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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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una promesa - por Soledad

-UNA PROMESA-
Se lo había dicho, se lo dije mil veces. No me cojas mi cuaderno de recetas ¡Es mío! Son mis cosas y no te voy a consentir que hurgues en ellas.
No, no y no. Esto es de mi familia mis abuelas, mis tías, mi madre, y te pongas como te pongas no voy a dártelo ni siquiera dejártelo ¡es mío! Te enteras de una vez ¡MIO!
Sus ojos se abrieron llenándose de ira, Su rostro palideció y sus puños se cerraban y abrían con un visible gesto de “te mataría”
Su hermana Lía no dijo nada, no articuló palabra alguna.
Se dio la media vuelta y dando un sonoro portazo salió de la cocina de su hermana mayor.
No se lo podía creer, no podía dar crédito a todo cuanto acababa de suceder, la negación a dejarle el cuaderno de recetas sin escucharla siquiera.
Sí sabía que era una herencia de su madre, y que lo guardaba con mucho celo, pero pensó que entre las dos y con ese cuaderno podrían hacer muchas cosas, la idea del restaurante era bastante buena y trabajar juntas podría unirlas tener un proyecto en común sería sanador para las dos.
Toda su vida buscando su amistad y cariño y no lo conseguía, no comprendía que había dentro de la cabeza de su hermana la conocía y sabía que era buena, cariñosa con grandes virtudes y cualidades pero no sabia como acercarse a ella, esto la hacía sufrir, no lo entendía.
Amparo, enojada por la situación cogió sus cosas subió a su alcoba, cerró la puerta se sentó y lloró amargamente.
Había sido su venganza sabia cuanto deseaban tener su hermana y Doris ese cuaderno, la envidiaban por ello.
Cuando su madre enfermó le hizo prometer que solo saldría de su poder cuando ella tuviese una hija; después cuando murió entre sus cosas más intimas guardó el cuaderno, se sabía de memoria todas y cada una de las recetas que lo componían.
“Deliciosa, sencillamente deliciosa,” era el comentario común de cualquiera que probaba un guiso, un pastel, una carne, verduras…
Y ella se sentía feliz orgullosa cada vez que lo oía
Años después de morir su madre, papá se había vuelto a casar. Ella había procurado una relación fluida, amable cercana pero no intima.
Sabía que Doris, la envidiaba por los halagos y el protagonismo que ella obtenía ante su padre cada vez que cocinaba o ganaba algún concurso. La admiración que provocaba en cualquiera de los casos ante todos y esto no estaba dispuesta a perderle, le hacían sentirse fuerte, valiosa, poderosa…y sutilmente utilizaba esta arma para obtener la atención de los demás, sobre todo de su padre.
Sabía que esto no era sano, se culpaba por ello y sin poder evitarlo seguía manteniendo la venganza que un día inició “no permitiré que me quites a mi padre” esto cuando se casaron, después cuando nació el bebe acrecentó este sentimiento de rabia e impotencia que despertó en ella la primera vez que los vio besarse, luego la boda, la niña…
Mantener este NO rotundo ante Doris y su propia hermana se había convertido en su caballo de batalla, en el escudo donde ocultaba el dolor y la frustración que sentía.
Había idealizado tanto al que hubiese sido su pareja, que nunca encontró a nadie con las cualidades que ella buscaba en un hombre, a ninguno le dio nunca la oportunidad, a ninguno consideró digno de su amor, ninguno poseía los valores que según ella la harían feliz, ninguno se parecía a su padre…
Y ahora se preguntaba a menudo cuando se miraba al espejo ¿Y ahora a quien le dejo mi cuaderno de recetas?
El enfrentamiento con Lía, la dejó sin aliento, ver a su hermana tan asustada por su reacción le dolió tanto que decidió salir de su postura rígida, inflexible, durante tantos años.
Sus lagrimas le hablaban de lo inútil de mantener una actitud así, se estaba haciendo mucho daño, ¿Qué sentido tiene mantener ese NO rotundo? ¿Qué gano con ello? Solo los tengo a ellos, a mi hermana, Doris es buena conmigo, sería todo tan fácil…
Cerró los ojos y pudo verse a ella misma en el restaurante, recibiendo las felicitaciones de los clientes, trabajando con su hermana, dándole el amor que no se había permitido nunca expresarle…
Y comprendió lo equivocada que había estado y lo feliz que todos podrían ser solo con un cambio de actitud.
Y lo haría, vaya si lo haría…

Octubre, 2016

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5 comentarios

  1. 1. Cryssta dice:

    Hola Soledad, tu relato me ha gustado aunque lo he encontrado un poquillo flojo y creo que deberías pulirlo.

    Te digo lo que veo mejorable:

    – lo primero que te aconsejo es que tras cada punto y aparte dejes más espacio, eso hará que el relato sea más fácil de leer.

    – lee el relato en voz alta, así verás mejor dónde tienes que poner los puntos y las comas, en este texto te faltan unas cuantas, no te digo dónde porque son demasiadas.

    – repites “había” nueve veces

    – yo pondría: “¡No, no y no!” con exclamación. Y “¿Te enteras de una vez?”, con interrogación.

