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Una cena desastrosa - por Alfonso Besada

Web: http://www.alfonsobesada.es

Me humilló. Se rieron de mí. Annika no se callaba, no paraba de decir cosas. Su amiga más se reía. Me había dejado con el culo al aire. Estaba tan avergonzado que apenas podía largarme de allí. —¡Enciéndete, maldito trasto! No tengo tiempo para tonterías—. Y sus palabras todavía resuenan en mi cabeza: «¿En serio creías que tendrías alguna oportunidad con ella? ¡Te saca seis años! Eres un crío. Mírala. ¿Tú le ves cara de querer estar cambiándote los pañales todo el día?». Y la miré, y en su cara tan sólo vi bochorno. Su leve sonrisa no era de burla, era de incomodidad. Quizá pensara que Annika había metido la pata, que yo lo estaba pasando mal y no lo merecía. —Por fin, ya estoy dentro. A ver, ¿dónde estará la carpeta? ¡Aquí! Debe de ser ésta. Sí, eso es. Aquí está todo. Ahora me toca reír a mí, Annika. Veamos. Del primero vamos a cambiar media por dos, y esto lo quitamos. Bien. El segundo. Esto y esto fuera. Añadimos una pizca por aquí, y cincuenta de esto, no; cien. Veinte minutos es poco, pongamos cuarenta y cinco. Eso bastará. Y para terminar, quitemos la mitad de esto y listo. Ahora a guardarlo todo y a esperar.

En la noche del treinta y uno de diciembre, la familia al completo se sentó a la mesa. Los abuelos a un lado de la mesa, los padres al otro, y el hijo menor al fondo. La hija mayor estaba atareada en la cocina. Estudiaba un curso de cocina y se había comprometido a sorprender a su familia con una espectacular cena de fin de año, para la que se había llevado todo el día metida en faena.

Lo tenía todo muy organizado, como le habían enseñado en clase. El cuaderno de recetas en un lugar visible de la encimera, pero sin estorbar. La chica era muy meticulosa y no escatimaba en detalles. De ello dio muestras en la presentación de los diferentes platos. El primero era una sopa de pollo, distinta de la tradicional. La madre ayudó a repartir los platos en la mesa.

—¿No está un poco salada? —le preguntó el abuelo a su esposa.

—Sí, demasiado. No lo comas, a ver si te va a sentar mal para lo tuyo. Annika, hija, ¿cuánta sal le has echado al caldo?

—Dos cucharadas, abuela. Lo que ponen en la receta.

—Hija, siento decirte esto, pero esta sopa es incomible —le dijo el padre.

—Bueno, un fallo lo tiene cualquiera —la animo su madre—. Seguro que la carne está deliciosa.

La chica, apesadumbrada, se dispuso a servir el segundo plato. De nuevo, fue el abuelo quien dio la voz de alarma.

—¡Por Dios! Que alguien me dé un vaso de agua. Esta salsa está súper picante —se quejó el anciano echándose hacia atrás en la silla, a la vez que se estiraba el cuello de la camisa y el chaleco.

—Y la carne está insípida y tiesa. ¿Cuánto la has dejado en el horno? —le preguntó la abuela.

Annika se estaba enfadando. Era imposible que de dos platos, los dos estuvieran malos, cuando ya los había hecho en su curso. Sospechaba que sus abuelos eran demasiado delicados y sólo sabían poner pegas. Odiaba el tono con el que su abuela se dirigía a ella, como si regañara a una niña pequeña. En ese momento, deseaba que no hubieran venido, que se hubiesen quedado solos en su casa.

—Ya vale —. A ver si por lo menos podemos comernos el postre. Llévalo a la mesa, cariño.

La chica lo hizo, con lágrimas en los ojos a punto de brotar.

—Hija —le dijo el padre—. No es por malmeter, que conste, ¿pero no crees que este postre no sabe a nada? No sé, no lo encuentro dulce, la verdad.

—Te lo comes igualmente —le gritó su mujer desde la cocina—. La niña lo ha hecho con toda su buena fé, así que no pongas más el dedo en la llaga. Mira cómo está la pobre.

El hermano menor se levantó de su silla, sin haber probado bocado en toda la noche.

—Abuelo, me voy a traer ya las uvas antes de que las lave mi hermana, que por lo menos comamos algo.

—Sé que has sido tú, niñato. Te voy a…

—Yo no sé nada de este desastre, Annika. Al fin y al cabo, no soy más que un crío, ¿no?

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7 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    La venganza se sirve fría… o con sal y pimienta por un tubo.

    Me ha gustado, es un texto correcto, sencillo y bien hilvanado.

    Un saludo.

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 22:01
  2. Al principio no entendía nada, pero cuando llegué al final y empecé con la segunda lectura me quedó todo más claro.

    Genial venganza entre hermanos, aunque no entiendo cómo puede ser que la hermana no vea la trampa, siendo que ella es la que maneja esa carpeta siempre y sería capaz de distinguir su propia letra.

    Aún así, me ha gustado.
    Relato 9 :D!

    Escrito el 17 octubre 2016 a las 22:01
  3. 3. Gama dice:

    Me ha divertido bastante el final, no pude evitarlo. Me ha gustado tu relato, es certero.
    Siempre existen las peleas entre hermanos y esta estuvo buena, creo que la hermana va a tomar la revancha pronto.
    Saludos y sigue escribiendo!

    Escrito el 18 octubre 2016 a las 16:25
  4. 4. Miguel dice:

    Qué buena historia!
    Felicitaciones

    Escrito el 20 octubre 2016 a las 23:07
  5. 5. ane dice:

    Hola Alfonso.

    Es un buen relato, aunque he de confesar que el principio debí leerlo un par de veces porque no sabía quién era quién. Ya ves, una, que le cuesta pillarlas…

    Por lo demás, salvó algún acento que te has comido, entiendo que por despiste, me ha gustado.

    Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2016 a las 15:00
  6. Gracias por los comentarios. He de confesar que aunque tenía la trama en mente, la escribí el último día y a revisarla puede que se me escaparan fallos.

    ane, mi idea para el principio era desarrollarlo poco, apenas una breve introducción para que al leer la 2ª parte, esas lagunas se resolvieran.

    Cristian, la carpeta con las recetas estaban en ordenador de la hermana, por eso mismo no hubiera detectado la trampa nunca. Ella se limita a imprimir las recetas. Si donde antes ponían “una pizca de sal”, a la hora de imprimir, ponían “2 cucharadas de sal”, no podía saberlo. Luego sigue al pie de la letra las recetas sin siquiera ponerlas en duda.

    Saludos.

    Escrito el 22 octubre 2016 a las 18:40
  7. 7. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola, Alfonso Baseda. Llego muy tarde a leerte y no puedo añadir más a las anotciones de los compañeros. Si puedo decirte que me ha parecido una apuesta simpatica y divertida. Me gusta tu opción. Nos leemos.

    Escrito el 26 octubre 2016 a las 10:35

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