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Dualia - por PerePaella
Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, y que es imposible cruzarse con él. Aquí en Dualia, no solo es posible, si no que es imprescindible, casi obligatorio. Nuestro pequeño reino cuenta con dos reyes exactamente iguales, así como sus dos reinas. También tenemos dos presidentas de la nación.
Todos tenemos un doble, es lo primero que aprendemos. Hay que buscarlo, es lo segundo. Así ha sido y así será, es la tradición.
Por eso me preocupaba tanto Dominic. Nos conocemos desde niños, estudiamos juntos. Es mi mejor amigo. Teníamos veintitres años y aún no habia conocido a su doble.
Para que os hagais una idea, yo conocí al mío a los dieciocho, en un viaje de fin de curso. Y no fuí demasiado precoz.
Lo peor de todo es que Dominic no mostraba ningún interés en encontrarlo. Con el tiempo se había vuelto un poco retraido, encerrado en sus libros, sus inventos y su mundo interior. Sus padres estaban muy preocupados, no sabian ya que hacer.
«Si al menos el doble de Dominic diese señales de vida…» pensaban.
Muchos ya nos planteabamos que quizá Domi no tuviese doble. Pero tal idea era tan descabellada que la apartabamos de nuestra mente al momento. Hasta que un día me lo confesó todo.
—Domi, esto no puede seguir así. Sabes que lo decimos por tu bien. Tienes que buscarlo. Si no, no serás nadie en esta vida— le decía, mirando por encima de su hombro como trabaja en su último invento, que yo no era capaz de imaginar para que serviría.
—Diego, te he de confesar algo—, me dijo, girándose de repente—. Di, yo he visto a mi doble alguna vez.
Aquello me dejó sin palabras.
—Te estás quedando conmigo, —dije finalmente con una risa nerviosa—. Si así fuese, alguien más lo habria visto y el Doblador de la ciudad os hubiese arreglado una reunión.
—Ay Di… No es tan fácil —Dijo bajando la cabeza—. Sé que es mi doble. No hace falta que te diga la sensación que se tiene cuando lo encuentras: los dedos de los pies se te enroscan, las orejas te arden y se te pone la piel de gallina. Lo único… es que, mi doble no se me parece en nada, Di.
—Domi, sabes que eso es imposible.
—Sí, por eso no voy a conocerlo. Nunca me ha interesado, y ahora menos. ¿Te imaginas que diría la gente? ¡Un doble que ni se me parece!
Dicho esto, volvió a su invento.
Lo traté de convencer ese día y en muchas ocasiones más. Pero parecía decidido.
Un día, apareció en mi casa. Me dijo que su doble había vuelto, que quería mostrármelo. Corrimos a la oficina del Doblador, el primer sitio donde acudía alguien que buscase a su doble. Nos escondimos en el parque de enfrente, esperando a que saliese.
—¡Ese es!— Me dijo.
—No puede ser, — respondí, pero al mirarle le vi las orejas rojas, casi moradas, como ciruelas.
Volví a mirar al chico, y es que no solo era diferente, es que más que doble parecía contrario. Domi era rubio y alto, el chico bajito y moreno; Domi tenía la cara angulosa con las facciones muy marcadas, el chico tenía la cara redonda, suave y dulce. Y así todo. No podía ser. Pero las señales en Domi eran inconfundibles.
Solo se parecían en una cosa. Los dos tenían una sombra de frustración la cara. Domi, por lo que había descubierto, y el chico supongo que por no encontrar a su doble.
En el fondo entendia a Domi. En cuanto se conociese el caso, se hablaría de ellos en todo el reino. Y eso el no lo soportaría.
Pero quedarse ahí sin hacer nada… Al menos el doble de Domi podía acreditar que había estado buscando, y al final, seguir una vida mas o menos normal, pero Domi… ¿Que sería de él?
Volvíamos hacia casa, riendo y recordando cosas de cuando íbamos al colegio, cuando de repente oímos una voz que llamaba a Domi.
