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El doble - por Leonardo Ossa
Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte y el mío habitó cerca de mí. Nunca lo divisé, pero muchos se lo cruzaron en su camino.
Sin distinguirlo, tuve la impresión de que él me conoció bien para cerciorarse de lo que hacía yo e ir siempre adelante.
Hace años cuando visité por primera vez la ciudad amurallada en Cartagena de Indias, un guía turístico me congratuló porque según dijo, yo «regresé de nuevo a embelesarme con sus historias coloniales».
En otra ocasión al acudir a la plaza de abastos el verdulero mencionó: «Hubiera jurado que fue usted quien apartó con fastidio la misma fruta que con tanto gusto ahora se come».
La irrupción de un doble en mi vida fue algo divertido en un principio, pero lo recurrente de los casos me hizo pensar en elaborar una estrategia para darle caza y conjurar así aquel protagonismo sobre mi existencia.
Muchas veces lo fustigué en mi mente para intentar cesar su constante intervención en mi destino. Yo estaba harto de que uno u otro peluquero preguntara: ¿No era usted a quien le rasuré la barba ayer o antier?
Su paralelismo tácito me obsesionó hasta el punto de hacerme escudriñar con interés los rostros de quienes compartían conmigo el transporte público, los despachos gubernamentales o los parques. Sin embargo, ninguna táctica de exploración arrojó resultados.
Parece que durante mucho tiempo él me llevó tras de sí como arrastrado por un hilo. Por eso, quise terminar con aquella especie de actuación estelar que se endilgó y tomé la decisión de irme a un lugar menos poblado, donde los habitantes se conocen entre sí y la vida resulta más apacible que en la gran ciudad.
Atravesé el país en un vetusto tren, me embarqué luego en una piragua, cabalgué en mula por caminos de herradura entre la selva, hasta llegar a un campamento de descuajadores de monte para emprender nuevos oficios.
En el aserrío nadie mencionó nunca al actor principal en el que se transformó mi doble, por ello, la paranoia poco a poco se disipó.
Ahora, alguien acá con misericordia me explica que hoy más temprano sufrí un accidente. Por impericia trabé la motosierra y la desprendí de un tronco con una manipulación inadecuada.
La misma persona me cuenta, que perdí la consciencia por el golpe de un madero en mi cabeza y por las heridas graves que ocasionó la herramienta encendida girando sin control por el suelo junto a mí.
Me observo abatido en un anodino puesto de salud rural. La debilidad y el dolor corporal me dominan.
Cierro mis ojos por la frágil salud, mientras oigo saludar al médico que recién ingresa al consultorio. Le dicen que soy el paciente que se debate entre la vida y la muerte.
Mis músculos se tensan por el frío del estetoscopio al auscultar mi pecho, mas el corazón parece detenerse ante el susurro del facultativo al dirigirse a alguien: “Hubiera jurado que era este enfermo el mismo al que atendí ayer por otro accidente, pero hoy temprano fue su funeral”.
Hola Leonardo.
Me ha gustado tu relato, con ese personaje que siempre va delante de él pero que no llega a conocerlo. Buen final.
Saludos.
Hola Leonardo, Al parecer escogimos el mismo tema, al perseguir con miras a encontrar a un supuesto doble. Resalta con evidencia conocida por mi, tu amor a la vida del campo y a los espacios de oxigeno puro que te regalan. La historia es de una sencillez perfecta que te lleva hasta el desenlace sin despegar la vista de la lectura. Te felicito.
Hola vecino!
Lo primero que he pensado al leer la ultima frase “Esta en todos lados el jodio” jaja. Me he reído y asombrado. Un relato simple pero que dice mucho. Me ha gustado leerlo.
El vocabulario estupendo. Aunque por mi ignorancia he tenido que echar, en alguna palabra, mano del diccionario para asegurarme.
No le veo nada chocante con respecto a la gramatica ni a la ortografía.
Y como no, me quedo con la curiosidad de quien sera del dichosos doble omnipresente.
Hola Leonardo. No sabe sel placer que me ha dado comprobar que esta vez has colaborado. Te busqué antes que atender mi cuento.
Como siempre no defraudas. Esa prosa sublime, de un cadencia como la de la selva a la que tato amas y tanto conoces, me emociona. Da igual el contenido (siempre ingenioso. Nunca olvido “Una radio en la selva)del cuento. Sencillamente es un placer leerlos.
