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La Fábrica de Clones - por Isabella Corella

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. Mi trabajo era fabricarlos. Gente de todas partes de la ciudad venía a mis instalaciones para hacer sus pedidos. Personas desesperadas—y con recursos—que necesitaban doblarse, estar en dos lugares al mismo tiempo. O simplemente, no estar.
Tal era el caso de Rosa de Córdoba. Su marido, luego de ahorrar por varios años, le regaló un pequeño auto de segunda para que ella pudiera inscribirse en sus tan anheladas clases de francés e ir y venir con libertad a donde quisiera. El aún no se había jubilado y ella, luego de que sus dos hijos se fueran a estudiar fuera, se aburría enormemente.
La señora nunca se atrevió a confesarle a su esposo que había reprobado la prueba de manejo. A su edad, las decepciones podían guardarse bajo el tapete.
–Es que a mí nunca me gustó manejar—me contaba el día que vino a pagar el 50% de adelanto–. Y cuando no me gusta algo, pues no lo hago bien.
Dos semanas después Rosa Carolina González de Córdoba se presentó nuevamente a hacer su examen. Ejecutó las pruebas teóricas y prácticas a la perfección y ese mismo día recibió su licencia de conducir, en la cual aparecía la foto con su rostro ostentando una fabricada sonrisa.
Como Rosita, han ido y venido varios clientes a solicitar mis servicios. En menos de dos años ya he reproducido más de 100 clones tan perfectos que ninguno ha sido descubierto.
Revisaba la contabilidad del negocio cuando mi secretaria me anunció mi próxima cita: “el señor Víctor”. No había dado más detalles de su persona, ni enviado sus fotos ni generales físicas. Alegó que no era necesario. Aun así, decidí recibirlo.
Levanté la mirada al sentirlo entrar en mi oficina. Sabía que tenía estrechar su mano, presentarme e invitarlo a sentarse, pero me quedé absorta al verlo. Tenía los ojos hundidos y unas profundas ojeras que surcaban su rostro con agresividad. Su vestimenta era negra desde los zapatos hasta la chaqueta, lo que lo hacía lucir aún más blanco de lo que era y resaltaba, además, unas incipientes canas que se asomaban en sus sienes. Se acercó caminando con normalidad, pero su andar pasmado hacía parecer que se movía en cámara lenta. Lo veía avanzar, pero al mismo tiempo, quedarse en la entrada. A pesar de que tenía sus ojos lucían perdidos, sentía su mirada penetrante apuntando hacia mi persona.
Salí de mi estupor cuando me di cuenta de que en realidad estaba de pie, frente a mi escritorio. Lo invité finalmente a sentarse. Sentí frío.
–No quiero a mi doble, quiero al doble de ella—dijo, mientras me mostraba fotos de una mujer.
La reconocí fácilmente, era la esposa del Gobernador. Una de las mujeres más hermosas y admiradas del país, no sólo por su belleza y clase, sino también por su inteligencia y buen corazón.
–Señor Víctor, tenemos políticas muy severas sobre esto, no hacemos dobles de otras personas sin autorización escrita del sujeto a ser replicado.
Busqué mi abrigo, no solo para protegerme físicamente del frío que ya se me hacía insoportable, sino también a modo de resguardo psicológico por la perturbación que me causaba aquél señor.
Los ruegos, negociaciones, amenazas e insultos por parte de Víctor cayeron sobre mí uno tras otro. A pesar de que me ofreció la cantidad de dinero que yo quisiera, me mantuve firme en mi posición.
Salió del local maldiciendo y dando un portazo. La sensación de fastidio e incertidumbre que me provocó ese extraño encuentro me acompañaron todo el resto de la tarde.
Al día siguiente todos los canales locales de televisión transmitían en vivo la misma noticia: la esposa del gobernador había muerto atropellada por una conductora negligente. En pantalla pude ver a la señora Rosita llorando amargamente mientras era llevada a la estación de policía frente a una turba de espectadores que se había presentado al lugar del fatal accidente. Entre ellos estaba el señor Víctor, con los ojos perdidos y su mirada penetrante apuntando hacia mi persona.

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9 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    Está bien construido, argumentalmente es impecable e incluso los diálogos están bien hilvanados… pero no sé por qué no termina de llenarme, le falta algo. Tal vez es que no queda claro quién es el tipo de las ojeras, o peor, que se insinúe quién es sin decirlo y, si es así, para qué demonios quiere el clon Ôo)-~

    Lo siento.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 19:45
  2. 2. Atlante dice:

    Buenas Isabella Corella.

    Lo que más me gusta de tu texto es que al final hay un desenlace fantástico, que le da otra dimensión más al relato. Según lo entiendo yo. Sin ningún tipo de pista al final deja como conclusión, intuida al lector, de que el Sr. Victor tenía la capacidad para ver el futuro.
    Sin duda para mi ese detalle es la pieza clave de tu relato.

