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Sólo un guiño - por Marisa

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. No he tenido la suerte de encontrar el mío, aunque mi vecino dice que si no fuera por la diferencia en el color de piel, él y yo seríamos iguales.
Está obsesionado con la idea del doble. No se cansa de contar que cuando iba a la escuela secundaria tenía de compañeros a dos hermanos mellizos. Entiendo que mi vecino sentía una fuerte envidia por ellos. Más que por sus palabras diría por el tono que usa para narrar la historia. Dice que ellos la pasaban de diez. Uno era más inteligente en las matemáticas y en la física, el otro tenía mayor facilidad para las materias humanística. Siempre andaban vestidos de igual color de pantalones, camisas y corbata. También los zapatos eran iguales. Había que ser muy detallista para darse cuenta que Mario gastaba más el taco del pie izquierdo que del derecho y quedaba la suela un poco chanfleada hacia afuera. A diferencia del otro mellizo, Ernesto, que los tacos de sus mocasines estaban parejos.
Para los exámenes orales se presentaba uno de los dos según la materia que fuese. Y para los exámenes escritos solían hacer alguna jugarreta de forma tal que nadie se daba cuenta de que en realidad quien hacía los dos exámenes era uno de ellos. La cuestión ha sido que Mario y Ernesto fueron abanderados y escolta sacándole el puesto a mi vecino quien parece no haber tenido demasiadas luces y poca auto crítica.
Javier, mi vecino, se dedica a los negocios financieros. Yo lo llamo “el caza negocio”. Y como soy empleado de una financiera; dice que ambos podríamos hacer valer nuestras habilidades tal lo hacían los mellizos de la secundaria. Cansado estoy de repetirle que no somos ni parecidos y además tampoco me interesa tener un doble. Agradecido me encuentro de ser hijo único.
El verano pasado insistió que fuéramos juntos de vacaciones a la costa. Los dos estábamos solteros por diversas razones y entendí que no me vendría mal una semana de pura diversión.
Una noche, golpearon a la puerta en la habitación del hotel. Abrí y me encontré con una morocha bien formada, con vestido ceñido que no ocultaba ninguna curva. Ingresó a la pieza, sin esperar mi invitación y sin preámbulos dijo: “Quiero dejar claro que he venido dada tu insistencia pero no tengo hoy mucho tiempo. Igual no quedarás desencantado”. Ahí nomás me empujó hacia la cama y comenzó su función. No me dio tiempo a decirle que yo no había llamado a ningún servicio.
A los cuarenta y cinco minutos se detuvo y se marchó. Ella no había mentido, imposible quedar desencantado.
A las dos horas bajé al bar del hotel a tomar algo. “Te estaba esperando” dijo Javier que estaba sentado a una mesa con un vaso de vino en la mano. “¿Cómo te fue con la mina?”
–¡Hijo de perra! Supuse que eras vos el autor del envío. ¿Por qué lo hiciste?
–No, no mandé nada. Te iba a invitar a caminar un rato pero cuando vi semejantes curvas entrar a tu habitación…
–¿Entonces quién fue? Me dijo que ya le había pagado mi secretario. No me dio tiempo a explicar nada. Hizo su trabajo y se fue. ¡Qué oficio la mina!
–Habrá sido alguien que te vio cara de sequía. O un error de la mina.
–Si fue un error, pobre el que se quedó esperando.

A nuestras espaldas, la voz de un hombre comenzaba a elevar cada vez más el tono. Parecía reclamar algo que había solicitado. Decía que le devolvieran el dinero. Por la suma que dijo debía ser un tipo de buena chequera. La voz se escuchaba muy nerviosa y cada vez más fuerte. Me giré para hacerle seña de que bajara el tono y para mi asombro vi que el hombre en cuestión sentado a una mesa era de raza negra como yo y una apariencia física también similar.
Con Javier salimos disparados, aunque disimulados, de las sillas y huimos hacia la calle. El miedo no es sonso. Por las dudas esa noche dormí en otro lugar. Previo, nos fuimos a un bar. Queríamos brindar por ese guiño que la vida me había cedido. Pedimos dos “whiskies” y el mozo preguntó: “¿doble?”
–¡Noo! –contestó Javier en un tono como si un ánima lo persiguiera.

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10 comentarios

  1. Entretenido. ¡Me gustó! Además, me sorprendió el desarrollo y el desenlace: ¡Bien por ello!

    Espero seguir leyendo tus relatos. El mío es el número uno de la lista.

    Saludos.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 02:16
  2. 2. DIASPORA dice:

    Gracias Marisa por detenerte en mi relato. Tienes toda la razón, que feo se ve esa repetición de “esto” y “esta”. Se me pasó, se me pasó…

    En cuanto al final de la historia, pienso que no es saludable explicar el subtexto de un relato. Me resisto, pero te aseguro que responde a las inquietudes del protagonista (Pedro). Y si no fue así, lo siento. Que el estimado lector, supla con su imaginación lo que falta.

    En cuanto a tu relato, me gustó en gran manera. Tienes una fértil imaginación. La historia promete y cumple con el lector. Y el final me gusto: cómico y sorprendente.

    En cuanto a la forma, existen por ahí, algunos pequeños detalles. Por ejemplo, en la línea 7, el plural no es concordante con el resto de la oración: “el otro tenía mayor facilidad para las materias humanística(s). Otro:”siempre andaban vestidos de igual color de pantalones, camisas y corbata(s).
    Por otro lado, la palabra auto crítica va pegada (AUTOCRÍTICA).
    Desde luego, esos deslices no le quitan resplandor a tu relato.

