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Memorias - por Gastón ParedesR.
Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte, pero son muchas las cosas que se dicen de un tiempo acá. Es quizás un anhelo de sentirse normal, aunque el precio sea aceptar que no somos únicos, sino iguales a alguien más, al menos en el plano físico. Mientras creamos que esto es posible, tendremos esperanza de que haya también un doble de pensamiento, alguien con nuestros sueños y temores.
La mira distante, alejándose de ella mientras la abraza. Trata de recordar la primera vez que la vio, qué dijo, cómo se veía, dónde fue; pero no logra evitar una memoria nublada, borrosa, de poca precisión. Se alegra por ello.
Recordar con todo detalle aquel momento sería una tragedia, significaría que se vería obligado a abrazar esa realidad, en lugar de aquella imagen perfecta, idílica que la nostalgia construye cuando esta lejos de ella. Por eso odia las fotos, todas las fotos, todas parecen ajenas y falsas, oscuras y opacas, desfiguran con descaro aquello que la mente crea con brillo y amor.
Habla, mas no sabe lo que dice, mira su boca pequeña moverse con pereza de sueño. Allá, recostada a su lado izquierdo, con los ojos un poco cerrados y sin apuro, cuenta quizás su día, quizás el mañana, puede que hable sobre su perro, puede que sobre su jefe. No importa, las palabras están también sobrevaloradas.
Cierra los ojos para verla mejor, para intentar acercarse aunque sea esta vez, para dejar fuera de su mente temores de un futuro que no es incierto. No es resignación lo que busca, sino paz para aceptar aquello que ya dijo haber aceptado, para creer en la mentira que debe ser verdadera.
Y así, trata de olvidar el presente, para que no nuble sus recuerdos futuros, de aquellos tiempos en los que era tan feliz, que no se daba cuenta.
Comentarios (4):
Berundgaar
18/11/2016 a las 13:04
Dios mío.
Me has llegado al alma. Y te diría que me la has roto, si no fuera porque ya estaba rota antes. No, tranquilo, no te cargaré con semejante responsabilidad.
Es melancólicamente bella, como esa puesta de sol perfecta que sabes que nunca más verás. Disfrutando de su belleza mientras la ves morir.
Es…o ha sido… precioso, Gastón.
Enhorabuena.
Por cierto, si quisieras pasarte por el 64 y darme tu opinión, te lo agradecería.
Un saludo, compañero.
María Esther
21/11/2016 a las 03:13
No se, Gastón si he comprendido bien, tu historia. Pienso que tomas la persona real y el doble que está dado por la imagen de tu memoria.Si es así, el conflicto estaría entre el personaje real actual y la imagen, que tu tratas de explicitar.Yo lo veo así.
El narrador está en tercera persona,es omnisciente.
Saludos Maritel
Veronica Murillo
23/11/2016 a las 23:48
Hola Gastón, muchas gracias por la visita a mi relato.
Pues me ha pasado como María Esther, la verdad no logro encontrar las partes de un relato ni la relación del texto con la primera frase, obligatoria.
No niego que es bello, poético y lleno de nostalgia, sólo que no está realmente estructurado para contar algo, a no ser que sea una despedida mientras trata de liberar un pasado al que se ha estado aferrando.
No sé si divago, jeje.
De cualquier forma es un texto muy hermoso, felicidades.
Nos leemos.
Naiara
27/11/2016 a las 17:37
Buenas Gastón,
A mi también me pasa como a María Esther y Veronica, que no veo conexión entre el primer párrafo y todo lo que cuentas después.
Aunque es indudable que el relato es impresionante, llega al alma, y puedes sentir claramente el sufrimiento y la nostalgia. Y el final me parece la guinda del pastel. Me ha encantado, sobretodo la manera en que te hace sentir cuando lo vas leyendo.
Felicidades!