Nos giramos y al final de la calle vimos aparecer al Doblador junto con una cabeza rubia. Miré a Domi cuyas orejas empezaban a enrojecer, vi en su mirada que estaba a punto de huir.
—Domi, —le dije en un susurro—. No puedes hacer nada. Acepta tu destino, es lo mejor.
Me ha gustado. Es sencillo, limpio, tiene, a su manera, ternura y cierto anhelo juvenil… ya digo, me ha gustado. Desde luego no es algo que yo escribiría, simplemente porque no me nace, pero no significa que no envidie esa forma de planteamiento.
Hay algún problemilla muy puntual con los diálogos, pero la estructura argumental es impecable, tal vez un poco edulcorada, pero es un defecto de forma subjetivo.
Un saludo.
Caramba Pere. Está visto que la fantasía escribe con renglones torcidos. ¿Podrías decirme dónde está Dualia? haría una excursión en busca del mío. ¿Te imaginas el juego que eso me podría dar? salu2
Gracias por tu comentario SBMontero, me alegro que te haya gustado el relato, aunque yo no estoy del todo contento con él. Creo que me lié un poco con el reto (el cual no tengo claro de haber conseguido)
En cuánto a los diálogos, soy consciente que aún tengo mucho que mejorar, no se me dan demasiado bien…
Hola Almicar Barça, gracias por tu comentario. Si encuentro el camino te aviso a ver que nuevas aventuras nos podría deparar.
Hola Pere,
Me atrapaste de inicio y ya no pude soltarme. De los que llevo leídos quizá es el planteamiento más original. Al leer que en Dualia era lo normal no he podido dejar escapar un ¡Muy bueno!
El desarrollo se lee muy bien porque hay historia, hay un planteamiento, un conflicto (no encuentra su doble) un giro(ya lo encontré pero no se parece a mí).
El final es el que me descolocó. No porque no se entienda. Parece que Domi decapitó a su doble, sino porque en principio es raro que esa figura autoritaria venga andando con una cabeza. Tampoco acabo de ver por qué lo asesinó. Quizá eso habría que pulirlo.
En cuanto a la puntuación:
-«Si al menos el doble de Dominic diese señales de vida…» (coma)pensaban…
-… nadie en esta vida(espacio)—le (junto a la raya) decía, mirando…
-—Diego, te he de confesar algo—,(esta coma fuera)me dijo,…
-—Ay Di… No es tan fácil —Dijo(al ser un verbo de habla, en minúscula) bajando la cabeza—.
-—¡Ese es!(espacio)—Me dijo(junto a la raya y en minúscula)
-—No puede ser,(esta coma fuera) — respondí(junto a raya…)
Intenta fijarte en las reglas de puntuación y revísalas cuando repases tu relato. De esa manera lo interiorizarás pronto.
Por lo demás, un muy buen relato y una lectura muy agradable.
Saludos
Hola Pere.
Tu relato me ha tenido frente a la pantalla sin parpadear, síntoma de que me ha atrapado. Pero el final me ha dejado fría. Yo creo que es un poco precipitado y dado a la confusión.
Nos seguimos leyendo.
Hola David Y Jean Ives
Ya me he dado cuenta que el final del relato presta a confusión, no creía que se entendiese eso hasta que e lo has dicho tú, David, de hecho mis lectores beta tampoco lo vieron así.
Vamos por partes, el conflicto es que Domi no quiere encontrar a su doble, y esto lo hice así para intentar cumplir con el reto, ya que así su doble lo quiere encontrar y él al tratar de impedirlo se convertía en antagonista, o eso entendí de todo lo que se dijo en los comentarios cuando se nos propuso el reto jeje.
Después, al final no muere nadie, aparece el Doblador junto a la cabeza rubia del doble de Domi, porque este va caminando junto a el. El destino de Domi es tener que vivir con un doble que es diferente a él, y soportar lo que se diga de él.
Pero bueno, me alegro que aun así os haya atrapado, gracias por vuestros comentarios, los tendré en cuenta para la próxima 🙂
Saludos