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Miranda - por Laura
Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. Es una de esas frases que se dicen y que no podía sacar de mi cabeza esa noche.
Al acercarme al lugar donde Mauricio me había convocado, una extraña electricidad comenzó a recorrer mi columna.
Finalmente llegué a destino. La ondulada cabellera de Mauricio me ocultaba el rostro de su nueva novia. Una repentina sensación de irrealidad se apoderó de mí. Me acerqué a la pareja y los saludé.
La visión de la muchacha no hizo más que recordar lo que decía mi abuela sobre el doble. Ahí estaba mi doble. Miranda. Ambas pedimos a la vez el mismo trago, realizando exactamente los mismos gestos.
La conversación recorrió unos minutos los lugares comunes para hacerse de a poco más personal, mientras Mauricio nos observaba en silencio
Necesitaba alejarme. La ciudad me recibió con su oscuridad protectora. Las lágrimas que de pronto comenzaron a brotar, rápidamente se mezclaron con la lluvia.
Yo conocía ciertos personajes que no son precisamente para presentar a los padres en la cena de Navidad. Pero que tienen su caudal de habilidades por un precio que se puede acordar como un negocio cualquiera. El precio determina en gran medida la limpieza y discreción del trabajo.
El accidente callejero donde un simple asalto se transforma en asesinato fue uno más en la lista de crímenes de la ciudad. Acompañé a Mauricio en su dolor, quien se había aislado en su laboratorio.
Una noche, con una sonrisa cómplice, me citó en el mismo lugar donde habíamos estado hacía más de un año. Con curiosidad recorrí el mismo camino. Como en un sueño, él estaba allí ocultando con su cuerpo la presencia de alguien. La boca de pronto se me secó. Frente a mí, sonriente estaba ella, Miranda.
La noche siguió como una copia de la ya pasada. Mi cabeza no hacía más que derivar con un único pensamiento: “No puede ser. Está muerta. Vimos su cadáver. ¿Qué pasó” mientras trataba de seguir la conversación.
Mauricio estaba muy contento. Sus ojos brillaban de emoción.
Ambas volvimos a pedir lo mismo. Pasamos por temas comunes, como en una situación casi calcada de la anterior y salimos del bar. Las estrellas brillaban a diferencia de aquella otra noche. Mauricio llamó un taxi y rápidamente nos invitó a un paseo.
Mis sentidos se agudizaron. La totalidad de mi piel estaba erizada, pero… ¿Cómo podía desistir de la invitación de mi jefe y amigo de años por causas innombrables en pleno siglo XXI, cuando las emociones se miden y dosifican cuidadosamente con los fármacos? Una brisa me estremeció de la cabeza a los pies.
La inquietud aumentó mientras nos dirigíamos al laboratorio. Miranda bajó unas cuadras antes. Saludamos a Samuel, el guardia de turno, quien realizó el registro correspondiente.
Mauricio me guió a través de puertas que sólo se abrían mediante complicados dispositivos de reconocimiento.
Hasta que llegamos a lo que supuse era la última puerta, por el gesto de antelación que se veía en él.
Entramos. La penumbra mitigada por los instrumentales que permanecían encendidos, me provocó una nueva sensación de pánico. Deseaba huir. No sabía qué había ahí, pero tenía curiosidad. Un hormigueo intenso bajo mi piel me alertaba de un peligro. Jamás había oído hablar de esa puerta circular.
Mauricio, con una sonrisa cada vez mayor, se dirigió con paso seguro hasta un tablero donde encendió las luces.
Ahí estaban. Multitud de seres con apariencia humana, exactamente iguales a mí, con una atareada Miranda cubierta con un delantal blanco, controlando diversos datos. Al verme, me dirigió una sonrisa luminosa y pude ver un intercambio de miradas entre ella y Mauricio. El aullido de peligro que atravesaba mi cerebro era cada vez mayor.
Mauricio se dirigió hacia mí con una sonrisa que nunca le había visto. Sin darme cuenta me guiaron hasta una silla donde los hábiles dedos de Miranda me sujetaron con firmeza.
—Me hiciste un gran favor. No me atrevía a eliminar a la anterior porque era mi primer ensayo tan perfecto, pero esta es una versión mejorada. Gracias a tu ayuda voy a poder reproducir no sólo tus inolvidables rasgos sino también tu inigualable inteligencia.
