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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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"Caldereta de Cerdo" - por R.J. Esperanza Pardo

El amanecer otoñal penetraba entre los árboles. Podía escuchar el aire del bosque, desnudando sus tímidas ramas, cubriendo lentamente la tierra de ocres…
Aquella mañana, el guardabosques se había despertado con un indigerible revoltijo estomacal. Quizás, pensó, el motivo fuera que aquél sería su último día allí,después de treinta años al servicio de guarda del bosque.
Era hombre inteligente, de pocas palabras, de sentimientos opacos y amputada empatía. Había nacido para ser un verdadero guardabosques, de neta vocación. Y aunque dijeron entonces que buscó su destierro por un desamor, el único idilio que sentía Roberto era su vida solitaria.
Pero tenía orden de supervisar el camino del viejo caserío, distaba quince kilómetros de su cabaña y debía apresurarse. De paso se despediría definitivamente del anciano y la mujer que vivían allí. Desconocía la relación que tenían, no sentía curiosidad por las vidas ajenas.
Así que, Roberto, de camino al caserío, no iba precisamente pensando en despedirse de sus únicos vecinos, a los que apenas no conocía, sino en cumplir su deber de supervisar la zona.
Sin embargo y a su pesar, tras treinta años de fríos saludos, sabía que el anciano padecía de un talante extremadamente beligerante, además de precarios modales; y, la mujer, era todo lo contrario a las mujeres que había conocido; en su mirada había tristeza, o a lo mejor resignación, pues alguna vez oyó al hombre gritarla y a ella suplicarle… Pero Roberto siempre mantuvo su lema de no intromisión en vidas ajenas, sin atender lo que su lógica le decía.
La niebla se había disipado hacía rato y el sol caldeaba ahora algo más su ánimo…
Cuando llegó a la verja del caserío les llamó desde allí. La mujer se acercaba, cojeando, pero el hombre la agarró del brazo y la metió dentro.
–¿Qué quieres? –preguntó el anciano.
–Me jubilo… Ya no me veréis más por aquí.
El anciano farfulló sin alma su despedida y Roberto continuó su ruta forestal.
Intentó recomponer la cara de la mujer, había visto algo diferente en sus ojos.
De regreso, dos horas después, se encontró la verja del caserío abierta y, sorprendentemente, la puerta de la casa abierta de par en par. Aquello era totalmente inusual.
–¿Va todo bien? –gritó Roberto desde la puerta que nunca habría imaginado tener que cruzar. Pero, de todas formas aquel último día había comenzado ya a ser condenadamente diferente a todos… Así que entró.
Se hizo a la penumbra… Todo parecía en su sitio. Todo menos el anciano y la mujer. "Extraño…", pensó.
De pronto, sale un ruido metálico de la cocina.
–¿Quién anda? –nadie responde. Saca su arma, se acerca y, pegado a la pared, se asoma: una enorme cazuela cuelga del techo, sobre el fuego, dentro bulle algo con fuerza.
La tapa se había caído al suelo.
–Así que te vas…
Roberto se da la vuelta. ¿Era la mujer? No lo parecía, pero era ella.
–¿Va todo bien? –pregunta.
–Perfectamente –la mujer sonrió. Estaba radiante–. He preparado algo especial para ti. ¿Tienes hambre? No temas, él no está.
Algo no le gusta, pero se siente aliviado, el hombre no está… y huele a gloria y…
¡Qué demonios! Aquel último día nada estaba pasando como debía, así que asiente y se sienta. Su estómago revuelto estaba ahora hambriento. La mujer le sirve un buen plato y se lo pone
delante, sobre la mesa.
–Está bueno… –Roberto se relame. Es el mejor plato que ha comido en treinta
años– ¿Qué lleva?
–Adivina. Lo he anotado en mi libro de recetas –la mujer da vueltas al guiso y señala con la barbilla un libro de edición antigua.
El guarda coloca de canto el libro confiando que sus páginas abran la receta.
"Caldereta de cerdo", leyó. Estaba manuscrita con tanta fuerza que el bolígrafo había rajado el manoseado papel. "Ingredientes: sacrificar al cerdo, que sufra bien y, una vez
muerto, cubrirle con agua hasta el cuello. Cocinar a fuego lento. Importante: la venganza se
sirve en plato frío".
Roberto se quedó blanco.
–Vaya… he olvidado apuntar algunos ingredientes… –la mujer seguía radiante, sus
ojos tenían un brillo perverso de satisfacción. El guarda quería salir de allí…
–Lleva odio, ira –seguía ella enumerando–, lleva venganza, lleva…
El estómago del guarda vomitó todo lo que había ingerido.
–Y lleva –continuó– el ingrediente estrella: tu indiferencia.
–¿Cómo? –el guarda no podía más.
–Sabías que mi vida era un infierno. Miraste a otro lado durante treinta años… Tú mismo has cocinado el plato que has comido.