Me alegro de tu vuielta. Un abrazo.
P.S. Leonardo, una amiga mía inicia este mes su andadura en Literautas. Su nombre: Concha Estellés. Su relato: 166
Salud Leonardo, ¡tanto tiempo!
Una alegría rencontrarte en la lista y volver a tus relatos.
Me ha gustado mucho. Una prosa diáfana, un buen ritmo, un final un tanto inquietante.
Ha sido un placer. Enhorabuena.
Un abrazo
Hola, Leonardo:
Te debo un comentario. ¿Cuál prefieres? ¿Este o el de la escena pasada? Si tuviera tiempo, te comentaría los dos; pero ando algo apurada,así que dime uno.
Saludos.
Hola Isolina, todo un privilegio par mí tus comentarios. Puede ser sobre este. Estaré pendiente. Muchas gracias.
¡Hola Leonardo!
La verdad es que ya echaba de menos leer tus relatos. Es una historia que da la impresión de estar “muy currada”, es un tema llevado de manera original, con buen ritmo y absorbente. ¡Gran final!
La verdad es que no soy ninguna experta, pero si te sirve de algo no he encontrado ningún error gramatical u ortográfico. Mi única “pega” es el tema del reto y es que no sé si lo has llegado a cumplir, porque no sé si es porque soy muy sensible, pero para mí el protagonista es una víctima, no un antagonista y creo que este era el reto.
De todas maneras este es un tema sin importancia que queda eclipsado por el elegante vocabulario y la maravillosa historia.
No puedo decir más,
¡felicidades y no pares nunca de escribir!
El relato fluye muy bien hasta el final, que me parece perfecto para la historia.
Yo la única pega que le veo es la voz del narrador. Me parece demasiado literaria para una persona que está, prácticamente,agonizando.
Saludos
Hola a todos.
Estoy muy agradecido con la visita y el comentario que me han hecho en esta oportunidad. Sus aportes los valoro mucho.
Yoli, me complace que te haya gustado el relato.
Osvaldo Mario, gracias por todo tu apoyo.
Fatima C, tu sonrisa con el final de mi historia es mi aliciente.
Demetrio, como siempre te estoy muy agradecido por honrarme con tu visita y comentario.
Juana Medina, me alegra mucho saber que mi relato fue de tu agrado.
Isolina R, me siento muy honrado con tu visita a mi texto.
Escritores Anónimos, celebro que me echaras de menos, gracias por tu visita y comentario.
M.L.Plaza, agradezco tu acertado comentario sobre la voz del narrador, intentaré variar ese aspecto en un futuro escrito. Espero nos sigamos leyendo. Un abrazo.
Leonardo querido!
Qué bueno es verte por aquí nuevamente, gracias por pasarte por mi relato!
Me encantó tu relato misterioso y selvático. Hay que tener agallas para contar un misterio y no develarlo, y al contrario, confirmarlo al final como en una película de terror donde el monstruo vuelve a aparecer sin más explicaciones. Eso es lo que ocurre aquí, y la misma frustración del personaje -encima a punto de morir- es la misma que sentimos tus lectores. Para eso hace falta también pericia!
Felicitaciones efusivas!
Hola Leonardo
Un relato original que te deja perplejo. Eso del doble de uno tiene algo morboso…
Bien escrito y con tu personalidad. He disfrutado con la lectura
Saludos
Hola, Leonardo:
Te cuento una anécdota curiosa que me ocurrió cuando llegué a trabajar a un pueblo del Norte de España. Desde el principio muchas personas me confundían con una lugareña o me contaban que la habían confundido a ella conmigo porque, según decían, éramos “igualitas”. Recuerdo que en una ocasión un niño de unos tres años vino corriendo hacia mí con los brazos abiertos del que busca ser recogido por un familiar y el pobre se llevó un buen chasco cuando me quedé quieta y le dije que estaba equivocándose de persona. No se me olvida la expresión de desencanto, incredulidad y tristeza en el rostro de aquel niño cuando no lo recibí como esperaba. Lo consolé lo mejor que pude por no ser quien él creía que era y desde ese momento busqué a mi doble con una tremenda curiosidad.