Un fogonazo y la oscuridad se hizo para mí.
Comentarios (16):
Osvaldo Mario Vela Sáenz
17/11/2016 a las 17:55
Hola Laura, lo primero en mi visita es darte las gracias por la tuya. Me di cuenta que soy parte de tu compromiso y por eso lo agradezco todavía mas.
Este relato tuyo entra de lleno a ciencia de la clonación. Vaya jefecito que le tocó a Miranda,él, al igual que muchos hombres no se conforma con una sino que prefiere muchas y mejoradas. Te felicito por tu buen juicio para desarrollar el tema. Enhorabuena.
Anna
17/11/2016 a las 19:32
Hola Laura! Antes que nada tengo que agradecer que comentaras mi relato.
Ahora sí, me encantó, pero voy a comenzar por lo que me confundió un poco:
En un principio, creí que la historia estaba en presente y luego tenia un flasback narrado en pasado, y luego la historia continua con una mezcla de ambas, eso me confundió un poco al momento de lectura. Y lo otro, fue que no me enteré de cuando se murió Miranda, si no fuese por que lo comentaste en la segunda cita, no hubiera caído en cuenta.
Pero, eso fue todo, tienes muchos más aspectos positivos en tu relato, el simple hecho que trates sobre clonación ya hace que el relato me encante, el ritmo con el que está narrado te mantiene pegado a la pantalla sin despegar la vista de encima.
En resumen, te felicito, incluso creo que este relato puede ser la base de una historia más grande… Tal vez algo tipo “El ejercito de las Mirandas”
Saludos!
SBMontero
17/11/2016 a las 21:47
Doña Laura, antes de que se me olvide, jacaranda lleva tilde como aguda en El Salvador, Honduras y Méjico, pero en España no, en España es llana http://dle.rae.es/?id=MHPQltB
Ahora, entrando en harina, la historia es buena y además el tono es muy fresco, pero es cierto que tienes problemas con la conjugación verbal, que a veces baila, hay que cuidarlo porque sino despistas al lector.
Siendo un poquitín subjetivo, personalmente creo que hay momentos en los que te sobran palabras y otros en los que te faltan.
Lo he disfrutado.
Sigue escribiendo.
Un saludo.
beba
18/11/2016 a las 00:20
Hola, Laura:
Muchas gracias por tu visita y amable comentario.
me sorprendieron lo insólito del argumento, y el buen ritmo del relato.
Coincido con los comentarios de Anna; con una lectura más atenta podrás localizar las repeticiones y los cambios de tiempos verbales. Nada que no se arregle con “la goma de borrar” de la PC.
Adelante.
Laura
18/11/2016 a las 10:23
A todos los que han comentado. Me brotaban las ideas y no podía terminar de dar forma a una. No pude dejarlo reposar porque recién hacia el 12 fui armándolo en firme y así y todo lo seguía modificando. No pude revisarlo como correspondía.
Muchas gracias por sus comentarios.
Lluvia
18/11/2016 a las 19:57
Hola,
Muchas gracias por tu comentario.
Debo decir que aunque me parece bien narrado y la trama no es tópica, la historia en sí no me ha llamado del todo la atención y a partir de esta frase: “Necesitaba alejarme. La ciudad me recibió con su oscuridad protectora. Las lágrimas que de pronto comenzaron a brotar, rápidamente se mezclaron con la lluvia.” y el párrafo siguiente me ha descolocado completamente durante la lectura de forma que se me hiciera en cierto modo pesado, ya que no conseguía engancharme por decirlo de alguna manera.
Espero tus próximos escritos.
Saludos
Patty
19/11/2016 a las 14:10
Hola Laura.
A mí me ha gustado mucho tu relato. Me ha enganchado desde el principio. Además es una historia en la que en realidad no hay buenos, sólo malos, ya que ella no duda en contratar sicarios para matar a Miranda.
Me ha sorprendido. El tema de la clonación es muy interesante. Te felicito y espero seguir leyéndote.
¡Un saludo!
Alush
19/11/2016 a las 18:07
Laura gracias por pasarte por mi cuento
Tu historia es muy linda y amena de leer pero tiene algunos agujeros en el contenido. Frases que no hacen mucho sentido y por sobre todo confunden.