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11 comentarios

  1. 1. Berundgaar dice:

    Madre mía…
    En realidad, no me gusta repetirme y ya he usado estos mismos adjetivos en otros comentarios, pero, por ser vos quien sois, voy a hacer una excepción.
    Brillante.
    Fascinante.
    Genial.
    Olé y olé.
    No se me ocurre otra cosa que refleje mejor lo que ahora siento.
    No te vayas, ¿vale? No nos prives de tu prosa, no nos desampares de tu deliciosa manera de juntar vocablos.
    Descúbrome ante vos, maestr@ de las palabras.
    Si quisiérais echar un vistazo a mi humilde contribución, me sentiría tan honrado como agradecido.
    75. Berundgaar.
    Mil millones de gracias, compañer@.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 10:36
  2. 2. Earendil dice:

    Hola, R.J.
    Soy tu vecina del setenta y cuatro. Estás dos pisos por debajo de mí, así que me ha tocado comentarte.
    Me ha gustado mucho tu relato. A la sordidez del protagonista se une lo macabro de tu historia. El final es sorprendente. Tal vez se lo mereciera, por la poca empatía que había demostrado durante tantos años. Venganza multiplicada por dos.
    La historia fluye con naturalidad y engancha desde el principio. El lenguaje es correcto y no se aprecian faltas de ortografía ni de puntuación.
    Solo por sacarle un pero, podrías haber separado los párrafos, para que no se viera un solo bloque, y facilitar la lectura.
    * Acabo de comentar otro escrito en el que también aparecen muchos puntos suspensivos, como aquí. En un relato tan breve, parece que haya demasiados.
    * Los diálogos están muy bien representados, pero los guiones que has usado no son los adecuados. Échale un vistazo al tutorial sobre diálogos de aquí, en Literautas.
    * Has usado “aquél” con acento. En cuanto a la utilización de los demostrativos cuando se utilizan como pronombre, hay ciertas discrepancias en la acentuación. La RAE no lo recomienda en ningún caso.
    * “Extraño…”___Cuando se representa gráficamente un pensamiento, se usan las flechas españolas « ».
    * A partir de esta frase: “De pronto, sale un ruido metálico de la cocina.”, has empezado a alternar el pasado (que venías utilizando en todo el texto), con el presente en algunas frases. “De pronto, sale un ruido metálico de la cocina.
    –¿Quién anda? –nadie responde. Saca su arma, se acerca y, pegado a la pared, se asoma: una enorme cazuela cuelga del techo, sobre el fuego, dentro bulle algo con fuerza.
    La tapa se había caído al suelo.” . Aunque los diálogos los escribas en tiempo presente, el resto del texto debe seguir en el mismo tiempo verbal.
    Te felicito sinceramente por tu trabajo. Enhorabuena.
    Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 23:12
  3. 3. J. Colmarias dice:

    Muy buenas Esperanza,

    Sin duda es uno de los mejores relatos de éste mes, al menos en mi opinión. La narración contiene pequeños detalles que ayudan al lector a introducirse en la historia. Un texto denso y una historia muy cuidada. Felicidades.

    Mi número es el 168, por si tienes un rato.

    Un saludo!

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 20:33
  4. 4. Earendil dice:

    Hola de nuevo, R.J.
    Como me has indicado, he leído el comentario que has dejado en el texto de José Lluís Budó (77).
    Respecto de los cambios verbales y del narrador, creo que se debe seguir una concordancia durante todo el texto, pero sobre todo, dentro de una misma oración o párrafo. No es inusual ver en alguna novela que el autor cambia el narrador en tercera persona a primera y viceversa, pero normalmente se trata de una acción muy concreta dentro del argumento, como un sueño, una declaración (por ejemplo policial), etc.
    Te dejo un enlace que te explicará mejor este tema https://javierpellicerescritor.com/.
    Saludos y hasta la próxima.
    Nos leemos.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 22:06
  5. 5. Earendil dice:

    Te aclaro:
    El enlace te llevará a la página principal de Javier Pellicer. Pincha en la parte superior (botón de la izquierda “widgets”) y busca el artículo “Escritura empieza con “E” de estilo.
    Feliz lectura.