    – tras “Esto es de mi familia” tienes que poner dos puntos, o bien poner “de mis abuelas, de mis tías, de mi madre”. En cualquier caso, si es algo que pasa de madre a hija mayor, lo lógico es poner “de mi abuela, de mi madre y ahora mío. En este párrafo además ¿con quién habla? porque la hermana pertenece a la familia o sea que debe hablar con Doris pero despista el que luego se nombre a la hermana ¿o habla con las dos? no lo dejas claro

    – a las mayúsculas también hay que ponerles la tilde.

    – en el párrafo que empieza con “Sus ojos se abrieron…” cambias de tiempo verbal. También lo haces al final, en el que empieza “Sus lágrimas le hablaban…” por cierto, lágrimas lleva tilde.

    – en “No se lo podía creer, no podía dar crédito…” repites “podía”, para evitarlo es mejor decir “No se lo podía creer, no daba crédito…”

    – “sabía” lleva tilde

    – en el párrafo que empieza con “Cuando su madre enfermó…” hay tres “cuando”

    – “Delicioso, sencillamente delicioso”, tienes que ponerlo en masculino ya que luego hablas de un guiso, un pastel…

    – cuando dices “Ella había procurado una relación fluida…” no dices con quien

    – en un mismo párrafo pones “ante su padre” y “ante todos”

    – no está clara la frase “y esto no estaba dispuesta a perderle”

    – no está tampoco claro el párrafo que empieza con “Sabía que esto no era sano…”

    – “bebé” lleva tilde

    – tendrías que poner “NO”, entre comillas

    – cuando dices “Había idealizado tanto al que hubiese sido su pareja…” no está claro si hablas de la pareja de la protagonista o de la de Doris, o sea, del padre de la protagonista

    – repites “Y ahora”

    – “a quién”, con tilde

    – dices “ver a su hermana tan asustada” pero yo en la hermana no he visto susto sino estupor

    – “rígida” e “inflexible” son sinónimos

    – repites “mantener” en el mismo párrafo

    – dices “Solo los tengo a ellos” ¿quiénes son ellos? porque hablas de la hermana y de Doris, en ese caso sería “las tengo a ellas”. Luego también dices “lo feliz que todos…”

    Bien, creo que el relato mejorará mucho cuando esté más claro. Estaría bien que presentaras a los personajes al principio para que no haya líos.

    Espero haberte ayudado con mis comentarios.

    Un abrazo.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 13:26
  2. 2. Soledad dice:

    ufff, vaya disección…muchísimas gracias, de verás, no sabes cuanto me ayudas y te lo agradezco. “De entre los diez errores mas comunes” varios de los míos (que son muchos) son justo algunos de los que me apuntas.
    Gracias por tu interés y compromiso al corregir el texto.

    Un abrazo
    Soledad

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 16:10
  3. Hola Soledad,

    Qué bueno que te animas a participar en este taller, me gusta la idea de tu relato, y coincido con Cryssta en que necesitas trabajarlo un poco más.

    Personas como ella me han ayudado mucho a aprender a pulir una idea, un relato. Eso lo increíble de este taller, de veras hay gente dispuersta a darte la mano y ayudarte a crecer como escritor@.
    Vamos ánimo Soledad, nos seguimos leyendo.

    NOTA: Te invito a pasar por mi relato No. 139, La vida no cabe en una maleta.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 15:36
  4. 4. María Luisa Plaza dice:

    Hola Soledad,
    Soy Marisa, del 117.
    Me ha gustado mucho el relato. La corrección de Cryssta es muy acertada. Por mi parte, sólo te quería decir que el desenlace me parece muy precipitado. La historia familiar me parece interesante y la desarrollas bien. Pero el resto de su vida y el final edificante ,desde mi punto de vista, sobran.
    Espero seguir leyendo cosas tuyas.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 21:58
  5. 5. Anoide dice:

    ¡Hola, Soledad! Disculpa que haya tardado tantísimo en devolverte el comentario. Leí tu relato al poco tiempo de salir la recopilación pero tengo problemas de tiempo ^^

    Ya veo que te han corregido muchas cosas en el aspecto formal. Necesitas trabajar más el relato, tener en cuenta detalles que quizá se te pasan a primera vista y que necesitan más revisión. En estos casos, tener un lector beta suele ser de mucha ayuda, así te señala los fallos que a ti se te pasen por alto. Con la práctica, serás capaz de verlos tú misma con mayor claridad y podrás evitarlos.

    En cuanto al contenido, a mí me ha gustado mucho la trama. El odio y la venganza destrozan familias; creo que eso lo has sabido plasmar bastante bien. Además se percibe la evolución de la protagonista a lo largo del relato, aunque es cierto que el final se ve precipitado. Es difícil a veces encajar una historia en 750 palabras pero se puede, es cuestión de repaso, de darle vueltas y determinar qué sobra para que puedas construir mejor la parte final, que en este caso es más importante que otras. Quizá yo habría resumido un poco todo ese odio reconcentrado para dejar más espacio a la resolución del conflicto.

    Desde aquí te animo a que sigas escribiendo 🙂 Tienes margen de mejora y capacidad para hacerlo, de eso estoy segura. Recuerda que todo es práctica y análisis, ¡así que dale duro!

    Besitos.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 16:06

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