Te sigo
Marazul
20/11/2016 a las 12:28
Hola Laura. Tratas un tema muy interesante, el de la clonación, ciencia ficción hace unos años. Sin embargo actualmente se han hecho tantos avances que tu relato me ha resultado inquietante. Estos temas de naturaleza científica no son lo mío, pero reconozco que me ha gustado la historia. El segundo párrafo, en donde nos presentas al sicario, está bien descrito.
Y como dice Patty, es una historia en donde no hay buenos…..pero tiene su “moralina”: el final que le das a Miranda.
Un gusto leerte. Saludos
R.J. Esperanza Pardo
20/11/2016 a las 14:29
Hola, Laura
No soy ningún experto y se me hace muy difícil comentar.
A pesar de los aspectos que te han comentado (sí que he tenido que releer algún párrafo) creo que lo importante es que hayas sabido mantener el suspense y la intriga y que la ambientación está bien, además el tema es muy original (y preocupante ya que la realidad supera siempre a la ficción, menos mal que nosotros ya no lo veremos si fuera así).
Así, por encima, he visto alguna repetición cercana entre sí:
Al acercarme al lugar – Me acerqué a la pareja
Hay tres “de pronto” en el relato.
“La totalidad de mi piel estaba erizada”: utilizo esa expresión respecto a los pelos o al vello de la piel.
Felicidades.
lectora70
22/11/2016 a las 11:40
Hola Laura,
Gracias por comentar mi relato.
He leído el tuyo con gran interés. Me ha gustado bastante. La trama es original e inquietante. Has mantenido la intriga hasta el final.
Enhorabuena
Ariadna TP
22/11/2016 a las 15:06
Hola Laura,
La historia de la clonación me ha parecido interesante.Parece sacado de una película de ciencia ficción. A mi no se me habría ocurrido. La redacción es buena con mucho vocabulario, aunque a veces es un poco confusa. Nada que no se pueda mejorar. En definitiva, me ha gustado. Te felicito.
Por si te apetece estoy en el 113
Pilar
23/11/2016 a las 09:09
Hola Laura,
Soy Pilar, del 72 y te debía este comentario. Como ya te han dicho lo que puede mejorar, me ceñiré a lo positivo: tengo que reconocer que he leído varias veces tu relato y que cada vez me gusta más: ese terror de encontrarte a alguien no solo igual que tú, sino que pensabas que estaba muerta (porque tú misma te encargaste de eso), el ambiente espeluznante del laboratorio con todos esos cuerpos sumidos en enormes probetas (o al menos así me los he imaginado), la noche, la lluvia… Te felicito!!!
Solo me ha quedado una duda (que no le quita valor a tu cuento, por supuesto, esto es algo mío): Si Mauricio es jefe y amigo de la Miranda que narra y esta tiene celos de la otra Miranda (la nueva novia de Mauricio, según pones) y por eso la mata… ¿es porque está enamorada de él?
Enhorabuena de nuevo y nos seguimos leyendo!!!
Laura
24/11/2016 a las 10:34
Si Pilar, ella está enamorada de él. Trama muy clásica, pero fue la idea que mejor pude lograr.
Muchas gracias por tu comentario
Baltasar
25/11/2016 a las 20:36
Hola, Laura:
Gracias por tu lectura y comentarios.
Podría decirte que sí, que lo del «bendaje» fue debido a las prisas. Pues no. Repaso decenas de veces mis escritos. Fue, sinceramente, una barbaridad imperdonable.
Te felicito por tu relato, pese a que me he encontrado con algún párrafo un tanto incomprensible. Bien es verdad que yo, ante la ciencia ficción, clonación, o como queráis llamarlo, necesitaría llamar a Sherlock Holmes para que me lo aclarara.
Un cordial saludo.
ÁCARO
26/11/2016 a las 19:22
¡Hola, Laura!
He leído el texto de una manera muy fluida y amena. Eres capaz de crear un ambiente conciso con las descripciones. Está bien estructurado y puntuado a mi parecer, resulta agradable y fácil en comprensión. Quizás haya echado de menos más claridad en cuanto a la muerte de Miranda, para ir en tonalidad al resto de los acontecimientos, que son más expresivos.
Me gusta la manera en la que has reconducido la historia hasta el final, el aire de misterio en la entrada al laboratorio hasta terminar súbitamente.
¡Buen trabajo, hasta pronto!