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Rodaballo con boletus - por baltasar

RODABALLO CON BOLETUS

Hacía tiempo que las relaciones entre Marian y Joaquín dejaban mucho que desear.
Aquella mañana, después del desayuno, Joaquín se le acercó para despedirse:
─Esta noche, si no te importa, me gustaría traer una invitada a cenar.
Hizo una pausa.
─Se llama Rita. Acaba de incorporarse a la empresa y no conoce a nadie en Madrid. No te importa, ¿verdad?
― ¿Y qué quieres que ponga?
―No sé. Tú verás. Es de Laredo. Seguro que le gusta el pescado. Con una buena guarnición, que te sale tan bien. De primero lo que quieras. Yo me encargo de los entrantes.
Le dio un beso y se fue a la oficina.
» ¿Con que era eso, eh?
Salió como una loca hacia el salón, cogió el jarrón chino que le había regalado por su décimoquinto aniversario, y lo estampó contra el suelo.
Segundos después el BMV de Marian ponía rumbo al Club de Golf. Pisó con rabia el acelerador. No le apetecía jugar. Pero lo prefirió a quedarse en casa torturándose.
Al llegar al tee del hoyo dos, Marisa, una de sus amigas, descubrió un grupo de boletus bajo una encina centenaria.
─ ¡Amanitas phalloides! Una de las especies más venenosas. Mi padre me enseñó a distinguirlas.
Las cortó con un cuter, las envolvió en un trapo y las tiró a la papelera del tee.
Marian sintió que algo le estallaba en la cabeza. «Con una buena guarnición, que te sale tan bien». Se despidió de sus compañeras.
─Se me olvidó que a las 12:35 tengo endocrino. Jugad bien. Hasta el lunes.
Salieron del tee y se alejaron. Marian recogió las amanitas de la papelera y las guardó en la bolsa de golf.
Cuando llegó al apartamento se derrumbó en el sofá.Como sedada no sabía por qué reacciones, se detuvo a pensar. Se asustó. Intuía que no podía ser normal cuanto pensaba, y creyó entender que alguna fuerza que desconocía actuaba sobre ella, sin que quisiera hacer nada por evitarlo.
»Seguro que le gusta el pescado. Con una buena guarnición que te sale tan bien…
¡Pues a guisar, Marian! Se levantó de un salto. Buscó en el libro de cocina: «Rodaballo a la plancha con boletus»… Y se lanzó a la calle hacia la pescadería. Luego pasó por la frutería para comprar unos boletus. Solo los expertos los diferenciarían de los que acababa de rescatar del Club de Golf.
Serían las ocho cuando oyó que abrían la puerta. Joaquín empujó la del salón e hizo pasar a Rita, una joven rubia que no llegaría a los treinta y cinco.
Sonrió, forzada, en las presentaciones. Le pareció un poco sosilla, pero tuvo que reconocer que tenía un buen tipo y era bastante agraciada. Observó, con ese sexto sentido que tienen las mujeres, cómo Joaquín trataba de ver su reacción, lo que le llevó a reafirmarse que «aquello» era mucho más que una compañera de trabajo. Su indignación aumentaba por momentos.
─Os dejo, tengo que preparar la guarnición.
Entró en la cocina y echó un vistazo al rodaballo. Preparaba las amanitas cuando entró Joaquín:
─¡Boletus! Sabes que me chiflan. Eres un encanto.
Marian los echó en la sartén.
¡ Cómo huelen! ¿Me dejas que los pruebe?
―Ten cuidado, no vayas a quemarte.
― ¡Huuum! ¡Deliciosos!
―Puedes picar alguno más si quieres. Hay suficientes.
Pinchó unos cuantos. Luego otras dos veces.
― ¡Deliciosos!, Marian.
Salió canturreando con un plato de jamón y una botella de vino.
La cena transcurría entre la timidez de Rita, nerviosa pese a los esfuerzos para no parecerlo, la alegría desbordante de Joaquín y la mirada inquisidora de Marian, cada vez más convencida de que todo aquello no podía significar otra cosa de lo que cada vez estaba más convencida.
Bien pasadas las 11, en plena sobremesa, Joaquín tuvo que salir corriendo al baño. Vomitó y sintió los síntomas de una espantosa descomposición. Cuando regresó a la mesa su aspecto era caótico. Le dolía todo y tiritaba.
―Algo me ha sentado mal. Lo siento, Rita, vas a tener que pedir un taxi.
Quiso quedarse, pero Marian la convenció para que se marchara.
Joaquín empeoró y Marian tuvo que llevarle a urgencias.
Murió al amanecer. Marian contemplaba el cadáver embobada; sin que un solo pensamiento acudiera a su mente.
En el entierro, delante de la fosa, miraba, sin ver, el hoyo hecho en la tierra, y se puso a cantar una canción de cuna, despacio, muy despacio, y pidió al sacerdote que se callara cuando inició el responso.