El pueblo tenía 8000 habitantes. Las dos nos buscábamos por todas partes pero no nos encontrábamos. Alguien me informó de que la otra compraba en el mismo supermercado que yo y cada vez que iba a la compra me fijaba en todas las mujeres. Meses y meses y no coincidíamos. Estaba intrigadísima por el hecho de que nos confundiera tanta gente y nosotras no nos encontráramos nunca cara a cara. Un día le comenté a la frutera del súper que me avisara si la otra andaba por allí. Y por fin nos presentó. Nunca he podido entender aquello. Teníamos una estatura similar, pero no nos parecíamos más que en el color de los ojos. Las dos los teníamos azules. ¿Cómo era posible que nos confundiera tantísima gente cuando nuestros rostros eran completamente distintos? Llevábamos coincidiendo un montón de veces en distintos sitios, pero jamás pudimos imaginar que nos confundieran. ¿Puede bastar el color de los ojos para que te consideren el doble de otro?
El inicio de tu texto me recordó aquella sensación tan extraña de que todos me hablaran de mi doble y yo no me la topase nunca. Me ha gustado un montón tu cuento, quizá por ese recuerdo.
Creo que “divisé” no es la palabra más indicada aquí, puesto que si quieres ver a tu doble será de cerca, no de lejos. Los rasgos físicos solo se perciben con nitidez en la cercanía.
En “ir siempre adelante” yo pondría “delante”.
En “Hace años cuando visité por primera vez la ciudad amurallada en Cartagena de Indias, un guía turístico me congratuló porque según dijo, yo «regresé de nuevo a embelesarme con sus historias coloniales»”, quedaría mejor: “Hace años, cuando visité por primera vez la ciudad amurallada en Cartagena de Indias, un guía turístico me congratuló porque, según dijo, «regresé de nuevo a embelesarme con sus historias coloniales»”.
En “En otra ocasión al acudir a la plaza de abastos el verdulero mencionó” quedaría mejor “En otra ocasión, al acudir a la plaza de abastos, el verdulero mencionó”.
Me suena raro “hoy más temprano”, pero quizá se diga así en tu país.
En “La misma persona me cuenta, que perdí la consciencia por el golpe de un madero en mi cabeza y por las heridas graves que ocasionó la herramienta encendida girando sin control por el suelo junto a mí”, yo pondría: “La misma persona me cuenta que perdí la consciencia por el golpe de un madero en la cabeza y por las heridas graves que me ocasionó la herramienta encendida girando sin control por el suelo junto a mí”.
En “Cierro mis ojos” yo diría “Cierro los ojos”. Igualmente en “Mis músculos se tensan por el frío del estetoscopio al auscultar mi pecho” diría: “Los músculos se me tensan por el frío del estetoscopio al auscultarme el pecho”. En español las partes del cuerpo y las prendas de ropa siempre se determinaron con el artículo determinado, no con el posesivo. Desde hace un tiempo está extendiéndose el uso del posesivo por influencia del inglés, pero a mí me suena raro.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.
Hola, amigo Leonardo:
¡Bienvenido de nuevo!
Ante todo, agradezco tu visita y amable comentario.
me ha deleitado tu historia; me pareció un relato inteligente e impactante, con esos giros inofensivos previos al viaje, y por el giro final, que resultó espectacular.Por cierto tu habitual pulcritud y elegancia para escribir hacen que la lectura sea amena y atrapante.
Un abrazo.
Un relato que atrapa y aborda el tema sin ambages.
Me ha gustado mucho la ambientación del aserradero y la descripción del accidente.
Final irrefutable. Vayas donde vayas allí te estará esperando…
¡Felicidades!
Si quieres estoy en el 20
Hola Leonardo,
A nivel formal, Isolina ya ha desmenuzado con brillantez. Me quedo con una historia de misterio, inexplicable (como debe ser). Es brillante y al estar tan bien pensada, consigues un final en alto.
Me ha gustado, sobre todo, que no has caído en divagaciones, has ido directo a los movimientos del personaje, a sus inquietudes, a su escapatoria imposible.
Estas en muy buena forma en tu regreso.
Saludos!
Bravo por lo vivo y apasionante del relato. Tienes en vilo al lector que corre detrás de tus palabras con avidez, e incluso intenta adelantarte para llegar primero a desentrañar el nudo de la cuestión. Es ágil, entretenido, rápido y muy muy bien escrito. Tienes un estilo muy pulido. ¡Enhorabuena!
