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El poeta hace el poema y el lector la poesía - por Jorge Lozano

“El poeta hace el poema y el lector la poesía”
Las palabras que rondan en la mente de Pedro en los últimos momentos que vive en este mundo que conoce como mundo.
En su lecho de muerte Pedro recrea los pormenores de su vida, desde los más ínfimos hasta los más importantes. La experiencia única que muchos cuentan de revivir toda su vida en tan sólo un instante es lo que tiene a Pedro ensimismado en sus pensamientos momentos antes de cruzar.
Recrea cada paso, sigue recordando las palabras, las pinceladas y los movimientos que marcaron su andar por la vida.
Tendido en esa cama regresa al pequeño pueblo al Sur de Monclova, el pueblo donde sus abuelos vivían y donde él se enfrascaba en carreras interminables con las gallinas del corral. Gallinas que fácilmente le llegaban a la altura de su cintura y sin ningún reparo saltaban encima de él cuando intentaba atraparlas.
Pedro repite sus pasos y vuelve a encontrar a Yingo, el pequeño cachorro labrador color chocolate que llegó escondido en la mochila de su padre aquella torrencial noche. La misma noche en que estaba acostado en su cama de la infancia recuperándose de la varicela que le contagió el gordo Jiménez.
Inmóvil en la cama del hospital, Pedro imagina que viaja sobre un tren que recorre las estaciones de sus recuerdos. Recuerdos que no le permiten sentir cuando la enfermera le extrae el catéter incrustado en su brazo izquierdo, el brazo hoy falto de la energía y fuerza que tanto lo enorgullecieron en el pasado.
Sus recuerdos lo siguen invadiendo uno a uno.
Llega ante sus ojos la noche de campamento en aquel parque nacional de Costa Rica junto a Karla. Esa maravillosa noche en el que hicieron el amor como si no hubiera mañana bajo la luz de la luna.
Con la serenata de las miles de cigarras y grillos que se escondían entre la vegetación, Pedro vuelve a sentir la brisa del Pacífico rozando su cara y despeinándolo con sus dedos invisibles mientras Karla mece sus caderas al compás de la tonada que siempre le gustaba cantar:
“Ya ves que venero tu imagen divina, tu párvula boca que siendo tan niña me enseñó a besar…”
–Una hermosa canción sin duda, mi china –dice Pedro hipnotizado en esas caderas que tantas veces lo dejaron sin aliento.
–Más que una canción, es un poema que te hincha el alma –le responde Karla– más que una canción, la letra se transforma en vida.
–El poeta hace el poema y el lector la poesía –dice Pedro acariciándole el brazo derecho.
–Tienes razón… ¡Es cierto Pedro! Las primeras veces que escuché esta canción no me causó gran impresión, sólo se alojó en algún lugar dentro de mi cabeza. Pero el primer momento en que te ví, lo primero que apareció en mi mente fue esta canción, como si alguien me susurrara al oído que no importando qué, yo podría pensar en tí y todo estaría mejor. Desde entonces la canción es mi credo. Donde quiera que esté, lo que sea que esté haciendo, siempre estaré pensando en tí.
Los recuerdos continúan uno tras otro, en el orden exacto, con las mismas emociones vividas. Son tan fuertes y constantes que no permiten a los cansados ojos de Pedro enfocar la cara de Karla, ese rostro por el que los años han pasado pero que lo mira con los mismos ojos verdes amorosos que estuvieron presentes en el nacimiento de sus gemelos, en la partida de su hermano Ramón y cuando el doctor le indicó el fatídico diagnóstico. Esos ojos verdes, los que siempre lo han acompañado.
Pedro se siente listo, sabe que su momento se acerca y es cuando por fin la cara de Karla se inserta en sus ojos. Le cuesta trabajo enfocarla, pero sabe perfectamente que es ella, conoce desde hace tanto cada poro de su cara, cada arruga, cada marca que la hace irrepetible.
Usando las últimas fuerzas de su cansado cuerpo, Pedro murmura una pregunta:
–¿Lo hice bien mi chinita, te hice feliz?
Karla derrama lágrimas de dolor, pero también de amor. Acerca sus labios a la boca de Pedro y antes de darle un beso le susurra:
–No pude ser más feliz que contigo mi amor, que no te quede la menor duda.
Un beso en la boca, la última sensación que pudo registrar, el último suspiro, el último pensamiento antes de cerrar el telón: “El poeta hace el poema y el lector la poesía”

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9 comentarios

  1. 1. novel_madriles dice:

    Hola. Relato agridulce, donde el amor impera sobre todo lo demás. Me cuesta creer que en el lecho de muerte un hombre pueda revivir con tanta calma su pasado, como si estuviese en una hamaca, en lugar de ese lecho de muerte. Pero excepto esta crítica, yo leo el relato con facilidad y, aunque es previsible, el final no te deja frío. ¡Sigue escribiendo, un saludo, compañero!