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9 comentarios

  1. 1. cris dice:

    ¡Me ha encantado!lo único que podría decir, con mucha humildad, es que cuando Joaquín, esa escena ocupa mas relevancia.
    Un saludo, y a seguir escribiendo

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 16:21
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola
    Tu cuento está bien narrado, pero vigila cuando tienes que poner los pensamientos de los personajes, porque se expresa de una manera determinada:
    No así: » ¿Con que era eso, eh?
    Sino así «¿Con que era eso, eh?»

    Creo que mediante la estructuración y el tono el relato te ha quedado bien entretenido, es como ir viendo venir una avalancha ante la que no puedes hacer nada. Es verdad que la sorpresa es menor porque el tema de la venganza era el reto en el taller este mes, pero no creo que eso haga de menos a tu cuento.
    Un saludo

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 19:18
  3. 3. T. Arévalo dice:

    Buenas tardes.

    Respecto a las reglas gramaticales estoy totalmente de acuerdo con José Luís. Echo a faltar algunas comas en algunas frases, te recomiendo humildemente que leas tu relato en voz alta. Es un ejercicio maravillosos que te ayudará con la puntuación y con la musicalidad de tus frases.

    Respecto al vocabulario lo encuentro variado, se nota que eres persona que lee habitualmente. El estilo también me ha gustado. Es sencillo, sin adornos innecesarios. Vas al grano como debe de ser en relatos de tan corta extensión. Enhorabuena.

    Me ha gustado la manera en la que tu relato va creciendo en intensidad hasta el desenlace final.

    Otra cosa que me tiene intrigado es que Rita no muere. ¿No han comido los dos las Amanitas?. Cero que ahí hay una pequeña incoherencia.

    “Como sedada no sabía por qué reacciones”, no entiendo esa frase, me parece que hay algún error.

    Por otro lado:

    Veo apresurado el final, da la impresión de que te quedabas sin espacio y tuviste que elegir frases muy cortas con la que contar una parte importante de la historia. Mi recomendación es que te alejes de ese estilo tipo telegrama. Si tienes que acortar el final es mejor utilizar pocas frases pero alejadas de ese estilo. Y si tienes que resumir hazlo a lo grande. Por ejemplo: “….―Algo me ha sentado mal. Lo siento, Rita, vas a tener que pedir un taxi.
    Esa fue la última vez que ambos se vieron, a la mañana siguiente Joaquín amaneció muerto en su cama…” Esto último es muy subjetivo, claro, y es una opinión personalísima.

    ¿Por qué lo de la canción de cuna? ¿Hay alguna historia pasada que se me escapa?, en todo caso no das ninguna pista, lo que puede dejar perplejo al lector.

    Finalizaré diciéndote que me ha encantado el ritmo de tu relato, vas desgranando los acontecimientos de una manera que todo se va deslizando suave pero irremediablemente hacía el esperado final.
    Un placer leerte.

    Te invito a leer mi relato y así te puedes desquitar…
    Un saludo.

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-37/6188

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 16:41
  4. 4. Baltasar dice:

    Muchas gracias, Cris, por tu comentario. Me he quedado con ganas de saber a qué escena de Joaquín te refieres. Veré tu relato con gusto.

    Hola, José Luis: Gracias por leerme, y gracias por la corrección, en la que tienes toda la razón. Eran tres los párrafos en los que Marian expresaba sus pensamientos, en los que parece aconsejable iniciar (sin cerrar), con comillas angulares. Por falta de espacio tuve que eliminarlos… y se me pasó poner las de apertura y cierre. Gracias por tu observación. Incluso más abajo hay otra, en la que me pasó lo mismo.
    Será un placer leerte.