Te seguiré leyendo.
Hola Leonardo,
Muy buen relato, ha sido un placer leerte. El final es perfecto, y creo ni le sobra ni le falta extensión. Enhorabuena.
En el tema del doble es muy difícil ser original, pero con relatos como el tuyo se ve que es posible.
Saludos,
Peter
Hola.
MARCELO KISI, me agrada mucho tenerte como lector y comentarista de mis relatos. Gracias por tu apoyo.
PAOLA PANZIERI, me has hecho feliz, al decirme que has disfrutado mi texto. Muchas gracias.
ISOLINA R, no te imaginas lo agradecido que estoy con tus aportes. Creí por un momento que este mes no leería uno de tus relatos, pero he quedado muy sorprendido y satisfecho con la historia que me cuentas. Es de maravilla tener tu comentario y por ahí derecho un relato. Muchas gracias.
BEBA, gracias por darme la bienvenida y tanto ánimo para continuar. Soy yo quien se deleita leyendo tus historias. Gracias por pasar.
VERSO SUELTO, muchas gracias por haber leído y comentado mi historia. Celebro que te haya gustado el relato. Saludos.
DAVID RUBIO, gracias por todos tus aportes desde cuando empecé mis primeros relatos en Literautas, aprecio mucho tu concepto. ¡Qué bueno que te gusto mi texto!
MARIA KERSIMON, tu comentario me anima muchísimo, gracias por dedicar un momento a leer y comentar mi relato. Espero poder mantener tu interés con futuras historias. Saludos.
PETER WALLEY, gracias por haber pasado a leer y comentar de forma tan favorable mi historia. Espero nos sigamos leyendo. Saludos.
Hola, Leonardo Ossa:
Es un lujo y un placer comentar tu texto, por un lado descubro a un buen escritor y por otro me adentro en territorios conocidos que suenan de maravilla a mis oídos: las murallas de Cartagena, la central de abastos, el tren, el río (¿será el Atrato?), la piragua, la selva, la motosierra, el hospital…, todo tan real, tan cercano y tan lejano al mismo tiempo. El fantasma de su mismo yo siempre por delante, inalcanzable, jugando a las escondidas y cuando el personaje, de manera drástica, pretende escapar de él, adentrándose en un mundo desconocido y extraño, allí está el doble, jugándole la mala pasada de su muerte por accidente trágico, y valga la redundancia.
Una bonita historia. Para mí esa angustia que arrastra el personaje es su sello de vida, es la impronta del relato, es lo que lo hace tangible. Todos huimos de algo, aunque no lo sepamos, aunque sólo de nuestra propia consciencia y ese hombre en su loca huida ha encontrado la muerte. ¡Eh ave María!, más le hubiera valido fajarse en su terruño y desafiar las circunstancias sin necesidad de ir a buscar la mala hora. Lección de vida. Fin.
Isolina, como siempre, ha diseccionado a la perfección la parte formal, nada que objetar.
Un placer leerte, espero seguir haciéndolo.
Manuel Pla Martí ¡Eh ave María! vos sos Paisa. Gracias por conocer esta tierra de esa forma tan palpable. Me ubico muy cerca del morro El Salvador, desde donde fui testigo en los años ochenta de los Toques de queda, los sobrevuelos de la DEA y tantas otras cosas que hoy son historia. El paisaje ha cambiado para mejorar, mientras que el espíritu antioqueño pasó de ser: bueno y trabajador, a ser optimista, innovador, progresista y más «camellador».
Mis relatos se inspiran ¡cómo no! en el Rio Atrato, la serranía del Baudó, El Chocó, Bahía Solano y su selva.
Espero volverte a leer. Por Medallo siempre a la orden.
Que tal Leonardo
Primero agradecerte tus comentarios a mi relato.
Pues si hay cierta similitud en nuestros relatos. Me ha gustado el afán del narrador pode descubrir a su doble, y el querer huir al no conseguir encontrarlo. supongo que el final es la moraleja de que nadie podemos huir de nosotros mismos
Buen relato, y ameno.
Poco que añadir a lo dicho. Un relato muy curioso, con un ritmo excelente que te lleva hasta el final de manera magistral. Un saludo.