    Gran imaginación y capacidad para trascribir la idea.

    Un saludo.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 11:31
  3. 3. Earendil dice:

    Hola, Isabella Corella.
    Un relato muy ingenioso y muy interesante. La trama está muy bien urdida, el lenguaje es correcto y no hay faltas de ortografía. Sin duda, un gran trabajo.
    Al igual que tu anterior comentarista, Atlante, sin duda el señor Víctor tenía la capacidad de predecir el futuro, pero yo aún quiero ir más allá. Tras su descripción, y el extraño encuentro en la oficina de la protagonista, creo ver en él un ser sobrenatural, que bien podría tratarse de la misma muerte. Por esa razón, sabe que a la esposa del gobernador no le ha llegado su hora todavía, aún no la había planificado. Aunque bien pensado, si fuese quien yo creo que es, podría haber evitado el accidente de otra manera. No sé, no sé…Al mismo tiempo, también puede resultar que el objetivo de su visita no fuese otro que dar un escarmiento a la fabricadora de clones, advirtiéndole que lo que está haciendo no está bien, que está alterando el transcurso de los acontecimientos, jugando con la vida y la muerte.
    Aquí estoy divagando con mis teorías, espero que nos resuelvas las dudas.
    En la parte formal he visto unas cosillas que podrían mejorarse:
    * “En menos de dos años ya he reproducido más de 100 clones tan perfectos…”___ Cuando escribimos una obra literaria o un texto no técnico, la R.A.E. nos recomienda que escribamos los números cardinales con letras, a no ser que se trate de un número muy complejo. Es decir, se escribirán con letras aquellos números que puedan expresarse en tres palabras o menos. En el otro caso, donde has usado el 50%, estaría bien ya que la propia R.A.E. aconseja escribir en número los porcentajes superiores a diez.
    * “Sabía que tenía estrechar su mano, presentarme e invitarlo a sentarse,”___creo que en esta frase te has olvidado de poner “que” entre “tenía” y “estrechar”.
    * “A pesar de que tenía sus ojos lucían perdidos, sentía su mirada penetrante apuntando hacia mi persona”___ Pienso que deberías haber puesto una coma tras “ojos”. Detrás de perdidos pondría punto y coma o punto, ya que es una observación totalmente contrapuesta a la primera oración, y no una consecuencia de la misma.
    * “aquél señor.”___aquel, sin tilde.
    Felicidades por tu trabajo.
    Estoy en el 184, por si te interesa pasarte por allí. Nos leemos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 18:31
  4. Hola a todos.

    En efecto, Víctor es un personaje sobrenatural. Sin embargo, al leer sus comentarios me doy cuenta de que he dejado un par de cabos sueltos, principalmente por la limitación de espacio en el texto. Me costo mucho reducir la historia. Quería dejar preguntas al lector, pero no tantas.

    Aprecio muchos sus comentarios y correcciones.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 02:29
  5. Hola a todos.

    He tomado nota de cada uno de sus comentarios. Es la primera vez que participo en el taler y me ha encantado sus aportes y recibir retroalimentación de diferentes puntos de vista.

    En efecto, quería que el lector sacara sus propias conclusiones, pero creo que por la falta de espacios e inexperiencia dejé algunos cabos sueltos. He tratado de arreglarlo y lo subí en mi blog.

    Gracias a todos por sus comentarios, han sido de muchísima ayuda.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 16:04
  6. 6. Otilia dice:

    Hola Isabella Corella,
    Gracias por leer y por tu agradable comentario.
    He leído tu relato, me ha gustado, pero…mi opinión coincide con la de SB Montero.
    En cuanto a la forma utilizas muchos “su”, “me”, “se”, cambia alguno por “las”, “los”…Solo es mi opinión.
    Buen trabajo. Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 11:06
  7. 7. Laura dice:

    Hola Isabella.
    Yo también tomé el tema de la clonación, pero no como una empresa limpia como la tuya.
    Me gustó mucho la forma en que presentas al hombre de negro, impactante.
    A diferencia del resto, no pensé que pudiera predecir el futuro, sino más bien como una especie de venganza hacia el gobernador, en especial, porque el hombre no explica su solicitud, pero bueno, son interpretaciones.
    Impecable la forma de escribir.
    Espero seguirte leyendo.

    Escrito el 24 noviembre 2016 a las 10:56
  8. Gracias a todos por sus comentarios

    Escrito el 27 noviembre 2016 a las 03:16
  9. 9. Teodoro dice:

    Me ha gustado mucho el desenlace de tu historia. El apartado formal ya te lo ha comentado gente con mucho mayor dominio que yo, así que me limitare a comentar que hubiera preferido algo más de claridad respecto al hombre misterioso.

    Por lo demás me ha encantado.

    Escrito el 1 diciembre 2016 a las 11:41

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