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Noche de Halloween - por Kathleen

Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. Y en Halloween esta cita se convierte en realidad. Millones de jóvenes y niños, en todo el mundo, se echan a las calles disfrazados de sus personajes favoritos, para divertirse y pasarlo bien.

La música electrónica, el alcohol, los amigos y un Halloween hacían una mezcla terrorífica. Una doble de Caperucita Roja bailaba en medio de la pista. Estaba sola, moviendo sus caderas, revolvía su pelo rubio y cantaba como si no hubiera mañana.

Entre la multitud, se acercó el doble del Lobo. Alto, de espalda ancha y con vaqueros ligeramente ajustados, en cualquier otro momento le resultaría difícil pasar desapercibido. Mirada penetrante, como si estuviese leyendo la mente de los demás. Era él, ese chico algo macarra que acababa de conocer hacía un par de semanas, pero con el que existía una química brutal. La reconoció al instante. Sabía que iba a ir de Caperucita, eso habían acordado.

El Lobo la invitó a una copa, al ver que la suya se había acabado. Bebieron y bailaron, rieron y se besaron. Se besaron y se rozaron. Se rozaron y se tocaron. Se tocaron y se excitaron. Pronto aquella discoteca se les hizo pequeña. La mirada picaresca de aquella Caperucita rubia y sexy aumentó las ganas de hambre de su bestia.

Amaneció un 1 de noviembre particular en una ciudad cualquiera. Una joven Caperucita Roja semidesnuda sonrió de lado a lado. Yacía junto a un chico, una bestia o quizás fuese un corderito.

La chica roja se vistió. Tacones rojos, vestido blanco, caperuza roja, unos labios despintados y ojos con la raya medio borrada y la otra mitad en la almohada.

Pasó por la cocina donde encontró las llaves. Estaban junto al pequeño pastel, que él había preparado para su abuelita enferma. Cogió un trozo con el dedo y lo lamió. Sabía a nata y nueces.

A las pocas horas, se despertó. Vio su ropa tirada por el cuarto, los armarios y la cómoda desordenados. Una nota estaba pegada en la televisión de plasma, ponía: “Una noche fantástica. Besos de tu Caperucita”.

Los recuerdos se agolparon en su mente. Habían llegado a su casa, cuando ya estaban demasiado excitados. Al entrar en el cuarto, encendió la luz.

-Que ojos verdes más grandes tienes.

-Son para verte mejor –le dijo ella recorriendo su espalda.

-Y que boca más grande tienes.

-Es para comerte mejor –le sonrió con picaresca.

Una vez en el apartamento de él, empezó una noche de pasión y sexo.

Al salir de la cama, vio su cartera tirada en el suelo. Estaba vacía. Sólo tenía el DNI y el carnet de conducir.

-¡Mierda! –reprochó.

Aquella ladrona le había robado todo.

Porque a veces, los más bestias de todos se esconden bajo Caperucitas Rojas y los que aparentemente son Bestias, pueden tener el corazón de una Caperucita Roja.

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6 comentarios

  1. 1. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Kathleen: El texto que nos ofreces, debemos inscribirlo dentro de aquellos que encierran como corolario (el desenlace lo es) una enseñanza moral.
    Los humanos tendemos a escondernos tras una máscara y ese artilugio, muchas veces es realizado por un doble o un desdoble de personalidad; revela una inesperada conducta para desapercibidos.
    La festividad satánica de Halloween es un escenario o atmósfera adecuada como telón de fondo para la “mala” actitud de la Caperucita: ¿En qué estaba pensando esa mujer, qué importancia le atribuyó al episodio sexual?; por lo visto, todo no pasó por casualidad. El hurto que aparece desdibujado, siempre fue el objetivo final… (tratándose de un doble-antagónico cumple los objetivos planteados).
    Tu historia muy bien relatada, se apega a circunstancias bastante reales y corrientes en esta sociedad decadente. Esta visualización y su desenlace enaltece la máxima que cierra el escrito.
    ¡Excelente!

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 23:08
  2. 2. Kathleen dice:

    Hola Alonso.
    Gracias por tu comentario me alegra que te haya gustado.
    Con esta historia quería reflejar la sociedad de máscaras (como tú describes) en la que vivimos. Lo cual es bastante triste, ya que se nos presupone o se nos impone un papel desde pequeños, como de dulce e inocente a las niñas como Caperucita o que hay que cubrirse con una máscara ocultando nuestro verdadero yo. Algo, a mi parecer difícil de cambiar.

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 23:45
  3. Hola Kathleen
    Un historia bonita, sencilla. Hay cosas que deberías especificar mas, por ejemplo “a las pocas horas se despertó” ¿quien?, te falta un “el”. También sobra lo del 1 de Noviembre, es obvio si hablamos de Halloween y lo de en una ciudad cualquiera, ya que no se habla de viajar, todo, por supuesto bajo mi punto de vista. También te comento lo que a otros compañeros: a mi no me gusta contestar a los comentarios, pues seguramente, estos tuyos no vuelva a verlos en este ejercicio por lo que, si me aclaras algo no lo voy a ver.
    Espero serte útil y Felicidades. Nos leemos

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 20:17
  4. 4. amadeo dice:

    Kathleen.
    Buen texto. Me gustó la permanente referencia al cuento infantil. Mis observaciones, como posibles ayudas a tu cuento son:
    No en cualquier ciudad del mundo, se festeja Halloween en la misma fecha. Para hacer internacional el cuento, sacaría la fecha específica del 1 Nov.
    A la frase “Al entrar en el cuarto, encendió la luz” la cambiaría por “Al entrar en el cuarto, había encendido la luz”, por ser recuerdo, anterior.
    Eliminaría: Aquella ladrona le había robado todo. Dejaría que lo concluya el lector.
    Eliminaría la última oración por ser opinión del autor

    Buen tema, bien presentado

    Espero me leas. Cuento número 127
    Saludos
    Amadeo

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 12:48
  5. 5. beba dice:

    Hola,Kathleen:Un bonito “relato champú”,distendido y ocurrente.
    Te sugiero “él se despertó”,ya que se confunde con la chica comiendo pastel.
    No sé qué es “macarra” pero lo voy a averguar.
    Por lo demás,buen manejo gramatical y de la técnica narrativa.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 16:36
  6. 6. Pilar dice:

    Hola Kathleen,
    Soy Pilar del 72 y como me gustó tu cuento misterioso el mes pasado, me he animado a leer este y ¡no me arrepiento! Me he divertido mucho. Es cierto que deberías haber diferenciado el momento en el que él se despierta y ella ya no está, pero eso no le quita valor a una narrativa dinámica y sugerente. El diálogo aludiendo al del cuento, ha sido muy buena idea (
    Yo me he quedado con ganas de leer una escena erótica, porque nos dejas con la miel en los labios, aunque ya sé que el sexo no era lo que tú querías destacar. Enhorabuena!! Me ha encantado.

    Escrito el 23 noviembre 2016 a las 09:28

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