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 22:14
  6. 6. Earendil dice:

    Supongo que habrás encontrado el artículo “Concordancia de los tiempos verbales” dentro del apartado “Escritura empieza con “E” de estilo”. En esta sección hay catorce entradas, a cual más interesante, y que espero te sirvan de ayuda, al igual que a mí.
    Está claro que cada escritor tiene su estilo propio que le caracteriza, y no hay unas normas estrictas al respecto, como las normas ortográficas o gramaticales.
    Pero creo que seguir la opinión de expertos, y que tienen un gran bagaje en esto de la literatura, nos puede servir, a los novatos como nosotros, de gran ayuda.
    Te envío otro enlace al respecto que confirma lo dicho.
    http://www.fernandodln.com/3-errores-al-escribir-que-te-delatan-como-novato/
    Un saludo

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 18:39
  7. 7. Pilar dice:

    Hola, soy Pilar del 150 y te devuelvo la lectura… me he quedado sin palabras para decir lo estupendo que es tu relato (y sin hambre…) me encanta el final impactante después de la tranquilidad inquietante wue se respira a lo largo de él. Nos leemos el próximo reto!!!

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 21:42
  8. 8. joseplluis dice:

    Esperanza

    Tu relato se lee con facilidad y mantiene el interés. Mis comentarios son propuestas de estilo que pienso que podrían mejorarlo. Por supuesto, en la mayoría de los casos, no dejan de ser una opinión y no pretendo decir que lo que te aconsejo sea mejor que lo que tú propones. Aquí cada cual debe hacer su propia valoracion.

    Por más que trato de darle sentido (intuyo lo que quieres decir) veo poco acertada la frase
    ” indigerible revoltijo estomacal”. Si pones revoltijo de setas o de otro alimento se entiende, como también tiene sentido “revoltijo estomacal” pero no las tres palabras juntas a mi parecer.

    Tal vez sobra “de neta vocación” en frase anterior dices que había nacido para ese oficio.

    La frase “el único … era su vida” sonaría mejor: su único idilio… era llevar una vida… A continuación empiezas con un “Pero”, creo que no es necesario ponerlo, es más no hay ningún inconveniente en lo que cuentas a continuación. Te sugiero cambiar “De paso se despediría…” por : aprovecharía para despedirse del anciano. El “definitivamente” es totalmente obviable y saca elegancia a la frase.

    No sé si vale la pena comentar que no iba pensando en despedirse cuando dos frases antes has escrito que pensaba hacerlo.

    Esta parte de texto empiezas casi todas las frases después de un punto con una conjunción. Muchas las puedes suprimir y facilitaras una lectura más amena. Igual que si pones “Sin embargo y a su pesar” creo que hace la lectura muy farragosa. Este mismo párrafo son frases con puntuaciones que no creo que ayuden a su comprension. Creo deberías rehacerlo o mejor poner algunos puntos.

    Me suena mejor ” su lema de no” entrometerse en lugar de intromisión.

    En un momento dado hablas que “la niebla se había disipado” pero no has comentado que hubiese niebla simplemente hablas de amanecer otoñal.

    No soy ni mucho menos experto en tiempos verbales pero me suena mejor la mujer se acercó en lugar del imperfecto que has utilizado.
    La frase “la metió dentro” para referirse a que la obligó a entrar en la casa no me parece acertada.
    Mientras que la frase ” había visto algo diferente en sus ojos”, diferente posiblemente no es el adjetivo apropiado para la sensación que pretendes transmitir: angustia, desespero, congoja…

    Si utilizas “sorprendentemente” te sobra la frase “aquello era totalmente inusual. Aparte tiene dos “mente” muy seguidos que hace densa la lectura. Prueba de leerlo en voz alta y lo comprobarás.

    Es innecesario y no aporta nada el comentario: “nunca habría imaginado…”

    “Todo menos el anciano…” Prueba de decirlo de otra forma. Pues todo parecía en su sitio menos el anciano no parece una forma natural de decir que no estaban en la habitación.

