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Mi doble, mi problema - por Lucas Trevisiol

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte… y por más escéptico que me haya encontrado durante los sucesos, ahora estoy seguro que los dobles existen.
Todo comenzó un lunes por la mañana, mientras estaba lavándome la cara luego de levantarme para trabajar. Mi reflejo en el espejo imitaba perfectamente todos mis movimientos, pero una cosa, «un no sé qué» hizo que mirara detenidamente mi figura, como si hubiera sonreído por más que yo no lo haya hecho. Atribuí la escena a un delirio provocado por el sueño que todavía sentía, así que seguí con lo mío; saludé a mi esposa y fui a trabajar.

El cálido aroma de la cena solía recibirme antes que mi esposa, pero esa noche fue una excepción. Solo hubo una vez en la que ella no tuvo la comida lista, y fue debido a un ataque al corazón que pudo superar, pero otro sería fatal. Entré a la casa para encontrarme algo peor que un ataque cardíaco. Las extremidades habían sido separadas del cuerpo, cuyo torso desnudo exhibía enormes agujeros y costillas salidas y su rostro apenas era reconocible. Recuerdo el nudo en la garganta y el corazón palpitante en mi pecho al ver aquella atrocidad; pero hay algo más, una visión mucho más difusa, que quedó grabada en mi mente y que intenté declarar ante el juez y el jurado, aunque sin demasiada fortuna.
Las pruebas en mi contra eran más que suficientes para freírme, pero de no ser por mis compañeros de trabajo, quienes declararon con pruebas que estuve en la oficina entre las cinco y seis de la tarde—hora de muerte según el equipo forense—, cosa que no solo sorprendía a los investigadores y a los jueces, sino que a todos.
Mi declaración no hizo más que empeorar las cosas, pero al menos no fui enviado al matadero. Aunque a veces me hubiera gustado que así hubiera sido. Por las noches estoy confinado en un recinto para enfermos mentales. Sé que no estoy loco ¡Soy inocente! Trato de hacer memoria:
Abro la puerta, veo el desastre, vomito, alzo la vista y me veo sonriente escapando por la ventana.
Yo no era, era mi doble.
A veces lo veo rondar por el hospital mientras fisgonea a las enfermeras. Dirige furtivamente su—mi—mirada hacia la mía, desafiante. Cada vez que lo hace me instalo en lo más profundo de mi celda.

Viene una de las enfermeras, Betty, a darme mi dosis diaria de medicamentos, que evitan malas conductas, desde la pequeña ventanilla de la puerta. Ella es gentil conmigo, pero sé de la repulsión que siente hacia mí y ella sabe que el sentimiento es mutuo. Escucho otros pasos en el oscuro pasillo. No necesito mirar, puedo reconocerlos como si fueran los míos propios. Trato de advertirle, que corra y salve su vida, algo que no pude hacer con mi mujer, pero ya es tarde. Ella está siendo estrangulada en este momento, mientras yo grito en el fondo de mi celda. Pido auxilio, esperando que alguien me escuche, que alguien vea, además de mí y Betty, al verdadero homicida.
Nadie llega y los últimos estragos de la joven por sobrevivir son abollados por unos terribles golpes contra la puerta. El animal le está propinando horribles patadas en el cráneo.
Alguien más viene y mi puerta se abre y se cierra ante mí, es mi doble quien se acerca más y más… pero el guardia no lo vio. Estoy en problemas otra vez.

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7 comentarios

  1. 1. Lucas Trevisiol dice:

    Tengo algunos errores de tipeo u.u
    Cabe recalcar que escribi el texto muy rápido y en la fecha limite 😛

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 12:11
  2. 2. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola, me ha gustado tu relato aunque tal vez podrías haber recalcado más la parte homicida y macabra, toda la atmósfera malsana del centro psiquiátrico o de las escenas del crimen podría haberle dado al relato un toque de terror muy oscuro.

    De todas formas, muy buena historia, un beso!

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 11:28
  3. 3. DIASPORA dice:

    Hola,Lucas Trevisiol

    El tuyo es un relato bien armado. Lleva de la mano al lector hasta involucrarlo en el tenebroso mundo del protagonista.
    La redacción la encuentro coherente y sujeta a las reglas gramaticales y ortográficas. Tal vez, hay por ahí un par de excepciones.
    (pero una cosa,”un no sé qué” hizo que mirara…” Yo habría escrito la frase así: (pero una cosa, “un no sé qué”, hizo que mirara…) Usaría la coma en “un no sé qué”, debido a que es una frase explicativa. Esta es una apreciación personal.
    Otra asunto. En uno de los párrafos dice: “Escucho otros pasos en el oscuro pasillo. No necesito mirar, puedo reconocerlos como si fueran los míos PROPIOS”. Yo quitaría la palabra propios.
    Son detallitos que no quitan ningún brillo al excelente relato. Te felicito.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 18:59
  4. 4. Marisa dice:

    Hola Lucas, Me costó leerlo porque está escrito como torbellino y no entendía los motivos. Me parece que hay oraciones largas que mejor quedarían más cortas y en la siguiente oración “Entré a la casa para encontrarme algo peor…” ese “para encontrarme” me desorienta, en todo caso debiera ser “entré a la casa y me encontré con…”
    Está contado en primera persona y no me resulta congruente el final con la forma de contar del inicio. Probaría hacer el relato en segunda persona, creo que lo vale la historia.
    Soy el número 9.
    Saludos y a seguir.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 21:12
  5. 5. Marikiya dice:

    ¡Hola Lucas!
    El relato me ha parecido interesante, el toque de misterio e intriga hace que te sientas en suspense durante toda la lectura.

    Tal vez le falte un poco de fluídez pero el resultado general es bueno.

    ¡Buen trabajo!

    Un saludo

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 16:02
  6. 6. Tamara dice:

    Hola
    Que arte tienes para escribir sobre cosas macabras y horrorosas y me ha encantado tu relato por ello.
    Sí es verdad que hay errores ortográficos, como bien dices por haberlo escrito rápido. Quizás también alguna frase en la que cambiaría el orden de las palabras, pero por lo demás me ha gustado.

    Un saludo

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 20:43
  7. 7. Jean Ives Tibauth dice:

    Hola Luchas.

    Se notan las prisas en tu relato. Y es una pena porque esta muy bien. Atrapas al lector del principio al final.

    Como han dicho los compañeros faltan por pulir aspectos como la ortografía o la puntuación, así como concretar mas los escenario para que tengan mas fuerza.

    Aún así, enhorabuena por tu relato.

    Nos seguimos leyendo.

    Relato numero 18.

    Escrito el 23 noviembre 2016 a las 21:19

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