Hola, Leonardo
Soy la del 72, y estoy super agradecida de que alguien con tan buena fama como tú se haya interesado por mi relato pues solo es mi segundo mes, y encima hayas disfrutado con él. Gracias, de verdad.
Tu historia me ha parecido sencillamente inquietante, con esa vidas paralelas y la rabia que deja el llegar el último a cualquier sitio. Muy lograda, con un vocabulario impecable que hace que todo lo que leas se visualice. No le veo fallos. En cuanto al reto opcional, no me veo capacitada para opinar, pues a mi los antagonistas me siguen sonando a protagonistas con mala suerte. Enhorabuena y hasta la próxima lectura !!!
Hola Leonardo:
Gracias por tu generoso comentario en mi relato.
El tuyo destaca por lo realista, lo íntimo e intenso. Es fácil buscar los dobles de los demás, lo difícil es hacerlo con el propio.
Final esperado y consumado. Bien escrito como nos tienes acostumbrados. Me ha gustado mucho.
Nos leemos.
Hola, hola…Leonardo, encantada de leerte otra vez.
Tu relato se lee de un tirón, es claro y entretenido. Describes muy bien una situación incómoda para el protagonista. Es verdad que al principio le divierte, pero luego se convierte en obsesión. Y decide alejarse del mundanal ruido. Sinceramente no me esperaba ese final. A mi me has pillado jeje…..Es muy bueno el desenlace.
Tu estilo al escribir es agradable y me siguen llamando la atención algunas palabras que usaís en vuestra tierra: ¿antier?, se refiere a anteayer; vetusto, endilgó, fustigué, rasuré, descuajadores…..Palabras todas ellas que conozco, pero que hacía tiempo no veía.
Ese lenguaje coloquial me resulta muy simpático.
Un abrazo Leonardo y hasta la próxima
Hola Leonardo,gracias por leer y comentar mi relato. Definitivamente uno de los que mas me ha gustado este mes. Muy interesante la manera en que hablas del doble y algo escalofriante pensar que hay alguien por ahi tan parecido a ti. Y que pensará el doble o sera que no se entera pues el protagonista siempre llega después? No seria mas bien el protagonista quien lo persigue a él?
Espero leerte en otra ocasión,
slds
Muy agradecido:
CYRANO, muy gentil de tu parte ante la lectura y comentario a mi texto. No leemos.
WOLFDUX, me siento muy honrado con tu visita a mi relato. Saludos.
PILAR, me hiciste reír con aquello de «alguien con tan buena fama», jajaja Del reto opcional te cuento que no creo haberlo cumplido, pero como dijo otro compañero Literauta: «Lo importante acá es escribir». Espero que nos sigamos leyendo. Saludos.
LUIS PONCE, muchas gracias por tus generosas palabras. Nos seguimos leyendo.
MARAZUL, me agrada conocer tu comentario sobre las palabras que uso en el texto. Espero que nos sigamos leyendo. Un abrazo.
WANDA REYES, me gustan tus preguntas al final del comentario y termino creyendo que todos los dobles saben que hay otro por allí rondando. Acá mismo, en el comentario nr. 14 la señora Isolina nos cuenta su experiencia personal, que dicho sea de paso es similar a una anécdota que yo también viví en una población de 3000 habitantes. Gracias por pasar y comentar. Nos leemos.
Saludos Leonardo:
Muchas gracias por leer y comentar mi relato del mes, siempre agradecida de tu constante visita.
También encantada con tu relato, muy fino en todo. Tienes una prosa que es de gusto leer, con un aire tan fresco como una montaña.
Coincido con las mejoras que tan fino te ha indicado Isolina Muy graciosa su anécdota, a próposito, porque a mí me ocurrió algo similar con un nene en un súpermercado; pero él era tan de corta edad que me la “jugué” y le hice los cariñitos al ojo escudriñador de la mamá, quien me dijo que yo me parecía a una “tía” de ella. Ya te imaginarás lo vieja que me sentí, (y creo que ella lo notó), porque me dijo: es que mi tía es de mi misma edad.
