra colmada de racimos rojos y azules. Alguien regaba el patio, y el aroma de la tierra subía hasta fundirse en la enjundia de la cazuela. Ahora, frente a la imperiosa necesidad de que todo salga a la perfección, se levantará temprano. Con la paciencia de la vejez, y la dedicación que los mejores chefs de la ciudad dedican a la cocina, conseguirá un guiso con el sabor, el aroma y la textura que el tendero se merece.
Cuando apaga la luz del dormitorio aún no ha terminado de ponerse el sol. En la confianza que cada detalle ha sido superado, se adentra en la espesura insondable de los sueños.
Al día siguiente, cuando el carillón de San Patricio anuncia el mediodía, el tendero baja las cortinas del negocio, se cala un apolillado sombrero y cruza la calzada. Lleva en sus manos una botella con el mejor vino de la zona; «no sería de buen gusto llegar con las manos vacías», piensa. Está entusiasmado. La idea de compartir le seduce. Es la primera vez en su vida que cierra el almacén
Ante la vivienda de Loayza presiona el timbre suavemente y espera. Nada le indica que el hombre venga a recibirle. Entonces, con el ánimo de escudriñar al interior de la casa, va hasta la ventanilla que da al dormitorio, pero el grueso visillo se le impide. Golpea los cristales, y nada. A esa hora el sol está en su cenit y la ciudad quieta; tan quieta que puede escuchar hasta el paso de los pudúes al otro lado del bosque. Acaricia su barbilla. Sabe que Loayza es un tipo medio extraño, que su frágil memoria es impredecible; y aun así, esperanzado, sigue esperando

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24 comentarios

  1. ¡Hola Tavi! Hoy me paso prontito por los relatos y tu relato estando tan arriba en la lista me tentaba a leerlo. ¿Qué tal el verano? Yo la verdad que leyendo mucho y escribiendo poco, aunque ya lo arreglaré con el taller.

    Tu relato, a pesar de ser muy simple, me ha entretenido bastante (cosa que es importante), hay partes en las cuales me has transportado a casa de mi abuela, con sus olores en la cocina y su “quita niña de la cazuela!”. Hogareño es lo que se me viene a la cabeza para describirlo, casa, familia,

    En lo formal creo que está bastante bien. Yo habría separado bien los párrafos, porque me da la impresión de ser un pegote (siempre digo lo mismo, jejejejeje, voy a tener que renovarme un poco).
    Algo que me ha despistado es que al señor le llamas Loaiza y Loayza y yo, personalmente, no entendía el porqué del cambio en la ortografía.
    Añadiría una coma en la frase “…con las palabras que, en ocasiones, se…”
    Has puesto “antes la disyuntiva”, en vez de “ante”.
    Pondría una coma en la frase: “…así, aunque no muy convencido, no pone…”.
    Solo me quedan dos consejitos más: el primero es que a pesar de no notarse una barbaridad, creo que dice “entusiasmado” dos veces, tal vez yo hubiese puesto otro adjetivo; y, por supuesto, el olvido de no poner punto y final al relato.

    Quiero felicitarte por lograr contar una historia con un léxico tan corriente, fácil, “cotidiano”. Que nos transporta a la vida del anciano.
    Me ha encantado ese final abierto y tengo que decir que en mi mente el hombre termina en el cementerio, pero bueno, la verdad es que soy muy pesimista.

    Gran trabajo, un beso muy fuerte!!!!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 14:36
  2. 2. Juana Medina dice:

    Hola Tavi,Brindemos por la vuelta! Estaba extrañando. Coincido en casi todo lo que comenta escritores anónimos.
    No entendí “Ahora último”. Interpreto “últimamente” pero como expresión me era desconocida. El cielo fuliginoso me resultó algo rebuscado en el contexto. Opiniones, nada más. Pero lo que hace al clima general, a lo cotidiano, a la pintura del envejecido y cuidadoso Loayza o Loaiza, me ha encantado. También la fidelidad del tendero para seguir esperando, aunque la sospecha de que algo serio pasa, lo qobrevuele, me ha gustado mucho.
    Un abrazo

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 19:20
  3. 3. SBMontero dice:

    Primero que nada, me ha encantado lo de “fuliginoso”, por varias razones, pero sobre todo, porque echo de manos en el habla de mi país muchas palabras que, por suerte, en esas américas aún se conservan, pulen y dan esplendor y te lo agradezco.