    Encantado, Arévalo, y agradecido por el tiempo que me has dedicado: Vayamos por partes.
    Falta de comas
    “La presencia de la coma en un enunciado puede ser opcional u obligatoria”, 3.4.2.1.2, Ortografía de la lengua española. Me preocupan las obligatorias. Las opcionales, “pueden depender del gusto o de la intención de quien escribe, sigue diciendo la Ortografía.
    Siguiendo tu consejo, he leído, y hasta en voz alta, y no he encontrado nada anómalo. Lo que no quiere decir que no haya metido la pata.
    Rita no muere.
    Cuando él pincha los boletus en la sartén y ella le anima a más, me pareció dejar claro que sus intenciones eran contra él. pero parece ser que no.
    Como sedada, etc. Sabía que algo raro pasaba por su cerebro y no quería hacer nada por evitarlo.
    Canción de cuna. Quizá sea demasiado metafórico. Le creía dormido, o lo necesitaba su mente. Una mente que quise concebir se iba deteriorando.
    Final precipitado. Sí, hubiera querido tener más de 750 palabras, pero…
    Ya he leído tu relato. Te lo comentaré encantado y sin desquites, conste. Puede que mi opinión sea equivocada, pero sincera.
    Un cordial saludo

    Hola, Arévalo

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 19:23
  5. 5. David Rubio dice:

    Un relato muy correcto. Pese a que el veneno en la comida para vengarse del marido infiel tiene un poco de lugar común.
    La frase: “Como sedada no sabía por qué reacciones”, creo que sería más clara si se adelanta el “por”. “Como sedada por no sabía qué”.
    En cuanto al final, en mi opinión, podría ponerse el punto final en “Murió al día siguiente”. No hace falta más, la historia ha sido contada, la venganza consumada sin remordimientos. Mostrar que la mujer canta una nana o mira embobada el cadáver, no pienso que aporte más contundencia.
    ¡Saludos!

    Escrito el 19 octubre 2016 a las 23:24
  6. 6. Yoli dice:

    Hola, baltasar.
    Tú relato me ha gustado, y al igual que yo, has utilizado las setas como veneno. Se nota que Rita se va desequilibrando poco a poco debido al “supuesto” engaño. Los fallos ya te lo han dicho los compañeros, pero en general está muy bien. Saludos.
    Si quieres leer el mio, soy el 67.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 10:11
  7. 7. Baltasar dice:

    Hola David:
    Gracias por tu locura y comentarios.
    ¿Mi final? Es la locura a la que le llevaron ese montón de contradicciones.

    Yoli: ya te he dicho cómo me he reído con tu bonita carta.

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 20:03
  8. 8. Baltasar dice:

    perdón, David:
    Quise decir “por tu lectura”

    Escrito el 23 octubre 2016 a las 20:04
  9. 9. Calèndul dice:

    Baltasar, me ha encantado lo bien que has secuenciado tu historia y la historia en sí. El diálogo es correcto. Creo que has puesto alguna coma de más, sólo se te olvidó el acento en “cúter” y un solo guión en todo tu diálogo.
    No me funciona esta frase: “como sedada no sabía por qué reacciones, se detuvo a pensar”.
    La verdad es que tú utilizas “>>” a principio de frase y me ha intrigado porque yo no tengo ni idea de cómo se usan esos signos.
    “Buena y “tan bien” en “Con la buena guarnición (,) que te sale tan bien”, me suena repetitivo y no sé si tú lo haces aposta para resaltar ese aspecto o es que no esta muy bien expresado.
    Tampoco me funciona mucho ” no podía significar otra cosa de lo que cada vez estaba más convencida”. Yo omitiría todo a partir del “de” porque se sobreentiende, o no.
    El protagonista vino de vomitar con aspecto “caótico”. Este adjetivo no creo que sea el más apropiado pero tampoco se me ocurre ahora alguna sugerencia. ¿Desdencajado?
    Y la nana en su entierro haciendo callar al cura…Uau! Qué Hallowiniano! Me encanta la creciente perversión de tu personaje femenino. Ha sido muy grato leerte. Espero que ahora tú también me machaques. Merci.

    Escrito el 30 octubre 2016 a las 21:39

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