Dicen que hay siete caras parecidas a las nuestras; pero al igual que Isolina, me han presentado a alguna y no le veo parecido; hasta que ví un video que la gente se confunde por la estructura oséa, la simetría o no de un rostro. Mi hermana tiene una similar a la de Scarleth Johansen y yo a la de Rachel Weiss. Pero que nos parezcamos a ellas, alguno dirá que sí; pero nada, que sólo es donde están colocados los ojos,el alto de los pómulos, la forma del mentón, o el ancho de la frente. Eso sí, mi parecido con mi madre sí era notorio. 🙂
Un gusto leerte, pena que tu protagonista no encontró a su doble; sólo espero que no corra la misma suerte. ¡Nos leemos!
Hola Leonardo, disfruté mucho tu relato de principio a fin. Me resultó agradable el lenguaje, me hace rememorar esos antiguos poemas con esas palabras tan elegantes y bien puestas.
Al final me eché a reír y después pensé: “Pobre hombre”, pero igual me hizo gracia, jeje. Supongo que a todos nos ha recordado alguna “pasada” con una persona parecida a nosotros, a mí me juran que tengo una hermana 8 años mayor que yo y que es idéntica a mí, seguramente si la encontrara (Que no me dan ni tantitas ganas) me pasaría lo mismo que a Isolina.
Espero volver a leerte, compañero. Hasta la próxima.
Hola Leonardo,
Tengo que recriminarte por la extrema crueldad que le destinas al pobre hombre al final de la historia. Hacerle sufrir tanto, irse de viaje y cambiar de vida para acabar así. No tienes piedad 🙂
Una historia muy entretenida y el final es digno de un capítulo de esas miniseries de terror cuyo fin, con música a máxima potencia y estridente, nos dejan el corazón en vilo.
No sé lo que pasaría si en vez de dobles, hubiera triples o más. Esa si que sería una increible historia de enredos y malentendidos.
Buen trabajo. Gracias por tus comentarios de mi texto, ha sido un placer leerte. Un saludo.
Hola Leonardo:
No quería dejar de pasar por tu relato y dejar constancia de que el mismo me ha gustado de principio a fin y me uno a los elogios dejado por los compañeros.
Y de paso aprendo con las sugerencias que te señala Isolina, siempre generosa con todos los que por aquí andamos, procurando mejorar nuestra escritura.
Felicidades.
Hola Leonardo,
Un placer leerte de nuevo. Agradezco tu visita y comentarios a mi texto.
Tu relato me encantó, y además hablas de Cartagena de Indias donde disfruté mucho cuando la visité en 2010. Consigues plasmar con palabras, combinadas en una narración atractiva, y muy agradable por su claridad y sencillez, una historia interesante y simpática que atrapa al lector.
Me ha gustado la habilidad de presentar el texto en párrafos muy cortos, “poquito a poquito”, porque le imprime un ritmo idóneo, algo especial. Excelente idea.
Te felicito por tu vuelta con este buen trabajo.
Un abrazo
Muy complacido.
K. MARCE, gracias por tu comentario. He disfrutado también tu anécdota similar a la de Isolina. Un abrazo.
VERONICA MURILLO, me encanta que hayas disfrutado de mi relato. También sonrío con la historia de tu doble ocho años mayor. Muchas gracias, saludos.
LEOSINPRISA, me hiciste pensar con lo de triples o más. Por ahí deben andar mirando de soslayo. Jajajaja. Muchas gracias. Un abrazo.
VESPASIANO, muy complacido con tu visita y comentario a mi relato. Gracias por tus palabras. Saludos.
ROGER/NHICAP, son tus palabras las que me han atrapado. Tu comentario es muy generoso. Gracias por leerme. Saludos.
Hola Leonardo, por falta de tiempo esta vez no he podido revisar tu relato a conciencia pero sí que he querido pasarme al menos a leerlo.
Esperaba mucho de ti y no me has decepcionado, tu relato me ha gustado muchísimo y espero poder seguir leyéndote. Felicidades, compañero.
Hola, Leonardo.
Muy bueno tu relato. La forma como lo vas desarrollando y el final estuvo genial.
Felicitaciones.
Muchas gracias por leer mi relato y tus acertadas recomendaciones.
Hola.
CRYSSTA, muy agradecido de que te hayas tomado un momento para venir a leer y comentar mi texto. Un abrazo.
THELMA, gracias por tus felicitaciones y palabras de aliento. Espero que nos sigamos leyendo. Un abrazo.