    Una vez dicho esto…

    No suelo intervenir mucho en estas recopilaciones de textos, no tengo mucho tiempo y, la mayoría de las veces, me limito a leer sin hacer muchos comentarios y, seré sincero, no suelo llevarme muchas sorpresas, pero en este caso, con tu texto, permite que lo diga como lo siento, ha sido impresionante.

    Bien construido, con una estructura argumental impecable, sencillo, sin ambages, simple, con la cantidad de descripción justa, la cantidad de ambiguedad justa. Es una obra de arte y, sinceramente, espero, deseo y te animo a seguir escribiendo, porque, estoy bastante seguro, a poco que te lo propongas podrás publicar algo.

    Un placer leerte, un placer sentir esta sana envidia y un placer encontrarme con algo así.

    Un saludo.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 19:20
  4. 4. Christian Joseph White dice:

    Un relato cargado de bellas imágenes. Esta línea en particular me ha enamorado: “Ha sido difícil para Loayza domesticar la memoria. Sufre cuando deambula por el cuarto en busca de algún objeto perdido: a veces son las gafas, a veces las pantuflas, a veces el recuerdo que se esfuma inevitable.” Un placer leerte, saludos 😉

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 21:09
  5. 5. Peter Walley dice:

    Hola Tavi,

    Has creado imágenes muy bonitas, y la historia se sigue muy bien. A mí el final me ha resultado demasiado abrupto (de hecho al principio hasta pensé que se te había cortado una frase a medias), y como te han dicho hay unas cuantas pequeñas cosas a corregir en la ortografía. Pero por encima de todo eso el relato se lee bien y se disfruta, y consigues involucrarte en la historia, que al fin y al cabo es el objetivo. Enhorabuena.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 21:31
  6. 6. Romina Eleonora Mc Cormack dice:

    ¡Cuánto ingenio para la descripción! Te arrastra. Y muy interesante el manejo de los tiempos verbales también, la expectativa futura del viejo.
    Me quedé con necesidad de más.

    Nos leemos.

    ¡Saludos!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 22:26
  7. 7. Tavi Oyarce dice:

    Gracias por sus conceptos a los compañeros que han analizado el relato

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 22:59
  8. 8. rubisco dice:

    Hola Javi:

    He de confesar que, si bien los cuadros no me llaman especialmente la atención, hay dos tipos de cuadros que me encantan: los costeros y los bodegones.

    Y has conseguido que me imagine cada escena de este relato como un bodegón. La mera mención de objetos y alimentos de costumbre ha logrado ese efecto.

    Y la historia enternece, tanto que al llegar al final estaba implorando que Loayza siguiera con vida.

    ¡Enhorabuena por tu relato!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 23:23
  9. 9. Patricia Redondo dice:

    Me ha gustado mucho , es un relato tierno y triste, se le coge cariño a ese anciano y a su amigo el tendero. Describes de forma preciosa. No sé de donde eres pero las palabras, los giros, le dan una musicalidad al texto que ya me gustaria a mi poder dar a alguno de los mios.
    Por poner un pero , como alguien ha mencionado ya, el final demasiado abrupto (también he de confesar que no me gustan demasiado los finales abiertos , soy de cerrar las historias)

    Nos leemos! Saludos!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 20:26
  10. 10. Walter Lenkovich dice:

    Hola Javi
    Como buen relato que trata sobre el final de los días de un ser que aguarda la muerte con problemas en su andar físico y psicológico supiste llevarme, al menos a mí, por un camino de imaginación lenta pero densa y llena de imágenes frías de la soledad de este buen hombre en “el sur del mundo” (al que imagino Argentina patagónica), y nos dejaste con una intriga al final.

    ¡Muy bien!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 08:21
  11. 11. Paola dice:

    Hola Tavi

    Ya sabes que me gusta mucho tu forma de escribir, tiene algo cálido y hogareño…
    En este relato esa cualidad tuya sale a la luz desde las primeras palabras:En un pueblo de provincia al sur del mundo, el letargo del mediodía empuja a los habitantes a una siesta reparadora.
    En mi opinión solo esta oración vale para decir que es un estupendo relato. No haría falta leer más para saberlo; Pero he leído, por aquello de darte una opinión completa.