    La frase “No lo parecía, pero era ella” no la entiendo si no hay otras explicaciones. Supongo que es porque después estaba radiante pero no sé si aún así se justifica la frase.

    ¿Te gusta como suena ” asiente y se sienta”? A mí no me acaba de convencer.

    No entiendo la frase “El guarda coloca de canto…”

    Me gusta más desgarrado que rajado pero no se de donde eres y si a ti te suena bien. Entiendo más bien rajar cuando es por arma blanca mientras que al romperlo con algo romo me suena mejor desgarrar.

    Escrito el 24 octubre 2016 a las 09:47
  9. 9. El chaval dice:

    hOLA R.J. Esperanza, Gracias por dar tu opinión sobre mi escrito. No voy a apuntar nada mas sobre el tuyo que no lo haya dicho Joseplluis, que sabe mas dar opiniones y consejos. una buena venganza contra una persona que nunca ha tenido una delicadeza o interés por un ser humano que durante tanto tiempo veí el mal trato.
    espero seguir leyémdonos y aprender de algún maestro que tenemos entre nosotros. Un cordial saludo

    Escrito el 26 octubre 2016 a las 10:57
  10. 10. Earendil dice:

    Hola de nuevo, RJ.
    Me has pedido que te diera mi opinión sobre la cacofonía, ya que uno de tus comentaristas te ha hecho un inciso al respecto.
    Ante todo quiero aclarar que no voy a emitir ningún juicio sobre el comentario de otro compañero, simplemente te voy a dar mi opinión en cuanto a tu relato.
    He vuelto a leer tu trabajo y los comentarios sobre él, para localizar el origen de tus dudas. Solo he visto que te indicaban si te sonaba bien “asiente y se sienta”. De la otra frase que me indicas, “amputada empatía”, me imagino que la has descubierto tú releyendo el texto.
    También dices, y cito textualmente: “Verás, uno de los comentarios que hay sobre mi relato me hace recapacitar sobre el recurso estilístico de la cacofonía.”
    En principio, la cacofonía no está considerada como un recurso literario en sí mismo, aunque algunas veces se emplea como tal. Sí hay un recurso fónico literario que se llama aliteración, que consiste en la repetición de uno o varios sonidos similares dentro de un mismo verso o estrofa. Se persigue con ello un efecto sonoro muy concreto y que sirve muchas veces como recurso estilístico en la versificación.
    Resumiendo, que se emplea en versos, poesía o trabalenguas, para crear un efecto muy concreto, a sabiendas del escritor, y se utiliza en todo el texto, no esporádicamente aquí y allá en frases sueltas dentro de un relato relativamente extenso.
    De todas formas, supongo que todo es cuestión de gustos. Si tú lo has utilizado a propósito, a sabiendas del efecto que causaba en la lectura, después de lo que te he explicado, creo que no has usado la aliteración, si no que has caído en la cacofonía, sin saber que, en vez de estar usando un recurso literario propiamente dicho, has cometido un error fonético. ☺
    En cuanto al primer párrafo que me comentabas: “Podía escuchar el aire del bosque, desnudando sus tímidas ramas, cubriendo lentamente la tierra de ocres…”, personalmente lo encuentro muy bello y sin ninguna clase de incorrección, visualmente muy plástico.
    Espero haberte ayudado en tus dudas.
    Un abrazo.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 17:49
  11. 11. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Gracias, Earendil.

    Lo único que me preocupa es que soy muy dada a las rimas y a dar música a la prosa y que no he nacido en el romancero español. Simplemente mencioné que un comentario me había hecho reflexionar sobre el asunto de las cacofonías, espero no haber sugerido otra cosa, porque yo jamás entraría a enjuiciar un comentario y menos pedírselo a una compañera. Es más, los agradezco de veras porque estoy aprendiendo muchísimo. Lo malo, que me está pasando lo que al viejo Sócrates…

    Ahora sé que utilicé esos sonidos cacofónicos a propósito (y alguno más que he visto después), pero sin saber a priori que son error fonético si se utilizan en prosa. Precisamente estoy volviendo a leer “La familia de Pascual Duarte” donde hay mil efectos sonoros y rimas, incluidas cacofonías, aunque en este caso se justifican porque el narrador es el protagonista y no precisamente erudito…

    Un abrazo, gracias de nuevo, y hasta el siguiente reto.

    Escrito el 29 octubre 2016 a las 20:26

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