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 18:11
  2. 2. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    Interesante relato,aunque de nuevo, no sé porque los relatos de este taller 39 son tan oscuros o tristes (el mío incluido). Tal vez sea la sensación de un oscuro porvenir que tanto presagian los medios de comunicación.

    Nota: En relación con tu relato en particular, nunca he oido de una canción que incluya la palabra parvula, no es un error ortografico pero suena demasiado extraña en el contexto de una canción o de un poema actual.

    Las frase “En su lecho de muerte Pedro recrea los pormenores de su vida, desde los más ínfimos hasta los más importantes”. Ya está demás porque la desarrollas en la oración precedente. Repites como varias veces la misma idea en el mismo párrafo.

    Cambiando de tema, si te interesa puedes leer mi relato es el numero 33: Tres horas y media

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 18:39
  3. 3. Jorge Luis Acosta Torres dice:

    Una pequeña corrección.

    No sé que paso por la cabeza, pero me equivoque en el nombre de mi propio relato, es el 33: Tres horas y cuarenta y tres minutos. Debo estar muy distraido.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 22:23
  4. 4. Berundgaar dice:

    Oh, Dios…
    Madre mía…. estoy llorando como una magdalena.

    Cierto es que últimamente estoy más sensible, pero es que tu relato me ha llegado al alma.

    Viendo de qué va el texto, estoy casi seguro de que también te gustará el mío.
    Si quieres echarle una ojeada, estoy en el 21.

    Mil gracias por tu esfuerzo, por la belleza de tus líneas y sobre todo, por tocarme el corazón.

    Enhorabuena, Jorge. Vuelve cada edición, por favor.

    Un cordial saludo.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 09:37
  5. Hola Jorge:
    Es una pena que no te hayas atrevido con el reto opcional, lo tenías casi hecho. La historia es muy bonita, muy bien narrada. Veo que te ha venido justo el límite de palabras porque daba para mucho más.
    Para mi gusto, algunos párrafos son demasiado largos, se hacen pesados de leer. U(nos párrafos mas coros dan mas velocidad y se hace la lectura mas amena “La experiencia única que …antes de cruzar (30 palabras). Un par de comas venían bien., es un ejemplo.
    Por lo demás, me ha gustado mucho. ¡Enhorabuena!
    ¡Felices Fiestas! y nos leemos.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 16:56
  6. Un relato con mucho sentimiento. Me gusta la manera en que plasmas en un resumen la vida del protagonista. Excelente. Un saludo.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 00:18
  7. 7. José Torma dice:

    Que tal Jorge, gracias primero por tu visita y tus atinadas correcciones.
    Nada puedo decir de tu relato, la verdad es que lo bello no necesita adornos, justificaciones o explicaciones.
    Creo que en diferentes etapas, pero retratamos una historia similar. La mía, si te interesa esta en:
    https://cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com/2014/05/09/la-promesa/ Esta historia es la que mandé al recopilatorio de hace 3 años más o menos.
    Te felicito porque logras, en un lenguaje muy serio, narrar una historia de amor muy bella.
    Felicidades.
    José

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 21:04
  8. Hola Jorge!!

    Es un relato triste, pero enternecedor, con el protagonista recordando su historia de amor hasta el fin de sus días.

    Exceptuando alguna coma que podías haber añadido, la historia está bien escrita.

    Un saludo y Felices Fiestas!!

    Estoy en el número 35 por si te apetece pasarte.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 12:15
  9. 9. María Esther dice:

    Es una historia de amor,que ilumina el túnel oscuro que el protagonista ha de atravesar.Creo que poéticamente está bien llevado el tema, con algunas observaciones que te han hecho ya.
    Adelante, sigue escribiendo.
    Saludos y próspero 2017.
    Maritel en el 101.

    Escrito el 4 enero 2017 a las 02:53

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