    Se masca la soledad de los personajes aunque ellos no se den cuenta, es su forma de vida y no buscan nada más.

    “Alguien regaba el patio, y el aroma de la tierra subía hasta fundirse en la enjundia de la cazuela.” ¿Qué te decía yo del calor y de lo hogareño?

    He disfrutado mucho con la lectura.

    Ciaociao Paola

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 14:09
  12. 12. Marazul dice:

    Un relato encantador, claro y de agradable lectura. Las palabras coloquiales se mezclan, junto con algunas metáforas. Todo ello le da un ambiente familiar y mágico. Y a pesar de esa magia tu cuento es muy real, Tavi, porque el tema que tratas es el del olvido en la vejez. ¿Y por qué esa relación tan estrecha con las cocinas….con los pucheros, los cuadernos viejos de recetas y la niñez?. Está claro que el hombre en su vejez quiere volver al “seno materno”, allí de donde salió.
    Un bonito relato, Tavi, bien escrito y con unos personajes muy reales. En cuanto al final, otra posibilidad es que se le olvidase. Yo no pensé en la muerte.
    Un saludo

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 15:28
  13. 13. José Torma dice:

    Qué tal Tavi, un gustazo leerte, después del forzoso parón.
    En el aspecto formal, solo tengo una pega, que ya te la mencionaron, a mí me ahogan los textos sin espacios, creo que el punto y aparte es mi obsesión.
    Yo no encontré fallas graves, te han comentado un par, pero cuando se está inmerso en la lectura, a menos que seas un crítico recalcitrante, yo al menos no me doy cuenta.
    El final abierto me va a ocasionar pesadillas jaja, un buen bucle seria, en mi opinión, que se encontrara al anciano de regreso a su negocio sin que este tuviera memoria de haber quedado. Sé que probablemente murió, pero al menos por hoy, elijo ser positivo jaja.
    Creo que escribes muy sabroso y para mí siempre será un placer leerte.
    Un abrazo y felicidades.
    José
    p.d. no sigo los comentarios, por lo que si te apetece comentarme algo, te agradeceré lo hagas en mi correo.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 16:12
  14. 14. Miguel dice:

    Muy bueno!!

    Solo te quiero decir, a diferencia de algunos comentarios que te hicieron arriba, que la ausencia de puntos aparte me parece que le queda perfecto a tu historia. Se me hizo muy gustoso leerlo todo de corrido… Será por las imágenes, las palabras que usas, las construcciones…

    Yo soy más amigo de escribir (y leer) relatos con frases y párrafos cortos, pero tu escrito me hace halagar lo contrario.

    Y, mención aparte, me fascinó el final.

    Muchas gracias por compartirlo, me resultó inspirador.

    Saludos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 16:55
  15. 15. DIASPORA dice:

    Admiro la manera en que discurre tu pluma -o teclado- para darle esa atmósfera tan campestre al relato. En parte coincido con las apreciaciones de los compañeros, pero el sabor de ´cosa hecha`que dejas al final de la lectura, opaca los pequeños deslices señalados.
    Me gustó en gran manera la frase: “Con la paciencia de la vejez”.
    Se aprecia tu participación.

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:23
  16. 16. K. Marce dice:

    Saludos Tavi:

    Muchas gracias por leer y comentar mi relato.
    Te han mencionado algunas mejoras al texto, palabras con letras de más o cambiadas (i-y) y definitivo los puntos ausentes; que ese al final, me hizo pensar que faltaba algo. Pena que no era así, ya quería que el tendero entrara y comiera un delicioso guisado.
    Me confundió la parte del aroma de la tierra regada y la cazuela, ya que me dio la impresión que el anciano ya había cocinado. Y luego, me topo que aún no, sino que espera levantarse temprano: por lo que ese desliz en mi atención, me hizo volver a la lectura hasta comprenderla. Así que creo que no era la cazuela del anciano, sino cualquier otra.

    Del contenido, me parece muy enternecedor, muy propio de un pueblo y bien dotado de la cotidianidad. Un anciano que se va envejeciendo y atesora un cuaderno con historia.
    Siendo él una persona que le gusta cocinar, no creo que no se levantará igualmente temprano, para hacer lo que tanto gusta; por lo que para mí se ha quedado dormido para siempre, soñando con sus perfectos guisos.

