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Escena en el baño - por Ella
Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte…
En esto pensaba cuando le cambió la perspectiva… ¡Que resbalón, caramba!
Era extraño ver el cuarto de baño tirada en el piso… El lavabo, la tasa, el toallero, la ventana, cambian curiosamente vistos desde otro plano.
« ¡Ay Dios…! Las tan temidas caídas entre personas mayores», pensó Yolanda. «Pues ya sucedió…estoy en el suelo…»
No pudo hacer nada por evitarlo. Entre el susto y la sorpresa, permaneció inmóvil.
Recordó el asunto de los dobles. Su doble… ¿También se habría caído? ¿Cumpliría hoy 63 años? ¿Viviría sola como ella?
No tenía dolor físico. Sin embargo, palabras como “vieja”, “vulnerable”, “dependiente”, le cayeron encima. ¿Se marcaba un antes y un después a partir de hoy?
La angustia de la indefensión que se vislumbraba la hizo recordar momentos en su vida de gran intensidad emocional. La llegada del odiado esposo de la madre, la dolorosa separación para ser criada por la abuela, el intento de suicidio durante la universidad, y, el cáncer, que aunque ya superado, la había mutilado en su feminidad.
Y al centro, lo más lacerante: el constante sentimiento de soledad que desde siempre enmarcaba su vida.
Tenía logros, sí. Era independiente, apreciada, había ganado la batalla contra el cáncer, pero la falta de amor, de recibir y dar amor, lastraba su felicidad.
Hasta que llegó Cleo, su querida perra Beagle. Al ver en sus ojos por primera vez sintió la conexión. Al fin alguien la necesitaba. Alguien solo y frágil como ella.
La convivencia, las salidas al parque, el afecto que le demostraba, llenaron el pesado vacío. Eran una unidad. ¡Había encontrado el amor en un perro!
Hoy, Cleo apenas se mantiene de pie y está prácticamente ciega. El veterinario le recomienda “ponerla a dormir”, a lo que se niega horrorizada.
El frío de una lengua que le acaricia la cara le hace reaccionar. Cleo se ha hechado ya a su lado. Ella la mira con un afecto infinito y poco a poco se pone de pie. Afortunadamente estaba bien, sin golpes fuertes ni huesos rotos.
Nada más recuperar la vertical sonríe y respira profundo.
« Al carajo con la caída», pensó.
Cleo había hecho nuevamente el milagro.
Comentarios (9):
M.L.Plaza
18/11/2016 a las 04:39
Hola,
soy M.L.Plaza, del 46.
Me ha parecido un historia muy bonita y bien escrita, aunque no entiendo los tiempos verbales. Empiezas en el pasado y acabas en el presente. Creo que todo tiene que estar en el mismo tiempo. Casi al final pones que ella la mira y sigues afortunadamente estaba bien. Yo hubiera puesto está bien, aunque no soy ninguna experta. Y acabas Cleo había hecho el milagro, creo que debe ser presente. Ya te digo que no estoy segura, pero los verbos no me suenan bien.
Saludos
Ella
18/11/2016 a las 16:48
Hola M.L.,
Si, de acuerdo. Me pareció una forma de regresar al lector al presente.
Mas tarde paso a leer tu relato y comentar.
Saludos!
Yolareina
21/11/2016 a las 20:02
Hola Ella, soy Yolareina, me pareció muy bonita tu historia sobre todo porque hace reflexionar y eso es muy útil en un relato. Lo que dice M.L.Plaza es así los tiempos verbales debes revisarlos.
Manuel Pla Martí
22/11/2016 a las 13:07
Hola, Ella:
Acabo de leer tu texto y no voy a incidir en la falta de concordancia en los tiempos verbales porque en los otros comentarios ya lo han hecho. Sí, creo que es un fallo que despista al lector en vez de llevarlo y traerlo del pasado al presente. Sin embargo he de decir que en conjunto el texto me ha gustado. Escribes bien y has expuesto un tema muy sensible que golpea a infinidad de personas viejas, o como se dice ahora, de la tercera edad. Posiblemente, es una opinión, pudieras haber montado el texto con otro modo. El hecho de que el golpe sufrido en la caída sirva de estímulo para generar toda la cascada de pensamientos es un recurso válido pero hasta cierto punto, que te vengan en mente todos los recuerdos relacionados con “vieja”, “vulnerable”, “dependiente”, es lógico. El resto de pensamientos sobre el padrastro, la abuela, la universidad, el cáncer, pudieron haber estado englobados en otro apartado. Cleo es fundamental en la historia, alrededor de ella pivota la trama. Ella es la salvadora en todos los niveles vitales de la protagonista, tal vez debería resaltarse todavía más ese protagonismo, dejando como sorpresa final, como golpe de efecto, el mostrar que casi está ciega y apenas se tiene en pie. Sería más impactante. No doy soluciones porque únicamente me llegan cuando me pongo a escribir, pero sí noto las carencias en un texto. Tu historia es muy lineal y después de la caída no hay sorpresas, sería más efectiva si hubiera sorpresas. De todas maneras me ha gustado, escribes bien y da gusto leerte. Felicidades y ojo con las caídas, lo digo por mí porque ya empiezo a estar en la etapa en que los resbalones suelen ser peligrosos.
J.C.Santa
22/11/2016 a las 13:40
Un relato lleno de sentimientos. Muestras muy bien cómo pasan ante nosotros, en un pequeño instante, todas nuestras vivencias.
Saludos.
L. Mor Arcadia
23/11/2016 a las 05:27
Buen día.
Me ha gustado mucho tu relato, pues se parece mucho a la presentación de un personaje en la trama de una novela. Está por demás recalcar el detalles de los tiempos verbales. (Aunque para ser sincera no me di cuenta de ese detalle, sólo sentía que no había algo que sonaba bien.)
También concuerdo con los compañeros que el relato sería más atrapante si mostraras y no contaras.
Pero de verdad me encantó como nos diste a conocer el personaje.
Saludos
Estoy en el 46 :3
Nos leemos
L. Mor Arcadia
23/11/2016 a las 05:31
Perdón soy del 48.
Merlín jr.
23/11/2016 a las 13:58
Gracias, Ella, por pasarte por mi relato
Me sumo a los comentarios anteriores. También a los positivos. Pero quiero añadir algo.
Para atrapar y conmover al lector estás tirando con “pólvora gruesa, y mucha”.
Vejez, 63 años, vulnerable, dependiente, sola.
Dolorosa separación en la madre en la infancia
Intento de suicidio en la Universidad
Cáncer
Mutilación de la feminidad
La sola compañía de una perra ciega que el veterinario quiere ver ·dormida”
¿No te parecen demasiados recursos penosos y de mucho dolor?. Todos los recursos… ¿van dirigidos a mover al lector a compasión? Aunque así fuera, son muchos y tópicos: La vejez, la soledad, la orfandad, el cáncer, una operación, etc.
Por una parte, es muy socorrido recurrir a ellos de una manera tan cruda; pero, a la vez, si los elegimos, es muy difícil hacerlo bien. Con todo ese lastre de dolor es muy difícil que levante el vuelo el artificio del lenguaje literario.
Ella
24/11/2016 a las 16:48
Hola! Gracias a todos por sus comentarios, de verdad me han servido. Nos vemos en el siguiente reto.