    Te felicito.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 21:15
  3. 3. Ane dice:

    Hola Marisa:

    En sintonía con los comentarios anteriores, creo que se trata de un relato bien estructurado, con sentido y cuyo final resulta divertido.

    No dejes de escribir.

    Saludos

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 15:13
  4. 4. CARMELILLA dice:

    Hola Marisa:
    En tu relato ” el doble” causa un beneficio al personaje…¡muy bueno!
    Hasta el final no he sabido si iba a ver doble, de quién iba a ser el doble, si de Javier o de quién o si los mellizos iban a tener algo que ver…¡bien hecho!: intriga.
    Me parece un final muy divertido.
    Las comillas adecuadas para indicar pensamientos son las latinas. Y si lo que quieres expresar es un diálogo se ha de usar el guión largo, no el corto.
    Busca en este blog la entrada de expresar gráficamente los diálogos y como escribir pensamientos, porque creo que en algún momento has mezclado y te has equivocado en el uso adecuado.
    ¡Me gusta tu trabajo, bien hecho Marisa! Seguimos por aquí.
    Saluditos.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 17:02
  5. 5. CARMELILLA dice:

    Se me olvidó decirte que no veo claro que hayas cumplido con el reto, ya que lo marcaste. No encuentro que el relato esté contado desde el punto de vista del antagonista, aunque pudiera ser porque me ha resultado muy difícil y no se si yo misma he podido cumplirlo.
    ¡Nos leemos!
    Saluditos otra vez.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 17:09
  6. 6. Alush dice:

    Hola Marisa:
    Me resultó ameno leer tu cuento pero encontré algunos detalles que me gustaron menos.Le das mucho lugar a la descripción de tu vecino y los mellizos aunque eso no tiene relación con la historia central. De ser un cuento largo,sería productivo. Pero al ser un cuento corto,no aporta a la trama.Y de alguma forma deja al lector descolocado.
    Espero haber entendido el cuento y no haber perdido algún detalle-
    Te sigo .

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 17:48
  7. 7. Laura dice:

    Hola Marisa.
    Un relato entretenido, fácil de leer, muy llevadero.
    Me chocó un poquito el uso de la palabra “raza” para aplicar a una persona de color. Aunque puedes con toda razón decir que lo mío es un eufemismo.
    Y me parece que te has detenido en extenso con respecto a la descripción de los gemelos de la escuela.
    De todos modos, el relato se deja leer con placer. Espero seguirte leyendo

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 10:49
  8. 8. Jean Ives Tibauth dice:

    Hola Mariza.

    Tu relato se lee con facilidad. Muestra con claridad imágenes muy nítidas en la memoria. Y la frase final es la guinda del pastel. Me den un buen regusto.

    Pero a mi entender la descripción de los mellizos, tan pormenorizada, hace entender que harán una aparición estelar mas adelante. Así como la insistencia del vecino de ser su doble. Ambas cosas crean falsas expectativas. Yo lo quitaría sin dud y me centraría más en detalles que le den mas fuerza a la historia. Aunque si lo analizas bien, ¿qué pasaría si simplemente los eliminas?.

    Felicidades por darle voz a ese suceso tan peculiar y gracioso.

    Nos seguimos leyendo.

    Relato numero 18.

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 13:41
  9. 9. Baltasar dice:

    Hola, vecina Marisa:
    Ante todo muchas gracias por tu lectura y comentarios.
    Verás, a veces ─es el caso de Catia─, me gusta dejar el final abierto para que el lector pueda elegir, o como pie para un nuevo relato, incluso capítulo. No, no es cuestión de espacio. Con 750 palabras se puede decir mucho.
    Encuentro atractivo tu relato y te felicito.
    Déjame, sin embargo, decirte un par de cosas: Creo que de los tres primeros párrafos podría resumirse bastante. Que su contenido es esencial para el tema, sin duda.
    La verdadera historia empieza cuando se van juntos de vacaciones, pero me sorprende que «la morocha» se equivocara de habitación. Supongo que en recepción del hotel preguntaría por un nombre, no por un físico, ni que mostrara una fotografía. Incluso quiero pensar que el «doble» en cuestión le daría el número de habitación.
    Alguna otra cosilla.
    «para darse cuenta que Mario».Darse cuenta de que Mario. (DPD).
    «El verano pasado insistió que fuéramos». Insistió en que. El mismo diccionario.
    «Quiero dejar claro que he venido dada tu insistencia pero». Delante de pero obligado poner coma.

    Con elmejor deseo de que pueda servirte.
    Un cordial saludo.

    Escrito el 23 noviembre 2016 a las 20:01
  10. 10. María Esther dice:

    Hola Marisa, tu historia está bien narrada,tiene humor, que no es fácil de lograr.Quizás,abreviar lo referente a los mellizos,podría ser, pero no quitarla.Creo que va preparando lo que vendrá.Además que he conocido casos reales de mellizos, muy divertidos,como uno que consiguió una novia en un baile,y al sábado siguiente como no podía ir mandó a su hermano.
    Pero volviendo a tu cuento me gustó y espero leerte en el próximo.
    Maritel en el 140

    Escrito el 28 noviembre 2016 a las 01:55

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