    Te diré que no tengo problemas para leer párrafos de continuo. Aquí has hecho punto y aparte, pero sin espaciado lineal, por lo que imagino que Saramago no sería la lectura favorita de José Torma (y otros compañeros con esa preferencia), porque él si no hace ni punto y aparte jamás y se le considera un gran escritor, que rompió cánones linguisticos. (Ganó el Nóbel). Yo pienso igual.

    Muy dulce y enternecedor relato, me ha gustado.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 22:37
  17. 17. Larahan dice:

    Un relato encantador.

    No acaba de gustarme que no haya punto final o puntos suspensivos para cerrarlo, pero bueno es algo personal, convencionalismo supongo.

    Lo que si me encanta es el final abierto. Un escritor debe de avivar la imaginación del lector y con eso lo logras. ¿Esperará mucho el tendero? ¿Abrirá Loayza la puerta?

    Saludos.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 22:01
  18. 18. Divasul Pereira dice:

    Me gusta la forma de contar. Acciones impregnadas de imágenes que pintan la ambientación. Los personajes se captan por las descripciones físicas y de sus vivencias interiores, sus sentimientos. Me encantó “…la espesura insondable de los sueños…” , hay algo de romanticismo en un relato que pinta la vida en la recta final. El desenlace a criterio del lector, muy bueno. Para mí, ambos están compartiendo.Felicitaciones.

    y

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 17:39
  19. 19. Cara Rolin dice:

    Hola:
    Me gustó tu estilo, porque creo que no se parece nada al mío y no se por qué me recuerda a Gabriel García Márquez. A lo mejor estoy totalmente equivo cada. He aprendido una palabra, fuliginoso, pero sigue gustandome más tiznado.
    Correcciones no te voy hacer porque ya te las han comentado arriba y no creo que pudiese aportar más.
    Felicidades.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 20:33
  20. 20. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola Tavi Oyarce, llego un porco tarde a leer y comentar tu trabajo, por lo que no añadiré más a lo que ya te han dicho los compañeros. Solo decirte que me ha gustado mucho tu forma de narrar, me ha parecido un relato de lectura amable, agil, y muy entretenido. Nos leemos.

    Escrito el 25 octubre 2016 a las 11:20
  21. 21. Tavi oyarce dice:

    Hola Cara Rolin
    En buena hora pasé por tu relato. De verdad no me fijé en los fallos. Era tan absorbente como escribes las escenas que lo demás pierde su importancia. Lo importante es llegar de alguna forma al que lee.-
    Respecto a que escribamos distinto, en eso juegan muchas cosas: origen, formación, gustos, etc.
    Todos tienen un nicho a quien dirigirse.
    Me ha encantado tu historia, real, creíble y sobre todo bien escrita.

    Gracias por leerme. Te buscaré el próximo mes.

    Escrito el 26 octubre 2016 a las 01:34
  22. 22. J. Colmarias dice:

    Muy buenas Tavi Oyarce,

    A estas alturas ya te habrán hecho todas la correcciones posibles, de modo que me centro únicamente en la historia.

    Me ha gustado mucho, sobre todo el final. La idea principal es muy acertada, creo que la memoria es un miedo común en todos los ancianos (y no tan ancianos). Imagínate construir durante décadas un castillo con recuerdos y sabiduría y que un buen día notes que el oleaje del tiempo lo va deshaciendo poco a poco. En fin.

    Buen relato, bien estructurado y con un final “diferente”.

    Saludos y un abrazo, estoy en el 168.

    Escrito el 28 octubre 2016 a las 08:09
  23. 23. Noemi dice:

    Hola Tavi, un cuento encantador el tuyo. Huele a mi tierra, a la gente sencilla y buena. Tus viejitos son tan verídicos que una tiene la sensación de haberlos tratado alguna vez en la vida. En cuanto a la estructura el tiempo fluye tranquilo, dulce como la vida de los viejos y corre natural hacia un final tanto más expresivo porque no se manifiesta.¡Te felicito Tavi! y espero seguir leyéndote,los pudues conquistaron mi corazón.Si te interesan los burros estoy en el 11

    Escrito el 28 octubre 2016 a las 21:59
  24. 24. Jesús Almibre dice:

    Hola Tavi, soy nuevo por acá. Me gustó tu cuento, algo lento quizás, pero me imagino que tiene que ver con el pueblo y la vida en él. Bien hablas de letargo…Saludos.

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 12:23

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